DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. Escribo sin lucrarme de ello. Todo es de Kishimoto.
Pareja: NaruHina.
Advertencias: Ninguna, creo. Bueno, hay un pequeño spoiler que fijo que todos sabéis sobre Neji.
Consecuencias
La primera noche después de la guerra es la más rara que Hinata Hyûga y Naruto Uzumaki han vivido en su corta vida.
Nadie sabe muy bien qué hacer, en realidad. En un primer momento muchos estallan en vítores, echan los brazos al cielo entre chillidos emocionados y saltos, abrazos a desconocidos, lágrimas de felicidad rodando por los rostros emocionados. Es extraño, que sólo los considerados héroes se queden quietos, con la mirada perdida y las manos temblorosas.
El Equipo Siete al completo respira, entre aliviado, resignado y angustiado. Los tres comparten una mirada antes de que Naruto suelte algo que suena a "Bienvenido a casa, teme" y Sasuke le responda con un "Hmp". Sakura casi se lanza contra los dos, abrazándolos, aún cuando el sólo tocar al Uchiha le hace sentir un estremecimiento.
Y aunque todo parezca bien, aunque tras unos instantes todos sonrían y traten de fingir que el mundo está salvado, hay cicatrices que no desaparecen. Cicatrices que se dejan ver tras sus ojos cuando vuelven a Konoha: Y aún cuando Naruto trata de mantener la luz que siempre parece desprender, aún cuando grita y salta y suelta "ttebayos" que sacan sonrisas leves a todos, incluso él parece haberse apagado.
Sasuke es inmediatamente llevado a un lugar donde le mantendrán cautivo hasta que se decida qué hacer con él. Sakura le ve irse, los labios apretados y la cara pálida, como si no supiera muy bien qué hacer. Naruto no puede imaginárselo, eso de estar tan rota, de quererle tanto y a la vez odiarle con todo su corazón. Así que sólo le pasa un brazo por los hombros, como queriendo indicarle que todo va a estar bien si permanecen juntos, y luego le señala que él siempre cumple sus promesas. Sakura ríe, aunque el sonido suena vacío, y le asegura que será el mejor Hokage que el mundo pueda desear.
Ahí queda la cosa: La pelirrosa se desengancha de él con una sonrisa cargada de tristeza y corre hacia Shizune, preguntándole por el estado de Tsunade. Naruto traga saliva fuertemente: Porque claro que quiere ser Hokage, pero no si el precio es la vida de la Quinta.
Kakashi-Sensei no ha dicho nada en todo el trayecto: Sabe dónde estará, en la Roca de los Caídos, quizá tachando el nombre de Obito Uchiha, quizá simplemente arrodillado tratando de limpiar su conciencia rezando a un amigo que, en realidad, sí murió hace mucho: Uzumaki no puede comparar a Tobi con Obito.
Y es entonces cuando Naruto la ve, mirando a la nada, con los ojos puestos en sus pies y una cascada de cabello azulado ocultándole el rostro: Hinata Hyûga parece un fantasma entre la gente, llena de suciedad tanto por dentro como por fuera. Aún tiene sangre en el chaleco y las manos, que le tiemblan de forma fácilmente perceptible. No sabe muy bien por qué avanza hasta tomar una entre las suyas, simplemente parece algo natural, algo que está bien.
Ella le mira, sorprendida, y sólo cuando alza el pequeño rostro hacia él puede notar que tiene los ojos llenos de lágrimas. Naruto lo entiende: Sabe todo lo que ella ha perdido, recuerda a Neji y recuerda la inocencia que caracterizaba a la chica. Respira hondo y aprieta más fuerte sus dedos, ella responde tímidamente, de esa forma que la caracteriza.
—Na-Naruto-Kun… —Medio tartamudea. Pero no se sonroja, no se desmaya, sólo le mira: Tanto aplomo en esos ojos de plata que parecen pertenecer a alguien más viejo.
