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Disclaimer:
Los personajes y cosas/lugares característicos del anime/manga "Naruto" son propiedad de Masashi Kishimoto.
Las imágenes de la portada les pertenece a sus respectivos autores (a mi me encantaron y por eso las use *-*).
Está historia es de mi autoría (a que suena bonito *-*)
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Lo bueno no viene fácil
¿Se han preguntado alguna vez cuál es la necedad de aferrarse a alguien, tanto que terminas únicamente roto, herido, dolido?
No, no hay respuesta que lo verifique científicamente. Tampoco es algo místico o algo por el estilo.
La respuesta es tan simple y, a la vez, compleja que no necesita ser pensada.
El amor.
Sí, ese sentimiento esporádico que nos da felicidad y una infinidad de sentimientos parecido a éste es el causante de tal necedad.
Y el ser humano es necio por naturaleza ¡Vaya que si lo es!
Por esto, la combinación de estos dos promotores inevitablemente te da como resultado en un camino difícil… pero, si lo es, puede que te lleve a lo bueno.
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Capítulo 1: Primera ruptura.
Las calles habían sido decoradas de acuerdo a la festividad que se realizaba cada vez que un nuevo año venía, a la vez que otro se iba. Los niños corriendo con sus yukatas usaban algunas máscaras graciosas, las cuales tenían aspectos muy extraños. Algodón de azúcar, dangos y otros dulces característicos y no de Osaka variaban en las tiendas. Juegos clásicos del lugar inundaban todo ese trecho.
Ahora, a tan solo minutos de ese acontecimiento, un par de jóvenes dentro de toda esa multitud iban paseando sin rumbo fijo. O, al menos, uno no lo tenía.
-Estoy feliz de que hayas podido venir- la voz de la muchacha sonaba algo avergonzada al seguir ambos con los brazos entrelazados desde que salieron de la casa de él. Ella había ido a buscarle, de último momento, a su casa para ver si existía la posibilidad de que salieran esa noche a pasear… después de todo no era extraño que las parejas lo hagan en esas fechas, porque eso era lo que eran, novios.
No recibió respuesta. En todo el tiempo que llevaban juntos sabía bastante de él. Cuáles eran sus gustos y disgustos; lo que le enojaba o le hacía feliz, aunque su cara de feliz no variaba mucho; lo que le preocupaba o le importaba un bledo; era un chico de pocas palabras, a menos que la ocasión lo amerite. Y, en ese momento, estaba preocupado.
-¿Ocurrió algo con tu amiga?- otra de las cosas que sabía era la… "fascinación" o, mejor dicho, el aprecio que le tenía a su amiga. No la conocía muy bien, pero las pocas veces que la vio y habló con ella no le parecía una mala chica. Pero, aunque lo hiciera, no se atrevería a decirle a su novio tal cosa porque sabe que si lo hace inevitablemente pelearían y, seguramente, romperían.
Ya había pasado una vez, pero sólo porque el malentendió un comentario que ella había dicho de su amiga. Había armado tal escándalo y frente de sus padres, tanto que ella, por el orgullo que poseía, se fue de la casa, disculpándose de tan bochornosa escena. Por poco y se acababa todo allí, pero era cuestión de días para que ambos se encontraran y resolvieran todo. El que había dado el paso en la reconciliación fue él. Por ese motivo es el que a ella ya no le importa la actitud que tiene con su amiga, él la buscó a ella para arreglar todo. Significa que la amaba. Se aferraba a eso.
-Tal vez quieras llamarla- animó ella. Sabía que no tenía que pedirle permiso a ella para hacerlo, pero era un hombre después de todo y no quería hacerla sentir mal cuando estaba junto a él- Iré a comprar unas bebidas, mientras tú mejor la llamas- aunque cada cosa que estaba relacionado a ella causaba que se olvidase de todo. ¿Por qué? Porque la am- Ya vuelvo, Sasuke.
Observaba en silencio cómo esa chica de larga cabellera, que poseía un color natural anormal, desaparecía entre la multitud. Le gustaba ese color, pero amaba el azul oscuro.
No esperó mucho para tomar su celular y marcar a la persona en cual pensaba muy preocupado. No le había agradado nada salir de su casa sin haber recibido noticia de ella. Después de todo iba a decirle a su… pareja que estaban esperando un hijo, ¡un hijo! Sí el muy canalla no se hacía responsable jura que lo mataría.
