LOS PERSONAJES PERTENECEN A LA SAGA TWILIGHT, YO JUEGO CON ELLOS UN POCO....

CAP I: La oveja negra

Fuera de programa, como llegue a eso, ojala pudiera retroceder el tiempo, despertarme un poquito, el vuelo a casa me parece tan corto, aun mucho mas de los tantos que he hecho en compañía de mi hermano, nos adoramos, pero esa adoración no me va a salvar de mi destino, enfrentarme a mis padres y comentarles la desgracia que tienen por hija, la cual no solo perdió un semestre de universidad, sino que entro en una decepción tal, no quiero, tengo miedo, me encantaría ser mi hermano, Emy es el hijo perfecto, perfectas notas, hermano perfecto, novio perfecto, amigo perfecto, físico perfecto, porque yo no puedo, me siento la persona más inútil, un desecho social, la oveja negra de la familia.

si no me hubiera pasado tanto tiempo en los centros comerciales, viendo las perfectas sedas que últimamente están de moda, y me hubiera dedicado más tiempo a estudiar, que me costaban unos minutos al día, si yo tan solo hubiera prestado más atención a clases, y no hacerme la de la popular, mis amigas, mis adoradas amigas, si sobrevivo y el saber que no voy a verlas más me dará muy duro, tengo miedo, que persona no le tiene miedo a la incertidumbre, ah si mi hermano.

-Estas lista mi pixie?- me abraza mi hermanito.

-no-respondo sorprendentemente en un tono serio del susto que tenia.

-vamos hermanita, yo no te dejare solo, yo voy a estar aquí contigo, te lo prometo mi campanita- me dice mientras me acaricia mis cortos cabellos en punta.

Lo abrazo no quiero, tengo mucho miedo, pero por mucho que uno no quiera, hay cosas que tienen que pasar y que son inevitables, y ese momento llego; estábamos aterrizando en nuestro destino final.

Pasaron unos cuantos minutos y de repente los demás comenzaron a bajar, estaba estática, mi cuerpo no me respondía, Emy se quito el broche de seguridad, y me extendió una mano de apoyo, no sé qué cambio noto en mi, sus ojos eran de preocupación, y después lo note, varios rocíos se deslizaban por mis mejillas.

-vamos Al, hay cosas peores-me dijo Emy, tratando de animarme.

-¿Disculpen, todo está bien?, ¿se encuentra bien señorita?- una auxiliar se nos acerca al notar que todos habían bajado del avión, y éramos los únicos en el.

-Ella está bien, solo denos un momento, enseguida bajaremos- dijo Emy a la chica, ella solo sonrió y se alejo con mucha prudencia.

-Hermanita, algún día tendrá que pasar, te prometo que si te matan yo en tu funeral te colocare un lindo vestido de la última colección, y cuando pase de moda te desenterrare y te colocare el de la próxima colección- me dijo tratando de animarme.

El solo hecho de imaginarme a un chico del tamaño de un oso con una pala y en el hombro un vestido de Janizze Zimbretthy me produjo mucha gracia.

-así me gusta, la chica risueña, te quiero mucho mi pequeña niña, no voy a permitir que algo malo te pase- me dijo el desabrochando mi seguro.

-lo prometes- pregunte con insistencia.

-lo prometo mi resortico chillón- esas palabras me brindaron la seguridad suficiente para

Levantarme y tratar de tomar el toro por los cuernos.

Bajamos del avión tomados de la mano y nos dirigimos a la sala de equipaje, Emy se encargaba de los equipajes, cosa que me daba tiempo de divagar sobre mi vida, sobre como decírselos a mis padres, sobre como saludarlos y mirarlos a la cara.

-Listo hermanita, vámonos-¿Por qué el tiempo pasa tan rápido?

Salimos de la sala de equipajes, no vi a mis padres por ningún lugar, de pronto ya se enteraron y no nos quisieron venir a recibir y…. unos delgados brazos me atrajeron, ese aroma es el de mi madre, la reconocería en cualquier parte.

-Oh mi pequeñita, me hiciste mucha falta mi amor- mi madre me dice mientras me abraza con mucha fuerza.

-pero que pasa mi princesa, ¿que no estás feliz de venir a visitar a tus viejos?- mi padre me acaricio con mucha violencia en cabello

-¡papa¡ ya te dije que no me gusta que hagas eso- dije mientras hacia un puchero.

- que tendrá la pequeña Alice-preguntan mis padres mirándome como si buscasen algo diferente en mi.

-Fue un largo viaje y muy pesado, por cierto mama, tengo mucha hambre, ¿con que tipo de comida nos vas a recibir hoy?- intercedió mi hermano, como lo amaba, ¿si ven Por qué?

-por supuesto, queridos niños, vamos, vamos.- dijo mi madre empujándonos hasta el auto, en realidad me empujaba solo a mí, a Emy solo lo halaba de la mano, y el no se resistía.

Camino a casa mis padres se miraban con mucha complicidad, lo saben, será que lo saben? si lo saben porque actúan así conmigo?

-niños en casa tienen 3 sorpresas- dijo mi madre sin poderse contener mas, y recibiendo una mirada de desaprobación de mi padre.

-¿Qué tipo de sorpresa exactamente madre?- fue Emy quien se atrevió a preguntar.

-ya lo veras hijo, ya lo veras- canturreo mi madre, por Dios, quien se negara a decir que ella no es mi madre no tiene ningún sentido bueno.

