Notas: Desde hace por lo menos un año que no puedo escribir ni siquiera una oración, pero supongo que hoy decidí aventurarme. Aclaro, yo escribo como puedo así que no esperen algo del otro mundo, de todas maneras espero que sea de su agrado.
No hay ninguna advertencia por el momento. Quizá y siga sumándole otras historias pequeñas.
Todo pertenece a su respectivo autor.
Alguna vez me habrías hablado sino hubiésemos sido vecinos?
Tal pregunta había rondado la mente de Kenma más tiempo del que le hubiera gustado, a veces la interrogante caía de improviso mientras permanecía en silencio dentro de su habitación en compañía de Tetsurou, en esas ocasiones ocultas en que desviaba la mirada del móvil para comprobar que su amigo seguía ahí , acompañándolo en tanto ojeaba un viejo manga o veía televisión.
Supuso que debía sentirse afortunado, muchas veces había oído el dicho que nadie llega a tu vida por casualidad, y sin dudas el de cabellos negros tenía culpa en todo lo que le rodeaba actualmente. Era quien lo arrastro, literalmente, lejos de su zona de seguridad, y derribo todas las barreras invisibles que había construido con tanto esmero. Supongo que hay gente que puede hacer eso.
—Kuroo.—
—Dime.—
—Alguna vez me habrías hablado sino hubiésemos sido vecinos?—
—Probablemente no.—
—Oh.—
La respuesta le sentó como un balde de agua fría, sabía a la perfección que su compañero no se iba con rodeos, sus palabras solían ser directas. Y el rubio tampoco esperaba algo diferente, así que limito a seguir en lo suyo, en tanto el mayor seguía cambiado los canales con una despreocupación digna de él. Hasta que finalmente volvieron a salir palabras de su boca.
—Pero sabes...—
—No es necesario.— Le interrumpió.
—Ni siquiera sabes lo que diré, Ken.— Se levanto del suelo, limpiando la parte trasera de sus buzo escolar. —La primera vez que te vi admito que fue porque mí madre me obligo a salir contigo. La verdad es que me aterrabas, con tu cabello sobre los ojos parecías la versión en crío de Sadako.— Rió por lo bajo tomando asiento en el borde de la cama, para después dejar caer su espalda contra el colchón y sus brazos detrás de su cabeza.
—Es bueno saberlo.—
—Pero luego, cuando abriste la boca pensé 'Whoa! Este niño puede hablar!' y esa no era la mejor parte, todo lo que decías tenía más sentido que cualquier cosa que las que habíamos dicho mis amigos o yo en aquel entonces, así que al día siguiente nadie me tuvo que obligar a venir a verte. Lo hice por cuenta propia.— Volteo un segundo, bosquejando una sonrisa al recordarlo.
Kenma guardo silencio, pese a que su pantalla desde hacía unos momentos marcaba Game over.
—El problema fue que eras espantosamente tímido, pero en esos momentos pensé que el mundo se estaba perdiendo a una persona genial y no pude permitírmelo ¿Me sigues? Quería que todos te vieran de la manera que yo lo hacía. No me quedo más remedio que compartirte.—
—Hmp—
—Pero sí me lo preguntas, no, no te hubiera hablado. Eras raro.—
—Esta bien, me ha quedado claro, Kuroo—
