Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.
Advertencia: Contiene SasuNaru y NaruSaku. A lo largo de la historia irán apareciendo otras parejas que mencionare luego.
Entre Dos Hogares
-Ya han pasado cuatro años…- Lanzaba las palabras al viento en un ligero susurro, pero que fue perceptible para su acompañante.
-Sí… Pero ha sido como una eternidad…- Contesto el joven mientras observaba la lapida que se encontraba frente a él. Sus ojos se mostraban sensibles, inseguros, tristes… Aunque hayan pasado tres años, el dolor que sufrió al ver como su esposo moría delante de él era inamovible.
Tomo la mano de él con fuerza al ver reflejada toda esa angustia en su rostro, ella siempre lo ha amado y por eso siempre estaba al lado de él incondicionalmente. El chico al notar esto, esbozo una pequeña mueca que se asemejaba a una sonrisa y correspondió al agarre, la chica de cabellos rosados le dirigió una mirada llena de comprensión y amor para hacerle entender que estaría con el siempre, sin importar lo que pasara.
Pasaron así un tiempo, minutos, horas, no lo sé. La pelirosa miraba de vez en cuando el rostro de su ahora esposo, lo admiraba con devoción indescriptible, con amor inconfundible. Primero centraba su vista en sus hermosos cabellos rubios que se mecían con el vaivén del viento, los rayos del sol impactaban directamente con ellos para hacerlos ver incluso más relucientes de lo que ya eran, la chica conocía perfectamente la suavidad de estos puesto que los había tocado infinidad de veces que hasta incluso se podría decir que tenia envidia de que un chica tuviera una cabellera así. Luego poso su vista en esos hermosos y brillantes ojos azules que tanto la habían cautivado, aquellos ojos que cuyo color opacaba incluso al mismo cielo, esas profundas lagunas azules que le inundaban y le arrastraban a lo desconocido, porque solo en una mirada podía enviar todo su mundo abajo. Sus ojos contornearon todo el rostro del joven intentando buscar alguna falla que su creador haya cometido en él pero nada, era simplemente perfecto ante sus ojos. Sintió como el rubio agitaba su mano libre por delante de sus ojos y se exalto un poco, el chico lanzo una ligera sonrisa al ver la sorpresa de la chica.
-¿En qué pensabas?- Pregunto el joven guardando la mano traviesa en su bolsillo.
-En-En nada, solo me quede mirando- Aparto la mirada rápidamente para ocultar su ligero sonrojo.
-Mirando… ¿Qué?- Volvió a preguntar, pero más para molestarla.
-¡No te estaba mirando a ti! Ni que fueras tan lindo- Soltó el agarre y se cruzo de brazos reprimiendo su creciente molestia.
-¡¿Entonces soy lindo?! Pregunto mas entusiasmado que antes.
-¡Ton-Tonto!- Replico para volver a ver la lapida y, rápidamente, volver a tener esa mirada de tristeza.
Al rubio le ocurrió lo mismo, el no quería que Sakura sufriera siempre por culpa de él, peo no podía evitarlo. Ver la tumba de su difunto esposo le atormentaba, no podía evitar que los recuerdos surcaran su cabeza cada vez que ocurriera algo relacionado con él. Y la cuestión no estaba en que no podía olvidarlo, si no, que no quería olvidarle ¿Cómo una persona llegaría a querer olvidar los momentos más hermosos de su vida junto a la persona amada? ¿Cómo el podría siquiera llegar a pensar en eso? Pero el problema principal radicaba ahí, es el "Cómo" el que importaba, si no el "Por qué". No era "¿Cómo podría olvidarlo?" Si no, "¿Por qué debería olvidarle?" Había muchos "porqués", de hecho sobraban, los "comos" eran los escasos. El sabia que jamás sabría como olvidarlo, pero si sabia porque debería hacerlo.
Desde que su primer esposo falleció no sabía la hora, ni el día, ni el país en el que vivía. Estaba sumergido en los profundos mares del dolor y el sufrimiento, ahogado en el llanto y sentenciado a los recuerdos del pasado. De un momento a otro todo se desvaneció, se lo arrebataron de una manera cruel y dolorosa. Cuando vio como su marido era arrastrado por la fuerte corriente del rio sintió como su alma se desgarraba en trozos a la vez que gritaba su nombre e intentaba irse con él a esa muerte segura, pero los brazos de su mejor amiga lo sujetaban fuertemente para salvarlo de ese final seguro… Pero a su vez lo condenaron al martirio eterno.
