Esta es una historia compartida, creada entre Jeanne24 y yo. Su personaje es Kaix y el mio Shira, son completamente originales.
Realmente, lo único que tiene en relación con Wolf's Rain es el hecho de que los lobos se transforman en humanos cuando ellos quieren y de esa forma pueden vivir entre ellos sin ningún problema. Además del escenario de cuidades destrozadas, que tambien comparte esta historia.
Nada más, espero que os guste ^^



Prologo

Shira caminaba por las calles en silencio, hacía calor pero llevaba una túnica larga. Necesitaba cumplir su cometido antes del anochecer, y ya no quedaba mucho tiempo. Dirigió sus ojos amarillentos al cielo con preocupación y comenzó a caminar algo más rápido por la oscura y solitaria calle. Allí, donde el aire parecía volverse aún más denso, la joven examinaba sus alrededores con aquellos penetrantes ojos, contemplando la soledad que la rodeaba una y otra vez sin descanso. No había estrellas en el cielo, y eso no parecía afectarla en absoluto, ya que estaba acostumbrada a todo aquello. La soledad era su mejor compañera, y con ella se había forjado a lo largo de los años. A medida que Shira caminaba por la silenciosa calle, comenzaba a notar extrañas sensaciones a las que no hizo caso, estaba demasiado ocupada con su cometido como para atender a sus instintos ahora.

Un último aullido hizo que sus ojos se abrieran de par en par, atentos a aquel familiar sonido que estaba gritando a los cielos. Aquel ahogado grito que se desvaneció entre la penumbra, sin dar tiempo a reaccionar a nadie, ni siquiera a Shira. Ella no mostró ninguna expresión, pero su corazón no hacía más que clamar por reunirse con aquella voz. Cada vez caminaba más rápido, la noche junto con su instinto se le echaban encima. Aun le costaba mantener a raya muchos de sus instintos animales. al fin, llegó a su destino, un oscuro y extraño bar. Entró suspirando y se acercó a un hombre que había en la barra.

-¿Lo traes? -preguntó el hombre sin girarse.

-Si...justo a tiempo -respondió.

Sacó un pequeño sobre de la túnica y se lo entregó al extraño hombre.

-Muchas gracias, ya puedes irte -contestó cogiéndolo rápidamente- se van a enterar...

Shira se giró y caminó hacia la puerta, pero titubeó unos segundos antes d abrir la puerta.

La llovizna caía suavemente sobre el asfalto de la carretera, humedeciéndolo y adormeciéndolo, dándole un color negro que poco tenía que envidiar al nocturno cielo. Las gotas emitían un suave sonido que podía tranquilizar, pero los secos golpes de la lejanía interrumpían aquella paz con constantes ruidos. Más adelante, un chico estaba siendo golpeado por otros tres más, sin darle oportunidad de defenderse. La lluvia mojaba el largo cabello castaño casi negro de Shira, pero eso no la inmutaba. Caminaba sumida en sus pensamientos escuchando de fondo el sonido de sus pasos al pisar un charco. El chico fue golpeado por el más grande de los tres. El cabello del atacante era largo y recogido en una cola de color claro, con una expresión retorcidamente divertida en su rostro. El golpeado no hizo más que rugir otra vez sin levantarse del suelo.

-¿Qué te pasa,Kaix?-preguntó con sorna aquel tipo-¿ya no te puedes levantar?.

Kaix, que así se llamaba el muchacho, no pronunció palabra y apretó los dientes con rabia, tremendamente furioso. Shira, sintió algo extraño en el ambiente, más gente...y...algo más. Caminó con curiosidad siguiendo esa sensación hasta llegar a una calle estrecha, al final de ella vió a un grupo de chicos golpeando a otro. Los observó desde no muy lejos con curiosidad. El grandote volvió a zarandear a Kaix, que esta vez le respondió con un pequeño empujón, y entonces le pateó el estómago más fuerte. Fue entonces cuando pudo verla...su cabello oscuro y sus ojos de un dorado brillante, fijándose en él atentamente. Aunque fueron pocos instantes pudo ver a aquella chica que lo observaba.

