"LA SOMBRA DEL AMOR"
PARTE I
Las nubes empezaban a cubrir la gran ciudad, un hombre observa el cielo desde su oficina; él, uno de los socios mas importantes de la empresa esta a cargo de todos los aspecto financieros de la misma, un trabajo que le había obligado a dar varios viajes a través del mundo, visitar lugares, conocer mucha gente...
- "Conocer..." – Musita con una leve sonrisa al momento que empieza a llover – "La lluvia... cuantos recuerdos me trae..." -
- "Milo" –
- "Si, Douglas" – Douglas Tedford es un hombre alto, de piel blanca, cabello rubio y corto, muy bien parecido, había sido ascendido a el secretario personal de Milo, por lo que ambos se conocían muy bien, incluso Douglas conocía a... –
- "Disculpa molestarte justo cuando ya pensabas retirarte, pero te traigo una noticia que lo mas seguro es que te gustara" – Sentándose frente al escritorio -
- "¿A sí? ¿Y cual podría ser?" –
- Pues simple y sencillamente que la reunión que tenias programada para el día de mañana se cancelo, uno de los inversionistas mas importantes no podrá asistir por lo que el jefe; Shion, decidió que se deberá aplazar la reunión o sea..." -
- "Que tengo libre el día libre..." –
- "Correcto" –
- "¡Que bien!" – Sentándose en su silla giratoria y empezando a dar de vueltas – "¡Ya necesitaba un descanso!"
- "Ja! Ja! Ja! Pareces un niño"
- "¿Tu crees?" –
- "Si, y creo que ya empiezo a comprender por el él te ama tanto" – Estas palabras sonrojan a Milo que detiene su juego –
- "Y se puede saber a que te dedicarás en este sorpresivo tiempo a tu disposición" –
- "Pues a lo lógico querido amigo..." – Tomando su portafolios y dirigiéndose rumbo a la puerta – "Pasar todo el día con él, lo mas seguro es que salgamos, hace mucho que no tengo tiempo para nosotros... solo nosotros y nada más..." –
- "Me parece perfecto" –
- "Adiós" – Milo se despide y se va –
- "Muy perfecto..." – Repite Douglas con una extraña sonrisa –
Las avenidas concurridas de trafico por la lluvia ponen en aprietos a Milo que esperaba poder llegar temprano aunque fuera una sola vez a su casa...
- "No es posible..." – Recargándose en el volante – "¿Y ahora que hago?" – Observando como las gotas caen una tras otra, posando su atención en una vieja construcción a unos metros de un estilo muy parecido a las antiguos templos griegos trayéndole viejos y gratos recuerdos de – "Como nos conocimos..."
"Recapitulación 1"
Algunos cuantos años atrás Milo caminaba lentamente, vestido como un turista, entre todas las construcciones de Grecia, antiguos templos con todos sus misterios y encantos, no dejaba de tomar fotos a pesar de estar en ese país por cuestiones de negocio no desaprovechaba cualquier oportunidad para darse una vuelta por ahí
- "Es maravilloso" – Se dice mientras camina por una parte poco visitada y accesible de las ruinas, en la parte mas alta de una montaña – "Ha- ha- ha... creo que necesito más... condición... física..." – Respirando agitado – "¿He?" – Observando como a pocos metros de donde esta, un joven alto, de piel blanca como el mármol, cabello azul profundo y largo, se encontraba perdido en sus pensamientos, al borde un barranco y luego voltear hacia el templo que esta a su lado –
- "Es..." – Musita –
- "¿Hermoso?" –
- "¿Mh?" –
- "Hola, disculpa si te interrumpo" – Se acerca Milo con una de sus mejores sonrisas – "Mi nombre es Milo.... Milo Owen, ¿Y tu?" – El hermoso joven no parece entenderle cosa obvia si tomamos en cuenta que Milo le había hablado en Japonés, idioma que el estaba acostumbrado a usar, por lo que opta por hablarle en Griego – "Ahora me entiendes" -
- "Si" –
- "Me alegra" – Milo le sonreía mucho, trataba de ser lo mas amigable posible -
- "¿Por que sonríe tanto?" – Piensa el joven extrañado –
- "¿Y bien?" – Le insiste Milo -
- "¿Qué?" –
- "No me vas a decir como te llamas, yo ya te lo dije, lo mas correcto es que me respondas" –
- "Oh disculpa, me llamo Camus Winger, mucho gusto" – Intentando sonreír pero no lo consigue –
- "¿Winger? Ese nombre lo he escuchado en alguna otra parte" – Piensa y prosigue - "¿Te molesta mi presencia? ¿Verdad? " – Dando la media vuelta dispuesto a irse –
- "No..."–
- ¿No? -
- "No, no se... es decir... yo" – Camus no sabía que decir, no tenia idea de por que lo había detenido – "Lo siento... ya no se ni lo que digo" – Se aleja para sentarse en una columna derrumbada y es cuando Milo por fin se da cuenta de que él estaba haciendo una pintura -
- "Con que eres pintor ¿He?" –
- "Mas o menos" – Contesta perdido en sus pensamientos nuevamente, Milo observa la pintura, era un hermoso paisaje de la antigua Grecia, tal y como podía haberse visto en sus años de Oro –
- "No esta mal, se ve que tienes talento..."
