La oscuridad, el todo en la nada, existiendo sin existir en realidad, la esencia del universo; nada que contemplar, nada que ver. El continuum infinito de la no presencia, aún si hubiera algo allí podría ser casi imposible percibirlo; todos somos seres de la oscuridad envueltos por la luz, teniendo miedo a lo que le pertenecemos. Ser supremo y absoluto en la infinidad incomprensible.

En un momento, sin previo aviso, se hizo la luz; una invasora, destructora de este ser. La luz en forma de un huevo perfecto, maravilloso, ocupando un espacio en el vacío sin tiempo: el huevo de la creación, muchos lo describirían como el Big Bang, otros... como Arceus, el pokémon de la creación.

Así como toda forma con pensamiento racional, la oscuridad trató de protegerse, sin embargo cuando ese huevo dio comienzo a la expansión de la luz no tenía muchas formas de defenderse. Odio. Miedo. Desesperación, los primeros sentimientos malignos surgiendo de la oscuridad; tenía que haber una forma, alguna forma de destruirlo, pensando en ello la oscuridad lo vio: una sombra, la sombra de Arceus. Darkrai, de piel negra como el espacio pero cabello blanco era casi imperceptible pero estaba ahí para proteger a su creador.

Las sombras son la creación de la luz oprimiendo a la oscuridad, sin embargo el propósito de Darkrai era proteger la espalda de Arceus, evitando que fuera atacado a traición. El pokémon pesadilla nacido del mismo huevo de la creación porque sin oscuridad no existe la luz, solo existiría la nada blanca.

La oscuridad decidió aprovecharse de esta sombra, ya que a su vez era una parte de ella, disfrazándose en la sombra de confianza para poder herir al ser supremo, un intento desesperado para evitar que continuara su continua reducción. Pero Darkrai, sin titubear, interpuso su cuerpo para proteger del ataque, perdiendo demasiado de su poder, comparado con el del mismísimo dios Pokémon.

Satisfecho, volteó a ver a su álter ego, que lamentablemente había recibido una parte del daño. Lleno de sentimientos de traición, repulsión y tristeza al sentirse amenazado por su sombra lo desterró de los bienes de la creación; la bondad del universo. Obligándolo así a vagar en el mundo causando el mal para que todos sintiera repulsión a Darkrai, la misma repulsión al sentirse amenazado por sus pesadillas que causa. Dando a que Darkrai sintiera represión, descontento y abandono. Estos fueron los segundos sentimientos negativos del universo.

Estaba hecho, la oscuridad iba perdiendo, pero la semilla de la incertidumbre estaba plantada en Arceus, con su odio haciéndole cometer errores las tinieblas fueron evolucionando en algo corpóreo, en un tipo de energía que manipula con la habilidad de manipular las creaciones de la vida.

No estaba más que comenzando su verdadero plan de terminar con la vida en el universo, la para la oscuridad no era más que parásito que se alimentaba de su existencia. El final de esta historia no es más que un comienzo, para la guerra contra el universo mismo que antes poseía y se le fue arrebatado.