Aclaraciòn: Los personajes son de Meyer. . .

Antologia – Shakira

Leer: Escucha la canciòn que esta arriba.

:))

Nuestro primer encuentro, ambos ignorantes en ese tiempo de lo que pasaria en el futuro.

Ella corria, se hacia tarde.

Tenia que llegar a tiempo. Era el gran dia. Cruzo la reja que la separaba de la entrada de la casa de su novio, apresurada camino de prisa hacia las grandes puertas de roble. En cuanto entro, sonrio al verlo junto con su familia y amigos.

-Llegas tarde. -dijo levantandose.

Cohinbida le contesto. -Lo siento. -se acerco a èl y lo abrazo. -Me quede dormida.

Su novio rio. -Lo supuse.

La fiesta transcurrio, fue a la hora del brindiz, que lo vio por primera vez. Llevaba unos jeans desgastados, una camisa de botones negra y su pelo despeinado. Sus manos en los bolsillos de su pantalòn, se le veia cansado y tan fuera de lugar.

-Hey. -escucho a su novio gritar.

Èl volteo hacia donde estaba ella, pero su mirada solo se fijo en ella por un instante.

-¿Mike?¿Donde te habias metido? -pregunto èl al acercarse a ellos.

Ella sintio el brazo de su novio rodeandola. - Hola a ti tambien Edward.

Edward, asi te llamas... pensò ella.

-Mira te presento a mi chica.

Nuestras miradas se encontraron. -Hola. -saludo.

El asintio, abrio la boca para contestarle... -Edward te importa que hablemos. -interrumpio su novio.

El negò, ambos se despidieron de ella y caminaron hacia las afueras de la casa.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

La segunda vez que nos vimos fue por esa tragedia que ocurrio.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Su mirada pasaba de los invitados al ataud color rosa. El cuerpo sin vida de su amiga estaba ahi, con un vestido blanco, ese que tenia una rosa en la orilla, demaciado sencillo y aun asi su favorito. Su novio seguia inmovil a su lado. El reverendo recitaba palabras que a sus oidos le parecian vacias. Observo como la gente iba acercandose al ataud, sintio la mano de èl envolver la suya, sintio como la estiraba, èl habia dado un paso adelante.

Ella lo miro, èl queria volver a verla.

Ambos se acercaron despacio, las personas que estaban con ella, se hacian un lado y los veia con tristeza.

Ella no queria volver a verla, pero aun asi se acerco. Queria recordarla como era antes. A ella le hubiera gustado eso.

Lagrimas silenciosas caian, ella estaba ireconocible, no habia rastro de ese cabello negro como la noche, su cara estaba maquillada como a ella le encantaba maquillarse. Ella seguia viendola en silencio, escuchaba los susurros de su novio. Se despedia. Sintio como la mano de èl dejaba la suya, su mirada fue a sus manos, èl saco una tela de su bolsillo trasero.

Era un pañuelo, miro como su novio lo extendia en frente y empezaba a doblarlo en forma de triangulo, era de la marca favorita de su amiga.

No habia vidrio en el ataud, y aun si lo hubiera, ella sabia que su novio se hubiera atrevido a abrir el ataud completo. Observo como las manos de èl -temblorosas- iban hacia su amiga, para colocar el pañuelo en su cabeza.

-Ahora estas mas preciosa. -escucho que decia.

Despidiendose de un beso en la mejilla de ella, se dio la vuelta y se alejo unos pasos atras.

Ella se quedo sola, sentia las miradas de la gente, susurrandole palabras de despedida y quitandose el collar de su cuello, delicadamente -como si ella aun sintiera- lo dejo en su mano. Ella, camino despacio con su novio, situandose en el lugar donde se encontraban antes, escucho como la mùsica se hacia presente. Y recordo, que su amiga habia pedido eso en una de las conversaciones que tuvieron en familia.

-Demaciado deprimente. -escucho que decian atras de ella.

Una risa ronca atras de ella rezono. -Es su canciòn favorita... pero,¿Michael Jackson?

-Le gustaba. . . -su novio hablo. -Es una suerte que no escogio la de Thriller.

Ella rio. -Te imaginas, el reverendo estuviera bailando como zombie.

Èl rio, junto con los demas.

Y de nuevo sintio su mano envolver la suya.

. . . .