Los pitidos aún sonaban sin dar señales de que la otra persona contestaba. Con cada uno de ellos su desesperación solamente atinaba a aumentar.
-Sa… Sasuke- escuchó su voz al otro lado de la línea. Su corazón se paró, ella estaba llorando.
-¿Qué ocurrió?- no obtuvo respuesta. Miraba inquieto por todos lados, cómo si al hacerlo lograría dar con ella- Por favor, dime qué pasó- pidió exasperado. Su llanto inundaba la comunicación cada vez que él decía algo.
-Él…- al parecer trataba de calmarse, ya que escuchaba cómo ella se trababa mientras quería decir la siguiente palabra- Sasuke, él… me dijo que no me amaba- aquello era algo que le hubiera gustado escuchar en otro momento, en otra circunstancia- No… no quiere a nuestro bebé- y eso fue lo último que pudo pronuncia esa mujer ya que el llanto explotó al escuchar tales cosas de sus propios labios.
…
La chica de larga cabellera caminaba entre la multitud, evitando golpearse entre ellas y que las bebidas se derramaran. Para ser año nuevo no hacía tanto frío como recordaba, pero de todas maneras una bebida caliente no caía mal a nadie.
-Supongo que ya habrá hablado con ella- pensó en voz apenas audible para ella. La cola de caballo la había amarrado hace instante tambaleaba en cada paso que daba. Realmente le gustaba su cabello, pero era agobiante llevarlo siempre suelto. Es decir, no le importaba que su cabello baile con el viento, pero no le gustaba cuando éste le tapaba toda la cara e impedía hacer las cosas. Pero la justificación para que no se lo cortara es que gracias a su pelo conoció a su novio.
Puso de nuevo una sonrisa ya que estaba a nada de llegar a donde había dejado a Sasuke, mas mayor fue su sorpresa al no encontrarlo allí. Lo buscó con la mirada por los alrededores y no lo hallaba. El lugar que habían encontrado era más íntimo que las ajetreadas calles con personas. A él no le fascinaba exactamente estar rodeado por una muchedumbre, por eso se habían "instalado" momentáneamente allí.
¿La había ido a buscar? No, lo dudaba. Tal vez, realmente le había ocurrido algo a su amiga. Esa posibilidad era más acertada que la de que él vaya en búsqueda de ella. Pero… ¿se había ido, dejándola a tan solo minutos de que empiece el nuevo año? No, sabe a la perfección que tiene mucho… cariño a su amiga, pero no se iría, dejándola sola a esas horas de la noche. Imposible.
Decidió buscarlo entre la gente, pero no aparecía. Soltó un suspiro de cansancio. Estaba empezando a sentirse inquieta y no le gustaba para nada eso.
A lo lejos observo a dos personas, una niña y un hombre, que estaban sentados debajo de un árbol, ambos cubiertos por una manta. Recién, en ese instante, se percató de las bebidas, ahora menos caliente, que sostenía en ambas manos. No lo pensó mucho y se dirigió hacia ellos.
-Disculpe…- les llamó la atención a ambos, colocándose en cuclillas para estar a la altura de ellos. La niña solo atinó a aferrarse más a su osito que sostenía, mientras que el hombre solo atinó a mirarla- Si gusta, ¿puede aceptar estas bebidas? Acabo de comprarlas hace instantes- extendió una sonrisa al ver que la niña solamente la miraba algo ajustada.
-¿Por qué haría eso?- al parecer ese hombre desconfiaba de su acción. Esos ojos completamente azules lo decían todo.
-Porque me parece un total desperdicio tirarlos apenas acabado de comprar- trato de sonar lo más amable que podía, dando una respuesta era muy lógica- No pretendo ofenderle ni nada por el estilo- quiso dejarle claro que no lo hacía por mera pena, aunque algo tenía.
Dudo bastante, pero al fin acepto ambas bebidas.
-Para la pequeña es chocolatada- le sonrió a la niña, quien tomo el vaso que el hombre le entregaba.
