¡Hola!

He estado buscando por fanfiction fics de GreciaxTurquía y... ¡Hay muy pocos! ¡¿Por qué? ¡Si esta pareja es genial!

En fin, que me animé ayer a escribir esto que no sé como debería llamarlo, la verdad... Es una cosa rara que escribí antes de la final de la eurocopa, el partido España-Italia, y la verdad estaba bastante deprimida porque creía que Italia nos iba a ganar... En fin...

Espero que os guste.

Ciao.

P.D: Hetalia no me pertenece porque si no, todo el yaoi que pone de "strangis" Himaruya, yo lo haría a lo bestia xD


Odio. Le odiaba. No podía evitarlo. Esa sonrisa de superioridad. Ese complejo de amo del universo, de dueño y señor del mundo, le enfermaba.

Le odió desde el primer momento que le vio. Fue superior a sus fuerzas. Vencido el Imperio Bizantino, pase a formar parte de su territorio. ¡Maldito fuera ese día!

Odiaba cómo se reía cada vez que decía algo que a él le resultara gracioso, aunque fuera una mísera orden.

Odiaba como le trataba como si fuera una más de sus cortesanas, aquellas a las que acudía siempre que llegaba de viaje, con las que compartía el lecho. Le odiaba por cómo había cambiado de opinión y prefería pasar las noches en mi compañía. Obligándome a hacer cosas que no deseaba.

Odiaba cómo me encadenaba, como me torturaba hasta que me cansaba de pelear. Y ahí, se aprovechaba de mi cansancio y me cubría con su enorme cuerpo, callando mis quejas con su boca, separándose para darme el mínimo tiempo para poder respirar y volver a callarme.

Odiaba cómo me obligaba a susurrar su nombre entre los muchos sonidos que salían de mi garganta, como sonreía con superioridad cada vez que me escuchaba.

Odiaba como se tumbaba a mi lado tras terminar y me abrazaba fuertemente evitando mi huida. Odiaba tener que respirar su aroma.

Odiaba cómo cambiaba su actitud de un momento a otro. Cruel y sádico a una absoluta preocupación.

Pero, lo que más odiaba de todo, era que lo que provocaba. Me hacía quererle. Todas esas vejaciones, todas esas torturas, todas esas noches junto a él… Me habían hecho caer enamorado de él.

Me había hecho quererle desesperadamente. Quería que estuviera conmigo, que no se marchase jamás… Que solo me mirara a mí y a nadie más. Quería ser el dueño de sus pensamientos, de sus noches y sus días…

Y por eso le odiaba. Le odiaba por confundirme. Por no tener claras las prioridades y sumergirle en un mar de dudas.

Le odiaba con toda mi alma pero… también odiaba el amarle.


Ya esta...

No sé en qué estaría pensando, pero bueno...

Su relación es tipo amor-odio, ¿no?