NADA DE ESTO ME PERTENECE, LOS PERSONAJES SON DE RUMIKO TAKAHASHI, SOLO ME DIVIERTO ESCRIBIENDO HISTORIAS.

Tras publicar "La Boda de Kasumi" "20 de enero" y "con ella" además de notar el excelente recibimiento que tuve en estas historias, tuve la loca idea de hacer otro fic de Ranma. Solo que este es más largo y tiene como tema principal el drama. Probablemente no es poco original, porque lo hice tras leer miles de historias donde la parejita protagonista muere o tiene accidentes; no, modifico: esta historia es nada original. Entonces ¿Por qué leerla?

Bueno, es un proyecto que tuve en mente desde hace varias semanas y llevo escrito los primeros capítulos por momentos fugaces de inspiración. Como todas las redacciones son diferentes, mi historia será distinta en algunas cosas a otras similares, no por eso dejará de llevar un curso que ya antes ha sido recreado por miles de escritores. Espero, eso sí, poder captar como ellos la atención del público. Y con esta historia poner final a la serie que tanto amé y que dejaron abierta, desconsolando a miles de fanáticos.

No queriendo extenderme más en este prólogo, les dejo el prefacio de mi historia, más o menos de que tratará. Ya ustedes podrán juzgar si les parece buena o mala. En ambos casos, comenten, para saber sus opiniones.


LA ULTIMA VEZ.

By

Nefertari Queen.


Prefacio.

Había demasiado ruido como para que pudiera concentrarme en algo. Ni siquiera sabía dónde o cómo estaba. Muchas personas gritaban, escuchaba que algunas corrían. Desesperada, intentaba moverme. Pero no podía ¿Qué me sujetaba las piernas, los brazos? ¿Por qué lo hacía?

Forcejé, pero todo fue inútil. No podía ni mover uno solo de los dedos en mi mano. Solo podía angustiarme más… y más… ¡Ya no podía! Un pinchazo… ¡Mi cabeza! ¡Quemaba! Ardía… sentía miles de clavos incrustándose en mi cráneo al mismo tiempo, todos calientes, casi derretidos ¡Quítenmelos! Tenía ganas de gritar, pero no encontraba mi voz.

Un calambre recorrió mi cuerpo, gemí por lo bajo sin que nadie me escuchara. Retorciéndome internamente de dolor, mis músculos eran destrozados sin que yo pudiera hacer nada. Repentinamente fue como si una navaja rasgara toda mi pierna. Grité, o eso traté, pero nadie fue capaz de escuchar mis gemidos agonizantes. Centenares de demonios andantes con navajas se disputaban mi cuerpo y unas incandescentes llamas luchaba por llegar hacia mí y quemarme.

-¡Abran paso, es una emergencia!—gritaba una voz.

Pero sumida en ese infierno, en ese dolor, caí repentinamente a un abismo completamente negro. Fue algo extraño, no lo niego, un segundo estaba siendo torturada por esos demonios y al otro se abrió bajo mi cuerpo un agujero negro que me succionó entera y dejó caer a una dimensión extraña. Un océano de paz donde no había nada, ni dolor, ni sufrimiento… nada.

-¡Akane!—alguien gritaba…-¡Akane, escúchame, quédate conmigo ni se te ocurra dejarme, tonta!

¿Dónde había escuchado antes esa voz? Sonaba angustiada, desesperada, casi podía sentir unas lágrimas caer sobre mis entumidas mejillas. Esas lágrimas y esa voz comenzaron a sacarme del hoyo, pero apenas salí un poco regresé al infierno de dolor. Mi cabeza aumentó las punzadas y traté de gritar, en vano. Entonces, una mano se posó sobre lo que creo era mi propia mano y la acarició con dulzura.

-Resiste—suplicó, sollozando demasiado fuerte como para que no lo escuchara.

Pero yo relacionaba esa voz con fuerza, no con llanto. Por eso, inconscientemente una serie de recuerdos que pasaron fugazmente delante de mí consiguieron abrir mi garganta y un ronco sonido pronuncio con torpeza el nombre de la única persona a la que deseaba ver en ese momento. La que sabía, podía apartarme de mi agonía. Sólo él.

-Ranma…-No se entendía, al menos yo no lo entendí. Por eso me sorprendió que él sí.

-Aquí estoy Akane, aquí me quedo.

Quise sonreír, pero el dolor era demasiado y pronto me cansé de luchar. Era como si me esforzara en detener un río entero usando solamente una mano, agotador y no rendía frutos. Era imposible. Lo poco de mi cuerpo que aún tenía fuerzas para no caer, irremediablemente se dejó llevar por la fuerza del hoyo. Un velo negro cegó la escasa luz que mis ojos me permitían observar. La silueta del angustiado rostro de Ranma desapareció en esa oscuridad. Y me hundió a lo más profundo de las tinieblas.

En las entrañas de algún incógnito rincón de mi ser, sentí un dolor aún más intenso que todos los anteriores, como si alguien con un martillo hubiese aplastado mi cráneo. Entonces, todos esos rostros, momentos, nombres, sonrisas, peleas, conocidos, acontecimientos… todo desapareció.

Nada quedó.

Solo oscuro.

Todo negro.

Y me hundí sin querer ni poder evitarlo.


Para este punto de seguro habrán adivinado que rumbo llevara la historia. No puedo decir más, solo agradecerles por tomarse la molestia de leer esta pequeña introducción y más les agradeceré si me comentan lo que les pareció. Nos leemos!

chao!