- "No sirve..." – Contesta más para si que para Milo –
- "¿Por qué no?" – Sentándose a su lado –
- "Por que no me gusta... no sirve... hay algo que le falta... y aun no se que es..." – Camus alza su rostro y nota como el atardecer empieza a caer sobre ellos –
- "Pues si me permites, te puedo decir que nadie nace sabiendo, solo necesitas un poco mas de practica y..." – Milo corta la frase, y nuevamente ve la pintura –
- "¿Y?" –
- "Y... pues no estoy seguro de cómo decírtelo... creo que sería, ¿Sabes lo que yo veo en tu cuadro?" –
- "¿Qué?" –
- Pues solo eso, un cuadro, una hermosa imagen de alguien con mucha creatividad pero no alcanzo a percibir sentimientos, los sentimientos del autor expresados en él, no veo tus sentimientos Camus... no veo parte de tu alma en el cuadro... es como si fueras hielo... frío por dentro" – Milo veía fijamente los ojos azul profundo de Camus mientras le decía estas palabras pero reparando en lo que acababa de decir, se calla y observa los últimos vestigios del atardecer –
Un silencio se hace entre ambos, ninguno se sentía incomodo al lado del otro, era raro, Camus recapacitaba en lo que acaba de oír, mientras Milo deambulaba en sus pensamientos, tratando de recordar por que el apellido Winger le sonaba tan conocido
- "¿Mi alma?" – Repite en voz baja Camus, Milo le oye y esa palabra hace remover algo en su cerebro –
- "¿Alma? ¡¿Alma?! ¡¡Eso es!! ¡¡Los representantes del alma del teatro!! ¡¡Así con conocidos la famosa pareja francesa de actores..." – "¡¡Winger!!" – Exclama en voz alta al pararse de golpe ante el susto que le propina a Camus –
- "¡¿Pero que te pasa?! ¿Quieres que me de un infarto o que?" -
– "¡Ahora se por que me sonaba tan conocido tu nombre! ¡Tu deber ser Camus, el hijo de los famosos actores Winger de Marsella en Francia!" – Este descubrimiento por parte de Milo, parece entristecer al Francés que baja el rostro -
- "Creí que por fin alguien no se daría cuenta, tonto de mi por haberlo pensado" –
- "¿Tiene algo de malo?" – Volviéndose a sentar ya mas calmado –
- "Si, por que ahora lo mas seguro es que me preguntarás que se siente ser el hijo de una de las parejas mas famosas de todo el mundo... como todos suelen hacerlo ¿O me equivoco?" –
- "La verdad...
- ... –
- ... si" –
- "¿!" –
- ... Vamos, no te niego que aún no me acabo de sorprender por saber que eres alguien muy importante, por la fama de tus padres... pero de eso a estar averiguando tu vida personal... es muy diferente... no soy de ese tipo de personas" –
Un nuevo silencio, la noche ya había caído junto a la temperatura
- "Hace frió" – Dice Milo y Camus se para –
- "Ven, te invito a mi casa a cenar" –
- "No es necesario" –
- "Es lo mínimo que puedo hacer por haberte quedado a ayudarme" – Por primera vez en todo el tiempo que había trascurrido a Camus se le forma una pequeña sonrisa –
- "Ahora que lo miro bien... es atractivo..."
