Esto empezó como una broma que acabó haciéndose real. De cualquier forma, espero que os guste (aunque sea un poquito xD), y lo siento por el OoC D:
Por cierto, es yaoi. Si no os gusta, no me importa. Y desde ya os aviso de que soy científica, 0 en redacción (:
Dedicado a la Yaree, que es la que me obligó a escribir y me ayudó con los detalles. Eres mi ayudante personal, acéptalo.
¿Hace falta decir que nada me pertenece xD?.
El Exorcista
Capítulo 0: Rumbo a una nueva vida.
12:25/Nublado/Jardín, mansión de los McNeil
-¡¿Eh? ¿¡Cómo que te vas a mudar! – preguntaba el chico situado a su izquierda, Sim Robert. Near había estado con él desde que tenía uso de razón. Su vida siempre había sido así; él, su hermano, su dinero y todos sus amigos. Sencilla y perfecta, sin necesidad de preocuparse por pequeñeces.
-¿Qué es lo que no entiendes? Me voy, me voy de aquí… - Near estaba molesto, era la primera vez que las cosas no salían como él quería. Ciertamente, había sido una decisión muy egoísta por parte de su hermano.
-Pero… ¿Por qué tan repentinamente?
-Al parecer, por negocios de la familia…
-Yo no entiendo demasiado de negocios y de ciencias… Pero, ¿en qué influiría para los negocios de tu familia que os mudarais?
-Pues… yo tampoco lo sé – La mudanza había sido repentina, nadie se había molestado en hablarle de la situación actual de la familia.
-¿Y cuándo te vas?
-¿Eh? Hoy mismo…
12:43/ Nublado/Vestíbulo, interior de la mansión de los McNeil
La mansión de los McNeil estaba prácticamente vacía. No quedaba ni rastro de los lujosos muebles y de las glamurosas obras de arte que una vez se encontraron allí, sustituidas a su vez por cientos de cajas y maletas.
-Matsuda, ¿está ya todo empaquetado?
-Así es, falta empaquetar los ordenadores de tu hermano, pero si dejamos eso para el final, estaría todo. – sonrió. Se sentía orgulloso de su trabajo para los McNeil. Siempre había trabajado para ellos, desde antes de aquel trágico accidente, y no dejaría de hacerlo ahora.
-¿Y Near está? – el mayor de los McNeil parecía tranquilo, era como si lo tuviera todo calculado, desde el principio del día hasta el final. Light McNeil era considerado por muchos un genio, capaz de terminar cinco carreras de ciencias en tres años y de expandir las empresas de la familia por todo el mundo, había superado las expectativas que Matsuda y todos los trabajadores de la casa habían puesto en él. Matsuda se sentía orgulloso de él, muy orgulloso.
-Está en el jardín, le diré que empiece a despedirse – Matsuda miró por la ventana y tras eso ejecutó una perfecta reverencia – Ahora, con su permiso, me retiro.
13:52/Nublado/Cocina, interior de la mansión de los McNeil
-¿Pizza?
-Sí, pizza. A las cuatro y media tenemos que salir de aquí, no hay tiempo que perder.
-¿¡Pero pizza!
-Sí… ¡Pi-zza! – Mello se estaba poniendo nervioso, Matt había conseguido lo que quería.
-¿Crees que comer pizza es elegante, señor cocinero? – Matt Craft trabajaba como jardinero, aunque solo lo hacía para estar con Mello Adams, cocinero de los McNeil y su pareja sentimental desde hace ya tres años.
-Tú… ¿No tienes nada mejor que hacer que estar aquí criticando mi comida?
-No… No hay nada que hacer en el jardín hoy – Matt sonrió, aunque lo hubiese no sería ni la mitad de divertido de lo que lo era molestar a Mello.
-Pues lo siento mucho, pero hoy se come pizza – dio por terminada la conversación, no tenía sentido continuar la discusión
14:32/Nublado/Comedor, interior de la mansión de los McNeil
El comedor se encontraba en silencio, no se escuchaba ni el zumbido de una mosca. Mello se sentía incómodo. Near miraba su plato, tocaba la pizza con el tenedor, y lo volvía a mirar, así todo el rato. Por las expresiones de Light y Matsuda, deducía que no era el plato adecuado. Y si miraba a su derecha, podía ver a Matt en un intento frustrado de aguantar la risa. La pizza no había sido tan buena idea como él había pensado.
-¿Hay postre? – Matt siempre conseguía matar el ambiente.
15:37/Sala de estar nº3, interior de la mansión de los McNeil
Los hermanos McNeil se encontraban usando sus ordenadores portátiles, aunque Near suponía que para cosas muy distintas.
Abrió su Facebook. En Facebook debería haber gente que lo entendiese, o al menos esos pensaba.
Colocó su correo, después su contraseña y presionó el botón enter.
2 invitaciones de amigos, 5 peticiones de amistad, 2 mensajes privados y 23 notificaciones. Típico.
"¿En qué estás pensando?", le preguntaba amablemente Facebook.
"16:40 – fin a mi vida"
1 nueva notificación. Típico, nunca tardaban más de 1 minuto en contestar.
"Sim Robert ha comentado tu estado". Sim… típico, siempre era el primero en hacerlo.
"Qué mal :'( te extrañaremos". Presionó el botón "me gusta".
Miró el reloj: 16:03. Inicio del fin.
14:25/Nublado/Vestíbulo, interior de la mansión de los McNeil
Near echó un último vistazo al que había sido su hogar durante tantos años. Estaba seguro de que su nueva casa no sería mejor, por muchos jardines con piscina que tuviera.
Volvió a mirar y apagó la luz del vestíbulo. Era un adiós, uno definitivo.