Poco a poco la gente se iba, familiares y amigos se despedian apresuradamente, evitando palabras de consuelo, y deteniendose tan solo un instante para firmar el libro.

-Se acabo. -susurro Mike.

Ella lo miro. -¿Nos vamos?

El tan solo nego, ignorando que ella estaba a su lado, camino hacia donde tan solo unos minutos antes estaba el ataud. Ella lo siguio.

Êl se sento en el suelo, poco le importaba si su traje blanco se manchaba.

-Mike. -una voz aterciopelada quebro el silencio que se habia formado.

Su novio miro hacia arriba, se puso de pie y miro a su amigo. No hubo falta decir nada, ambos se abrazaron sin decir nada.

Ella moria por dentro, pero entendia que no solo era su amiga la que estaba sepultada, sino tambien su cuñada.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Hubo otras fechas, donde pude verte de nuevo, seguia ignorando que iba a sentir algo por ti, pero aun asi solo eran simples saludos.

& una nueva tragedia hizo que rompieramos la tradiciòn.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Ella observo su rostro, estaba palido, se habia despedido de èl, ella aun no podia creer que todas esas palabras de despedida y dirigidas al resto de los invitados habian salido de sus labios. ¿por què ella? ¿Por què no la madre de èl? No sabia la respuesta. Pero, lo hizo.

El ataud se fue cerrando, los sollozos de los presentes aumentaron. Aun no creia que èl estaba muerto, pensaba que iba a salir de ahi en cualquier momento diciendo "Era broma, siento decepcionarlos".

Como siempre, la gente se despedia, sintiendose incomoda camino lentamente tratando de pasar desapercibida, una completa tonteria ya que era la unica que vestia de blanco. Logro llegar hasta la cocina, estaba sola. Con sus manos temblorosas tomo una taza y se sirvio un poco de agua, escucho pasos, pero no voltio.

-Hola.- dijo una voz atras de ella.

Ella se giro y asintio.

-Necesitas sentarte.

Ella fruncio el seño. -Estoi bien.

El camino hasta ella. -Pareces que te desmayaras en cualquier momento.

El la tomo de la mano y la llevo a uno de los banquillos, la ayudo a sentarse y se situo a su lado.

Ella lo miro. -Estoy bien. - volvio a repetirle.

-No lo parece.

-Pero...-iba a comenzar a replicar cuando una de sus amigas llega y la lleva junto con los demas. Solo escucho como Edward se despedia de ella.

Al parecer no iba a estar sola.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Sinceramente no esperaba verte de nuevo.

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Bella suspiro mirando a su alrededor, se encontraba a kilometros de su casa, en un restaurante.

Esa noche no habia logrado conciliar el sueño, por eso en cuanto notò que afuera ya habia amanecido, se levanto y empezo arreglarse, al ver que nadie notaba que estaba despierta, se colgo su bolso y salio afuera. Solo iba a caminar, pero termino en ese restaurante.

-Se le ofrece algo mas ¿señorita?

Ella miro al mesero. -Mas cafè, por favor.

Observo como el liquido obscuro llenaba su taza, despues escucho como el mesero se despedia y recogia el plato donde habia estado su desayuno.

Bebio un sorbo de su cafè y se maldigo en silencio por no haberle soplado.

Escucho su celular sonar con su tono favorito "Hotel California".

-¿Dondè estas? - escucho en cuanto contesto.

-Oh, mamà... estoi en un restaurante.

-¿Porquè no avisaste? - le regaño.

-Estaban dormidos.

-No dormiste de nuevo.

Bella se mordio el labio.

-¿En què restaurante? Me bañare e ire por ti, por que necesito que me acompañes a una cita.

Ella suspiro. -En el sanborn's, de la plaza Eclipse, hablame cuando estes afuera.

-No vuelvas hacer esto Isabella.

-Ok mamà. -espero a que colgara y cerro su celular.

No era la primera vez que esto sucedia.

. . . . .

Con sus manos alredor de la taza, estuvo observando como carros de todo tipo de marcas y colores, se detenian, no habia silencio, la mùsica clasica junto con los murmuros de la gente que estaba a su alrededor desayunando con amigos o familiares, lo rompia completamente.

-¿Bella?

Desvio su vista del trafico y observo al hombre parado al lado de ella.

-¿Edward? -Una pregunta estupida, como iba a olvidar a èl.

