"Learn to Love"
Capitulo I: Chica nueva
…
En Hollywood Arts las cosas eran básicamente sencillas, tu atuendo, tus amigos y tu familia te definían como persona, y si no estabas en la cumbre de la pirámide de popularidad respetabas a los que sí. En un lugar pequeño como en esta ciudad, los rumores merodeaban sin cesar, por lo tanto si eras un perdedor en la escuela lo seguías siendo en el mercado, bar o cualquier fiesta donde pudieras entrar.
Las reglas eran simples, por eso empezamos con presentar a las tres chicas en la cima "Catherine Valentine" o como sus amigos la llaman "Cat" es una chica pelirroja de estatura baja, dulce y tierna hija de una respetable psicóloga y un honorable abogado. Por otro lado "Katrina Vega" o simplemente "Trina" era una joven castaña de buen cuerpo con un ego enorme, hija de una exitosa agente de bienes raíces y un político encargado del sector policial de la ciudad. Ultima y la reina del mandato, "Jadelyn West" o como le llaman "Jade" es fría, y nadie le ha llevado la contraria nunca, hija de dos de los mejores empresarios del país, los negocios corren por sus venas. Si Jade ordena algo, tú haces ese algo. Si Jade quiere algo, ella obtiene ese algo. Son cosas básicas para sobrevivir en esa escuela, nunca hay un "no" para Jade West.
Estas tres chicas son mejores amigas, sorprendente ninguna tiene idea de cómo con certeza inicio la amistad, pero se han vuelto inseparables. A pesar de las constantes discusiones entre Jade y Trina, y claro los comentarios fuera de lugar de Cat, todo ha salido bien para ellas desde siempre.
—¡¿Te acostaste con Ricky?!— esa es la voz imponente de Jade mientras camina por los pasillos en medio de sus dos amigas —ese chico es horrible, y no intentes negarlo vi las fotos de aquella fiesta y con esa... "cosita" no creo que haga mucho.
—Deja de ser tan insoportable Jade, el que tú ya no andes con Beck no significa que yo tenga que tener un mes de abstinencia sexual— le reclamo la latina por el insulto —además si me acosté con él o no... ese no es tu problema, él chico tiene buena fama.
—No tienes remedio, Trina— suspiro la gótica cuando las tres llegaron a sus casilleros que por buenas fuentes quedaron una al lado de otra, había un casillero más pero por propia protección de los chicos, ese lugar estaba sin ocupar desde que iniciaron su primer año.
—Escucharon de la chica nueva— inquirió Cat que hasta el momento no había hablado
—¿Tienes la información tan pronto?— pregunto Trina, sabiendo que siempre que un estudiante llegaba ocupaban el informe total de él por si las dudas, aunque era extraño porque nunca había llegado un alumno justo en el último año.
—Si— la pelirroja afirmo y las dos chicas se concentraron en ella —su nombre es Victoria, no pude conseguir información de los padres o de algún familiar cercano pero sé que viene de Australia y vivió también en Nueva Zelanda, no sé con exactitud donde vive pero al parecer es un departamento... pequeño. Tampoco sé sí hizo examen de ingreso o tiene algún talento en particular para entrar, se comenta que fue expulsada de muchos internados y entro aquí por contactos supongo que en realidad no sabe hacer nada... no es amenaza.
Para entrar a Hollywood Arts o eras inteligente o tenías talento, nadie más entraba porque era la mejor escuela de esa ciudad, y no podrían dejar pasar a cualquiera. Tener un cupo ahí te aseguraba tener una buena nota en los exámenes universitarios y de eso un futuro asegurado y prometedor.
—Vaya al parecer llega alguien nuevo por este pueblo— hablo Trina y una sonrisa se asomó por sus labios —tiene que aprender las reglas, no lo creen.
—No le tomes tanta importancia, seguro no es nada aunque para venir a esta ciudad siempre tiene que haber un porque…— susurro la pelinegra pasando una mano por su cabello —vamos a clases.
Las tres caminaron de forma lenta, dejando que los alumnos las idolatraran con la mirada. Pasaron al salón sentándose en los lugares designados por ellas mismas, justo en el centro ni lo suficientemente al frente para que el profesor las llamase, ni muy atrás para confundirse con los problemáticos.