-Gracias- atinó a decir el hombre observándola. Ella solo sonrió mientras se para rectamente. No se movió ni un segundo de su lugar, sólo se quedó observando cómo ese hombre le sonreía a la niña y le susurraba algo que no alcanzo escuchar. Se sorprendió cuando nuevamente ambas miradas se concentraron en ella.
-Muchas gracias señorita- la niña habló. No se esperaba eso, más porque su mente iba y venía con el tema de su novio.
-De nada- le agrado mucho ver la sonrisa de la niña. Iba a despedirse, pero recordó algo que traía en la mochila. No lo pensó dos veces y buscó en ella, bajo la mirada de interrogación de esas personas. Cuando halló lo que buscaba, lo sacó y tendió hacia ellos.
-¿Perdón?- el mayor habló, confundido por ese paquete extendido que tenía ella.
Ella no habló, solo insistió con el paquete en mano para que lo tomasen, cosa que no lo hacían.
-¿Podría hacerme un favor?- pidió, a la vez que nuevamente se ponía de cuclillas- Acepte esto, sé que ustedes lo utilizaran, al contrario que…- no terminó la frase. Se estaba deshaciendo del regalo que era para su novio y ella, ya que para navidad estaba con sus padres.
-Fue suficiente con las bebidas, gracias pero n- no fue capaz de terminar debido a que ella le tendió el regalo a la fuerza. Se levantó de golpe y una lágrima rodo por su ojo derecho, a la vez que se mordía los labios para tranquilizarse.
¿Qué le había pasado? No sabe… o no quiere saber.
-Feliz año nuevo- fue lo último que dijo antes de irse corriendo de allí, dejando confundidos a esas dos personas.
…
-"Estas equivocada… no me amas, yo no te amo"- repetía esas palabras que le habían destrozado todo su ser. ¿Por qué? ¿Por qué malditamente le estaba sucediendo todo eso?
Su cabello largo se movía con el viento que repentinamente se levantó, causando que mechas azuladas empezaran a cubrir su rostro. ¿Por qué?
Ahora… ahora solo le quedaban esos recuerdos de las pláticas que solían tener y su único encuentro por el cual ahora ella estaba a meses de ser madre.
Las lágrimas inundaron nuevamente sus ojos. ¿Por qué la vida le escupió en la cara cuando era más feliz que nunca?
Había arriesgado todo y había perdido. No solo el amor del hombre que pensaba que amaba, sino también el amor de su familia y fue por su misma decisión.
Fue demasiado descuidada a la hora de esconder el test de embarazo, lo había encontrado su hermana menor. Forzadamente le contó todo, incluso quien era el padre de la criatura, pero para su mala suerte su padre las escuchó.
Ahí se desato su ruptura.
Exigía saber quién era el padre del niño, al parecer no había escuchado esa parte, para alivio de ella. Se negaba a decirle su nombre. Sabía perfectamente que su padre les obligaría a casarse. Cualquiera diría que esa era su oportunidad para tenerlo, pero que tan equivocados estaban. Allí si se abría separado de él definitivamente, ya que creería que eso fue obra de ella. Y tenía orgullo, le había quedado algo de ello después de rogarle que dejase de decir esas palabras que dieron fin a su historia. Por esa razón, confiada, ciega y estúpidamente abandonó su casa diciendo que ellos arreglarían las cosas sin la intromisión de su familia.
Y he aquí los resultados.
-¡Hinata!- escuchó la voz de su amigo e instantáneamente se paró para correr hacia él y abrazarle.
-¡Sasuke!- las lágrimas ahora sí tenían un lugar seguro a donde llegar, el hombro de su mejor amigo.
-Tranquila, sh…- le acariciaba la cabeza delicadamente, intentando tranquilizarla. Daba gracias que, a pesar de todo lo malo que le había sucedido, aún tenía a su amigo con ella.
…
Había salido corriendo de ese lugar, pero ¿hacia dónde? No lo sabía, su cerebro actuaba por cuenta propia, en búsqueda del hombre que había desaparecido.
No lo pensó dos veces y empezó a llamarlo a su celular. El aparato sonaba y sonaba, sin dar señales que el dueño lo tomaría para contestar.
-El número que trata de- colgó inmediatamente al escuchar esa grabación. ¿Había ocurrido algo realmente grave?
Volvió a intentar comunicarse con él pero siempre le saltaba la misma grabación.