El asintio riendo. -¿como estas? - miro hacia la mesa y la observo nuevamente.

-Bien ¿y tu?

-Tambien.

El silencio se hizo presente. Algo incomoda, Bella lo observo.

-¿Esperas a alguien? -Preguntò èl.

Ella nego. -No, vine a desayunar sola.

-Oh, yo apenas desayunare. -dijo apuntando una mesa màs atras de ella.

-Ah. -

-¿Nos acompañas? - pregunto Edward sonriendo.

Bella lo miro seria ¿de quièn venia acompañado? -Este...

-Lo siento.- se disculpo èl. -Tal vez te tienes que ir ya y yo...

-No, mi madre me hablara cuando este afuera. -explico y miro alrededor en busca del mesero. En cuanto el mesero supo que lo buscaba por medio de una seña, se dirigio hacia ella.

-¿Si, señorita?

Ella sonrio. -La cuenta, por favor.

-Eso es un no entonces. - dijo Edward.

Ella rio. -De hecho es un si. -lo miro a èl y despues al mesero. -Puede llevar la cuenta a su mesa. -señalo al chico de ojos verdes.

. . . . .

Se levanto de la silla sorprendiendose cuando èl le ayudo con su bolso, sonriendo todo el tiempo se dirigieron a la mesa de èl.

Su acompañante era una pequeña niña.

Bella miro a Edward y despues a la niña, èl se encogio de hombros.

-Señorita Sophie. -escucho su voz aterciopelada. -¿Què le dije de estar picoteando el pan?

La niña inflo sus cachetes. -Lo siento. - se parecia demaciado a èl asi que supuso que era su sobrina.

El rio y le beso la frente, despues dejo su bolso en un perchero y le saco la silla para que se sentara.

La platica se dio, ella habia pagado la cuenta momentos antes, mientras Edward desayunaba, ella le iba platicando como habia sido su vida despues de la muerte de Mike.

-Si, recuerdo una discusiòn entre ustedes dos. -le comento èl.

Ella bajo la mirada. -Creo que la discreciòn no era lo nuestro.

El rio. -Aveces.

Una melodia conocida empezo a sonar. Saco su celular de su bolsa y lo miro. -Mi madre.

-Ya estoi afuera.

-Ok ahorita voy. -dijo y colgo la llamada. -Me tengo que ir. -le contesto mientras se levantaba. Sin dar tiempo a despedidas, se despidio rapidamente de la niña y de èl, ignorando cuando èl le hablo.

Se supone que ella no iba a volver a verse con nadie relacionado con la familia de Mike.

. . .

Dias despues -

Su canciòn favorita, la desperto.

Miro el celular que estaba en su muro y lo tomo. Tenia una llamada perdida.

No conocia el nùmero y lo dejo sobre el muro, iba a volver acomodarse pero de nuevo sonò su celular.

-Hola. -contesto adormilada.

-¿Bella?

-Si, ¿quièn es?

-Soy Edward.

-¿Edward? ¿Todo bien? ¿Paso algo? -pregunto apresuradamente mientras se levantaba.

-Tranquila, no paso nada, solo que... la madre de Mike me dio tu nùmero.

-Oh...

La madre de Mike...èl si que tenia comunicaciòn con ellos.

-¿Bella?

-Si.

-Este...¿Haras algo hoy?

Bella fruncio el seño y miro al celular. ¿èl la estaba invitando a salir? -Si. - le contesto.

-Edward. -escucho otra voz varonil. -Sophie no quiere comer... - la niña pensò Bella. -Dile que no habra mascota si no comer.- Bella rio ante tal amenaza.- ...ok..-

-¿Què es lo gracioso? -

-Tù, amenazas a una pobre niña.

-Esta demaciado consentida. -le explico èl.

Un silencio incomodo se hizo presente. El la estaba invitando a salir y ella aunque su compromiso terminaba a las tres... pero, ¿por que la invitaba a salir? En todo el tiempo que se conocian, nunca habian conversando bien hasta aquel dia.

-Edward.

-Oh, disculpa tal vez estabas ocupada.

-No de hecho estaba dormida. Me despertaste.

Edward rio. - En ese caso creo que sere tu despertador.

Ella rio.

Esto era extraño...pensò Bella.

-Hoy me desocupo a las tres ...¿Nos vemos en algun cafè? -lo invito sintiendose insegura.