Inicio todo tipo de trámites y reconocimientos del lugar visitado con tal de dar con el paradero de su esposo, puesto que el aun tenía fe en que el hubiera sobrevivido a eso. La justicia exploro el lugar pero no encontraron nada, y declararon que el cuerpo seguramente se habría dirigido por la corriente hasta el mar. Desde luego, Naruto no se basto con eso y el mismo junto con unos amigos se dispusieron a buscarlo, pero fue inútil y cada vez las esperanzas se iban esfumando lentamente. Con cada "No lo encontramos" que escuchaba se esfumaba un pedazo de su alma, simplemente sus fuerzas para soportarlo se acababan y su fe se desmoronaba. Se sentía culpable y no paraba de recordárselo así mismo todos los días, incluso su hermano mayor se estaba hartando de la situación, que empeoraba cada vez mas.
Y luego, después de tanto buscar y no dar con nada, sucedió lo que tenía que suceder, el también bajo la mirada para aceptar algo que no quería aceptar. Que su esposo había muerto.
Las búsquedas terminaron y la justicia dio por terminada la causa, lo declararon muerto y le entregaron el acta de defunción, que para Naruto era lo mismo que una carta de recomendación para el mismo infierno. Y aunque él, en lo más profundo de su alma creía en su esposo, los hechos transcurridos lo abofeteaban una y otra vez para que se rinda por completo. Sin embargo, esto no tardo en suceder, y su vida dio un giro drástico, su vida se limito a cuatro paredes y recuerdos de lo que alguna vez fueron hermosos momentos junto a su marido. No dejaba que nadie se le acercara, salvo su hermano y su mejor amiga. Pero por más que lo intentaran, era casi imposible creer que él se repondría de esa terrible situación, no comía, no salía, no lloraba, no hacía nada. Solo miraba por la ventana el horizonte, mientras miles de cosas de debatían en su cabeza y lo hundían en el dolor y la soledad.
Sin embargo, su amiga de cabellos rosa y ojos jade siempre estuvo allí para él, iba a verlo incondicionalmente todos los días y lo acompañaba a visitar la tumba todos las veces que lo veía dirigirse allí. Ella fue su soporte y su contención, fue su pequeña luz en ese mar de oscuridad, y así fue como se gano su amor. Poco a poco el sintió el calor que Sakura le brindaba, que se asemejaba a lo que alguna vez su esposo le hizo sentir en un pasado, con cada abrazo de ella sentía que estaba cada vez un poco más lejos del dolor, y más cerca de una nueva oportunidad. El jamás olvidaría a su esposo, no lo haría aun en su último aliento de vida, pero decidió recordarlo con una sonrisa y no con lágrimas y dolor como hasta ese entonces. Luego de casi dos años de la tragedia, Sakura se había confesado ante el rubio revelándole los sentimientos que albergaba en lo más profundo de su alma desde que eran unos niños. Obviamente el chico no se lo esperaba, pero sentía que podía corresponderle, aunque sea un poco. Allí fue que el acepto sus sentimientos pero no le dio ninguna respuesta, no estaba listo para algo formal aun. Luego de transcurridos aproximadamente cinco meses después de esto, Naruto acepto salir con Sakura, asumiendo que sentía algo por ella. La relación fue estable a ambos se los veía muy bien, los allegados de la pareja no entendían como Sakura había sacado a Naruto de su encierro ya que por más que intentaron animarlo, simplemente no habían conseguido nada. Y al pasar el tiempo, decidieron casarse, cosa que alegro a todos sus conocidos ya que podían ver al joven rubio sonreír de nuevo, teniendo una nueva oportunidad de ser feliz al lado de otra persona.
"Sentí que el cielo me daba una segunda oportunidad para conocer la felicidad, Sakura fue mi amiga de toda la vida y me conocía mejor que nadie. Realmente me sentía dichoso por ese lado, pero algo me inquietaba. No sé lo que era, pero se removía sutilmente en mi pecho, como una pequeña serpiente…"
Luego de cuatro años superados con mucho esfuerzo, se encontraban allí, otra vez, visitando a su antiguo amigo de la infancia. Como el cuerpo no estaba allí, ya que nunca fue encontrado, simplemente colocaron una lapida con su nombre escrito en el. De ese lugar se podía apreciar la puesta de sol perfectamente, era una pequeña colina que al joven le gustaba mucho ya que no había gente por allí y podía estar solo sin personas que lo molestaran. El rubio sabia esto, y por eso decidió que el lugar para recordarlo fuera allí, justo donde a el tanto le gustaba estar, donde podía pasar tardes enteras sin aburrirse.
