Boku no Hero Academia y todos sus personajes son propiedad de Horikoshi Kouhei.
• Autora: Ren
• Palabras: 1,131
• Advertencias: Posibles faltas de ortografía y gramática, OoC no intencional, infidelidad consesuada, matrimonios forzados.
• DekuTodoWeek Día 1: Infidelidad
• Summary: No hay verdadero amor, y Momo solo aceptó a llevar a cabo un acto tan ruin solo para salvar la vida de Shouto
—Shouto-san —Llama Momo, con los ojos vidriosos y la voz entrecortada. Es claro que Yaoyorozu quiere llorar, pero no lo hace para no preocupar al de cabellos bicolor—. ¿Te sientes bien? —pregunta dubitativa, como si estuviera buscando la forma adecuada de mostrar su preocupación.
Todoroki la mira, con esa forma tan suave y amable que siempre le ha mostrado —aquella mirada que solo le ha dedicado a las mujeres más importantes en su vida—, y la culpa se asienta de nuevo en su pecho como dolorosas dagas.
No sé supone que su vida deba ser así: Una vil mentira construida para mantener al imbécil de su padre alejado de su madre, de sus hermanos, y de su carrera como héroe.
—Estoy bien —responde con parsimonia.
Momo suelta el aire que había estado conteniendo de manera inconsciente, y el peso en su espalda parece disminuir, porque la azabache se relaja lo suficiente como para correr a abrazar a ese hombre que quiere como alguien de su familia.
—Gracias por preocuparte —continúa Shouto, las comisuras de sus labios levantadas de manera leve—, siempre has sido así de buena… —Todoroki deja un suave beso sobre la frente de la que es su esposa. Pero no hay amor romántico, sino fraternal—… perdón por meterte en mis problemas… —murmura después de un par de segundos, y Momo niega de manera leve.
Ella le observa después de un momento, y sus ojos se ven seguros.
—No tienes que disculparte —dice con seguridad, aun sosteniendo el lastimado cuerpo de Shouto entre sus brazos—, tampoco es como si yo hubiera tenido elección —la azabache baja su mirada, y el abrazo pierde algo de fuerza cuando el tema sale a flote—. Mi familia me hubiera obligado a casarme con Iida-san si no lo hacía contigo.
El de cabellos bicolor asiente, y con extremo cuidado pasa diestra sobre la cabeza de Momo (y con esa acción, Yaoyorozu le parece tan pequeña en tamaño a como la percibía cuando estaban en el curso de héroes, y sabe que tanto tiempo ha pasado desde entonces, y no había sido consciente).
—Y no es como si me arrepintiera de mi decisión —suelta Momo, su tono se escucha seguro—, no podía dejar que tu padre acabara con tu vida si no te casabas con la hija de una familia reconocida.
El abrazo entre los dos se afianza, y por primera vez, Shouto se siente agradecido de haber conocido a alguien con un corazón tan puro y amable como el de Momo.
—Gracias, Momo.
.
.
La rutina de un matrimonio forzado es tan triste, tan gris, que los dos sienten que en cualquier momento podrían morir ahogados en esa obra puesta en pie por Todoroki Enji.
Es tan horrible seguir una vida que fue planeada por alguien ajeno a ellos, y el dolor de seguir un guion carente de sentimientos es cada vez más insoportable.
.
—Momo —grita Todoroki, su tono estoico y serio de voz no cambia en nada—, voy a salir con Midoriya.
La azabache asiente, sabe tendrá el fin de semana completo para ella, pues Shouto seguramente no regrese en todo el fin de semana.
—¿Necesitas que te ayude en algo antes de salir? —pregunta ella. Su voz se muestra muy alegre, y sus ojos parecen dos estrellas a punto de explotar de la emoción.
—No —responde Shouto con seriedad—, solo quiero que te cuides. Prometo regresar antes del lunes.
Momo responde con un leve «Sí», y le desea suerte.
—Recuerda llevar ropa extra y dinero por si acaso —menciona la azabache de manera automática. Sabe que Shouto ha tomado todas las precauciones posibles.
—Cuídate, por favor —le recuerda Shouto antes de salir, y deja un suave beso sobre la frente de su esposa.
—Tú también —murmura ella cuando Todoroki se ha alejado un poco para tomar el taxi que le espera—, dale mis saludos a Izuku-san.
Shouto sonríe de manera leve cuando la escucha, y sabe que se ha ganado a la mejor esposa de mentira que cualquier persona podría desear.
.
.
El suave toque de las sábanas blancas le tranquiliza, y el característico aroma de Izuku le hace sentir extrañamente feliz.
Todoroki se pregunta cuánto tiempo podrá mantener su affaire fuera de los ojos de la sociedad. Shouto no quiere ver la carrera de Midoriya derrumbarse frente a sus ojos.
—Shouto-kun —Izuku murmura, con su mano derecha se dedica a acariciar con extremo cariño el cabello bicolor de Todoroki—, te amo.
Midoriya deja un beso sobre su cabeza, y continúa dejando un camino de pequeños besos por la piel de la nuca de Todoroki, pasa por sus omoplatos, las clavículas, y termina por dejar un largo y demandante beso sobre los labios sabor cereza de Shouto.
«No pienses en nada cuando estás conmigo, por favor».
.
—Ah, Shouto-kun —llama Izuku desde la cocina, sobre la barra se encuentran dos platos con una omelette y pan tostado cada uno—, Yao...digo, Momo-san acaba de hablar por teléfono.
Un sentimiento negativo se instala sobre el pecho de Todoroki, y un desagradable escalofrío baja por su espina dorsal. Su piel se enchina, y el temor de que su padre la haya ido a visitar se hace notorio en su expresión.
—¿Q-qué dijo? —pregunta Shouto. Un enorme nudo se instala en su garganta de pensar en que aquel ser que se hace llamar su padre le haya hecho algo a una persona tan amable que le permite seguir con su relación con Midoriya.
—Solo quería saber a qué hora regresas.
Todoroki se relaja, y suelta pesadamente el aire que ha retenido.
.
.
—¿Por qué no le dijiste al bastardo de Deku que ese tipo volvió a venir? —cuestiona Bakugou.
—Porque yo sola puedo lidiar con Todoroki Enji, Katsuki-san —responde Momo con total seguridad.
Katsuki se sonroja de manera leve, y se acerca para tomar a la azabache entre sus brazos. Él sabe que Momo es capaz de lidiar con el mismo diablo si se lo propone.
—Siempre me he preguntado...ya sabes —suelta con cierto nerviosismo el rubio—, si no te arrepientes de haberte casado con el bastardo dos caras siendo que no hay nada entre ustedes.
Momo se echa sobre el sofá, quedando acomodada sobre el regazo de Bakugou, y suelta un largo suspiro.
—No, nunca podría arrepentirme de mi matrimonio —responde la azabache con una sonrisa—, no si mis decisiones fueron capaces de salvarle la vida —por un momento, Momo se nota algo melancólica—, sé que Enji-san es capaz de acabar con la vida de su hijo si no cumple con sus caprichos —esa suave y delicada sonrisa que tanto la caracteriza regresa a su rostro—, y Shouto-kun necesitaba ayuda. Y los héroes estamos para ayudar.