Beck estaba en la esquina derecha del frente junto a Ricky ambos tenían buena fama, ellos dos Andre y Robbie eran los chicos que tenían poder por ahí, más unos cuantos de grados inferiores. El primero tenia talento actoral y un padre magnate en negocios, Ricky tenia ambos padres en el encargados de altos puestos del gobierno por acontecimientos anteriores el mantenía bajo su perfil, Andre y Robbie aunque eran buenos músicos sus padres eran leyendas de los mismo, nada internacional pero lo suficiente para estar en la cima de este pequeño pueblo.
—Eh, Trina hoy amaneciste muy guapa— comentó el chico rubio guiñando el ojo en dirección a la latina quien giro los ojos recordando el revolcón de aquella fiesta con fastidio —vamos no me mires así... podemos salir mañana.
—¿Que dices, te apuntas Jade?— esta era pregunta de Beck quien se sentó en su mesa para mirar a la gótica —Robbie nos prestara su casa no habrá más de sesenta invitados, podríamos divertirnos un rato, ya sabes.
—Ya me lo pensare, Beckett— contesto la gótica ignorando la sonrisa del chico
En eso entro el viejo profesor de cálculo al salón musitando un —Siéntese de forma correcta, Oliver— dejo sus papeles en el escritorio y escribió la fecha en el pizarrón, iba empezar con su discurso diario de como la responsabilidad debía llevarse día a día cuando tocaron la puerta. Con el ceño fruncido salió un momento dejando la puerta abierta mientras platicaba con la subdirectora, todos en el salón parecían bastante curiosos pues nadie hablo cuando el maestro volvió a entrar.
—Bueno, jóvenes a pesar de que hoy es viernes debemos dar bienvenida a una nueva estudiante— anuncio con voz jocosa el señor mirando a su lado frunciendo el ceño al no ver nada, volvió su vista a la puerta abierta —señorita Vega, hágame el favor de pasar.
«¿Vega?»
Trina se sorprendió al escuchar el apellido haciendo señas a sus amigas de no tener ni idea de quien era. Decidieron declinar el asunto, después de todo los apellidos se repetían todo el tiempo y ella no tenía ningún familiar por Oceanía.
Pero su asombro fue más al escuchar los pasos, y poco a poco ir divisando a la chica, castaña de tez morena, rasgos finos, ojos grandes marrones, nariz respingada y labios pequeños gruesos, llevaba unos jeans militares con botas cafés, una simple playera gris y una chaqueta, tenía un piercing en la oreja sin incluir los dos que son comunes, tenía uno más en la ceja y una mirada profunda obscura. Su mochila colgaba en uno de sus hombros de manera rebelde y su cabello relucía ondulado hasta su cintura.
—¿No piensa presentarse señorita Vega?— el profesor saco a todos de su asombro inicial —diga su nombre y si quiere añadir algo está en su total libertad.
La morena rasco la parte trasera de su cuello, girando su cabeza y abriendo un poco los labios, los cerro una vez y volvió a abrirlos —M..Mi nombre... soy Victoria
Los chicos en el salón esperaban ansiosos por más información pero la chica se limitó a eso, bajo la mirada y se quedó mirando sus botas como si fueran la cosa más interesante en el universo.
—Bueno, corta presentación me parece mucho mejor, elija un asiento de su gusto y siéntese.
Después de la orden del profesor, la chica camino entre mesas hasta estar en la de más al fondo, pero no junto con los problemáticos, del otro lado justo donde no había nadie a su lado ni enfrente, en la esquina solitaria como solían llamarle los chicos del mismo salón. Sin prestar atención a las miradas encima de ella, saco su libreta y empezó a escribir... ni siquiera sabían que cosa, pues el maestro no tenía nada escrito en el pizarrón.
Cuando terminaron las clases, como siempre las tres amigas caminaban a su casillero para acomodar los libros que ocuparían al siguiente día o en la tarde, tenían examen de ciencias.
Lo que si las llevo a pararse fue la presencia de cierta morena en el casillero cuarto, estaba ahí tranquila de la vida metiendo sus libros en el casillero gris a pesar de las miradas de miedo que le dirigían los chicos. Jade les hizo señas a sus amigas en señal de que ella se encargaba.
—Oye, tú— la voz dominante de la gótica reino en el pasillo, la morena giro la cabeza tan rápido que se escuchó el tronar de su cuello y aun sobándose se alejó unos cuatro pasos más de la pelinegra quien frunció el ceño viendo a la castaña apuntarse a sí misma —si tú, la de vestimenta callejera, con aspecto de ex-prisionera, rebelde en guerra, militar en protesta, tú.