-Sasuke…- Susurro el rubio mientras se acercaba hasta la fría roca, se agacho hasta posar una de sus rodillas en el piso y con sus dedos contorneo lenta y pausadamente el nombre de su difunto esposo para luego dejar deslizar una traicionera lágrima por su mejilla hasta perderse en la tela de su pantalón. Deslizo su mano por su rostro para borrar cualquier evidencia de llanto y se reincorporo, pero sin dejar de mirar ni un segundo el nombre grabado en la piedra.
-Uchiha… Sasuke…- Pensaba para sus adentros.
[-¿Y cómo dices que te llamas?- Pregunto el niño de cabello rubio algo curioso.
-Uchiha Sasuke-Su respuesta fue seca y fría.
-¡Que nombre tan feo!- Contesto, después de todo el otro no le había contestado bien tampoco
-¡No me jodas! ¡Naru-chaaann!- Grito el pelinegro molesto al ver como se burlaban de su nombre.
-¡Ca-cállate! ¡No me gusta que digan así!- Hizo un puchero a la vez que su rostro tomaba color.
-¡Naru-chan! ¡Naru-chan! ¡Naru-chan!-
-¿Co-como sabes que me llaman así?- Sus mejillas estaban rojas, no le gustaba es apodo.
-Bu-Bueno… Lo escuche…-Y ahora, el sonrojado era el pelinegro.
-¿Eh?...-El rubio no entendió su reacción, así que simplemente sonrió.]
-Creo, que ya es algo tarde… Naruto- Musito la pelirosa mientras veía como los últimos rayos del sol se colaban en el firmamento, dejando lentamente a oscuras un hermoso atardecer.
-Cierto, mañana debes ir al pueblo ¿Verdad?- Pregunto mientras se volvía a acercar a ella.
-S-Si… Debo, debo ir temprano- Acacho la mirada no podía ver a Naruto en esos momentos, su cabeza estaba en un mar de confusión.
-No te preocupes, volvamos a casa ¿Si?- Le dijo mientras tomaba sus manos y sonreía como usualmente lo hacía.
Ella solo asintió y sin decir más subieron al auto que los llevaría hasta su hogar.
… *…
El reloj marcaba las seis y ella ya estaba lista para retirarse hasta su empleo, que por cierto se encontraba muy lejos de donde ella actualmente vivía. Bajaba lentamente las escaleras, odia sentir el exquisito aroma que provenía de la cocina, a veces odiaba que su esposo cocinara mucho mejor que ella.
-No era necesario, me compraba algo para el camino- Le reprocho acercándose a su esposo mientras tomaba uno de los buñuelos que se encontraban en la mesa. Lo probo y ,tal como lo pensó, estaba delicioso.
-¡Dices eso, pero igual comes!- Exclamo el rubio mientras servía el café, deposito ambos vasos en l mesa y ambos comenzaron a desayunar.
Hablaron de cosas bastante triviales, sin mucha importancia. A los diez minutos ambos dejaron todo en la cocina y se dispusieron a marcharse a sus respectivos trabajos, Naruto se iría a la empresa donde era cabeza de compañía mientras que Sakura al hospital donde trabajaba de médica. Ambos se despidieron con un beso en los labios y se marcharon tomando caminos opuestos. A cada kilometro que el coche de la joven se alejaba mas y mas de su hogar, su rostro se mostraba cada vez mas dolido. Durante su viaje no podía parar de pensar en su actual situación ¿Qué se supone que haría? ¿Qué era lo que debería hacer? ¿Qué era lo que no tendría que hacer? Y peor… ¿Cómo explicaría su actual situación?
Al llegar al hospital donde trabajaba, aparco el auto e ingreso en las instalaciones. El hospital no era tan grande, ya que se encontraba en un pueblo alejado de la ciudad, si bien no ganaba mucho a ella le agradaba ayudar. Se coloco su uniforme y se dirigió a su oficina, reviso los turnos que tenía pendientes y acomodo un poco sus papeles. Mientras leía un libro esperando que sea la hora de llegada del primer paciente la puerta sonó estrepitosamente.
-¡Doctora, doctora! ¡Es urgente!- Exclamo entrando repentinamente en la oficina.
-¿Qué ocurre Ukyo? ¡¿Dónde es la urgencia?!- Pregunto mientras tomaba su equipo de trabajo.
-¡No Doctora! ¡El paciente que estaba en estado de coma despertó! ¡La estábamos esperando para avisarle!- Informo sin ninguna pausa.
A la pelirosa se le paro el corazón, el momento de la verdad había llegado y ahora se encontraba entre la espalda y la pared. Con su mente llena de dudas abandono su oficina y se dirigió a la habitación donde se encontraba el paciente. Conocía el camino de memoria ya que desde los últimos tres meses siempre había estado cuidando de ese paciente. Al llegar, abrió la puerta lentamente, sintió esos profundos y oscuros ojos sobre los suyos.
