Inevitable.

El corazón no elige a quien amar, son cosas que suceden y aunque uno trate de escapar, él siempre encontrara una forma de encontrarte.

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Era una mañana fría de otoño en esa enigmática ciudad de Hillwood, en una casa color celeste, se encontraba una chica que se estaba despertando, para ir a su último día de clases en la preparatoria, ella al estirarse de su cama miro por inercia el despertador descubriendo que se había despertado un poco tarde para arreglarse y juntarse con Phoebe como cada mañana desde preescolar.

Salto de la cama apresuradamente cayendo de la cama en el proceso, sobándose el trasero y maldiciendo por su torpeza, se fue corriendo al baño para arreglarse, se dio una ducha exprés y se quedó mirando al espejo admirando los imperceptibles cambios que había sufrido su persona durante el tiempo; primero miro su cuerpo el cual tenía unas curvas prominentes, una piel blanca y tersa, con unas largas piernas debido a todo el deporte practicado, segundo observo su cara la cual contenida unos ojos deslumbrantes de color celeste con abundantes pestañas, dos cejas perfectamente delineadas, las cuales Rhonda le había ayudado a tener o más bien le había obligado a tener, ya que en el primer año de preparatoria prácticamente la obligo a cambiar su look desaliñado, también la obligo a depilarse, para finalmente deshacerse de la ceja de oruga como le llamaba ella; también miro su respingada nariz, sus labios gruesos y por último lugar admiro su largo cabello rubio, en el pasado le molestaba de sobremanera ese color, dado que siempre las mujeres rubias tenían el estereotipo de ser llamadas tontas, sin embargo Helga quería romper con ese molesto estereotipo. Saliendo de su ensoñación se fue a vestir rápidamente con el uniforme de la institución el cual consistía en una falda corta de color gris, una chaqueta de color rojo, una camisa con un delicado moño color rosa en el cuello, unas calcetas largas color blanco que le llegaban hasta la rodilla y unos zapatos negros, al colocarse todo el uniforme, se miró de reojo por el espejo colocándose su cintillo de color rosa y su labial favorito, con todo puesto se miró una última vez encontrando que se veía bastante bien, en el pasado le había costado aceptar su belleza y feminidad, ya que odiaba la idea de parecerse a Olga.

Bajo a la cocina para sacar una manzana para desayunar y además para recoger el dinero necesario para su almuerzo, el cual era dejado todas las mañanas en la mesa aunque sus padres en el pasado habían sido descuidado con ella, gracias a las múltiples terapias realizadas por sus padres y por un accidente grave en el pasado, habían logrado prestarle un poco de atención, Helga muy en su interior estaba feliz por eso aunque jamás lo admitiera en voz alta.

-Buenos días Miriam, veo que estas muy activa está mañana- recogió la manzana del pocillo y comenzó a masticarla.

-Claro pequeña dama, hoy es un día ajetreado en el trabajo, dado que se hará una venta importante, pero no te aburriré con los detalles, espero que te vaya muy bien en tu último año ¿quieres que te vaya a dejar?- Miriam siguió bebiendo su café, mientras observaba la expresión de su hija, ella sabía que en el pasado por culpa del alcohol la había descuidado y tenía el deseo de enmendar las cosas, sin embargo la psicóloga Bliss le había recomendado ir despacio.

La pregunta descolo a Helga, debido a que no estaba aún acostumbrada a los tratos de su madre, empero la pregunta la hizo feliz en su interior, por fin le prestaba la atención necesaria -No gracias Miriam, es que le prometí a Phoebe ir juntas el primer día es una tradición, ya sabes, quizá en otra ocasión- Helga rápidamente agarro el dinero y se fue corriendo a la casa de Phoebe, rezando a todos los dioses que Phoebe no se enfadara por llegar un poco tarde, aunque Phoebe siempre era atenta y cariñosa, a veces podía ser peor que el propio diablo.

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Al llegar al pórtico de Phoebe se encontró con Brainy, su mejor amigo y fiel compañero a pesar de que en el pasado su relación era complicada, ya que él solamente se dedicaba acosarla día y noche, no obstante un día harta de la situación lo confrontó y se dio cuenta de que Brainy no era tan malo, sólo había que comprenderlo y darle una oportunidad para explicarse, quien hubiera pensado que actualmente serian inseparables.

-Hola Helga, estas muy bella esta mañana-le beso en la mano como todo un caballero y le dio una sonrisa de galán. Siempre que podía le daba algunos halagos, ya que apreciaba mucho que ella lo hubiera aceptado en su vida, ya que ella en el pasado fue el amor de su vida, ahora la miraba más bien como la hermana pequeña que siempre deseo tener.

-Brainy no digas esas cosas molestosas- desvió su cara para que él no notara lo sonrojada que estaba, siempre la decía ese tipo de cosas y aún no se acostumbraba, además ahora Brainy la cohibía un poco, dado que él se había puesto bastante guapo con el transcurso del tiempo, ya que no utilizaba su inhalador para el asma debido a que hizo un tratamiento para sanarse, era atractivo, alto, inteligente, artístico, además de tener unos ojos grises únicos y deslumbrantes los cuales ya no ocultaba detrás de unos lentes, puesto que utilizaba lentes de contacto, asimismo el uniforme le ayudaba bastante a resaltar su belleza, ya que la camisa desabotonada, la corbata un poco desordenada le daba un aspecto rebelde.