Victoria ladeo su cabeza, rascándose el cuello y abriendo apenas la boca pero no dijo nada.
—Ese casillero, nos pertenece a nosotras— musito dura la pelinegra apuntando también a sus amigas —así que por tu bien escoge otro lugar donde guardar las armas, drogas o difuntos que tengas ahí.
—Jade..— la reprendió Cat con un susurro cerca de su oído y con una mueca en los labios —no te pases...— trago saliva —mírale apenas y habla, ni siquiera nos ha hecho nada.
De la tres definitivamente la pelirroja era la más piadosa a la hora de criticar a alguien que hacia algo de su desagrado, no eran malas pero tenían que tener carácter para estar en su lugar. Miraron fijamente a la chica, que volvía a repetir el ladear, rascar y abrir apenas la boca pero esta vez pronuncio —No— al ver a Jade fruncir el ceño siguió —es mi casillero... a mí... me lo dieron.
Trina se limitó a subir sus cejas en señal de sorpresa, mientras Cat mostraba media sonrisa traviesa, la mirada de Jade irradiaba furia e indignación.
—¿Dijiste no?— pregunto y vio a la castaña asentir con la cabeza —mira sé todo este asunto de que eres nueva y lo entiendo probablemente no sabes quién soy, pero tienes una idea de quienes son las tres chicas que tienes enfrente o ¿te lo explico?
La chica subió los hombros restándole importancia y el tono de piel de la gótica pasó a ser rojo de coraje, camino hasta ella con rapidez pero con la misma rapidez la chica se alejó, y cuando se giró a ver a sus amigas estas seguían sin moverse extrañadas de la actitud de la morena.
—Estas en proble...— la pelinegra se calló al ver que hablaba sola pues la chica se había ido y también había cerrado con candado su casillero —¡¿pero qué rayos pasa con esa chica?!
—Créeme estoy igual de asombrada— musito Trina guardando libros en su lugar mientras reía jocosamente —aunque vestimenta callejera, tengo que felicitarte por eso fue bueno. Ya verás que para mañana no la tendremos aquí, huira como cobarde.
—Eso espero.
…
"Al atardecer – Casa Vega"
—¡Papá, mamá estoy en casa!— anuncio Trina sorprendiéndose al ver que sus dos padres estaban en la sala, regularmente siempre trabajaban por lo mismo gritaba al entrar a ver si uno de ellos respondía, usualmente uno, a veces nadie, pero raramente los dos.
—Bienvenida hija— saludo Holly claramente nerviosa, parecía no haber dormido nada y ni se dignó a ponerse maquillaje pensó la latina —la comida esta lista.
Trina le restó importancia y camino hasta la cocina seguida por sus dos padres, cuando comenzaron a comer algo la empezó a incomodar, ambos la estaban mirando demasiado, incluso más que aquella vez que la castigaron por chocar el Porsche nuevo del abuelo.
—¿Algún problema?— pregunto levantando la vista de su tazón
David se aclaró la garganta y se tallo la frente llena de sudor —¿Como te fue en la escuela, Trina?
—Oh, nada estudiar y eso... ya sabes— contesto extrañada —no hubo nada interesante en realidad, por eso espero la fiesta con ansias... ¡ah! Y luego está la rarita que entro en nuestro salón, pero también fue gracioso ver a Robbie atragantarse con una albóndiga, estaba rojo y su nariz sacaba agua, fue totalmente... asqueroso.
La latina paro su relato al ver a sus padres mirarla intensamente.
—¿Una nueva chica en tu salón?
—Sí, es raro porque estamos en último año pero ya que— contesto mientras volvía a tomar un bocado para seguir hablando —parece delincuente, y creo que tiene problemas mentales o algo parecido... no lo sé, no me sorprendería que tome drogas o sea traficante.
De nuevo cerró la boca al ver el rostro pálido de su madre.
—Un momento... ella es Vega— se lamentó —¿no será que es parte de la familia, cierto? ¿pero de quién? la tía Bety nunca se casó, el tío Carl es demasiado viejo y mi primo John es demasiado joven.
—No, no es parte de la familia— negó el señor Vega —hay muchos Vega, de seguro es otro apellido así de simple, no tiene nada que ver con nosotros.
Trina se extrañó ante el tono serio y alterado de su papá —Y... ¿cómo es ella?— esta vez pregunto su mamá
—Ya se los dije... es extraña.