No había duda alguna, era él. Aunque era imposible, era él.
Se acerco a él y poso su mano sobre la del joven que acababa de despertar, rápidamente en sus ojos comenzaron a llenarse lagrimas de emoción, tristeza, recuerdos… y su pecho de una alegría indescriptible. Apoyo su cabeza sobre el pecho del paciente y cruzo sus brazos en el mismo lugar intentando tapar su rostro. Pero se sorprendió en gran manera al sentir como ese joven se reincorporaba, la tomaba de los hombros a la alejaba de él estrepitosamente.
Ella lo miro sorprendida ¿Por qué había hecho eso? Acaso… ¿No era la persona que ella creía? No, eso no podía ser. Jamás se confundiría. ¡Lo conocía de toda la vida! Desde que lo vio hace tres meses estaba convencida de que era él. ¿Era posible que se haya confundido? No, no podía ser…
-Tú…- Intento hablar pero no se lo permitió.
-¡¿Quién eres?! ¡¿Me conoces?!- Pregunto mientras aun la sostenía por los hombros, sus ojos mostraban gran frialdad y confusión mezcladas.
Los ojos llenos de lágrimas de la joven lo miraban con gran sorpresa, no esperaba eso. Sin embargo la alegría que sentía la invadió por completo que en vez de mostrar duda, enojo o sorpresa solo mostraba alegría y felicidad. Una gran sonrisa apareció en su rostro y se reincorporo delicadamente mientras el paciente retiraba las manos de sus hombros, sin perder ningún pensamiento en el camino.
-¿No- No lo recuerdas?- Pregunto con duda.
El joven bajó la mirada, apretó ligeramente sus puños. Estaba furioso y ni el mismo sabía porque, simplemente lo estaba.
La chica lo examino con la mirada analizando lentamente todos y cada uno de sus movimientos, era él, no había dudas. Pero la interrogante que circulaba en su cabeza y le golpeaba salvajemente la razón era el porqué actuaba de esa manera. Con una de sus manos se masajeo la sien intentando atar todos los cabos sueltos que había, algo que haya pasado y que pudiera explicar esa situación. Una idea cruzo su mente y rápidamente levanto la vista decidida, cruzando su mirada con la del joven.
-¿Recuerdas cómo te llamas? ¿Dónde vives o qué edad tienes?- Sakura tomo su cuaderno de anotaciones y empezó a escribir todos los síntomas presentados por su paciente, si actuaba de esa manera no iba a llegar a ningún lado.
-Bueno… No- Espeto desviando su mirada ligeramente molesto.
-Lo supuse, bien, debo decirte que presentas un cuadro de amnesia- Informo mientras seguía escribiendo.
El joven la miro dudoso, sabía lo que significaba y eso era frustrante, ¡¿Cómo no va a recordar ni quién es?! ¡Es absurdo! ¡Es frustrante! ¡Y sobre todo humillante! ¿Acaso le preguntaría a una total desconocida como se llamaba y cuantos años tenía? ¡No! ¡Definitivamente no!
-¿Y tu quien eres? ¿Por qué estabas llorando?- Pregunto el joven cruzando sus brazos y con mirada interrogativa. Quería una respuesta en el acto, ya que estaba seguro que ella sabía algo.
-Eh, bueno… Esto… - Estaba sudando, sabía que lo que le diría seria crucial para el futuro ¿Qué haría?
-¡Contesta!- El carácter del joven se hizo notar, no estaba dispuesto a escuchar balbuceos.
-Soy una amiga tuya, me llamo Sakura Haruno- Dijo sin dudas, no iba a mentirle desde el comienzo.
-Entonces sabes cómo me llamo…- Decía mientras relajaba un poco sus facciones.
-Si… Uchiha…
…*…
-Sa-Sasuke…- Susurro el rubio mientras retiraba la vista de los documentos que estaba leyendo para observar el cielo, sentía como algo se removía en su pecho, algo cálido.
Su mirada se mostraba nostálgica, inconscientemente se acordó de él, no lo entendía. Volvió su mirada a los documentos y poso su mano derecha sobre su pecho, aquel sentimiento salido que se removía dentro de el persistía incluso con más fuerza ¿Qué era lo que le sucedía? Era como una pequeña y diminuta serpiente que se entrelazaba con sus venas, se fundía con sus recuerdos y quemaba todo por dentro.
La puerta sonó dos veces y el suave "Adelante" que pronuncio el joven que se encontraba en la oficina permitió la intromisión.
