© Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.

Aviso: Éste fic Participa en el Reto Celos del foro La Aldea Oculta Entre Las Hojas.
nota: 491 palabras.


New Acquisition


Estaba oscuro y frío en las masmorraz.

La humedad provocaba que agua se estancara en algunas partes del suelo, y se percibía una atmósfera opresiva, asfixiante, como si el aire pesara sobre los hombros y se atascara en el pecho. Era probablemente el último lugar en el mundo en el que a una persona le gustaría estar, pero a Kabuto Yakushi, que llevaba caminando en la oscuridad tanto tiempo como podía recordar, no parecía afectarle nada.

Se detuvo frente a una celda, observando con una mueca casi imperceptible de disgusto la nueva adquisición del señor Orochimaru.

Sakura Haruno parecía fuera de lugar, tendida —tan pálida como colorida— aún inconsciente en el suelo mugroso.

Él no debería estar allí, la verdad, porque tenía asuntos de mayor importancia que requerían su atención, pero últimamente tenía la impresión de haber olvidado algo y su mente, tal vez por instinto, reproducía con claridad la patética imagen de ésta Kunoichi tras los barrotes.

Kabuto no era de dejar cabos sueltos, Kabuto era de planear con detalle, de actuar y de ir un paso por delante de sus enemigos, por lo que no podía permitirse ignorar esa molesta sensación. Buscó entre una numerosa cantidad de llaves la que abriría la reja y entró con resolución en la pequeña celda. Se acuclilló junto al cuerpo desfallecido de la prisionera, la mueca de disgusto ahora más notable en su rostro, y sacó un kunai.

El señor Orochimaru había dicho que quería a ésta chica pues, siendo alumna de Tsunade, estaba particularmente interesado en sus habilidades médicas. Kabuto no había podido evitar sentirse insultado por éste nuevo capricho. Él más que nadie conocía las costumbres del hombre al que servía, él mismo había presenciado innumerables veces al señor Orochimaru usando cuanto quería de sus subordinados y luego tirándolos como algo inservible y roto cuando ya no los necesitaba. ¿Iba a sucederle lo mismo a él?

Acercó el Kunai al cuello femenino, y una gota de sangre hizo su camino entre la clavícula. Su deber era evitarse ese fracaso a su superior, porque ¿Cómo podía serle útil ésta chiquilla? A Kabuto no le había tomado más de tres minutos dejarla en ese estado, su jutsu médico aún no era la gran cosa en comparación con el de él, y ella nunca aceptaría el honor de servir al señor Orochimaru con la misma devoción con la que él lo hacía.

Siendo así, ¿realmente valía la pena preocuparse?

Como única respuesta, guardó el kunai. Se ajustó las gafas y salió de la celda, cerrándola tras de sí y alejándose, perdiéndose en los pasillos oscuros.

Kabuto era de ir un paso por delante de sus enemigos, no de adelantarse demasiado a los hechos actuando de forma imprudente, así que Sakura Haruno no moriría ese día, decidió. Le esperaba un infierno, sin duda. Él se divertiría viéndola sufrir, y si de nuevo veía amenazada su posición al lado del señor Orochimaru, le cortaría la garganta.