Entre los pasillos de la orden se podía ver a un peliblanco corriendo por los pasillos de la orden, entró a su habitación mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus hermosas orbes plateadas por lo que se llevo sus manos hasta sus mejillas con la intención de cubrirse.

Ese era Allen Walker, aquel exorcista que lucha por los humanos y por los akumas, ese joven de apenas 15 años que tanta valentía había ante cualquier situación, ahora se encontraba destrozado por toda la tristeza que lo embargaba, y por primera vez deseaba no poder sentir nada, dejar de lado el dolor que se acunaba en su pecho y crecía con cada instante

Caminó desganadamente hasta su cama donde se tiró boca abajo, y en su almohada se echó a llorar como nunca antes lo había hecho, ya que no había nada que lo consolara, ni siquiera su golem dorado que revoloteaba alrededor suyo tratando de llamar su atención y sacarlo del estado en el que se encontraba.

-Timcanpy déjame en paz- logró susurrar el albino entre sollozos

Pero la pequeña bola dorada hizo caso omiso de las palabras de su dueño y se quedo a su lado para vigilar que no se dejará derrotar tan fácilmente, por lo que se recostó a su lado tratando de limpiar las cristalinas lágrimas que se deslizaban por el rostro del joven, mientras éste se lamentaba.

-¿ Por qué Kanda, por qué lo hiciste?- su almohada se humedecía cada vez más y los sollozos de Allen eran cada vez más audibles

-Timcanpy, ¿ por qué lo hizo,? solo acrecentó mi esperanza por unos instantes, me ilusiono falsamente y después me dejo caer en la cruel realidad- el albino tomo a su golem entre sus manos y lo abrazo fuertemente

-Ahora ya no tendré el valor de volverlo a ver a la cara, y lo peor, es que el me repudiará- y entre sus lamentos comenzó a pensar cosas realmente tristes-

Mana… porque me odia tanto, en mi vida siempre me han dedicado miradas de odio y temor y siempre me han repudiado por culpa de mi brazo izquierdo, con el tiempo me he hecho de grandes amigos como Lavi, y Lenalee que son personas que me tratan maravillosamente y me aprecian demasiado, cosa que es realmente nueva para mi pero en contraparte se encuentra Kanda ….en mi vida nunca nadie me había tratado con tanta frialdad como lo hace él… Kanda la persona que más amo en este mundo, la única que he llegado a querer de verdad después de ti, es la persona que más me desprecia, y la cual creo que hasta desea que yo nunca hubiera llegado a la orden… o mejor aún, que ya me hubiera muerto en alguna misión

Y así entre pensamientos parecidos a esos se fue quedando dormido dejando a una preocupada bola amarilla que lo miraba apreciando el mal estado en el que se encontraba su amo, se acerco hasta su mejilla la cual era traspasada por aquella cicatriz y la acarició suavemente tratando de reconfortarlo.