Se miraron. Sus ojos se encontraron por primera vez en esa versión de la realidad.
Vaya ojos, azules como el cielo mismo.
Sus cabellos eran rubios como el sol y su piel parecía tan suave y limpia; invitaba a ser acariciada
- ¿Te has perdido? – le preguntó el niño rubio a Merlín, quien lo miraba como si mirase un ángel.
Merlín guardó silencio mientras apreciaba con su vista las ropas vistosas de aquel ciudadano de la gran ciudad
¿Acaso todos en Camelot vestían tan elegante? Tendría que ser en verdad un sitio adinerado, no como su pequeño pueblo de Ealdor.
'Madre' pensó '¿Dónde te has metido?'
- -¡Eh! ¿Qué no sabes quien te habla? ¿O acaso estás sordo? Te he preguntado si te has perdido
- - Ah… -le niño de los cabellos negros se aclaró la voz para que esta no sonara tan aguda y suave como de costumbre – si, perdí de vista a mi madre mientras compraba unas telas y corrí hasta aquí – levantó los brazos, señalando los gigantes de madera que rodeaban a los dos niños.
- - Estas son las tierras de mi padre, el Rey Uther ¿De dónde eres, pueblerino?
"A la realeza se le trata con respeto, Merlín" le dijo una vez su adorada madre "Cuando alguien de la realeza te hable, tu te arrodillas… ¡No quiero ni pensar en las cosas terribles que te harían si no les respetaras!"
Inmediatamente, Merlín deslizó su pierna derecha hasta tocar el suelo con la rodilla, inclinando la cabeza hasta chocar con su rodilla izquierda
' El Príncipe Arturo. ¡Claro! Pero qué estúpido fui. Que no me corten la cabeza'
-Soy de un pequeño pueblo a las afueras, Ealdor, mi señor- Masculló nervioso el joven enclenque.
Escuchó los pasos del pequeño príncipe acercarse hasta poder ver sus botas relucientes entre la tierra y las hojas secas.
'Seguro tiene mil sirvientes que le limpian las botas todos los días'
- Levántate. No te haré daño.
Merlín asintió y se puso en pie, tambaleando en el proceso. Después de recobrar la postura, se mantuvo firme y contuvo el aire frente a su príncipe. Notó entonces, estando tan cerca, que era casi del mismo tamaño; Arturo era un poco más alto, probablemente por los pequeños taconcillos de sus botas negras.
- Pareces muy tenso – dijo Arturo con una gran sonrisa en sus labios, deslumbrando la mirada de Merlín – Relájate, no te haré daño y mi padre tampoco. Acompáñame, conseguiré una patrulla que te lleve a casa – Colocó entonces su mano cubierta por el guante sobre el hombro tenso de Merlín, quien tomó aire con vergüenza al escuchar aquellas palabras.
- - No, mi señor, estoy seguro que podré encontrar mi camino a casa
- - No no, no cuestiones mi decisión - pasó su brazo sobre los hombros del chico – Has de estar asustado en este bosque, tan solo. Mi padre comprenderá
A lo lejos, Merlín pudo escuchar el trote de unos caballos
- - ¡Príncipe Arturo! ¡Príncipe Arturo! – Merlín miró a todos lados, buscando el origen de aquella vos suave que llamaba al niño a su lado
Buscó la mirada de Arturo que yacía sobre las hojas secas del bosque, negando con la cabeza mientras sus cabellos rubios se undulaban de lado a lado
- - ¡Aquí estoy, sir Leon! – respondió el Príncipe.
' Por favor, no me hagan daño' Merlín cerró sus ojos con fuerza mientras los caballos los rodeaban y dos jinetes, tal vez caballeros de Camelot, bajaban de estos
Merlín abrió los ojos; primero uno y luego el otro.
- Mi señor, no debe perderse así. ¡No sabe de los peligros que pueden existir en el bosque! Su padre no quiere que lo lastimen – habló un hombre vestido casi tan vistosamente como el Príncipe, pero no demasiado, y con los cabellos naranjas
' ¿Sir Leon? '
- - No te angusties tanto, Leon. Nada malo me va a pasar.
- - Y este quien es? –dijo el otro caballero, cuyo nombre Merlín desconocía
- - Él es mi nuevo amigo – lo defendió Arturo contra el despreciativo tono de voz, dando unos cuantos pasos adelante – Se llama… -Volteó hacia el pequeño enclenque que yacía con la cabeza baja – ¿Cómo te llamas?
- Merlín, mi señor – contestó en un susurro
- - Ya lo oyeron. Quiero que nos escolten hasta el castillo, él necesita llegar a su casa en Ealdor.
- - Pero, mi señor, es sólo un campesino –comenzó a decir el caballero de los cabellos naranja antes de que Arturo lo interrumpiera
- - Si no me ayudan, iré yo sólo a dejarlo
' ¡¿El Príncipe Arturo a dejarme hasta Ealdor?! ¿Por qué está haciendo todo esto?' Se preguntó Merlín mientras abría los ojos de par en par
Ambos caballeros se miraron uno al otro mientras, impaciente, Arturo esperaba una respuesta a su pedido, cruzado de brazos.
- - ¿Y bien? – presionó Arturo con un tono que hizo que a Merlín se le pararan los cabellos de la nuca
Sir Leon abrió sus labios para volverlos a sellar. Los abrió una vez más
- - Iremos a la cuidadela, hasta el castillo, pero no sé que hará su padre con él
- - Lo convenceré
Y así bien, Arturo montó por sí solo uno de los caballos, y Merlín no acababa de creer que con su estatura hubiese podido montar un caballo tan grande cuando de pronto, el otro caballero tomó sin menor aviso a Merlín por la cintura y lo montó en su caballo
- - Sostente bien, jovencito.
Merlín asintió y tomó el asiento del caballo mientras ambos caballeros conducían a los animales a la cuidadela.
Arturo le dio una sonrisa de complicidad a su "nuevo amigo", el pueblerino perdido de Ealdor y éste le correspondió.
'Ahora solo falta que el Rey Uther no me corte la cabeza'