-En el starbucks de la plaza Eclipse ¿u otro?

-Nos vemos ahi a las cuatro entonces.

Se despidieron muy torpemente, en el transcurso del dia ella no dejaba de preguntarse por que èl habia preguntado su numero a la madre de Mike.

La madre de Mike... de solo pensar eso le daban escalofrios, esa señora era muy cotilla, tal vez ya ahorita, todo el vecindario sabia que Edward ...¿Edward, què? Pensò...èl la buscaba a lo mejor para platicar de Mike...Y ella sacando concluciones que no son.

. . .

Las cuatro llegò, caminando lentamente entro a la plaza, llegaba tarde.

Tipico de ella.

La impuntualidad era uno de sus defectos, aunque tuviera tiempo suficiente para llegar a alguna cita, siempre ocurria algo que la retrasaba o simplemente se olvidada y ya a la hora se acordaba.

Sonrio al verlo. Edward estaba en las mesas de afuera, llevaba un traje negro y leia un periodico.

Un par de conciertos, cines y una que otra exposiciòn...& confesaste...

Habian ido juntos a conciertos de grupos de rock clasico que tocaban exitos de otras bandas, un par de copas, platicas cortas por el ruido de la mùsica, bailes improvisados y despues al desperdirse lo hacian con besos...inocentes. Asi que ella no podia decirse que eran simples amigos.

Despues, una que otra pelicula y luego la cena para finalizar la noche, donde era cuando mas se conocian, pero extrañamente las platicas siempre regresaban al pasado y hablaban de èl.

Fue en una conversaciòn de èl que ella se empezo a preguntar si èl le gustaba Mike.

Algo ridiculo.

. . .

Se volvian a citar, llevaban un par de semanas saliendo. No habian puesto aun etiquetas a su extraña relaciòn.

Esta vez, la cita era en una exposiciòn de arte abstracto en un centro cultural.

-Perdon por llegar tarde. -èl le susurro al oido.

Ella rio mientras se distanciaba de èl. -Claro, mejor di que no querias llegar a tiempo.

-Te adverti que esto. -hizo un gesto con sus manos. -No me gusta.

-No te obligue a venir. -le recordo ella.

-Pero queria venir contigo.

Ella asintio solamente. -¿Entramos? -señalo las puertas donde estaban colococados los cuadros y algunas esculturas, ella al ver que èl tardaba solo habia pasado a ver que tal estaba.

El asintio y le tomo la mano, ella no se sobresalto, era algo normal entre ellos ya.

Estuvieron viendo y comentando cada obra que se encontraba ahi, faltaban solo pocas para salir de ese lugar y èl bromeaba con ella de eso. Se detuvieron en una donde varias lineas en curvas se entrelazaban entre si.

-¿Què sentido tiene esto? -escucho su pregunta. -Mira, son puros rayones creo que hasta mi bebè lo haria mejor.

Ella lo miro frunciendo el seño. -¿Tù bebè?

El la miro y sonrio. -Si, sophie ¿No te acuerdas de ella?

Bella ignoro su pregunta. -¿es tu hija?

Edward dejo de sonreir. -Si, crei que lo sabias.

Ella negò. -Jamàs me lo dijiste.

Ambos se quedaron callados.

-Me tengo que ir. -se disculpo ella.

Edward no la detuvo.

Bella llegò ese dia a su casa totalmente distraida, no podia creer que esa niña que vio junto con èl, era su hija. Ahora que lo dice èl, se da cuenta por que el parecido...pero ¿y su mamà?

De nuevo su celular sonaba, minutos despues de que saliera habia sonado, ella al ver que era èl, no contesto. Sin ver la pantalla, lo apago y lo tiro sobre su cama.

Al dia siguiente.

-Ya voy. -Grito Bella al oir de nuevo que tocaban.

Bajo corriendo las escaleras y fue abrir la puerta. -¿...Edward?

-Bella, puedo pasar. -señalo adentro.

Ella fruncio el seño pero lo dejo pasar. -¿Què haces aqui?

-Vine a explicarme...

-No, espera. -le interrumpio. -Yo actue mal. -ella se movio incomoda. -Lo siento.

El negò. -Descuida, debi de hacer bien las presentaciones.

Ella rio. -Ni siquiera hiciste eso.

-Entonces me disculpo por eso.

. . .

Se volvieron a ver, esta vez con ella presente.