-¡Su hermano!- pensó de inmediato. No quería asustar a los padres de él en vano, pero tal vez su hermano sepa dónde está. Tal vez, solo tal vez, había hablado con él por ayuda o cualquier otra cosa.
Espero un par de segundos, antes de que le contestaran.
-¡Hey! ¿Cómo la están pasando par de tórtolos?- escuchó la voz de su "cuñado", autodenominado por el mismo.
-Itachi… ¿Sasuke no se comunicó contigo?- por lo dicho, sabía que no estaban juntos. Pero eso no evitaba que si haya hablado con él.
-¿Qué no estás con él en este momento?- no dijo nada ya que el silencio hablaba por sí solo- ¿es que acaso… te dejo sola?- tan acertada su pregunta no podía ser.
-Se veía preocupado- excuso el accionar de su novio- puede que le haya pasado a su amiga y haya ido con ella.
-Puede ser, pero eso no quita que se haya ido, sin siquiera avisarte- su voz sonaba como si le estuviese reprochando el hecho que lo esté "defendiendo".
-Más que eso estoy preocupada que les haya pasado algo grave- no era mala persona como para desearle mal a Hinata.
-Entiendo. Pero ¿y tú dónde estás? Dime e iré por ti. No es seguro que estés solas a estas horas.
-No te preocupes Itachi, voy a estar bien- sonrió ante la actitud del peli-negro. Lo consideraba como un hermano mayor que nunca tuvo. La cuidaba y apreciaba, igual que sus padres, lo cual agradecía inmensamente- Sólo trata de comunicarte con él y si consigues saber algo me avisas ¿sí?
-Sakura…- escuchó su suspiro- estaríamos más tranquilos si sabemos dónde estás- escuchó la voz de otra mujer en el fondo. La reconoció a la perfección, era la novia de Itachi.
-Tranquilo, sé defenderme- dijo con tanta confianza que le salía de manera natural- pero bueno, los dej- de repente empezó a escuchar los fuegos artificiales a lo lejos de donde estaba minutos antes. Del otro lado de la línea empezaron a gritar y desearse un feliz año nuevo- Feliz año nuevo chicos- deseo Sakura al caer en cuenta que otro año estaba comenzando.
-Feliz año nuevo, Saku- le escuchó decir. Algo en su voz le hacía entender que no estaba exactamente feliz. Ella tampoco lo estaba.
…
El primero de enero de 2018 fue una fecha inolvidable, pero no exactamente porque termino bien.
La peli-rosa había salido corriendo de su trabajo de medio tiempo para llegar a la casa Uchiha. Había recibido una llamada de Itachi, se encontraba alterado, pero solo alcanzo a decirle que se presente en su hogar cuanto antes.
Lo único que le hizo dormir tranquila fue un mensaje de Sasuke a las 3 de la mañana, diciéndole que estaba bien.
Solo eso, estaba "bien". Quiso llamarlo, claro que sí, pero sabía que no le atendería. De otro modo él la hubiera llamado a ella.
Gracias a que no había mucho tráfico logró llegar a su destino antes de lo esperado. Pagó el taxi sin esperar el vuelto y fue directamente a la gran casa donde residía la familia. No tardaron mucho en abrirle la puerta una empleada, comunicándole que la esperaban en la sala.
Al entrar al lugar se quedó paralizada al ver a la mujer de la casa llorando a mares sobre el hombro de su esposo. Itachi estaba tratando de reconfortarla, igual que su padre, pero cuando ella llegó fue directamente hacia ella a abrazarle.
-Que… Itachi ¿qué pasó?- preguntó mientras venía toda la escena. No respondió al abrazo, no entendía a qué venía todo eso.
Un segundo… faltaba su novio. Faltaba Sasuke.
-¿Dónde está Sasuke?- apresuró a decir a la vez que deshacía el agarre- ¿Le… l-le pasó algo?- sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas sin darse cuenta. No podía terminar su pregunta, no hacía falta- ¡¿Dónde está Sasuke?!- preguntó alterada. No era su intención perder la postura, ni se imaginó una vez en su vida perderla de tal manera.
-Se fue- la mirada intensa y llena de dolor, arrepentimiento de Itachi causaba que no pensara que sea una broma- Mi hermano se fue del país con Hinata.
