Nupcias

Allen, ¿estás aquí? Me vestí de blanco, encajes y velos, todos para ti. Tengo un ramo de rosas blancas y te espero frente al altar, con los ojos muy cerrados y el corazón tan abierto como el primer día en que nos vimos. Cuando lo supe. Si no te apuras, mi sangre comenzará a brotar con la forma de lágrimas. Las rosas se volverán rojas por ella. No puedes defraudarme. No frente a la copa repleta de las cenizas de mi hermano. Ven a morder mi manzana. Monta un caballo blanco y sé mi príncipe, te lo ruego. Mi candelero se ha quebrado. El calor de mis manos lo ha derretido. La Iglesia entera estaba a oscuras cuando llegué a preparar el altar. Las sillas están vacías. Esperan a nuestros ángeles de la guarda. Y a los espíritus de nuestros padres. Si no te apresuras, las palomas del campanario morirán antes de que llegues y no habrá testigos.