Sophie jugaba distraidamente con su muñeca. Bella pasaba miradas de èl a Sophie.

Edward se aclaro la garganta. -Sophie.

La niña dejo de jugar y lo miro.

-Ella es Bella.

La niña sonrio. -Hola. -saludo moviendo graciosamente su manita.

-Es mi novia.

Bella lo miro como si estuviera loco. ¿novia? cuando le habia preguntado èl ...dejo de pensar al ver su estupida sonrisa de engreido.

-Oh, seras mi mamà.

Bella miro ahora a la niña. ¿Mamà? ¿Ella? Solo era una adolescente.

-No mi amor, pero si ella quiere seran amigas.

Sophie asintio. -¿Te gustan las muñecas?

Bella quiso decirle que las odiaba pero... solo asintio.

-Nunca me han gustado las muñecas. -le confesò.

Se encontraban en el departamento de èl. Era la primera vez que ella entraba ahi, ambos habian acostado a Sophie, la cual quizo que mañana la llevaran al parque.

-¿Què niña no le gustan? -preguntò Edward mientras la abrazaba. La llevo a uno de los sillones y la sentò sobre su regazo.

Sintio como Edward le empezaba acariciar un hombro. -Una de mis hermanas me espantaba con ellas. - le explico.

El rio. -¿De verdad?

Ella asintio y recargo su cabeza en el hombro de èl. -Recuerdo que tenia una que media mas o menos un metro, mi hermana le ponia un hilo alrededor del cuello de la muñeca y la sentaba en la silla que daba a mi lado de la cama...

-¿Para què hacia eso?

Bella rio. -Lo hacia, por que era lo primero que veia cuando despertaba y ella aprovechaba para jalar el hilo y hacer que la cabeza se moviera.

Edward la abrazo mientras reia. -Oh pobrecita.

Apesar de las discusiones, tenian momentos unicos. Pero, el destino no quiso que siguieran juntos.

Ella entro al departamento de èl con la llave que le habia dado meses atras.

-¿Edward? - pregunto dejando su bolso sobre un sillòn.

Sonrio al ver todo el desastre, juguetes esparcidos por todo el piso, botes vacios apilados sobre la mesa, al parecer èl se habia juntado ese dia con sus amigos.

-En el despacho. -escucho el grito de èl.

Cuidando de no aplastar ningun juguete de Sophie, camino hacia el despacho. Edward estaba sentado en la silla giratoria de atras de su escritorio, jugando con una pluma en sus manos.

El sonrio y estiro un brazo hacia ella.

Bella rio negando. -¿Cuàndo se fueron los chicos? -preguntò mientras caminaba hacia èl, se recargo en una de las orillas del escritorio. -¿Y donde esta Sophie?

Edward ignoro sus preguntas y acerco la silla giratoria a ella, rapidamente la empujo sobre èl y le sonriò. -Se fueron por Jasper y Sophie esta con mi madre. -dijo mientras acercaba su rostro al de ella.

La beso sin darle tiempo a replicar. Un carraspeo los separo.

Bella se giro y observo a los chicos que estaban en la entrada del despacho. Avergonzada se levanto de èl y se situo a su lado de pie. -Hola chicos. -saludo.

Emmet rio. -Si quieren podemos regresar mas al rato.

-Ya Emmet. -dijo Jasper. -Solo veniamos aver si quieres ir al billar.

-No. -dijo Edward.

-Mamà quiere que vayas a su casa Bella.

Edward fruncio el seño. -¿Porquè?

Jasper señalo a Bella. -Creo que Sophie quiere una pijamada.

-¿Aqui? -pregunto Edward.

Emmet rio. -No hombre, en la casa de mamà. Pero, quieren que este Bella asi que si no vas con nosotros te quedaras aqui solito.

-¿Te iras amor?

-Oh, vamos no se pongan cursis y Eddie levanta tu trasero de ahi que nos vamos.

Bella rio. -Creo que una noche de chicas suena bien.

Edward hizo un mohin. -No quiero ir con ellos.

-Por dios Edward, tienes 24 deja de hacer eso. Y bella alejate de èl o es capaz de ...- Emmet callò al ver a su hermano abrazar a su cuñada. -Olvidalo.

-Ya. . . largo de aqui, si Bella no va conmigo no voy al billar.

Bella lo miro. -Ire con tu mamà.

