Disclaimer: Todo lo que reconozcan le pertenece a J. K. Rowling.
Esta historia participa en la "Comprobación de varitas" del Torneo de los Tres Magos
Primeras veces
Todo el mundo hablaba demasiado rápido. Le iba a dar un dolor de cabeza sólo con la voz de la periodista, especialmente, que iba de un lado a otro. Además, consideraba que todo aquello era demasiado para una simple comprobación de varitas. ¿Por qué una sesión de fotos? Durante el mundial de Quidditch nadie había hecho tanto durante las revisiones de escobas. Le parecía exagerado, pero no dijo nada hasta que lo llamaron el penúltimo.
Caminó con un andar desgarbado hasta el fabricante de varitas inglés y le extendió la varita con un gesto. No se había preocupado por ella realmente, no estaba pulcra como la del chico bonito o la francesa
―Mmm, esta es una manufactura Gregorovitch, si no me equivoco Un excelente fabricante, aunque su estilo no acaba de ser lo que yo… ―dijo. O al menos fue lo que Krum creyó entender con su pobre inglés. Agregó algunas palabras más y después hizo salir a un montón de pajarillos volando de su varita antes de devolvérsela.
De todos modos, a pesar de todo el barullo que se había armado por una simple compribacón de varitas, a la hora de tomar las fotografías, Viktor se encontró con que nadie exigía que lo pusieran en medio y al frente. Por un una vez, no era la estrella. La verdad, correría a besar a Potter si no lo considerara demasiado raro.
Por primera vez no era la persona más famosa de la habitación en mucho tiempo.