- "Entonces ¿Aceptas?" – Vuelve a preguntar con una sonrisa aun mas grande –
- "Bueno yo... no se que contestar" –
- "Solo di que sí" – Camus le extiende su mano para ayudarlo a pararse y Milo ya no lo duda más –
- "Por supuesto" –
"Fin Recapitulación 1"
Ya era tarde, alrededor de la media noche, Milo tuvo que hacer una parada en un lugar muy especial; por lo que cuando por fin puede llegar a su casa abre la puerta lentamente para no despertarlo... entra silenciosamente rumbo a la sala donde para su sorpresa esta Camus... quien ha encendido la chimenea y ve como se consume la leña... con sus pensamientos perdidos en el día que invito a Milo a cenar en Grecia...
"Recapitulación 2"
El frío se había echo mas intenso, Milo tuvo que poner el calefactor del su auto para no congelarse, se le hacia algo increíble que Camus no tuviera automóvil propio... con el dinero de sus padres fácilmente...
- "Te invite a cenar y ni siquiera tengo como llevarte a mi departamento, discúlpame" – Dijo Camus rompiendo el silencio –
- "No hay ningún problema" – Le contesta gentilmente, algo que hace que Camus se sienta aún mas en confianza, los minutos pasan para que por fin llegarán a una de las calles más tranquilas en Atenas, ya eran alrededor de las 8:00 de la noche -
- "Se bienvenido, estas en tu casa" – Abriendo la puerta y Milo ve un departamento, modesto pero con un muy buen gusto en decorado que te hacía sentir cómodo y bien recibido... como en casa - "Siéntete libre de hacer lo que gustes" – Le dice mientras toma su cuadro y se va aun cuarto en especial –
- "Debe ser su estudio" – Piensa husmeando por todos lados hasta que un extraño ruido proveniente de su estomago lo pone devuelta a la realidad – "Upss... ahora si ya me dio hambre... Je! Je! Je! Pues él me dijo que me sintiera como en mi casa así que...¡¡Oye Camus!!" –
- "¿Si?" – Saliendo –
- "¡¿Que hay de cenar?!" – Sentándose en el comedor y fingiendo morir de hambre acción que provoca una pequeña risa en Camus –
- "Dame un minuto" – Entrando en la cocina pero un veloz recuerdo lo deja como piedra – "Hay no, hay no, hay no, ahora que recuerdo no he comprado absolutamente nada desde hace días y lo único que quedaba me lo comí esta mañana... ¿Y ahora que voy hacer?" – Poniendo una mano en su cara – "Soy un estúpido"-
- "¿Sucede algo malo?" – Milo había ido a ayudarle pero al verlo así se preocupo-
- "No, quiero decir si, mas bien no... ya le encontrare solución, bueno... es que" – Pero no termina de hablar por que Milo se había empezado a reír – "¿Se puede saber de que te ríes?"
- "Ja! Ja! Ja! De lo gracioso que te explicas Ja! Ja! Ja! – Milo no podía evitarlo se le hacia extremadamente gracioso ver como Camus se trababa con sus propios pensamientos, por su parte él quería enojarse con Milo pero... no pudo... su alegría era contagiosa y Camus rió... ¿Desde cuando que no lo hacia? Mucho, demasiado tiempo, su vida fría y carente de sentido no le había dado la oportunidad, a Milo le pareció un ángel viéndolo reír –
- "Aunque sea ya logre verle una sonrisa, eso me gusta... ¿Eso... me gusta... ? – ¿Y que era lo que intentabas decirme?" – Camus deja de reírse y ahora si no sabe ni que hacer -
- "He... pues, verás, cuando te invite a cenar pues olvide que..."