Al llegar no me contuve chille de alegría y pegue brinquitos hacia mi regalo, mi amarillo, mi veloz y mi enorme regalo.

-¿te gusta mi amor?- me pregunta mi madre acariciándome el cabello.

-no madre, lo amoooo- chille nuevamente y la abrase.

-muchas gracias papa y mama- los abrase con mi fuerza, sacada de la parte de mi padre.

- de nada mi princesita, esto te lo ganaste, por sabernos responder en la universidad, de tus excelente notas y de tus buenos promedios.

Una vez mi padre haber dicho eso, se me deshizo la felicidad, y me volví a recordar la realidad en la que estaba yo no estaba bien, yo no debí emocionarme, yo no me merezco esto.

-y Em-pregunte para despistar a mis padres.

-está dentro, parece ser que realmente tiene hambre- me dijo mi padre con un tono divertido frente a tal situación.

-sí y eso que el de él fue más difícil-dijeron dirigiendo si mirada a un enorme ¿auto?

-wow, es enorme-dije algo sorprendida.

-ese es el de Em- dijo mi padre nuevamente desarreglándome el cabello.

-¿Y es legal esa cosa en esta parte del mundo?-pregunte realmente interesada.

Mis padres solo esbozaron una sonrisa por mis "ocurrencias"

-por supuesto mi cielo-dijo mi madre abrazándome.

-¿Por qué no han entrado?, si no entran empezare sin ustedes y me comeré su comida-dijo Emy apurado, realmente tiene apetito de comida casera de mi madre, para ser sinceras es la mejor.

Mi padre se nos unió al abrazo y así partimos a la mesa donde nos esperaba mi adorable hermano con su hambre voraz, sin embargo al entrar al comedor algo muy curioso llamo mi atención había alguien, una chica jamás en mi vida la había visto, lo sé porque nadie que conozco se atrevería a vestirse así en mi presencia, Emy hablaba con ella y ella solo miraba hacia abajo con un tono sonrosado en sus mejillas de cutis perfecto, asintiendo de vez en cuando, al ver a mis padres la chica se noto menos tensa y mas aliviada.

-¿Estas bien linda?-pregunto mi madre

-s..si señora-dijo la chica en esbozos timidez.

-niños-llamo mi padre-ella es Isabella, es nuestra invitada-

-cielo es Bella cariño-corrigio mi madre dulcemente a mi padre-¿Verdad que prefieres bella?-pregunto mi madre cariñosamente acariciándole el cabello.

-si señora-esbozo una sonrisa.

-pues yo te diré tomatico-dijo Emy y seguido de esto se hecho a reír.

-Emmett se amable –dije yo, la chica parece ser buena gente, me agradaba, un nuevo perfecto maniquí, primera misión cambiarle la ropa.

-Bella te importa si me siento a tu lado-dije esbozando una sonrisa amable.

-cla…claro-dijo ella sonrojándose

La cena transcurrió sin contratiempos mis padres le contaban todo a Em sobre el auto, y yo hablaba con Bella, poco a poco la chica dejo de responderme monosílabas, y me contaba algo de ella.

Al momento del postre mis padres se excusaron y se fueron a su recamara, y Em y yo nos quedamos con Bella.

-Bella te gustaría subir conmigo a mi recamara- pregunte, necesitaba desempacar y dejarla sola con Em no es tan buena idea que digamos.

-En realidad Alice, creo que iré a dormir, tal vez en otra ocasión- me dijo sonriendo.

-vale, te tomare la palabra-le dije con una sonrisa de victoria.

-Buenas noches Alice y Emmett-dijo mientras se excusaba.

Después de la pelea por la última porción del postre napoleón me dirigí a mi habitación, donde conciliar el sueño se volvía una acción de mucho esfuerzo, y aun así no lo concilie por completo, después de unas horas de estar dando vueltas en la cama, decidí levantarme e ir a la cocina, tal vez un vaso de leche tibia haría relajarme un poco, note la iluminación de la cocina, por lo que supuse que había alguien, quise devolverme, lo que menos quería era hablar de lo que me pasaba, hasta que escuche unos sollozos, al inclinarme un poco, note a Bella con una taza de leche caliente sollozando, más bien llorando, abrí la puerta, y la abrase, no soporto ver a nadie así y mucho menos a Bella, ella parecía tan frágil.

Pocos minutos pasaron y sus llantos comenzaron a sesar después de servirme una taza de leche caliente, estaba dispuesta a escucharla.

-se llama Jacob-dijo ella entre suspiros de los finales de sollosos.

-Éramos novios y…-dijo ella

-te dejo por otra-interrumpí, mas aclarando que preguntando.

-no se-dijo ella

-como así-pregunte realmente confundida

-un día llego a mi casa a decirme que no me amaba, que fui una apuesta y nada más, y que lo hice ganar una apuesta- dijo ella reanudando su llanto por eso, quería alejarme de todos y no tenia hacia donde más ir así que tus padres me propusieron venirme para acá así que lo hize, lo que menos quiero es estorbar.

-Vamos Bella, animo, hay cosas peores- lo dije con tal sinceridad, estaba dispuesta a cambiar de lugar con ella, prefiero pasar por una apuesta, a mi realidad académica en estos momentos.

-Yo me entregue a él, y ahora ese supuesto amor, no existe.-dijo deshecha.

Como pude tranquilice a Bella y nos quedamos dormidas en el sofá de la sala.