Bueno chicos,
Hace poco me animé a leer el primer libro de TMR, y me encantó. Tanto que inmediatamente me leí el segundo y el tercero. Se ha vuelto uno de mis libros favoritos y pensé en hacer este fic, ya que no hay muchos de mi querido Minho *blushes*. Espero les guste.
Declaro que no soy dueña de la serie de The Maze Runner, ni de ningún personaje perteneciente a ella excepto mi OC. Toda la serie le pertenece a James Dashner.
Episodio 1.
Ella despertó con una fuerte sacudida del suelo.
Rápidamente abrió los ojos y se sentó, mirando a su alrededor.
Nada.
No podía ver nada.
Solo absoluta oscuridad en el lugar en el que se encontraba. Bajo sus manos podía sentir la fría superficie del metal, y un ruido de metales frotándose que le indicaba que estaba en movimiento, una ligera brisa le decía que se encontraba subiendo. "Probablemente un ascensor..." pensó. "Donde estoy...?". Sus pensamientos se detuvieron en seco. No podía recordar que es lo que estuvo haciendo antes de llegar a aquel lugar.
Se concentró aún más, y descubrió que no podía recordar absolutamente nada. Comenzó a entrar en pánico. Su corazón se aceleró y su respiración se agitó. Solo tenía cortos recuerdos, de ciertos momentos o lugares, pero ninguno le podía decir nada acerca de ella ni de su vida.
Otra fuerte sacudida la lanzó al otro lado del ascensor, golpeándose la cabeza contra la pared. Ella gruñó, sacudió su cabeza y se levanto nuevamente, esta vez poniéndose de pie. Apoyándose en el muro de metal, se dijo una y otra vez en su cabeza que se tratara de calmar. El pánico no la ayudaría a pensar.
Trató de pensar en su familia -la cual ella suponía que tenía-, pero nada se le vino a la mente. Se llevó la mano a la cabeza, frustrada, pasó sus dedos a través de su cabello, desenredándolo ligeramente. Se percató que su cabello era lacio y no era muy largo, más arriba de sus hombros aproximadamente y se encontraba en capas, se imaginaba que tal vez parecía el corte como el de un niño. Luego recordó algo. "Alexandra... Me llamo Alexandra..."
Luego de le ocurrió -¿Cual era su apariencia?- Llevó sus manos hacia su cuerpo y comenzó a palparlo. Sus hombros no se sentían muy anchos y tenía brazos delgados. Su pecho se encontraba vendado pero no le ajustaba demasiado, pero eso no le impidió darse cuenta que tenía senos pequeños. Tenía la ligera esperanza de no ser completamente plana, ya lo vería cuando saliera de aquella caja.
Aquello le hizo recordar que todavía se encontraba allí adentro. "Cuando podré salir de aquí?" se preguntó.
En ese preciso momento una alarma comenzó a sonar, ensordeciendola. Subió sus manos hacía sus oídos y se tiró al suelo. Mientras más subía, el ruido se hacia cada vez más fuerte. El ascensor dio una sacudida más violenta que las demás, pero esta vez para detenerse.
Todo se encontraba ya en silencio.
Bajó sus manos y alzó su cabeza. Para aquel momento su vista ya se había acostumbrado a la oscuridad de la sala, dejándola ver nada más que sombras. Logró escuchar ruido fuera de la caja y algunas voces. Rápidamente se puso de pie y se acercó a una de las paredes, mirando hacía el techo, lugar de donde provenían ambos sonidos.
Luego escuchó un crujido y repentinamente una fuerte luz entró a la caja, cegándola por unos segundos. Elevó sus manos y cubrió sus ojos. Dos sombras aparecieron al borde del techo, tapándole del sol y dejándola que sus ojos se acostumbraran a la nueva iluminación.
"Que tal está el nuevo?" Escuchó de una voz que vino del fondo.
"Miren al garlopo, se ve medio afeminado!"
"El larcho tiene cara de mujer!"
"Si quiera tendremos algo lo más cercano a una."
"De cuantos lo ves?"
Escucho que otras personas decían. Se percató que era inglés. Como lo entendía? No tenía la más mínima idea. Pero escucho tantas voces que ya podía sentir un dolor de cabeza viniendole, junto con una onda de pánico.
Todos eran hombres.
Esperaba si quiera encontrar alguna otra chica ahí.
A donde había ido a parar ella?
"Cállense!" Escucho que dijo uno de los que se encontraban más cerca a ella. Todos silenciaron. En su mente agradeció al desconocido. Luego el otro chico que le acompañaba le lanzó una soga que terminaba en un grueso nudo hacia adentro de la caja. Comprendiendo que nadie le ayudaría a subir, se sujetó fuertemente de ella, dando un par de tiros para ver si era segura para subir por ella.
Ojeo hacia arriba, mirando fijamente los rostros de los que la estaban ayudando.
Uno era un chico de piel morena y su cabello pegado a su cabeza, mostraba un rostro de ligero fastidio. Alexandra sintió encogerse bajo su mirada dura. A su lado estaba un chico alto y más delgado que el moreno, de cabello rubio. Su rostro era más relajado, y con un movimiento de cabeza le indico que subiera.