-Naruto, hay algo que quiero que veas- Ingreso un joven de estatura mediana y el cabello recogido en una coleta alta- ¿Qué ocurre?- Le pregunto al ver su mirada perdida.
-Na-Nada… Es solo que estoy algo cansado. Termino con esto y me retiro ¿Vale?-
-De acuerdo, pero léelo TODO ¿Si?- Mas que una pregunta, sonó como una orden.
-Se, se- Dijo agitando una de sus manos en señal de desinterés, sin embargo su empleado lo miro desafiante y con ojos tétricos- Bueno… Leeré todo, en serio- Sudo frío, a veces Shikamaru daba miedo.
…*…
-Así que… Uchiha Sasuke… ¿Eh?...- Se preguntaba a si mismo mientras divagaba en las palabras de la doctora, que se había retirado minutos antes por una urgencia. Trataba de recordar algo pero le era imposible, sus recuerdos no iban más allá desde el momento en el que había abierto los ojos en aquella camilla de hospital.
"En esos momentos, no recordaba nada, ni quién era. No sabía cuántos años tenia o donde vivía. La doctora decía que era mi amiga pero yo no la recordaba, para mí era una completa extraña. Me preguntaba si estaba casado o si tenía hijos. Pero, podía recordar unos brillantes y hermosos ojos azul claro, azules como el cielo y como el mar. No. Incluso eran más azules, o al menos así lo creía. Ese recuerdo era lo único que se encontraba en mi mente y en mi alma. No sabía de quien eran ni tampoco que parentesco tenia con esa persona, tal vez era mi madre, o mi padre… Quién sabe. Pero no importa de quien sean, yo lo averiguaría, ya que lo único que me quedaba era eso. Ahí fue cuando le encontré un sentido a mi vida."
La puerta se abrió e ingreso una enfermera a la habitación. A medida que se acercaba al paciente su rostro tomaba más color, era mucho más hermoso de lo que había escuchado, puesto que todas las enfermeras hablaban solo del él y de lo guapo que era. Por unos momentos se decido a ver su cabello, era negro con destellos azulados que combinaban perfectamente con sus ojos negros como la fría noche, su piel parecía de porcelana y sus rasgos eran tan finos que incluso podrían poner envidiosa a una mujer.
La enfermera pregunto si necesitaba algo a lo que el joven solo respondió un "No" frio y seco para que la chica huyera despavorida, dejándolo otra vez solo.
-Supongo… Que se lo preguntare mañana cuando vuelva…- Y se dispuso a comer pensando en aquellos ojos que le inundaban la mente.
…*…
Ya era de noche y Sakura se encontraba en la cocina de su casa discutiendo consigo misma, el día había sido un completo martirio para ella. Se cuestionaba una y otra vez si debía decir la verdad, pero sabía que cuando lo haga, perdería todo lo que con tanto esfuerzo había conseguido. Sin embargo, esa situación solo la mataba por dentro. No le gustaba mentir pero esa era la única salida que había conseguido. Además estaba el tema de que Sasuke no recordaba nada y se encontraba en el campo, en ese contexto jamás se cruzaría con Naruto, ¿Pero eso estaba bien? No lo sabía, y por ahora tampoco quería saberlo. Ella quería mucho a Sasuke ya que fue un amigo suyo desde su infancia, sin embargo amaba a Naruto con cuerpo y alma, y si este llegaba a enterarse de la situación incluso se podría destrozar su matrimonio.
Ella no era mala, pero estaba enamorada. Y eso la llevaba a mentir de esa manera.
-¡¿Qué debo hacer?! ¡N-No puedo decírselo! ¡Me odiara! ¡Si lo hago Naruto…!- Y sus auto reproches al igual que sus lagrimas y su frustración se detuvieron al escuchar como la puerta se cerraba y una figura muy conocida para ella cruzaba el marco de la puerta.
-Yo, bueno…- No sabía que decir, estaba en shock, rogaba al cielo para que el no haya escuchado nada.
-Decir… ¿Qué cosa?- Pregunto con gran duda mientras se acercaba a ella, algo estaba mal y el rubio lo sabía. Nuevamente ese pequeño sentimiento que se albergaba en el pecho del joven se despertaba y jugaba dentro de él, como si indicara que algo estaba por ocurrir, algo que cambiaría su vida para siempre.
Continuara…
Notas finales: Ojala les haya gustado, perdón si es algo confusa la trama pero ya iré aclarando varios puntos importantes. Espero que no les moleste el abundante NaruSaku, ¡Pero ya verán el porqué! Recibo críticas y sugerencias que serán bien recibidas si son expresadas con respeto. ¡Muchas gracias por leerme!
Matta nee!
