My favorite color.

No era ningún secreto, no tenía porqué serlo. Eran realmente pocos los que no estaban al tanto del color favorito de aquél niño. En cualquier otra persona, se lo hubiesen tomado como algo normal, sin importancia. Irrelevante. Sin embargo, el color que Eric Cartman prefería sobre todos los demás, helaba la sangre de todo el que lo escuchara. Su forma calmada, aparentemente normal de decirlo, sólo contribuía a expandir el pánico.

"Me gusta el color rojo"

¿Las razones? Eric solía enumerarlas, como si estuviese realmente orgulloso de ello. Debía ser la única persona que tenía una razón por la cual amar un color.

Lograba que una pregunta que se hacía generalmente con el objetivo de acabar con un silencio incómodo, se volviese una respuesta más incómoda aún.

Eric siempre lo decía.

Rojo como las alarmas de alerta, que siempre anunciaban un divertido caos próximo. Como el fuego, tan divertido como destructivo. Sus calificaciones, siempre marcando sus "reprobado" con tal color. Las hojas secas de los árboles, que jamás podía apreciar debido a la nieve, pero que indudablemente representaban la muerte. Los ojos de algunos animales. La sangre, que brotaba cada vez que alguien se hería. Rojo como la bandera de la esvástica. Rojo como un símbolo de todo lo malo, del caos, de él.

Eric siempre evitaba decirlo.

Rojo como los moños que adornaban sus obsequios cada navidad. Como la crema de cereza que decoraban alegremente algunos pasteles que le daba su madre. Como su cálido abrigo, obsequio de su abuela. Su primer auto de juguete, de un rojizo metálico. El marco de su primera foto. Rojo como su celular, con el que siempre recibía mensajes de sus amigos para salir. Como aquel lápiz que le robó a cierto judío una vez. Como su bicicleta. Como la portada del libro que Liane siempre le leía antes de dormir. Como las manzanas, su fruta favorita, y como el jugo de éstas. Como el jarabe para la tos que su madre le daba de pequeño. Rojo como un símbolo de muchas cosas que lo hacían feliz.

Abrió el paquete (verde) que el judío acababa de entregarle. No miró el contenido, ya que antes de hacerlo, Kyle le habló.

—Feliz cumpleaños, culón.

—Gracias, me alegro de que no seas tan tacaño a pesar de ser judío.

El de ojos esmeralda no respondió, así que finalmente, en el lago Stark y sólo con la compañía del judío, se dispuso a ver su obsequio. Sonrió, audífonos nuevos, así que realmente lo estaba escuchando cuando dijo que los anteriores se habían estropeado. Se sintió extrañamente feliz. Era un nuevo símbolo, ya que como su amigo sabía, eran de su color favorito también.

Rojo como el cabello de Kyle.

Fin.

Hoy es el cumpleaños de Eric y debía hacer algo por él. Creo que por error tomé, en lugar de a Cartman, al Theo de mi amiga Tweeky. Lo siento, prestámelo un rato XD Feliz cumpleaños Eric, que seas un hijo de fruta no significa que no merezcas celebrar ;) en especial si es con Kyle.