- "¿Qué...?" -
- "...Que no había comprado absolutamente nada" – A Milo le sale una gota de sudor con esta revelación, vaya que el Francés era despistado ¿O era por que siempre andaba sumergido en sus pensamientos? –
- "Pues menos mal que estas frente a quien la palabra Imposible no existe, todo tiene una solución en esta vida Camus" – Dice Milo inflado el pecho para luego sacar de su pantalón un celular - "Y para tu problema ya tengo mi solución" – Guiñándole un ojo -
- "¿Qué vas hacer?" –
- "Pediré una pizza" –
- "..." -
El tiempo pasa, ambos se acomodan en la sala a platicar mientras esperan la llegada de la su "Cena" una música instrumental de fondo ameniza la charla
- "Y cuéntame Milo... ¿De donde eres? ¿Qué te trajo a Grecia? ¿Cuánto tiempo te vas a quedar?" –
- "Un pregunta a la vez" – Milo ríe levemente y prosigue – "Un viaje de negocios , Japón y mmm... tres, tal vez cuatro semanas a lo mucho"–
- "Eso significara que te quedaras por un tiempo" –
- "Si, pero ahora me toca a mí, dime ¿Qué haces tan lejos de Francia?" –
- "Ando en busca de algo" –
- "¿Algo? ¿Y que es eso algo?" –
-"Al principio creí que era inspiración pero me di cuenta de que no podía ser eso..." –
- "¿Entonces?" –
- "Mas parece ser que es tu describiste como Sentimientos..." –
- "¿Crees que aquí lo podrás encontrar?" –
- "No lo se, mas bien no sabía lo que buscaba, justamente en eso estaba pensando cuando apareciste como caído del cielo" – Camus y Milo están sentados el uno del otro, los dos se ven fijamente, Milo dudaba en preguntar pero aún así no pudo evitar la curiosidad –
- "¿Por qué eres así? –
- "¿A sí?" –
- "Me refiero a así de pensativo... así de distante..." – Milo se empieza a cercar para besarlo y Camus inconscientemente cierra los ojos – "Así... de frío" – Dice en susurro, pero justamente en ese momento el timbre suena, Camus se para rápidamente notándose claramente sonrojado y va abrir –
- "Casi... es una verdadera lástima.. hubiera sido interesante besarlo" – Se dice mentalmente Milo -
- "Bien, aquí esta" – Poniendo la pizza en la mesita de la sala –
- "¡Ya era hora!" – Iluminándose los ojos ya que había recordado que se moría de hambre –
- "¡¡Buen provecho!!" – Dicen a coro y el tiempo pasa nuevamente –
"Fin Recapitulación 2"
Un leño cruje en la chimenea haciendo volver a Camus a la realidad, son las 12:10 am
- "Ya es muy tarde" –
Por su parte Milo se había dedicado a admirarlo desde la entrada, era tan hermoso... como un ángel... se lo había dicho ya tantas veces... ve el stereo y una gran idea surca su cabeza por lo que va y pone una suave canción...
(Comenzando la melodía que tanto caracteriza a esta película de "Ghost: La sombra del amor")
Camus se sorprende por la repentina música, y se levanta para toparse con...
- "¿Bailamos?" – ...Una mano extendida frente él –
- "Milo..." – Dice en susurro al tomar con suavidad su mano y empezar a bailar lentamente en medio de la sala –
- "¿En quien pensabas?" – Le pregunta pícaramente -
- "¿En quien mas podría ser sino en ti?" – Contesta Camus al recargarse en el hombro de él – "¿Cuál es tu excusa?" – Milo ríe para sus adentros, que bien lo conocía, sabía muy bien que algo le inventaría por haber llegado tan tarde –
- "Trafico" – Es su suave contestación, solo espera un regaño de su amado pero este no responde – "¿Mh? ¿Camus, me estas poniendo atención?" – Pero él tenia los ojos cerrados – "Que lindo te ves" – Susurra y lentamente le da un beso que para su sorpresa en contestado – "Creí que te habías dormido" –
- "Casi... pero alguien me despertó" – Le contesta al momento que lo besa con dulzura pero Milo cambia ese beso por otro de pasión, acción que es bien respondida –
- "Te amo... Camus... te amo... mi pequeño... ángel" – Le dice al oído para luego bajar a besarle el cuello –
- "Milo... yo... Milo... también... no... ahh... lo olvides" – Camus gemía bajo las caricias –
Y las palabras sobraron, dos cuerpos sincronizados... bailando a un mismo son, perteneciéndose, amándose, como ninguno de los dos soñó que pasaría jamás... deseándose... dos en uno... uno en dos...