…
"Al día siguiente en la tarde – Casa West"
—Ese vestido te queda increíble, hija— era la voz suave de la señora West pasando al cuarto de su hija —seguro quedan embobados al verte así, aunque espero que Oliver se mantenga alejado.
—Mamá ya te dije que Beck y yo no volveremos, podrías dejar de molestar con eso.
Jane enchueco la boca con reproche justo cuando su esposo pasaba por la puerta —Hija sabes que ese muchacho no es de nuestro agrado, pero no podemos hacer nada si a ti aun te agrada.—suspiro el hombre viendo como su esposa retocaba su ligero maquillaje en el espejo —Oh, por cierto cariño contrate a alguien que te ayude en el jardín.
La señora West veía como su hija ajustaba la delgada correa de sus zapatillas antes de acomodar su cabello detrás de sus orejas y contestar —¿En serio?
—Es una joven muy agradable, no habla mucho y además afirmo que hoy mismo empezaba a quitar con el martillo las baldosas del patio.
—¿Me recuerdan porque quieren remodelar el jardín?— pregunto interesada la gótica que acomodaba uno de sus mechones violetas con un broche
—Tu papá y yo cumplimos veinte años de casados, él sabe cómo amo la naturaleza y como nunca he soportado el pavimento atrás de la casa, entonces pensé cual mejor regalo—Jane tomo la barbilla de su esposo con cariño mientras compartían un corto beso —así que... en cuanto antes llegue esa chica, mejor.
La pelinegra giro los ojos ante la cursilería de sus padres tomando las llaves de su camioneta, beso la mejilla de cada uno antes de gritarle a su hermano menor que ya se iba, Jason se limitó a despedirse con otro grito y seguir jugando videojuegos. Eran una familia bastante unida, y aunque Jade adoraba al menor nunca habían tenido ningún pasatiempo en común. Con sus padres era diferente ellos le aconsejaban, entendían y apoyaban en todo… aunque debes en cuando tendían a meterse demás.
Eran las seis y un cuarto de la tarde cuando llego por Trina viendo a sus dos amigas salir de ahí. La fiesta era a las siete pero realmente seria a las nueve añadiendo las horas de retraso presencial que debían tener, se estacionaron cerca de un bar exclusivo donde ya eran conocidas. Cat pidió una margarita ansiosa por refrescarse de ese clima de veraniego que comenzaba a adueñarse de la noche y Trina pidió un vaso lleno de vodka con hielos. Jade saco de su bolsillo unos cigarrillos mentolados poniendo uno en su boca mientras el barman lo encendía con un encendedor.
No solía fumar, bueno al menos no muy seguido, pero las fiestas recientemente le ponían los nervios de punta, regularmente antes llegaba y platicaba cortésmente con las personas del lugar, bailaba a media noche y se retiraba. Ahora no llevaba media hora de una cuando ya estaba insultando a cualquier perdedor que pudiera colarse en la fiesta, no bailaba y no es que estuviera deprimida si no que no le encontraba sentido el hacerlo, conversaba con algunos chicos pero los terminaba rechazando rotundamente al final del evento.
Encontraba las fiestas una reunión sin sentido donde todos apestaban a desesperación por encontrar a alguien con quien pasarla. Aun así tenía a sus dos mejores amigas que la entretenían lo suficiente y una reputación que mantener.
Cuando la hora acordada llego las tres chicas bajaban de la camioneta con la cara en alto, Ricky ansioso por su llegada corrió hasta la entrada sonriendo de oreja a oreja por el exótico vestido que llevaba cierta latina esa noche. La pelirroja inhalo profundamente aire, intentando ignorar el excesivo olor de alcohol, cigarros y sudor del lugar, le gustaba mucho salir a bailar pero odiaba ese tipo de hedor. Pasaron a la sala principal donde no había tantas personas ya que la mayoría estaba en el patio trasero donde estaba el DJ.
—Ese es mi lugar, — anuncio la gótica viendo que un chico de lentes tropezaba con sus propios pies para darle sitio —fuera de mi vista.
No ocupo decirlo dos veces el raro chico rizado huyo del cuarto lo más rápido posible, por otro lado Beck entraba por la misma puerta tropezándose con él.
—¡Qué te pasa pedazo de idiota! —mascullo molesto el actor —¡Fíjate por donde caminas!