Ella suspiró y apoyó su pie en el nudo de la soga, apretó sus manos alrededor de ella y fue jalada hacia el agujero del techo. Cerca de allí, varias manos la agarraron y la terminaron de subir.
Tragó saliva y se levanto. Lentamente giró encima del lugar de donde estaba, mirando el rostro de puros chicos. Algunos entrando en plena adolescencia, de unos 12 o 13, y otros chicos que parecían ya estar en sus 17 o 18.
Todos la miraban fijamente. Sentía que en cualquier momento empezaría a hiperventilarse con tanta atención que le estaban dando. Algunos de ellos estaban con rostros curiosos y otros con cara de querer burlarse de ella. Por qué se encontraba ahí? Que era aquel lugar? Porque solo habían hombres y de tal edad?
"Cálmate nuevito, aquí estas seguro."- Le dijeron uno de los chicos, con un fuerte acento inglés. Volteó a mirar al rubio, que se encontraba con una sonrisa cálida que parecía tranquilizarla un poco. El moreno se le acerco y le tendió la mano. Ella la extendió dudosa y el moreno la sacudió con fuerza.
"Bienvenido al Área, Larcho."- Le dijo, soltando su mano rápidamente. - "El nombre es Alby. Tú tienes nombre?"
Alexandra abrió la boca para hablar pero nada salió de ella. La cerro y la volvió abrir. Estaba segura que parecía un pescado.
Luego, el pánico le volvió a entrar.
Sentía que su vista se le nublaba de las lágrimas mientras ella intentaba hablar, gritar... lo que sea. Lo único que quería es emitir algún sonido.
Una mano se le posó en el hombro. Ella alzó la vista y vio que era el rubio. La miraba con ojos de pena mientras trataba de confortarla. "Calma. Nada conseguirás si continuas así."- Soltó un suspiro -"Ya veremos como podremos ayudarte."- Volteó la cabeza hacia un grupo de los chicos que se encontraba rodeándolos - "Jeff, ¿Está Clint en la Finca?" - Le dijo a un chico alto de cabello corto. Este negó con su cabeza - "Ve y dile que vaya para allá, necesitaremos su ayuda."- Él asintió y salió corriendo.
El rubio volteó hacia ella de nuevo. -"Vamos, Los Docs te revisarán ahí... Ah! Lo olvidaba, Me llamo Newt." - Le tendió la mano y ella se la sacudió ligeramente. El rubio- Newt giró hacía Alby- "Yo me haré cargo desde aquí. Ya mañana le das el tour tú."- Alexandra pensó que el moreno debía de ser el líder de los chicos. Alby, aún con el ceño fruncido, asintió su cabeza y volteó a mirar al público de chicos, que no habían movido ni un dedo para ya irse.
"Y bien!? No tienen trabajo que hacer, ustedes larchos!? Ya vieron al nuevito! A cada quién lo suyo!"
El largo grupo de chicos comenzó a disiparse, dejando solo a Alex con Alby y Newt. Alby dejó salir un suspiro profundo y miró a Newt.- "Bueno. Luego me comentas como le va al nuevo. Espero no se quede mudo por mucho tiempo."- Alexandra, con lágrimas secas en sus mejillas, frunció el ceño. Por que hablaba como si ella no estuviera ahí? Alby solo les mostró la espalda y se fue.
"Bueno. Nos vamos, nuevo?" Le dijo Newt, dándole una palmada en la espalda.
"Bueno Newt, No veo ninguna lesión en su garganta... Puede que sea algo temporal. Pero no puedo decirte cuanto le pueda tomar volver a hablar."- Dijo el otro Doc del cual ella ya había oído, Clint. Éste tenía en una mano una linterna, apuntándola hacía su garganta y en la otra una paleta, empujando su lengua para poder ver hasta el fondo de ella.
Sacó la paleta de su boca y alejó la linterna de su rostro. Alexandra movió de arriba abajo su mandíbula, sentía que había quedado tiesa por haberla tenido muy abierta su boca. Luego de asegurarse de que su mandíbula no quedo desencajada miró a Newt y a Clint con ojos preocupados.
Estaba en un lugar desconocido, con gente desconocida, HOMBRES desconocidos, y lo peor de todo era que no podía hablar.
"Te podría sugerir que le des un cuaderno u algo para que pueda escribir, no creo que halla otra manera que te puedas comunicar con él."
Y de nuevo el "él".
Por que pensaban de que era un chico?
Miró hacia abajo y se fijó en la ropa que llevaba puesta. Tenía encima una camiseta negra dos tallas más grande que ella, quedándole holgada y con las vendas que tenía puestas, pues se veía tan plana como un chico. Abajo tenía unos shorts verdes sueltos que le quedaban a la rodilla y un par de zapatillas plomas llenas de tierra.
Alexandra se dio por vencida y pensó que tal vez era mejor hacerles pensar que era un chico, tal vez así se sentiría más cómoda ya que se quedaría ahí hasta no saber cuando, rodeada de puros muchachos.
Alzó la cabeza y observó a Newt y a Clint hablando.
