CAPITULO PRIMERO: DESPUES DE PAIN
Todo había quedado reducido a ruinas, menos que eso, a escombros, a polvo. Pero al menos, y era lo mas importante, ninguna vida se había perdido. Naruto había sido el héroe, todo cuanto se había salvado era gracias a él, la fortaleza que había mostrado y el control que logró cuando el Kiuby trató de tomarlo había sido legendario. Todos le estaban agradecidos, incluso Sakura que no solía demostrarle el amor que le tenía lo había abrazado reconociendo y agradeciendo su ayuda. El solo se mantuvo al margen.
Los días que le siguieron fueron un caos, refugios improvisados, miradas asustadas, la usencia de la Godaime, Danzo demasiado cerca.
…
Una noche en la que se encontraba observando los restos de la Aldea, sobre las esculturas de los Hokages, sintió como cierta joven se acercaba a él.
-Es difícil creer que todo esto sea nuestra Aldea, sensei- su voz sonaba melancólica, no era para menos.
-Nosotros somos la Aldea Sakura y estamos vivos- él había muerto también, no le gustaba pensar en eso. Hizo una seña para que su alumna tomara asiento junto a él, ella obedeció.
-Tsunade- sama aun no despierta- la joven parecía querer controlar lagrimas, se recargó en el hombro de su sensei y trató de llenarse de valor. Kakashi sabía el aprecio que le tenía Sakura a su maestra y verla tan expuesta no era su actividad favorita.
-Ella es una Sannin- no era bueno encontrando palabras de consuelo, nunca lo había sido. Sakura debía hablar con Naruto sobre eso, así que por que estaba con su viejo sensei.
-Eso suena razonable- Sakura rió ante la falta de habilidad de su sensei para reconfortar. –Será mejor que me vaya-
-Todo saldrá bien- le aseguró para reconfortarla. Ella le ofreció una sonrisa y se marchó en silencio.
El ninja que copia la observo caminar, mover suavemente las caderas hasta desaparecer. El aire estaba frio, era perfecto.
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Había sido un día largo, su nombre sonaba para reemplazar a Tsunade, definitivamente no quería ser Hokage pero no podía ser tan egoísta y pensar solo en sus deseos; era consiente de cuanto Danzo deseaba ese puesto y si él se negaba seguramente Danzo vería cumplidos sus deseos. Se encontraba en el mismo lugar que la noche anterior. En el muro Hokage.
-Ha sido un día largo- le confesó a la joven que se acercaba hasta él. No era común que expresara tan abiertamente sus ideas.
-Parece que serás el próximo Hokage- ella aseguró sentándose a su lado y esperando una respuesta en silencio.
-No quiero ser Hokage Sakura- ni siquiera sabía por qué hablaba con ella, es cierto que era su alumna pero aparte de hablar sobre Naruto o alguna misión sus conversaciones eran muy limitadas.
-Pero vas a serlo, la Aldea te necesita- ella no sabía nada, estaba tan lejos del caos que se desarrollaba por el puesto de Hokage, la presión que recaía en él.
-No es tan simple- no había sido su intención sonar tan duro y grosero pero estaba exhausto. Sakura ni siquiera lo conocía, no tenia derecho de adelantar sus acciones. Estaba molesto y frustrado, quería estar solo y planeaba pedirle que se marchara pero cuando volteó a verla la ninja parecía inmersa en sus propios pensamientos, veía la luna con sumo cuidado y sonreía como si estuviera recibiendo la respuesta a todas sus preguntas, emitía una paz que Kakashi jamás había visto, parecía estar bañándose de la luz de la luna, él solo pudo observarla embelesado.
-Debo irme- anunció la kunoichi de repente, se puso de pie y se alejó con una sonrisa, como si no hubiese escuchado el tono grosero que él había usado con ella. Ahora se sentía tonto y no quería que ella se marchara. Pero no se atrevió a detenerla y como la noche anterior solo observó sus largas piernas que se alejaban. Volteó a ver a la luna, quizás también podría darle algunas respuestas. Sonrió después de unos segundos, hizo algunos sellos.
-¿Qué pasa Kakashi?- Pukkun lo veía confundido.
-Sakura acaba de irse, asegúrate de que llegue a salvo- el niken lo observó unos segundos antes de obedecer, se alejó siguiendo el olor de la ninja.
Se quedó esperando hasta que su invocación volvió, después de eso se marchó. Estaba solo, recostado en la cama, necesitaba compañía pero cada vez que alguien se acercaba él se alejaba, era como un instinto de supervivencia. Lo había hecho con Sakura, ella le recordaba a Rin, no en el carácter, eran muy diferentes pero ambas parecían preocuparse mas por el resto que por ellas mismas, tenían un corazón enamoradizo y tierno, eran sentimentales aunque Sakura no lo demostrase. Si no estuviese tan jodido…
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Kakashi caminaba por la Aldea, tenía que despejar su mente, el tiempo para decidir se le agotaba y aunque estaba resignado ante su decisión prefería no enfrentarla por ahora.