Ambos intentaban normalizar su respiración, Camus esta recargado sobre el pecho de Milo que le acariciaba el cabello
- "Dime Camus, ¿Me extrañaste?" – Besándolo –
- "Por supuesto, el día se me hace muy largo si tu no estas, siempre tan ocupado... y sino eres tu soy yo... con mis frecuentes viajes..." –
- "Suena como si te lamentaras... por fin conseguiste lo que tanto querías... convertirte en un pintor de reconocimiento mundial... y parece que te quejarás, es que... ¿Acaso estás arrepentido?" – Levantándole la barbilla para verlo directo a los ojos –
- "No es eso... solo que... no me gusta que estemos tanto tiempo separados" – Abrazándolo con fuerza –
- "Tienes razón... pero eso me hace recordar que te tengo dos sorpresas" –
- "¿Mm?" –
- "Si, y te van a encantar" – Milo se levanta y toma su pantalón de donde saca una pequeña cajita – "Tenia pensado dártela el día de tu cumpleaños; dentro de unos días, pero acabo de cambiar de opinión, ten" –
- "¿Qué es?" –
- "Ábrela y lo sabrás" – El Francés obedece y para su sorpresa se encuentra con dos finísimos anillos de plata con el nombre de ambos grabado - "Camus..." – Tomando sus manos entre las suyas... – "¿Recuerdas todo lo que paso después de que nos conocimos?" –
- "Como olvidarlo" –
- "Al final optamos por vivir juntos, se opusiera quien se opusiera aunque nunca nos casamos pero ahora... ahora es diferente y es lo que más deseo, Camus... casémonos y nuestras vidas estarán juntas para siempre" –
- "Milo..." –
- "Solo di que aceptas" – Poniéndole el anillo –
- "Si que eres tonto, para que me preguntas si ya sabes que nunca te negaría nada a ti, nada" – Abrazándolo con fuerza – "Y juntos estaremos siempre, pase lo que pase, es una promesa Milo" – Camus toma el otro anillo y se lo pone a su amado -
- "Una promesa" – Repite Milo y lo besa, lo besa y vuelve a besar, Camus quiere continuar pero Milo se separa – "Espera, te dije que te tenía dos sorpresas y aun me falta una" -
- "No me imagino que puede ser, pero contigo todo es posible" –
- "Ja! Ja! Ja! En eso tienes razón... bien, aquí va, hubo un cambio de planes por lo que todo el día de mañana podremos estar juntos como tanto lo deseamos y haciendo lo más que nos gusta" – Dice esto ultimo pícaramente provocando una sonrisa en Camus –
- "¿Y que es lo que tanto nos gusta hacer, he?" –
- "Pues no se a ti, pero a mi esto" – Acariciándolo lenta y suavemente, Camus no se queda atrás y entre sus gemidos la noche transcurre siendo fiel testigo del amor que se pueden a llegar a tener solo dos mortales que se aman mas allá de lo que uno se pueda imaginar...
El sol entraba por la ventana del cuarto donde Milo dormía, dándole directo en la cara, se tapa con la cobija, era demasiado temprano para levantarse, intenta acurrucarse en busca de calor hacia el cuerpo con el que estuviera la noche anterior, pero para su extrañeza no estaba
- "No lo puedo creer, pudiendo dormir hasta tarde y se le ocurre levantarse temprano, típico en él de hacer todo al revez" - Se queja, se levanta y aun va hasta donde esta totalmente seguro que lo encontraría, su estudio – "Sabía que estarías aquí Camus ...vuelve a la cama quieres... ¡¡Oye!! te estoy hablando" – Cruzándose de brazos en el marco de la puerta –
- "¿Me hablaste?" – Dejando de pintar -
- "Nooo, le hablaba a la puerta otra vez ya que últimamente ella me hace mas caso que tu" –
- "No empieces con eso, si te hago caso pero ya sabes que cuando me concentro no presto atención a nada" –
- "¿Y ahora que pintas?" – Acercándosele y abrazándolo detrás – "Mmm... no esta mal" – Observando la finos trazos del pincel al dibujar el agua y el fuego mezclándose, tratándose de fundir en algo nuevo, algo que nadie hubiera visto jamás en su vida - "¿Qué significa?" -
- "Solamente nosotros mismos, tu como el fuego y la pasión y yo..." –
- "Como el hielo... y la templanza" –
- "Si" –