"-Ya veré que le consigo. Gracias por tu ayuda Clint."- Dijo Newt. Clint le sonrío y volteó su mirada hacía ella, haciendo el mismo gesto. Alexandra asintió en agradecimiento y le devolvió la sonrisa, tal vez desganada, pero una sonrisa al final de todo. Newt se giró y le indico que le siguiera.
Alexandra se puso de pie y salió de la habitación a los talones de Newt.
Ambos se encontraban en la Finca aun. Alexandra estaba esperando afuera de un pequeño edificio. Newt le había pedido que esperara allí, ya que ella no podía ingresar. Había dicho que el ingreso era solo para corredores. Que era un corredor? No tenía una maldita idea. Pero al parecer, por el gesto que le hizo Newt, no debía saberlo.
El sol ya había bajado. Y ahora con más tranquilidad y sola, pudo mirar sus alrededores.
Se percató de unos grandes muros grises que rodeaban el Área, como lo había llamado Alby. Eran de más de 100 metros de altura probablemente, y formaban un cuadrado al rededor. En cada lado, a la mitad de estos, habían grandes aberturas que daban paso a largos pasillos. Alexandra se preguntaba que era lo que había allá afuera.
Quería acercarse a aquellas aberturas y salir a investigar. Ver que era lo que podía encontrar.
Sentía como si algo la estuviera llamando, invitándola a entrar.
Mientras miraba la abertura más cercana, vio como un chico entraba corriendo por ella.
Alexandra inclinó la cabeza, extrañada, y siguió mirando al joven. Este se había detenido a un par de pasos ya dentro del Área y apoyaba sus manos en sus rodillas, respirando de manera agitada. Se quedó en aquella posición por un par de minutos y luego se enderezó, empezando a caminar nuevamente en dirección donde ella se encontraba, cruzando miradas con ella.
Nerviosa, trató de mirar a otra parte. Ya podía sentir sus mejillas arder al ser atrapada mirándolo. Miró al suelo y comenzó a dar pequeñas patadas arrastrando los pies, haciendo que levantara un poco de tierra. Disimuladamente levanto la vista y vio como el chico estaba cada vez más cerca, está vez notando que llevaba una camiseta pegada por el sudor y encima unas correas que se cruzaban en su pecho. Bajó nuevamente los ojos al ver que el joven estaba ya a un par de metros.
"Oye tú larcho, Quien eres? Que haces ahí?" Ella alzó la cabeza y vio que le estaba hablando. El chico tenía ojos rasgados, - "Asiático" - pensó ella. Él tenía brazos musculosos, a diferencia de los brazos delgados de Newt; y era de cabello corto y negro. Movió su cabeza rápidamente en pánico, rezando a que Newt volviera rápido.
"Oye! Te estoy hablando, garlopo. Respóndele a tu superior. Qué haces parado fuera de una zona prohibida?" La miró con ojos cada vez más molestos. Parecía que el tipo estaba frustrado de que no le contestara. Justo cuando parecía que ya se le iba a ir encima salió Newt del edificio.
Alexandra respiró nuevamente al ver que el otro chico desvió la mirada hacía Newt, visiblemente ya más relajado.
"Newt, larcho, quien es este? Es algún novato? Le estás guiando? Explícale bien que debe responder cuando se le habla."- Newt negó con la cabeza al joven.
"El no puede hablar, es mudo"
"Pues mierda" El chico sopló un silbido y volteo a mirarla. Esta vez con más detenimiento. Alexandra sentía sus mejillas arder nuevamente al sentirse bajo su mirada. Luego de unos segundos éste le tendió una mano y con la otra le dio un par de palmadas en la espalda "Bueno, Ya hasta me caes bien, larcho. Me encanta, primera vez con un nuevo y que no se comporte como garlopo lanzando preguntas estúpidas sin parar, simplemente me encanta. Nos llevaremos bien, sigue así."
"Obviamente seguirá así, el nuevo no puede hablar hasta que... bueno hasta que pueda." Dijo Newt, con una ceja levantada.
"Cállate Newt, no me dejes mal frente al novato. Me llamo Minho, por cierto."- Dijo volviéndose hacía ella. Ella asintió la cabeza en señal de entendimiento y Minho alzó la mano hacía su cabeza, revolviendole el cabello. "Y tiene nombre?"- Dijo, dirigiendo la pregunta hacia Newt.
El hizo un gesto, mostrando que se acababa de acordar de algo y levanto una de sus manos, donde tenía una pequeña libreta y un lápiz. Sonrío y se la pasó a Alexandra, quien alegremente la recibió.
"Ahora, escríbenos como te llamas, novato" Ella asintió y abrió la libreta en la primera página. En ese momento se le pasó por la cabeza, -¿Como es que sabía escribir?- lo dejó resbalar y decidió escribir su nombre de manera algo ambigua, que no dijera de que sexo era. Una vez terminó, le pasó la libreta a Newt y esté esbozó una ligera sonrisa en su rostro. Minho camino hasta terminar parado al lado de Newt, estirando el cuello para leer la pequeña libreta.
"Bueno Alex, Bienvenido nuevamente al Área."
