Titulo: Cuando estás perdido.
Parejas: CasxDean, SamxGabriel.
Personajes: Balthazar, Lucifer, Ruby, Enias, Lilith, Miguel, Zacarías.
Rating: T (+18)
Capítulos: 26 (incluye un prologo y epilogo)
Género: Drama, Angts, Hurt/confort, Romance, AU.
Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.
Advertencias: Este fic contiene sexo no consentido (nada tan explicito, solo menciones)
Resumen: Dean es un ángel que al enterarse que el alma de un humano que conoció hace mucho tiempo se está corrompiendo, decide bajar del cielo para hacerse cargo de él y evitar que eso pase. Pero las cosas no serán tan sencillas como pensaba, ya que el niño inocente, dulce y gentil que conoció de antaño, se está perdiendo cada día más e internándose en un camino de no retorno. AU.
Capitulo 0
Prologo.
Dean estaba mirando las tranquilas aguas del lago mientras suspiraba. Habían pasado muchos años desde la último vez que bajó a la tierra, todo le pareció tan atractivo, novedoso, extraño y muy hermoso pero por sobre todo, le había gustado "él". Lo enviaron a la tierra hace dieciocho años para que fuera a supervisar como estaban las cosas y también para ir a buscar a uno de sus hermanos que dejó el cielo sin previo aviso. Dean no podía creer que uno de sus amigos se hubiera vuelto un desertor y luego de encontrarlo, tuvo una pelea con él que lo dejó gravemente herido. Fue así como terminó en el jardín trasero de una casa y entonces apareció él, un niño humano de unos siete años, con unos increíbles ojos azules y un alma tan pura como pocas veces el rubio había visto. El niño cuidó de él durante unas horas, las que tardó en llegar uno de sus hermanos a buscarlo para llevarlo al cielo. Desde ese día, Dean había estado vigilando a ese humano, le gustaba verlo y se tomaba cualquier tiempo libre (apenas unos segundos) para mirarlo. El rubio estaba seguro que cuando el alma de ese chico llegara al paraíso, volvería a renacer como un ángel, jamás había visto un alta tan pura y cálida, se sintió cautivado al instante.
Aquel día había conseguido algo de tiempo libre luego de regresar de una de sus misiones, por alguna razón, el número de desertores aumentaba y le dolía pensar que su hermano (uno que realmente lo sentía como tal) estaba detrás de todo eso.
-Dean-
El rubio se giró encontrándose con la mirada fija de Sam, el castaño estaba en un rango inferior a él pero era uno de los pocos ángeles con quien se sentía como un hermano de verdad y lo quería mucho. Solían pasar bastante tiempo juntos cuando no estaban en misiones o peleas en nombre del cielo.
-Sammy, ¿Estás bien? Oí que te mandaron a la tierra… ¿Fue por él?- el menor asintió despacio.
-Lo siento Dean… volvió a escapar-
-Está bien… ya lo atraparemos-
-Hay algo que debo decirte… Anna dijo que no lo hiciera pero es justo que lo sepas-
-¿Qué cosa?- preguntó el rubio curioso.
-Nos mandaron a Dallas… y…- Dean reaccionó ante el nombre de esa ciudad, ahí vivía ese dulce niño.
-Habla de una vez, Sam- pidió preocupado.
-Lo vi…- dijo refiriéndose a ese niño que ya debía tener unos veinticinco años- ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?-
-Un par años, dímelo de una vez Sam, por favor-
-No me gustó lo que vi… ese chico está yendo por el mal camino, Dean… su alma está perdiendo ese brillo del que me hablaste…-
El rubio dejó de oírlo para arrodillarse junto al lado y tocó el agua cerrando los ojos. Se concentró en buscar a ese niño y cuando dio con él, negó despacio. Ese no podía ser el mismo niño que ayudó hace tantos años, la pureza que lo cautivó la primera vez, estaba desapareciendo poco a poco y estaba a punto de corromperse por completo.
-No…- murmuró abriendo los ojos despacio- Esto no está bien… él no es así…-
-Lo siento mucho, Dean, sé cuanto aprecio le tienes a ese humano y- el rubio se levantó decidido- ¿Qué harás?-
-Voy a bajar a la tierra-
-¿Estás loco? No podemos bajar sin permiso de nuestros superiores, a menos que sea una misión o-
-¡No dejaré que se pierda! No voy a permitir que su alma se corrompa-
-Dean-
-Tienes que cubrirme Sammy, necesito algo de tiempo para ayudarlo-
-Está bien- respondió el mayor abrazándolo con fuerza- Ten cuidado ¿Vale? Ese sujeto también anda cerca y no quiero que vuelva a herirte, ayuda a ese humano y regresa de inmediato-
-Gracias Sammy-
-Buen viaje, Dean-
El rubio cerró los ojos para descender a la tierra. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que bajó y la ciudad estaba tan cambiada, tan grande, iluminada y tan pérdida. Miró a su alrededor desorientado, escuchaba unos gritos, música muy fuerte, los bocinazos de los autos. Se concentró en dar con él y cuando logró localizarlo, desapareció del lugar y apareció afuera de una casa.