Fue entonces cuando recuperó las fuerzas y se levantó del suelo. Shira sonrió algo oscura y orgullosamente.

-¿Se puede saber...qué está pasando aquí? -preguntó con tono de superioridad.
Los muchachos ahogaron sus risas al escuchar la voz de la muchacha, y sus muecas divertidas se acentuaron aún más. Kaix al principio no supo por qué ella se había aventurado a meterse en esa pelea, pero comprendió que debía alejarse lo antes posible.

-¡Vete!-exclamó el joven.

Shira no hizo caso a sus palabras, hacía tiempo que no tenía acción, estaba deseandola y ahora el momento perfecto.

-Hice una pregunta... -insistió con la misma sonrisa.

-Vaya, vaya…-dijo el tipo grande-…pero que tenemos aquí-se acercó un par de pasos y examinó a Shira, la cual le parecía bastante valiente, además de bonita-¿eres la novia de este idiota?-preguntó señalando a Kaix, que se acababa de levantar del suelo.

Shira dirigió una mirada fulminante a los ojos del muchacho golpeado, luego miró al chico que se encontraba frente a ella.

-No le conozco de nada -respondió seriamente manteniendo su pose desafiante.

-¿De verdad?-dijo aquel tipo, bastante satisfecho con la respuesta, sin embargo Kaix torció el gesto molesto y a la vez intimidado por sus ojos. No comprendía a que estaba jugando aquella chica, pero por las ropas de aquellos chicos debía haber sabido que tenía que correr. El hombre grande colocó una mano en el hombro de la joven.

-¿Y estás sola?-preguntó.

Aquella situación no le gustaba para nada. Shira miró la mano de reojo orgullosamente.

-¿Acaso importa? -respondió clavando su ligeramente fría mirada en los ojos de él.

Frunció el ceño durante unos segundos, pero enseguida volvió a sonreír pícaro.

-Tienes razón, poco importa-comentó acercándose a su oído, cosa que enfureció a Kaix, el cual sabía lo que pretendía y gritó.

-¡Déjala en paz!-pero cuando fue a ayudarla ya tenía a sus dos amigos encima de él, sin poder soltarse. El grandullón siguió:

-Que ruidoso, ¿por qué no vamos a un lugar más tranquilo?-preguntó descaradamente.

Shira soltó una risa agradable, pero seguida esta risa se cortó y dejó paso a una expresión sombría y amenazante.

-Porque no me gusta perder el tiempo con tíos de la calle -contestó segura de sí misma.

Dicho esto lo empujó agilmente salto a la vez hacia atrás elegantemente. Al sentir la presión que ejercía aquella chica sobre él se sorprendió, y cuando se dio cuenta ella había retrocedido un par de pasos hacia atrás. Él retrocedió, pero solo fueron un par de pasos que seguramente eran una advertencia. Parecía molesto por aquello, y bastante:

-¿Quién te crees que eres?-preguntó el ofendido-¿crees que puedes hacerme esto a mí?

No sabía que le había dolido más, si que una chica lo rechazara o que encima parecía querer matarlo. Kaix observó espectante los gráciles movimientos de aquella chica, sin saber de donde podría haber salido. Ella lo miró con una sonrisa, sus ojos parecían salvajes y las sombras que su pelo movido por la brisa hacían sobre su rostro, le daban un aspecto macabro.

-Aah...Pues soy Shira...y a la segunda pregunta...puees supongo que si... -rió divertida- lo siento, desde siempre he sido bastante sincera, ¿sabes? Puede que por eso no suela caer bien...-dijo esto último como pensativa e irónica.