La pelinegra conocía muy bien esa actitud, estaba totalmente tomado y ni siquiera pasaban las diez de la noche, probablemente si aún fueran pareja estuviera muy enojada. Lejos de eso se concentró en su celular intentando despejar su mente de recuerdos pasados, tecleo algunos mensajes antes de percibir un fuerte olor de tequila. Su ex novio estaba prácticamente echado a su lado, tenía los ojos rojos y se tallaba el rostro frustrado.
—Perdóname Jade, — suplico viendo que tanto Cat como Trina habían salido por bebidas y tendría algo de tiempo —fue un error… ya ha pasado un mes.
—Beck ya hablamos de esto, — suspiro viéndolo con su cabello ahora largo despeinado y su mirada cristalina enfocada en ella —no vamos a volver, tienes que aceptarlo.
Hacia un mes del rompimiento que para la gótica fue más que simplemente comer helado viendo películas de terror, lo cual no era su estilo lo hizo más que nada obligada por sus amigas. Nadie puede imaginar como una relación de tres años puede terminar de la noche a la mañana, cuando llevas tanto con un chico tu vida inconscientemente comienza a acoplarse alrededor de esa persona, cuando pasan las comidas incomodas, presentarle a tus padres, y su primera noche a solas… algo cambia, inician a salir con ropa sencilla y pueden pasar un día en pijama viendo películas, ya no hay expectativas que cubrir, se conocen perfectamente el uno al otro y están cómodos con ello.
Al menos hasta que uno de los dos se aburre de la rutina, y en una noche con unas copas extras termina haciendo la idiotez de su vida. Con el tiempo tu propia punzante culpabilidad te delata y te destrozas, pero no por lo que has dicho, ni has hecho, si no de ver como poco a poco esa persona pierde el brillo al verte. La inseguridad crece en tu pecho, como te das cuenta que jamás podrás revertir lo que hiciste.
Existen tres situaciones ante un rompimiento, la primera es la más típica terminan por el bien de los dos; la relación se ha vuelto aburrida o han perdido el interés en ella, generalmente terminan como amigos que ocasionalmente pueden terminar en encuentros amorosos. La segunda es cruel, uno de los dos se cansa, se da cuenta de que en realidad no tiene ningún ánimo en esforzarse por una relación o simplemente se interesa en alguien más. El otro evidentemente queda destrozado, inseguro hacia nuevas relaciones preguntándose que tiene mal mientras el otro no parece afectado con la situación.
La tercera es de la que hablamos, los dos se aman profundamente, en el peor de los casos una persona muere dejando al otro devastado. Pero del que hablamos es cuando uno de los dos comete un grave error, entra en una adicción que lo hace no pensar claramente y aunque ama inmensamente a su pareja comienza a destruirse a sí mismo… llevándose consigo al otro.
—Jade yo te amo, — pronuncio mirando sus manos que frotaba de vez en cuando —no puedo si no eres tú.
—Yo ya no puedo contigo… lo siento.
—¿Tienes a alguien más? — expreso con voz grave frunciendo el ceño —¿lo conozco?
—No digas tonterías, Beck.
Antes de que él volviera a protestar llegaron las chicas con Andre y Robbie. Traían vasos rojos y parecían inmersos en una de las locas anécdotas de la abuela del músico. Trina busco rápido la mirada de Jade viendo alguna señal de disgusto que pudiera haber, al no notar nada siguió con la fiesta.
Las luces fosforescentes cubrían el patio trasero, un poco de humo decorativo y el de los chicos que gozaban fumando un puro cerca del gran árbol del fondo, había varios vasos tirados por el lugar acompañado de frituras aplastadas y aun así era una perfecta pista de baile para alguien de dieciocho. Salieron todos a bailar empujando ligeramente a los chicos que había en el centro, la pelinegra estaba un poco disgustada sintiendo la mirada profunda de varios chicos en su cuerpo. Pasando unas cuantas canciones vio a Andre haciéndole señas para salir de ese sofocando lugar, lo tomo del brazo guiada hasta un cuarto del fondo.
—¿Qué hacemos aquí, Harris?
—Me dijeron que Cat investigo a la chica nueva, — hablo el moreno dando un pequeño trago de su whisky —¿cierto?
—¿Te importa?
No solía ser así de agresiva con un amigo pero apenas se había olvidado de esa chica, de su postura y de su entrecortada suave voz. Esperaba con ansias que el fin de semana pasara, quería demostrar que no podían meterse en su lugar aunque solo se tratara de un casillero.