—Hey ´ttebayo.—Él vuelve a sonreír sin que le llegue a los ojos. Es el Sol, piensa Hinata mientras parpadea, Naruto siempre ha sido el Sol: Ilumina toda Konoha, aún cuando las nubes tapan el cielo y la pena empaña todos los corazones.
En el centro de la aldea en reconstrucción se empiezan a oír los ruidos de la fiesta: Una victoria, aún agridulce, continúa siendo eso. La gente prefiere pensar que todo está bien, quieren imaginar las vidas que se han salvado y olvidar, al menos hoy, las perdidas. Hay algunas, pocas personas que no participarán: Ninguno de los nueve novatos estarán allí, ni el equipo del fallecido Neji. No querrán ni acercarse, como si la alegría ajena les quemara. Hinata lo sabe, porque ella misma puede sentirlo, casi rabia corriendo por su sangre porque ¿Cómo alguien puede estar feliz con lo que ha pasado?
—Ha terminado.—Naruto murmura. No sabe si ahora es su mano la que tiembla, o son las de Hinata.—Ha terminado.
—Sí.—(No). Se miran y sonríen, él con amplitud, ella apenas la sombra de ello. Pero las lágrimas siguen llenando los ojos de la Hyûga y la pena embarra los del chico.
Porque, decididamente, hay cicatrices que no van a desaparecer tan fácilmente.
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~o~
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Entran a la tienda de campaña que se les ha asignado, juntos: Las primeras casas construidas son las de los civiles, aparte de la mansión del Hokage y la Academia Ninja. Naruto no ha soltado su mano en todo el día, y los dedos de Hinata, de tanto en tanto, se cierran en torno a los de él con algo más de fuerza, como si necesitara asirse a algo tangible, real, más allá de su dolor.
A veces los ojos se le llenan de lágrimas, a la chica, y se queda mirando a la nada con el labio inferior temblando. Él ha aprendido que lo mejor que puede hacer es llamar su atención con algún comentario tonto, consiguiendo que las comisuras de sus labios se alcen tristemente hacia arriba, casi como si tuviera que obligarlas a hacerlo.
No se han preguntado nada, no han hablado mucho, aún cuando la hiperactividad de Naruto parece hacerle querer estallar. Se miran antes de que él se arrodille en el suelo, arrastrándola hacia abajo, y luego se tumbe. Ella imita el movimiento.
Quedan cara a cara, con sólo la oscuridad rodeándolos, comiéndose el brillo de la sonrisa de él que la ha mantenido a flote todo el día. Hinata se muerde el labio inferior con tanta fuerza que le sangra, el sabor ferroso parece ayudarla a pensar en otra cosa, a que el rostro de su primo deje de golpear el interior de su cabeza como un martillo.
Él la oye sollozar y emite un suspiro, porque ya no puede hacer nada. Al final, sólo la oscuridad es testigo de cómo la acerca hacia sí, dejando que apoye la frente en su pecho y solloce con suavidad, casi como si le avergonzara. Presiona los labios contra su frente.
No hay nada físico, nada amoroso en el gesto. Son simplemente dos personas rotas que se consuelan, que tratan de pegar los cachitos que quedan. No se besan en los labios, no se tocan más de lo debido, pero es como si algo entre ellos encajara, como si de pronto las barreras se rompieran y sólo quedaran ellos dos: En cierto modo más personal que cualquier contacto físico que pudieran mantener.
Él la sostiene mientras llora, y se dice que es lo justo, que es Hinata quien le hizo recapacitar, quien le mantuvo anteriormente. Así que no llora, se mantiene estoico, con los labios enterrados en el pelo azulado.
Cuando al fin deja de llorar se separa de él, quien no detecta sus mejillas rojas en la oscuridad. Y se quedan así, frente a frente, sin tocarse, hasta que la mañana llega y el Sol les permite diferenciar los rasgos del otro, perderse en los ojos ajenos como si no quisieran volver a salir a la realidad nunca.
