Bueno, esto es un fic que viene entre mis notas desde tiempos inmemorables, así que al fin me decidí a subirla. Espero que les guste y puedan dejar comentarios por cualquier cosa que pueda mejorar la forma que vaya tomando.

Disclaimer: Ninguno de los personajes de Death Note ni de Another Note me pertenecen, todos son frutos de las brillantes mentes de Tsugumi Ōba (escritor de Death Note) Takeshi Obata (ilustrador de Death Note) y Nisio Isin (autor de Another Note).


Beyond suspiró levemente. A siempre hacía lo mismo, por distraerse leyendo se perdía el almuerzo y luego tenía hambre. Si no fuera porque ya se había terminado toda la mermelada que tenía guardada no lo habría acompañado al comedor, le fastidiaba tener que lidiar con la cocinera que se molestaba cuando iban a deshora.

Se sentaron en una mesa del fondo y comenzaron a comer. Unos minutos después, algo irrumpe el silencio reinante. Casi por instinto, ambos giraron la cabeza al lugar de donde provenía el sonido. Eran un par de jóvenes, tal vez un año menor que ellos, molestando a una chica y pateando sus cosas, que permanecía en el suelo sin hacer nada. En el momento en que Alex la vio, tuvo una visión de su futuro. Apenas si pudo contener la risa.

- ¿La ayudamos? – Preguntó aún mirando la escena. B lo miró desconcertado, pues pocas veces interferían en algo así, pero ya estaban ahí, qué más daba.

-Espera que termine.- Respondió refiriéndose a su mermelada.

Unos segundos después se levantaron y se acercaron. Los niños se dieron vuelta, y al ver la expresión del pelinegro se marcharon casi corriendo. La chica permanecía en el suelo, juntando sus cosas en silencio. Era menuda, llevaba leggins negros y una camiseta blanca como tres talles más grandes del que le correspondería. Tenía el cabello castaño, largo y ondeado en las puntas, con un fleco de lado. Levantó el rostro para observarlos y luego sonreírles de manera cordial. Sus ojos eran café y unas oscuras ojeras bajo los mismos cortaban con su rostro redondeado. Ambos se sorprendieron, especialmente B. Lo había mirado tan…tan…distante, que no pudo evitar recordar a su tan admirado y odiado héroe, L. No fue sino hasta el momento en que sonrió que notó un ápice de agradecimiento en ellos. Antes, los vio tan apáticos, tan indiferentes, como si no estuviera en el mismo plano que ella. Pero esa niña era realmente extraña. De un momento a otro cambió su semblante ausente por uno enteramente amable, aunque sólo eso, amabilidad por educación

-Gracias.- Su voz era serena, aquella chica era la viva representación de la calma. El pelinegro la miraba de reojo, como si quisiera atravesarla, analizándola de arriba hacia abajo, pero por más que se esforzara no lograba descubrir nada: estaba en blanco completamente. Su rostro, sus manos, su ropa, su postura, el tono de su voz, su mirada, su respiración, no había nada que le dijera algo de ella, era como si la chica se viera tan casual que podía caber en cualquier etiqueta, y en ninguna a la vez, al punto que resaltaba la intencionalidad de causar ese efecto. B estaba realmente acostumbrado a los rasgos que resaltaban en la gente y le facilitaban una enorme cantidad de información al sólo mirarlos, y al cruzarse con alguien que no fuera tan transparente se desconcertaba.

- No es nada. ¿Eres nueva? – Preguntó Alex.

- Hm, si. Es mi primer día aquí, y creo que se debe notar bastante.- Rió.

- Bienvenida. Nosotros somos A y B.- Dijo señalándose respectivamente.

- Yo soy…-

- Jane Lowell, pues qué bonito nombre, encantado.- Interrumpió Beyond sonriendo tétricamente mientras sus ojos rojos brillaban en un escarlata intenso. Al instante su amigo se dio cuenta que la estaba probando, esperaba alguna reacción que saliera natural, por instinto, que le dijera algo espontáneo que ella no controlara. Pero al contrario de lo normal, tras unos segundos de duda, la chica volvió a sonreír.

- Claro, pero me han dicho que aquí sólo soy…Jay, aunque preferiría Jane.- Beyond se giró pensativo.

- Correcto. ¿Qué edad tienes? – Interrogó Alex.

- Trece años.-

- Dos años menos que nosotros. - Comentó sonriéndole - Dime Jane, ¿Quieres que te enseñemos el lugar? – Le sugirió.

- Claro, aún me pierdo por aquí.-

La castaña juntó sus cosas y los tres comenzaron a caminar por todo el orfanato. Alex le hablaba sobre la rutina general del orfanato, los lugares que más solía frecuentar, la fundación de la Wammy's, la figura de L como detective reconocido mundialmente, las expectativas sobre la línea de sucesión del mismo, y la extraña jerarquía que se desenvolvía entorno a los promedios. Habían recorrido la mitad de la escuela y ella comenzaba a tener un panorama del ambiente que reinaba día a día. El pelinegro se había dedicado a caminar en silencio y observarla atentamente en lo que duraba la charla.

-Disculpa.- Dijo Beyond cortando el silenció y mirándola fijo sin siquiera pestañear.

-Hm …¿Si? –

- Dime.- dijo acercándose a su rostro lo suficiente para permitirle observar sus orbes carmesí.- ¿Te gusta la mermelada? – Casi en un susurro.

-Bueno…me agrada la de fresa.- B sonrió ampliamente ante esta respuesta. Acababa de descubrir a alguien a simple vista indescifrable, pero que no mezquinaba para nada lo que llevaba dentro.

-Entonces tú y yo seremos muy buenos amigos.-

"Sería una verdadera lástima perderme el final de esta historia." Pensó Alex sonriendo.