—No quiero que la molestes, — aclaro tomándola del hombro gentilmente —tú no eres así y tengo mis propios motivos.
—¿Te gusta?
—Por supuesto que no, — negó con la cabeza —pero te conozco tú no insultas a personas que no conoces y mucho menos si no te han hecho nada. No le des a esa chica una imagen equivocada, no eres mala no intentes dar esa impresión.
—Tú ya no me conoces, no finjas hacerlo.
—Jade… ya hablamos de esto, — la tomo de ambos hombros viéndola directo a los ojos con una mueca culpable en el rostro —quise decirte lo juro, pero él me pidió tiempo tienes que entenderme, es mi amigo.
La gótica agacho el rostro sin querer mostrar las lágrimas que amenazaban con caer, pasando las miles de imágenes en su cabeza… un mes no es mucho para superar. Respiro hondo intentado despejar su mente antes de hablar.
—Yo también lo era.
Al músico se le oprimió el pecho pero antes de poder decir algo la puerta se abrió tronando contra la pared, el actor estaba ahí con la mirada fija en los dos, apretando la mandíbula y la imaginación de lo pudieron estar haciendo.
—¡¿Qué diablos está pasando?!
El moreno reacciono primero levantando las manos sabiendo que su amigo se encontraba en un estado de ebriedad intenso pero se sorprendió cuando lo tomo de la camisa estrellándolo contra la pared.
—Tra…tranquilo hermano, — chillo Andre intentando apartar las manos de Beck que lo tenía acorralado apenas tocando de puntillas el suelo —estas borracho no hagas esto, es reunión de Rob.
Poco pasó para que dos chicos tomaran al actor por los hombros que forcejeo fuertemente intentando alcanzar al músico para golpearlo. La pelinegra apenas reacciono tomo su bolso saliendo de la habitación no queriendo ver ni escuchar nada más.
—¡Por tu culpa me dejo!
—¡Cálmate Beck!
Cuando llego a la planta baja suspiro, viendo que Trina y Cat se acercaban a ella corriendo probablemente iban para arriba por el escándalo.
—¿Todo bien? — preguntaron al unísono
Asintió con la cabeza —¿Pueden irse con alguien?
Cuando afirmaron diciendo Ricky tomo las llaves de su camioneta para salir de ahí, apenas era media noche y su cabeza era un torbellino de pensamientos, contando sin dudar el hecho de que su ex novio le hacia ese tipo de escenas constantemente desde el rompimiento.
Ocupaba ponerse algo cómodo y acostarse a dormir un largo rato, antes de eso sería bueno comer un poco por lo que paro en una tienda de comestibles de 24 horas a dos cuadras de su casa. Paso por los pasillos de comida preparada y tomo un emparedado de mermelada y una botella de soda, tomo por ultimo un paquete pequeño de galletas… no era lo más saludable pero era fin de semana, así que al diablo con las dietas.
Cuando el cajero pasaba sus productos tomo unos sobres de chicles del mostrador, necesitaba cubrir el olor a tabaco de su aliento. Espero paciente antes de sentir la mirada de alguien en su espalda, tal vez era solo su imaginación porque al girar su rostro no había nadie… al menos dentro de la tienda.
Por fuera una sombra pasaba caminando, distinguiéndose totalmente por el vidrio de las entradas, solo fue un segundo en lo que salía huyendo pero ese marrón, esa profundidad, acaso seria…
—Señorita son cinco dólares— la voz somnolienta del hombre la hizo volver la vista al frente
Entrego el dinero tomando rápidamente la bolsa para salir del lugar, vio cuidadosamente a cada lado pero no había nadie. Subió de nuevo al coche dejando de lado el tema llego a su casa subiendo las escaleras del pórtico viendo unos guantes llenos de tierra y una gorra en el suelo, supuso que el jardinero había estado trabajando un rato.
Al entrar a casa saludo a sus padres que seguían despiertos viendo películas, paso por la recamara de Jason viendo que estaba dormido le paso una manta por encima antes de irse a su cuarto. Reviso algunos mensajes para después ponerse la pijama y puso en la televisión su película favorita mientras cenaba poco a poco cayó rendida por el sueño.