La cara de Sakura pasó de estar preocupada a confusa. No entendía bien lo que escuchaba.
-¿Qué?- atinó a decir. Las palabras no salían de su boca para buscar respuestas, pero sabía que él las daría.
-Hinata huyó de su casa porque está embarazada de un tipo que no se quiso hacerse cargo del bebé. Ella se peleó con su familia por él, pero terminó estando sola- empezó a explicar Itachi. De reojo, ella observó cómo Mikoto se empezaba a tranquilizar y se levantaba junto a su marido para colocarse junto a su primogénito. No iban a dejar que él enfrente todo sólo, no iban a dejar que dé la cara por los errores de su hermano- Mi hermano fue a buscarla ayer porque le había llamado.
-Lo sé- obtuvo la voz para decir ello. Su garganta se cerraba a la vez que hacía un gran esfuerzo para no llora- Sé que él en todo este tiempo estuvo con ella, pero- se calló abruptamente. ¿Por qué había sido tan estúpida en no llamarle?
-Él vino hacia nosotros en búsqueda de ayuda. Queríamos dársela, pero ella se negaba en ir con su familia o decir el nombre del sujeto. Ahí fue cuando Sasuke explotó- tragó grueso y quiso seguir, pero tampoco era fácil para él decir todo eso.
-Fue a su habitación e hizo una maleta- siguió Mikoto mientras abrazaba a su hijo- bajó en un segundo para decir que- y ahí fue cuando se quebró.
-No iba a poner en riesgo a Hinata, aunque eso significaba que ambos se vayan lejos de aquí- La cabeza de la familia tomo la palabra para no dar más rodeos. Se sentía traicionado, avergonzado, herido ante la acción tan poco hombre de su hijo- Se fueron ambos de aquí. No pudimos detenerles y cuando los alcanzamos ya habían abordado un avión.
Al terminar de escucharlo, Sakura no miro a nadie de la familia.
¿Realmente se había ido? ¿Realmente había abandonado a su familia… y a ella?
Quería escucharlo ella misma.
Sacó su móvil, con las manos ligeramente temblando y lo llamó sin dudarlo.
No le contestaba… no atendía. ¡Tenía que ser un sueño! No, una pesadilla.
Antes de que colgara escuchó ruido del otro lado de la línea. Una suave respiración era perceptible.
-Sasu…- habló. Intento decir su nombre, llamarlo, pero no pudo.
-Lo siento- fue lo único e último que escuchó después del sonido que indicaba que la comunicación había terminado.
Su móvil lentamente se deslizaba de su mano, estando a punto de caerse, pero ella lo tomó con fuerza.
-Sakura…- escuchaba que la llamaba la mujer, pero no podía levantar la vista. Los sonidos se hacían cada vez más vagos, más lejanos
-¡Sakura!- sintió cómo la sostenían por los hombros, pero el agarre era casi inexistente.
¿En qué momento ella se encontraba sentada sobre la alfombra blanca que cubría la espaciosa sala? No lo sabía. ¿Se había caído? ¿Se había sentad por su cuenta?
-¡Niña, responde!- esta vez alcanzo a escuchar una voz más gruesa, pero de todos modos parecía ser que le estaban susurrando.
La movían con cuidado para tratar de captar su atención, pero nadie lo lograba. Había entrado en Shock.
Lo único que inundaba su mente era "déjalo ir". Y así lo hizo. Esa lágrima que amenazaba desde hace minutos en salir fue finalmente libre.
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Hola... hola, probando...
Ok, dejo de hacer eso ._.
Bueno, qué decir... yo metiéndome en los fics de Naruto. Raro... pero son cosas de la vida. Bueno, no cosas de la vida sino yo y mis ganas de hacer mucho dramatismo con los personajes de una serie que amo. (?
Antes que nada, yo expreso mi postura con respecto a los ships, por lo cual se podrán imaginar por donde podría desarrollarse la historia.
Estoy felizmente feliz (sí, dos veces feliz) con los ships canon
Dije todo con eso ¿no? xD
Ya termino de hablar u.u
Sin más... me gustaría saber su opinión n.n
Nos leemos en la próxima (No prometo nada de que sea pronto, pronto)
n.n/
Fecha de inicio: 02/08/2017