-Pues no voy al billar.

-¿Y te quedaras aqui solo?

El asintio.

Ella suspiro. -Puedo quedarme un rato y despues voy con ...

Una falsa tos la interrumpio. -Bueno, si no les importa seguimos aqui y ya que no iras nos vamos nosotros.

Sus amigos se despidieron, ella los miro cruzar esa puerta mientras sentia los brazos de èl a su alrededor, se quedò con èl.

Sin saber que ese unico tiempo iba hacer el ùltimo.

-Te quiero. -le susurro.

-Yo tambien. -Bella miro el reloj y suspiro. -Me tengo que ir.

El negò. -Un rato màs.

Bella rio. -Anda dejame ir y puedes seguir tu noche de chicos.

-Ahorita lo que me interesa es una noche contigo. -dijo para despues besarla.

Entre besos y planes para el dia siguiente la dejo partir. El entrò y fue directo a su despacho cerrando la puerta tras de si.

Sin saber que un fuego intenso lo iba a envolver despuès.

Esta vez, Bella llevaba un vestido negro.

La Sra Esme la recibio con una triste sonrisa, entro a la sala donde estaba èl.

No habia ataud, tan solo una caja de metal estaba en medio de la mesa del centro. Fotos de èl, estaban por doquier al igual que sientos de arreglos florares.

-Bella. -alzo su vista y observo a Emmet a su lado. -¿Quières agua?

Ella negò. -¿Y Sophie?

Emmet alzo la mano tembloroso, frente a la chimenea. Su pequeña jugaba con la muñeca que ella y Edward le habia regalado tiempo atras.

Armandose de valor, camino hacia ella. -Hola mi amor.

-¡Bella! -sintio sus pequeños brazos en volverla. -¿Dondè esta papà?

Bella la miro, acaso ella no sabia que...Miro hacia atras y se dio cuenta que nadie se habia tomado la molestia de decirle.

-Sophie, tù papà esta en el cielo.

La niña cruzo de brazos. -Eso dice tia, pero cuando vuelve.

Oh entonces si le habian dicho.

-Ven cariño. -la cargo y la llevo hacia afuera. Sintio pasos ademas de los de ella, supuso que seria Emmet.

-Ves eso. -la niña alzo la vista al cielo.

-Si.

-Papi esta cuidandote desde ahi.

-Pero cuando vuelve.

-Sophie, papi no volvera.

-¿Porquè? -preguntò haciendo un mohin.

-Tiene que cuidar a tu abuelito...pero èl te vera desde ahi.

-Yo tambien quiero verlo.

Bella callò, ¿comò podrias hacerle entender a una niña que su papà esta muerto? Suspiro y se acerco a la frente de ella para darle un beso.

Gracias, por leer. Esto es un desahogo tremendo. Mi narraciòn no esta tan bien pero culpen a las lagrimas, corte mucho la historia, nunca hubiera acabado si hubiera explicado cada cosa. Mi psicologa me dijo que hiciera esto (solo lo de escribirlo) pero, tengo amigas aqui y se que ellas se preguntan que tal me va (una tuvo la suerte de hablar con el -annie-) Pues, estoy bien, trato de salir adelante y entendi que para eso hay que dejar ir el pasado, ahora si definitivamente. Lo de abajo es como estan las cosas despues de èl.

Un año y meses despues.

Sophie a crecido, pero antes hacia rabietas para conseguir inutilmente ver a su padre. Ella la ve al menos una vez al mes, no es lo mismo desde que èl se marcho.

Ella va a su departamento aveces, el reporte que dieron los bomberos fue que todo comenzo por un corto circuito. Ella, se pregunta ¿como es que no pudiste salir a tiempo? ¿Porquè tu? La primera vez que entro se sorprendio haber todo destruido, salvo recuerdos de los tres.

Ella se culpo por mucho tiempo de la muerte de èl, se preguntaba que hubiera pasado si ella hubiera ido al billar contigo, hubieran llegado a las horas y hubieran encontrado todo quemado, luego se alegrarian de haber estado afuera esa noche.

O que hubiera pasado si ella se hubiera quedado contigo, ¿ambos estuvieran muertos?

Pero, el hubiera no existe.

Un fantasma no te dara calor en la noche. . .

Una hermosa epoca paso contigo, pero es momento de seguir adelante y aceptar la realidad que ya no estas.