- "Entonces es perfecta" - Dándole suaves besos en el cuello con evidentes intenciones de llevarlo a más pero Camus muy a su pesar se separa –
- "No, ahora no" –
- "¿Por qué no?" – Haciendo una mueca de disgusto –
- "Tengo planes, hay varios lugares que quiero que visitemos"
- "Pero..." –
- "... Y si me cumples ese capricho" – Abrazándolo por el cuello – "... esto es una adelanto de lo que te espera" – Besándolo con tanta fuerza e intensidad hasta dejar a Milo sin aire – "Por lo que se que no rechazaras esta oferta que te doy..." – Finaliza retirándose para cambiarse de ropa, Milo se queda en medio de todos los cuadros que hay en el lugar, una fina sonrisa cruza por sus labios y se va también –
El día pasa normalmente, ambos salieron a divertirse como tenia tiempo que no sucedía, fueron a comer a un lujoso Restaurant, vieron una película en el cine, pasearon por el parque y por ultimo habían decidido ir al teatro que era una de las pasiones de Milo, comenzaba a anochecer justo cuando los dos abandonaron el lugar
- "Debemos hacer esto más seguido" – Dice Milo -
- "Tal vez si ambos nos damos unas vacaciones, no nos vendrían nada mal" –
- "Buena idea, yo las pediré mañana y sino me las quieren dar realmente me da igual" –
- "Siempre queriéndote salir con la tuya ¿Verdad?" –
- "¿Y cuando no?" – Ambos ríen al momento de caminar por una de las avenidas mas transitadas de la cuidad, sin prestar mucha atención a nada ni a nadie y mucho menos de que un hombre alto, robusto y sombrío que los seguía detrás observándolos atentamente esperando algo, por su parte la feliz pareja pasaba frente a una pizzería y Milo se detiene de golpe –
- "Espera un momento, quiero comprar una"
- "No es posible tu y tu maña de la comida rápida" –
- "Es mi delirio ¿Que esperabas?" – Milo saca su cartera, acción esperada por el sujeto que se abalanza entre la gente hasta un Milo desprevenido robándole – "¡¡Hey!! ¡¡Oye tu, vuelve acá con mi cartera, maldito ladrón!!" – Lanzándose a perseguirlo –
- "¡No Milo!" – Le grita Camus corriendo tras ellos también –
- "¡Juro que te arrepentirás, idiota!" – Maldecía al intenta darle alcance pero era muy hábil a pesar de cu complexión – "¡Deja que te ponga las manos encima! ¡Te enseñare lo que es que quitar las cosas ajenas!" – Milo estaba furioso, nadie se metía con él sin salir ileso, ambos corren por una larga distancia, evitando gente, puestos, bicicletas, incluso carros ocasionando que tanto Milo como el delincuente estuvieran casi a punto de ser atropellados, pero más atrás –
- "¡Maldita sea... ha.. ha.. los perdí... ha... ha...!" – Respira agitado Camus obligado a detenerse para recuperara un poco de aliento – "¡Milo... no... bayas... a cometer una... tontería!" –
Milo seguía corriendo ya le estaba dando alcance al hombre por lo que este se lanza a correr por la avenida, ante el sonido de los claxon de los carros que intentaba desesperadamente no arrollarlo
- "A no, eso si que no, tu no te me escapas" – Dice al momento de hacer lo mismo persiguiéndolo hasta una calle un poco menos congestionada y es ahí donde le da alcance – "Te tengo" – Saltando para caerle por la espalda –
- "Ahh, no, suéltame" –
- "No sabes con quien te has metido, imbecil" – Milo lo golpea en la cara –
- "¡Arg, y tu tampoco!" – El tipo le da un puñetazo debajo de la mandíbula que lo hace caer de espalda –
- "¡Rayos eso si me dolió!" – Sin embrago él aún no terminaba por que toma un puñado de tierra y se lo lanza directo a los ojos –
- "¡Haber si con eso ya te estas quieto!"
- "¡Ahhh! ¡¡Maldito!!" – Milo se levanta con la vista nublada por el dolor, pero es justo cuando un automóvil aparece por la calle, el hombre reacciona de inmediato y salta... Milo solo ve como unas luces se le acercan rápidamente... el chirrido de unos frenos y luego la oscuridad... es de lo último que logra darse cuenta, después de eso nada... un gran silencio...
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