Era un día precioso, en plena primavera, los cerezos habían florecido y sus pétalos adornaban el suelo, como si de una alfombra se tratara, una delicada flor de cerezo fue a parar a sus manos, hacia tiempo que no disfrutaba de algo como aquello, se encontraba cada vez mas ocupada, su tiempo era distribuido entre el hospital y la academia de Konoha, era un trabajo exhausto pero gratificante, curaba a los heridos y cultivaba las mentes de los ninjas a su cargo, todo esto no le dejaba tiempo para nada mas, ni siquiera para pensar en una relación y auque tuviera tiempo, no lo habría hecho, su corazón estaba roto y aunque muchos intentaron volver a conquistarlo, ella sabia que su corazón hacia tiempo que había elegido y había sido herido de muerte por su elección, había intentado olvidarlo, pero se había dado cuenta que el tiempo no cura todas las heridas, esta herida se había quedado abierta y sangrando hasta el punto de que jamás había vuelto a pensar en amor.

Al principio no paraba de pensar en él, pero después de intentar matar a Naruto y a ella misma había entendido, que él había cambiado, que ya no era el mismo, pero su corazón se había negado a odiarlo, en cambio lo había amado durante muchos años mas, pero ahora con 28 años, Sakura había cerrado su corazón, lo había claudicado, ella misma se había encargado de hacer que jamás volviera a amar a ningún otro hombre, se había volcado por completo en su trabajo, ahora era Sakura Haruno, directora general del hospital de Konoha y encargada de la enseñanza de algunos ninjas que se convertirían en grandes médicos, como lo había hecho Tsunade con ella, les enseñaría todo los secretos de la medicina ninja.

-Sakura-sensei-dijo un pequeño niño de 8 años-¿es esta la planta que quería que buscáramos?

-Muy bien Raiki-dijo Sakura arrodillándose junto al niño-es justo esta, se nota que tu madre trata con plantas.

El pequeño rubio sonrió con una ancha sonrisa, sus ojos azules detonaron un brillo de felicidad, a Sakura se le antojo tan diferente al carácter de su madre, Ino hacia 9 años que se había casado con Sai, y poco después de casarse se quedo embarazada, dando fruto a ese pequeño diablillo.

-He oído que tu madre esta embarazada, ¿es cierto Raiki?-pregunto Sakura al pequeño.

-Si, mama esta muy contenta, pero papa….-dijo el niño imitando la cara que ponía su padre-dice que menudos nueve meses le esperan.

Sakura se hecho a reír ante el comentario del niño, ya había oído rumores de que la ultima vez que Ino se quedo embarazada, no paraba de mandar de un sitio a otro al pobre Sai.

-Raiki, corre y llama a los otros diles que el entrenamiento se ha terminado por hoy-dijo Sakura levantándose del suelo.

El pequeño salio corriendo en busca de sus compañeros, en pocos minutos todos sus alumnos aparecieron con cara de fastidio por lo corto que había sido su entrenamiento.

Sakura observaba a sus alumnos, todos hijos de sus viejos amigos, los primeros en llegar fueron los gemelos Hyuga, Mako y Takato, eran la viva imagen de su padre, habían sido cortados por el mismo patrón que Neji, solo se diferenciaban de él, en su carácter que lo habían sacado de su madre, Tenten los había educado como dignos descendientes de los Hyuga. La siguiente en llegar fue Taru, la hija de Shikamaru y Temari, la pequeña había sacado el mismo carácter tranquilo de su padre y la cabellera de su madre, Sakura no tenía duda de que algún día seria toda una rompecorazones y el ultimo en llegar fue el pequeño Jiraiya, Naruto y Hinata se habían casado después de saber que Hinata estaba embarazada, por lo visto Naruto no sabia muy bien como funcionaba eso de traer los niños al mundo, fue todo un lapsus cuando se entero, el pobre Naruto como siempre nunca se enteraba de una, bueno todo acabo bien, Naruto estaba encantado de tener un hijo, y Hinata de darle un hijo a su querido Naruto.

-Esta bien chicos volvamos a casa, tengo que ir al hospital-dijo Sakura mirando a sus pequeños alumnos.

-Jo Sakura-sensei, casi no hemos estado tiempo entrenando-dijo el pequeño Jiraiya haciendo un puchero.

-Lo siento chicos pero últimamente hay mucha gente en el hospital y poco personal, así que tengo que hacer horas dobles-dijo Sakura mirando las caritas lastimeras que ponían sus alumnos-prometo que cuando tenga unas horas libres, practicaremos algunas técnicas de curación.

Los niños se encaminaron resignados hacia la seguridad de las murallas de Konoha.

Sakura llego al hospital, exhausta últimamente apenas dormía y tenia muchas horas de trabajo como para tomarse un pequeño descanso, entro en una de las habitaciones donde un paciente la aguardaba.

-Vaya pero a quien tenemos aquí-dijo Sakura con el rostro serio.

CONTINUARA………..