El muchacho miró sorprendido a aquella chica, la chica de ojos felinos que contemplaba el escenario con tanta tranquilidad y burla. Parecía no temer a aquel chico, a pesar de que venía con dos amigos y que era cruel por naturaleza. Shira…

-Bien, bien…-gruñó el hombre-…entonces te enseñaré a guardar tu sinceridad-exclamó crujiéndose los nudillos y con la mano extendida para golpear a la chica.

-Vaya, como ha cambiado tu forma de verme, eres tan impredecible...-rió Shira con una sonrisa esta vez bastante burlona y desafiante- aunque la verdad es que me gusta más tu verdadero yo, no el yo "atrapa moscas"...

En todo este tiempo Shira no se había movido de su sitio, estaba allí delante de aquellos chicos segura de sí misma con pose orgullosa y desafiante,y...cerca de ella, aquel extraño chico que le había llamado la atención. Lo examinó de reojo despreocupándose de los chicos que tenía en frente. El cabello castaño y oscuro de Kaix apenas brillaba aquella noche comparado con el protagonismo de la chica llamada Shira, que no hacía más que provocar al problemático chico que la amenazaba. Sus claros ojos se clavaron en el combate que estaba a punto de comenzar.

-Y bueno...cambiando de tema -continuó Shira mirando a los chicos seria- ¿Se puede saber por que abusabais de este chico? No está bien una pelea tan sucia como la que era esta... -regañó negando con la cabeza, pero manteniendo su aire de seriedad.

-¡Eso no te importa!-rugió el gigante,y su puño,cerrado y duro como una piedra,se dirigió al rostro de Shira.

Tal vez si ese ataque hubiera sido dirigido a ella cuando estaba distraída examinando a Kaix el puño le hubiera alcanzado, pero atacarla frente a frente era una tontería. Seguramente no fuera tan fuerte como él, pero si más ágil. Mientras el chico se dirigía a ella y esta esquivaba su ataque tubo tiempo para reflexionar más fríamente. No puedo hacerle daño a un humano aprovechándome de mis habilidades, eso sería hacer lo mismo que hicieron ellos... Le dió un golpe en el estómago, lo suficiente para dejarlo medio aturdido y corrió hacia el extraño chico.

No comprendía que estaba haciendo aquella muchacha, ni siquiera el por qué de que se acercara hacia donde él se encontraba, pero lo hacía y pasando por encima de aquel tipo. Ligeramente boquiabierto comenzó a resistirse a la presión que ejercían esas personas sobre sus brazos, queriendo avanzar hacia Shira. Por otra parte el grandullón hizo una mueca de rabia hacia la misma, a pesar de estar ligeramente aturdido gritó a sus amigos para que no se acercara a aquel chico y, si eso, la capturaran.

-¿Quién eres? -murmuró Shira avanzando hacia el chico, en un tono que parecía que estuviera hablando para sí misma.

No le importó el grito de aquel chico, no les tenía miedo y caminó hacia los que mantenían a Kaix. Cuando estaba a pocos metros de ellos sonrió siniestramente. Los deseos por contestar a Shira se hicieron intensos, pero estaba demasiado ocupado con aquellos tipos que le sujetaban. Estaban confusos por la orden de su líder, ya que si soltaban a Kaix seguramente se escaparía, pero si no lo soltaban…estaban bastante confundidos, por lo que no reaccionaron. Shira corrió agilmente hacia ellos,no le fue muy difícil liberar a Kaix de su aprisionamiento con un par de empujones sin infringirles daños graves. Tras esto dirigió una mirada confusa a Kaix antes de comenzar a correr calle arriba.

-¡Ey!-exclamó Kaix, totalmente anonadado por lo que acababa de hacer.
Al principio sus pies caminaban torpemente, pero enseguida pudo seguirla como debía y corrieron calle arriba, dejando atrás a aquellos tipos que ya no iban a seguirlos más, o por lo menos no a Shira. Él miraba fijamente la silueta de la muchacha, preguntándose el por qué de que le ayudara.