…
"Por la madrugada – Desconocido"
—¿Te aseguraste de que recibieran la información? — preguntaba un hombre de bata blanca seguramente de unos 40 años máximo
La mujer con la que encontraba tenia aproximadamente diez años menos, portaba saco negro y tacones del mismo color, al parecer una secretaria —La recibieron señor, ellos saben que está ahí sin embargo ella no sabe mucho… sabe de la ciudad, la escuela fue mera y afortunada coincidencia. ¿Cree lograrlo?
—Por supuesto.
—La chica… es escurridiza, ágil.
El señor rio ásperamente tallando su barba para ver a la chica directamente —Pero es noble, — susurro —y quiere encontrarlos.
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"Nueve y media de la mañana – Casa West"
La iluminación del día se colaba por las ventanas y Jade maldijo no cerrar las persianas en la noche, se cubrió con la manta dispuesta a dormir otro rato de no ser porque su celular sonaba insistentemente debajo de la almohada. Lo coloco en su oreja para hablar roncamente —¿Quién habla?
—Jade, soy yo, Trina, estoy afuera de tu casa ¿podemos hablar?
A regañadientes se froto los ojos levantándose de la cama, sonaba serio y aunque molestara a la latina de vez en cuando, era su amiga y estaba para ella siempre. Bajo las escaleras corriendo a la puerta principal para abrir y dejarla pasar.
—¿Qué pasa?
—Nada, ¿tú como estas? — la pelinegra giro los ojos al escucharla cerrando la puerta y caminando a la cocina —hablo en serio, no te veías muy bien anoche, casi no he podido dormir.
—Estoy bien, justo estaba durmiendo— miro amargada a su compañera mientras se servía un tazón de cereal —hasta que llegaste.
—Deja de mirarme así, te viene bien un poco de compañía— aclaro la diva poniéndose un plato para comer —además ya que terminemos podemos dormir un poco, la verdad me hace falta.
—¿Te acostaste de nuevo con Ricky?
Trina negó con la cabeza tomando una cucharada de cereal —No, fue cosa de una vez. No volverá a pasar, — dijo con la mirada perdida concentrándose en el refrigerador —¿eso es una nota?
La gótica camino a por ella, intuyendo que era de sus padres suspiro leyéndola en voz alta —Jade salimos con Jason a desayunar después iremos con la abuela no quisimos despertarte, descansa. — sonrió ante eso —Por cierto la chica está trabajando en el jardín ofrécele algo de tomar y si se queda hasta después de las diez ofrécele de comer llego demasiado temprano. Te amamos.
—¿Jardinera?
—La contrataron mis papas ayer, va hacernos un jardín— murmuro sin importancia terminando su desayuno —por su aniversario de veinte años.
—Son tan tiernos, — alago Trina girando su vista a las persianas que cubrían la ventana de la cocina que daba justamente al patio trasero —ahora que lo mencionas si escucho algo de ruido por aquí. ¿Quieres echar un vistazo?
La pelinegra medito un poco escuchando lo que podía ser la destrucción de las baldosas que había en la parte de atrás. Suspiro viendo que su amiga ya estaba pegada al lavabo donde se encontraba la ventana dispuesta a abrir las cortinas.
—Está bien, tengo que ofrecerle agua al fin y al cabo. Ábrelas.
Poco a poco las persianas verde aceituna dieron paso a los intensos rayos de sol, dejando ver casi terminado terreno lleno de tierra y por el final cerca de la cerca que separaban las casas, la chica… complexión delgada con una camisa blanca sin mangas que se pegaba a su piel por el sudor. Sus brazos tonificados que apuntaban el partillos fuerte contra las últimas baldosas, sin poder esquiar el brazo derecho que tenía un sinfín de tatuajes y por el antebrazo un dragón que llegaba hasta la muñeca. Unos jeans desgastados y unas botas negras ya manchadas por la tierra del lugar.
Volteo cargando los pedazos de basura para amontonarlos en una esquina, ojos café y la gorra hacia atrás, tomo la parte baja de su camisa para acercarla a su rostro y secarlo del sudor dejando a la vista una parte de su abdomen.
—No…
—Puede…
—Ser…
Oh, lindos ojos verdes en que lio más grande te has metido.
Sin duda alguna era Victoria. Su jardinera, la chica que pasaría al menos dos meses en su patio trasero, la chica que se había negado a dejar su casillero.
Continuara…
Mi nueva historia está comenzando, tengo buenos pensamientos para ella.
¿Qué les pareció? ¿Les gustan las nuevas personalidades de Tori y Jade? ¿Quieren conocer más a Victoria? ¿Cómo les resulta esta trama?