Llevaba caminando un buen rato sin dirección hasta que escuchó la risa de Sakura, se detuvo y la buscó. La ninja estaba sentada junto a Naruto que hablaba animadamente, parecía estar contando una historia graciosa; Sakura tenía las manos bajo su barbilla y reía con los ojos cerrados, reía verdaderamente.
-Sensei- gritó Naruto apenas lo vio, le hizo una seña para que se acercara, por su parte la ninja aun reía y no parecía inmutarse de su presencia. Quizás ahora comprendía que Naruto era mejor compañía que su sensei, Uzumaki era capaz de sacar una sonrisa de su rostro sin esforzarse.
-Hace mucho que no los veía juntos- quería averiguar si la ninja estaba molesta con él por su comportamiento de ayer pero ella parecía tan ajena, incluso a su presencia, apenas y lo volteaba a ver.
-Sakura-chan estaba deprimida así que decidí levantarle el ánimo- Naruto hablaba orgulloso de haber logrado su propósito. –Me alegro que haya aparecido sensei, tengo que irme y no quiero dejar a Sakura-chan sola, ¿podría acompañarla?- la inocencia de su alumno lo hizo reír.
-Claro-
-Gracias Naruto- la chica le ofreció una sonrisa y se despidió animadamente de él.
-Ayer fui muy poco amable Sakura, lamento eso- se disculpó una vez que estuvieron solos. Ella solo se encogió de hombros y sonrió, él no merecía esas consideraciones.
-No debí entrometerme, desconozco como esta la situación sobre elegir un nuevo Hokage, no tengo derecho a opinar- Era lo mismo que él había pensado ayer pero ahora no le gustaba escucharlo.
-Tienes derecho a dar tu opinión, es tu Aldea, te preocupas por ella, alguien podría sustituir a Tsunade tu maestra, como Hokage, es normal que quieras involucrarte-
-No fue mi intención presionarlo, aunque ¿qué influencia podría tener yo en usted?- ella reía por su propia broma pero Kakashi se quedó en silencio.
-¿Te veré hoy?- no quería estar solo.
-Si claro- ella se despidió y se fue.
…..
Ya era de noche y Kakashi estaba esperándola, no estaba acostumbrado a estar en compañía, mucho menos a desearla.
-Es una noche fría- comentó Sakura apenas llegó, se sentó al lado de él y se recargó sobre su hombro.
-Debiste abrigarte mas- obedeció a sus instintos y la abrazó presionándola contra él, esperó para saber si ella se sentía incomoda pero suspiró y se relajó contra él.
-¿Creé que podamos superar esto?- Sakura se aferró mas a su sensei, como si buscara refugiarse.
-Ya lo estamos haciendo- levantó la barbilla de la chica, acercó su rostro al suyo, jugueteó un poco con su nariz y la besó, aun con la mascara puesta sintió el calor de sus labios; apenas y fue un contacto, se separaron y ella volvió a refugiarse en su pecho sin decir una palabra, ¿Que estaba pasando?
Se quedaron en silencio un largo tiempo, Kakashi hubiera dado lo que fuera por saber lo que pasaba por la mente de la chica, que seguía contra su pecho, respiraba tranquilamente y no parecía afectada por el beso. En cambio él esperaba que su corazón no se saliera del pecho, latía tan fuerte que estaba seguro Sakura era capaz de sentirlo, era vergonzoso.
-Debería irme- La kunoichi que parecía dormida se estiró un poco y cuando comenzaba a levantarse Kakashi la detuvo, la acercó contra él y volvió a besarla, la ninja no opuso resistencia y se dejó llevar. Después de unos segundos el beso terminó, ella le dedicó una sonrisa y se marchó dejándolo completamente confundió. Al igual que la noche anterior invoco a su niken.
-Ya sabes que hacer- fue todo lo que dijo, Pakunn desapareció. Cuando su invocación volvió Kakashi se marchó.
Estaba acostado en la cama pero el sueño parecía esquivarlo. No hacia mas que recordar el beso con su alumna; antes de los últimos días apenas y se había fijado en ella, era su alumna pero nada mas, ni siquiera la consideraba tan atractiva pero ahora cerraba los ojos y recordaba el suave balanceo de sus caderas al caminar, sus largas y definidas piernas, su pequeña cintura, sus tibios labios y como consecuencia su fantasía se disparó, imaginaba lo cálido que debía ser el resto de su cuerpo, fantaseaba con tocar cada curva y disfrutar de ella a placer y antojo, se descubrió anhelando escuchar los suaves gemidos de placer de su alumna y lo delicioso que seria provocarlos él, apoderarse de su cuerpo sin piedad.
-¡Maldición!- Kakashi se quejó, su cuerpo comenzaba a reaccionar, debía controlarse. Quizás era solo eso, había pasado algún tiempo desde que había estado con una mujer, con todo el asunto de Pain y la presión por ser Hokage no había tenido la ocasión de liberar un poco de tensión. Sakura había estado cerca de él, en el momento equivocado, cuando él quería desahogarse. Habría podido ser cualquier otra mujer y hubiera actuado de la misma manera.
El ninja que copia por fin parecía encontrar una explicación a lo que estaba sucediendo y ya tenía una solución, así que dejó sus inquietudes y se abandonó al sueño.
