Blue Burning Spirit (Comienza luego de "La Playa")


La calma reinaba en la Isla Ember. Para ser un sitio vacacional, se tornaba sorpresivamente tranquilo luego del anochecer. La leve brisa en el rostro, el sonido de las olas, la luz de la la luna creciente. Era un deleite para los sentidos. Zuko caminaba por la orilla solitaria de la isla; poco después de la medianoche. Azula, Mai y Ty Lee decidieron volver a la pequeña cabaña luego del "festejo" en la casa de Chan. Aún podía escuchar el llanto del muchacho, y el sonido de la madera siendo consumida por las llamas.

Y le encantaba.

Aunque intentaba evitarlo, una leve sonrisa comenzaba a formarse el su rostro. No es algo de lo que se sentiría orgulloso normalmente, pero no veía tal nivel de idiotez en las personas cada día. Simplemente se lo merecían. Estaba decidido a patearle el trasero al tipo que coqueteó con Mai toda la noche, pero cuando Azula le contó el resto, sintió un deseo incontrolable de convertir sus vidas en un infierno. Pero como el no era el Diablo en persona; lo mejor que pudo hacer fue quemar su casa. Que, de hecho, se veía como el mismo Infierno al estar encendida en llamas.

Estaba claro que su comportamiento dependía constantemente de las personas con las que se encontraba. Si su tío lo hubiese acompañado, probablemente lo haría disculparse con Ruon-Jian. Pero el no se encontraba allí. Y era obvio que Azula, Mai y Ty Lee se divertían con el caos provocado. Normalmente esperaría algo así de su hermana, pero se sorprendió al notar que sus amigas disfrutaban la situación tanto como ella. Al parecer, tenían un lado mas oscuro de lo que esperaba.

Y la diversión era contagiosa. Necesitaba liberar la presión, el estrés; y destruir cosas realmente ayudaba. Cuando todo quedó en cenizas, se sintió mucho mejor. Luego los cuatro caminaron tranquilamente hasta la casa. Nadie hablaba demasiado, excepto Ty Lee, por supuesto; pero no le molestó. Su voz sonaba más calmada que de costumbre. Al parecer, la playa sí tenía un poco de magia. Incluso río de un par de bromas.

No fue necesario hablar con Azula para saber qué estaba pensando: Papá no tenía porque enterarse se esto. Tal vez le gustaría la parte donde queman su casa; pero pertenecía a un almirante, no tenía que saber quién quemó su hogar. Y nunca lo sabría. Era obvio que Chan seguía sin tener idea de quiénes eran; lo cual era una pena. Le hubiese gustado ver su rostro al enterarse de que el Príncipe y la Princesa lo visitaron en su propia casa. Tarde o temprano lo sabría, alguien lo descubriría luego de escuchar la historia, estaba seguro de eso. No estaba preocupado en absoluto. No había nada que ese tipo pudiese hacer al respecto. Si ellos querían derribar una ciudad entera, lo harían, sería por "el bien y la seguridad de nuestra nación en tiempos difíciles". Además, su padre no se pondría feliz si se enterara del incidente del beso de Azula y Chan. Ni loco se lo contaría, y sabía que ella tampoco lo haría.

A mitad de camino, Zuko recordó que Li y Lo los estarían esperando, y prefirió alcanzarlas luego. Como no tenía ansias de encontrarse con el par de rostros arrugados de nuevo, hizo todo el recorrido lentamente. Se detuvo infinitas veces a observar el mar, pateó la arena, y lanzó rocas al agua. Finalmente decidió que era hora de volver. Comenzó su camino con los pies en el agua. La arena se mantuvo ardiente el día entero; un poco de agua fresca no le haría daño.

Pero con su suerte, no era imposible. No había caminado más de seis metros, cuando pisó algo duro y puntiagudo.

Se detuvo y suspiró con frustración. -¿No puedo caminar por la playa sin pisar una maldita almeja?

Se agachó en busca de la condenada ostra, cuando vio un pequeño destello azul. Nunca había visto almejas azules. Probablemente sería algún artefacto de la Tribu Agua. Las corrientes de agua cambiaban constantemente; era común con maestros agua en el Norte y parte del Reino Tierra. A veces, cosas personales caían en el agua, y eran arrastradas por distintas corrientes, a distintos lugares en el mundo. Quitó un poco de arena de encima, esperando encontrar una punta de lanza, o un trozo de espada desgastada. Pero encontró algo demasiado conocido para su gusto. Escarbó rápidamente la arena e intentó sacar el objeto sin romperlo. Tocó los bordes, observó el color y sintió la familiar textura de su antigua máscara del Espíritu Azul.

No podía creer las probabilidades. Arrojó su máscara hace un mes, tal vez un mes y medio. No tardó demasiado en regresar. Comenzó a recordar sus aventuras como el Espíritu Azul. Cuando robaba, espiaba o engañaba. Tal vez fue por los tiempos de pobreza, pero lo recordaba como buenos tiempos. La satisfacción de arrebatarle a los viejos codiciosos lo que más amaban: su dinero. Simplemente se sentía bien.

¿Acaso debería...no. No era necesario. Ahora era una de las personas más ricas del mundo; no había razón para robar a inocentes. Aunque por otro lado... no tenía que ser el único uso de la máscara. La ventaja obvia de una máscara es el anonimato. Justo lo que necesitaba en ese momento. A diferencia de la Capital, no todo el mundo los reconocía en la isla. Las personas vivían en diferente sintonía, las noticias llegaban con retraso a sitios vacacionales.

Simplemente necesitaba un descanso, un secreto, pensamientos y acciones que no debía compartir con el resto. O compartir esas acciones, sin que los demás sepan quién se oculta tras la máscara. Después de todo, ¿por qué no? Ahora que era el Príncipe de nuevo, él estaba sobre las reglas. Extrañaba el sentimiento de adrenalina al saber que estaba haciendo algo mal, o prohibido.

Para alguien que no pensaba antes de actuar, estaba considerando cuidadosamente sus pensamientos. Tal vez las nuevas responsabilidades con la realeza comenzaban a dar sus frutos.

Miró alrededor. No había nadie. Comenzó a caminar hacia la cabaña, tratando de disimular la máscara. Cuando llegó a las escaleras, notó que las luces estaban apagadas. Probablemente todos dormían. En lugar de subir las escaleras, las rodeó, quedando bajo ellas. Allí enterró la mascara, y cubrió el pozo lo más cuidadosamente posible. Finalmente, entró a la casa y se acostó. Luego de unos minutos se quedó dormido. Finalmente comenzaban a gustarle las vacaciones en la isla Ember.


Bueno, volví con una nueva historia :) No pienso abandonar "Secrets of the Past", continuaré ambas tan pronto como pueda. Se que el título de esta historia es un poco ridículo XD comencé a escribirlo a las 4AM, y no se me ocurrió algo mejor. El comienzo es un poco torpe. Es porque realmente apesto con los comienzos de mis historias, pero mejorará, lo prometo. Los comentarios son bienvenidos ;)