Al final salen de la tienda, uno al lado del otro. Y aunque de tanto en tanto las manos de él siguen buscando las de ella para animarla, o le dedica una sonrisa especialmente brillante, nadie podría suponer que han compartido en unas horas más que en toda su vida. Siguen rotos, bajo esa capa que mantienen, pero al menos lo están juntos.
La segunda noche, Hinata intenta dormir sola, donde le corresponde. Pero las sábanas se sienten vacías y frías sin la presencia de Naruto a su lado, como si le hubieran quitado algo importante. El rostro de Neji le bombardea la mente, y mientras se aovilla tratando de mantener el calor, se siente vacía y carente de calidez.
Cuando nota que alguien aparta la tela, sabe al instante quién es él. Es sorprendente, como ya casi reconoce el sonido de esa respiración, de ese peso que cae a su lado. No le hace falta escuchar cómo murmura un "Soy yo", porque ella ya sabe que es él.
Y se quedan así, muy juntos, un pacto no dicho de que eso sucederá mañana, y quizá al siguiente también.
—No ha terminado.—Reconoce Naruto esa noche, en la que no parecen tener intenciones de dormir, al igual que la anterior. Ella suspira levemente.
—Lo sé, Naruto-Kun.—Murmura, porque el hecho de que haya madurado no quiere decir que vaya a dejar atrás su habitual comportamiento vergonzoso. Nota que la mano del Uzumaki la busca en la oscuridad, y tras unos instantes accede a enredar sus dedos en los de él.
—Quiero terminarlo ´ttebayo.—Dice él, en bajo, como si las palabras pudieran romper la tranquilidad del ambiente.—Quiero ayudar al teme, y reconstruir Konoha, y volverme Hokage. Sólo entonces todo estará bien.
"Nada estará bien." Piensa Hinata tristemente. Porque Neji está muerto, y ella un poco rota, y Konoha sigue destruída y Uchiha-San siendo un asesino. Pero le asiente con la cabeza, siempre tan pendiente de tenerle feliz, y se esfuerza en sonreír con suavidad en la oscuridad.
—Y quiero que lo termines conmigo.—Añade Naruto, mirándola con seguridad.—¿Podrás ´ttebayo?
Ella se sonroja tanto que podría desmayarse, pero asiente con la cabeza suavemente y aprieta la mano de él con suavidad y cariño.
—Ha-Haré lo que pueda… —Promete en un susurro.
No pasan ni diez minutos hasta que Naruto se duerme. Esa respiración es como un arrullo que la lleva a bajar sus propios párpados, cayendo en el mundo de Morfeo por primera vez desde que Neji murió.
Esa noche, sueña. Sueña que están en el campo de batalla vacío, y ella está corriendo a toda velocidad para huir de ello: De la muerte, del dolor, de la guerra. Un ángel vuela sobre su cabeza, las alas de fuego abiertas en actitud protectora, el rostro marcado por la expresión pacífica y la marca de la Rama Secundaria. Neji.
Hinata sigue corriendo, pero nunca llega a ninguna parte. Las piernas parecen no alcanzarle ya, pero al fin llega a las lindes del bosque y pone un pie en Konoha, que es sinónimo de casa, y de felicidad, y de buenos momentos.
Lo hace porque Naruto aparece para empujarla.
…
…
¡Wow! Qué ramalazo de inspiración me dio para esto. Iba a subirlo a "50 momentos", pero finalmente decidí que era una pena tenerlo entre otros 50 escritos cuando merece su sitio propio…
Está sin corregir. ¡Lo siento!
En fin, no sé si lo continuaré. Quizá algún día. Por ahora, estoy bastante contenta con el resultado. ¿Vosotros qué creéis? ¿Me lo decís en un review, sí? ^^
Besos de chocolate para todos (?)
Kuraii
