Summary: Para los vivos, el limbo es un estado de "felicidad natural" después de la muerte que no es ni cielo ni infierno, para los muertos es un estado de "archivo extraviado".
Disclaimer: las tortugas no son mías blablabla y todo lo que el aburrido Protocolo conlleva: P.
Muy corto este cap, pero sólo es la introducción, por así decirlo. Conforme lean ya verán quienes son los protagonistas de la historia, y me dirán lo que opinan XD. Una idea que tenía bailando hace tiempo y que dio forma después de leer un libro llamado "desde mi cielo", esta historia…nada que ver con la original XD…pero vale, mientras leía se me ocurrió meterle sólo unas cositas ;)(como el título:P)
Desde mi L.I.M.B.O
Malo, muy malo o terrible, esa serían mis calificativos opcionales para lo que estoy pasando en estos momentos, era como si las cosas fueran de mal en peor…más bien estaba seguro ¡las cosas iban de mal en peor! Y en vez de pensar en como podría solucionar las cosas tan sólo mi mente se bloqueó para divagar alrededor de mis hermanos, pensar en ellos antes de que todo esto se nos estrellara en la cara me tranquilizaba.
Siempre hubo algo que admiraba de mis hermanos, bueno, más de una, pero tomando el tiempo que tengo tan sólo resumiré:
De Don su inteligencia y agilidad con los aparatos, en especial esa paciencia que tiene conmigo, y aquí entre nos, es con quien mejor relación tuve de los tres, creo yo, será quizá por que me seguía un poco más el juego o no sé, el caso es que así fue. Mi loco-hermano-genio, ese es él.
De Raph su fuerza y manera de pelear, debo admitir que aunque solía meternos en embrollos en los cuales yo ni en sueños deseaba enrollarme era entretenido, vaya que siempre le da cierto sazón a nuestras aventuras…o más bien cierto picante¡vaya humorcito! Pero supongo eso me ayudó a vencerle aquella vez en el nexo y le demostré que yo no era tan debilucho y tonto como el pensaba. Hacerlo rabiar era mi más grata diversión.
Y de Leo siempre admiré esa paciencia de hacer las cosas, parecía que en todo siempre hallaba forma de inmiscuir alguna técnica del maestro Splinter, en fin, después de todo es el líder el debía estar por encima de cualquier situación. En muchos casos lo contrario de mí. Supongo que por eso desde pequeño le he admirado su manera de ser: su dureza, entereza, frialdad, concentración, prudencia, su entrega y dedicación.
Bueno, al menos pensaba que tenía todo eso hasta ahora y daría todo lo que fuera en este mundo para que recordara que él tenía todo aquello antes de que se atreviera a cometer el mayor error de su vida, el cual bien podría ser el último.
-No lo hagas….-le pedí en súplica, era horroroso ver al mayor de mis hermanos, a uno de los pilares de la familia, dejarse vencer de esa manera.
-Perdóname Mikey…-y como si alguien le hubiera pedido al clima que diera un ambiente lastimero comenzó a llover. No pude evitar pensar que este caos parecía haber salido de una película dramática. Era de noche…eso de las 11:00 o quizá las 10:00pm….bah, como si eso importara ahora, lo crítico era que mi hermano Leonardo ¡estaba a punto de saltar!
-Viejo…-no pude continuar, ya que Gracias a...¿Dios?¿el cielo? Nah, a ellos no les podría agradecer nada ahora, el caso es que Gracias a "algo" Don y Raph hicieron acto de su presencia brincando como dos salvadores desde otra cornisa del edificio. Di un grito ahogado de emoción-¡Aleluya!-quizá ellos podrían hacerle recapacitar. Si hubiera tiempo y no fuera una situación muy seria juro que hubiera hecho mi baile de la felicidad.
-Maldición Leo ¡¿Qué demonios piensas hacer?!-Fue Raph el que gritó antes de que Leo se colocara aún más cerca de la orilla del edificio, con los brazos caídos y la cabeza gacha, dándole la espalda a mis otros dos hermanos que se encontraban, desgraciadamente, hasta el otro extremo de la construcción. Yo estaba a un lado de Leo tratando de evitar que saltara al vacío, me asomé a la orilla con la esperanza de que no estuviera tan alto y, pensando de manera optimista, quizá habría algo debajo que convenientemente, si saltaba, amortiguaría su caída, una camioneta de colchones no estaría nada mal en esos momentos. Pero lo único que hice fue desilusionarme, aunque había un basurero hasta abajo dudaba que eso lograría salvar a mi hermano, sin contar que estábamos en un edificio de 8 pisos…esto seguro iba a doler.
-No entienden…debo hacerlo…-casi se me saltaron los oculares, no creía lo que estaba viendo ¡madre, si iba en serio! Ya estaba con un pie al aire apenas equilibrando su cuerpo, se detuvo cuando Don gritó.
-¡Leo no lo hagas! Sea lo que sea te ayudaremos¡por favor no cometas una tontería!
-Nada es tan grave como para que llegues a este extremo-continuó Raph. Vi que Leonardo sonreía amargamente mientras unas lágrimas se escurrían de sus ojos. Eso no me dio buena espina.
-Ya nada ni nadie puede ayudarme…sólo así no volveré a hacerle daño a nadie más…ni mucho menos a mi familia.-Mis hermanos no entendieron lo que Leo quiso decirles con aquello, si ni siquiera les había dado tiempo de razonarlo ya que Leo estaba dando el otro paso al vacío, ellos de pronto no lo creyeron, pero inmediatamente trataron de darle alcance para evitarlo, al igual que yo que intenté sujetarlo del brazo, pero como debía ser, tan sólo me traspasó. Por su lado, mis hermanos no lograron detenerlo así que Leo tan sólo se fue alejando en el vacío del callejón.
Mientras él caía no pude evitar pensar en dos cosas: una, donde esperaba que no le doliera mucho y otra donde me invadía la culpa y me repetía que le había fallado.
Si tenía alguna duda ahora me quedaba claro¡apestaba estar muerto! .