-Así que aquí vives- se dijo a sí mismo. Tenía planeado entrar cuando la puerta se abrió y se ocultó de la vista de los humanos.
-¡No regreses!- gritó el más joven de los dos.
-¿No te das cuenta de lo que pasa, Cas?- preguntó el otro hombre tristemente- No me gusta verte así, no me gusta…-
-¡Pues no mires y punto!-
El menor le cerró la puerta en las narices y el hombre se marchó hacía su auto para conducir calle arriba. Dean logró reconocer al visitante, estaba seguro que era Gabriel, uno de los hermanos mayores de su niño pero recordaba que ambos se llevaban muy bien, ¿Por qué discutían así? Había percibido tanta rabia en su niño, enfado, culpa y desesperación, mientras que Gabriel le transmitía preocupación, tristeza y algo de nostalgia, ¿En qué momentos los tres hermanos se separaron? Esperó unos segundos hasta comprobar que no quedaba ningún otro visitante en casa y decidió entrar, ya era hora de volver a verlo en persona. Apareció en la sala de estar cuando escuchó un ruido de un cristal rompiéndose y se giró con una sonrisa.
-¡¿Quién eres tú?! ¡¿Cómo entraste en mi casa?!-
Dean no cabía de la emoción al verlo. Su niño estaba frente a él, aunque ya era no era un niño sino un hombre. Era un poco más bajo que él y esos ojos azules seguían igual que la primera vez. Se acercó a él muy feliz para darle un fuerte abrazo.
-Cas, me alegra tanto volver a-
-¡No me toques!- gritó el moreno apartándolo con fuerza.
-¿Eh?-
-¿Quién mierda eres y como entraste? Vete de aquí o llamaré a la policía y-
-¿No me recuerdas?- preguntó Dean con algo de tristeza- Cas…-
-¿Eres alguno de mis ligues?- respondió el menor frunciendo el ceño- Estoy seguro que te deje muy claro que no habría una segunda vez, así que sal de aquí-
-¿Un ligue?- Dean hizo memoria hasta que logro recordar el significado de esa palabra, ahora encontraba la utilidad a estudiar la lengua de los humanos- No Cas, yo no soy un ligue, soy un ángel- dijo indicándose con una sonrisa- ¿No me recuerdas?-
-¿Un ángel? Vale, parece que te golpeaste la cabeza también, ¿Te puedes ir de mi casa? Voy a llamar a la policía si no lo haces-
-Pero Cas-
-Te lo advertí- el moreno sacó su teléfono para realizar una llamada y Dean suspiró, moviendo la mano para tirar el celular lejos- ¿Eh?-
-Cas, estoy aquí porque- el menor fue hasta el teléfono fijo y el ángel suspiró, apareciendo frente a él- ¿Puedes escucharme, por favor?-
-¡¿Cómo hiciste eso?!- Castiel retrocedió un par de pasos hasta quedar contra la pared.
-Ya te lo dije, soy un ángel, tú me ayudaste hace mucho tiempo y-
-¡Mientes! ¡No sé qué mierda seas pero sal de aquí ahora mismo!-
El rubio lo pensó un poco, ¿Qué podía hacer para que Castiel se convenciera de que decía la verdad? Estaba seguro que lo recordaría, no es como si hubiera cambiado algo luego de la primera vez, a excepción que ahora no tenía sangre, ni estaba herido.
-Cas…- abrió un poco los ojos sonriendo- Claro, mira, te probaré que soy un ángel y seguro que me recuerdas con esto- el rubio cerró los ojos para materializar sus alas en energía y logró darles la forma con la cual Castiel lo encontró, dos grandes alas blancas. Abrió los ojos sonriendo- ¿Ya me recuerdas?-
-Tú…- Dean quiso acercarse pero el moreno retrocedió- ¡No te acerques!-
Dean percibió el miedo que emanaba el menor y alcanzó a sostenerlo antes de que se desmayara. Volvió a ocultar sus alas y llevó a Castiel hasta el dormitorio. No entendía que resultó mal, no entendía por qué no lo recordaba. Lo dejó acostado y acarició su cabello despacio mientras lo miraba con suma tristeza, el alma pura de ese chico estaba ensuciándose y corrompiéndose lentamente pero aún no era tarde para salvarlo y Dean no permitiría que esa alma inocente se consumiera en la oscuridad.