-Par de tortolos, ¿ya terminaron su escena de amor?, les recuerdo que vamos tarde al instituto- Phoebe le encantaba molestar a Brainy con Helga, porque deseaba en su interior que fueran una linda pareja, sin embargo sabía que su amiga nunca se iba a enamorar de él, ya que lo miraba como una especie de hermano mayor que siempre la protegía si hacía falta y además sabía de antemano que Helga nunca había estado enamorada de nadie, es decir, si le atraían los chicos, pero sólo para una cita y nada más, dado que ella siempre decía que sólo se fijaban en ella porque era bonita y simpática, sin embargo no se enamoraban de ella íntegramente, con Helga siempre era todo o nada.

-Phoebe no digas esas cosas, mejor vámonos no quiero llegar tarde a mi primer día- agarro la mano de Phoebe para tironearla y así apresurar el paso.

-Helga, no es necesario que me tires, ya que no iremos en bus hoy- le mostro unas llaves de auto, sonriendo con autosuficiencia.

Brainy y Helga abrieron la boca hasta el suelo, de la sorpresa, ya que sabían que los padres de Phoebe siempre la sobreprotegían como para comprarle un auto.

-Bueno cierren la boca, les puede entrar moscas jajaja, apresúrense y entren a mi lujoso auto- ella entro rápidamente al auto colocándose como piloto muy emocionada, ya que era la primera vez que llevaría el auto tan lejos.

-Phoebe que cruel eres- Helga hizo un pucherito de cachorro y se cruzó de brazos, entrando rápidamente al auto como copiloto y colocando la radio para cantar a todo pulmón aunque no lo admitiera era muy buena cantante incluso el profesor de teatro le había rogado participar en una ópera, la cual la había rechazo por vergüenza y timidez, todavía no estaba preparada para mostrar ese lado de ella inexplorado.

-Phoebe entiéndenos estamos sorprendidos, sin embargo me alegra que por fin tendremos un transporte decente- Se sentó Brainy detrás de sus chicas como él las llamaba.

Phoebe acelero a todo lo que el auto daba para no perder ningún minuto, aunque no lo admitiera quería llegar rápido para ver a Gerald su eterno amor, desde preescolar se había enamorado de él y aunque muchas veces se habían acercado, ninguno se había atrevido ahondar en la relación, lo más lejos que habían llegado era a un par de besos a escondidas.

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Al llegar al salón todos se quedaron viendo el grupo de chicos, algunos compañeros con celos, otros con simpatía y algunos con admiración, debido a que ellos eran bastante populares, por la belleza que deslumbraban los tres. Se sentaron en los mismos lugares de siempre, los cuales eran a la ventana para Helga, le gustaba admirar el paisaje de la escuela, al lado de Helga, Brainy que siempre la protegía de los pervertidos de sus compañeros mirándolos de una mala manera y Phoebe adelante y al centro para prestar atención.

El salón fue llenándose velozmente, debido a que ya iban a tocar para que comenzara la clase de matemáticas, según el horario designado, los tres se dieron cuenta que sus compañeros iban a ser los mismos de siempre, eso desilusionó un poco a Helga, ya que tenía la esperanza de tener algún nuevo compañero del cual quizá enamorarse, estaba harta de tener a los mismos babosos que se le quedaban viendo el cuerpo, ni se inmutaban cuando les reclama algo, sólo Lorenzo era algo decente si no fuera por Brainy estaría perdida.

Cuando llegó Lorenzo Helga se le quedo viendo pasmada, estaba muy distinto, sabía que era apuesto, pero el verano le había sentado de maravilla su pelo negro reluciente contrastaba con su piel bronceada y sus misteriosos ojos pardos, además se había fortalecido y crecido, ahora podría decirse que era más alto que ella, al llegar Lorenzo se quedó mirando a Helga con una sonrisa bobalicona.

-Hola Geraldine, espero que me hayas extrañado en el verano, porque yo te extrañe mucho-le dio un beso cerca de la comisura del labio, aprovechándose que Helga estaba aún pasmada.

Helga al recibir ese beso, despertó de su ensoñación y se sonrojo ligeramente, levanto sus manos tocándose donde él la había besado, aún estaba procesando las palabras y el acto de Lorenzo, si bien él siempre le decía esas cosas, nunca la había besado tan cerca de sus labios.

Brainy al ver esa acción le agarro de la camisa furioso por el atrevimiento- piérdete mejor si no quieres que te parta la cara-

-Tranquilo Brainy, sólo fue un saludo normal, además no creo que le haya disgustado tanto- se soltó y se fue a sentar atrás de Helga.

La clase entera estaba asombrada, porque en primer lugar nadie se acercaba a Helga, ya que a pesar de que con el tiempo era más amable y simpática, eso no significaba que no fuera la furia Pataki y en segundo lugar la última vez que la había intentado besar el pobre chico termino en el hospital. Todos quedaron en un silencio tenso, esperando cualquier tipo de acción por parte de ella, sin embargo eso no ocurrió, ella estaba demasiado ensimismada.

¿Qué acaba de suceder?, ¿acaso me beso? Pensó frustrada Helga, cuando analizo la acción de Lorenzo, Helga grito furiosa y sonrojada, dispuesta a golpearlo un poco, sin embargo justo en ese momento apareció el profesor, como si Lorenzo hubiera tenido todo calculado.

-Buenos días, estimados estudiantes, en este nuevo año, espero que presten más atención a mi asignatura- Todos miraron hastiados al profesor y es que ni Phoebe que era la mejor alumna lo soportaba, era un petulante que le gustaba reprobar alumnos, dejándoles excesiva tarea.-Bueno como es su último año, seré compasivo, haremos un trabajo el cual consistirá en el 50% de su promedio y será en parejas, este trabajo los podrá salvar de reprobar- y diciendo eso último empezó a reír maniáticamente

Todos lo miraron con una gotita en la nuca. Helga al escuchar eso se sintió esperanzada, ya que matemáticas no se le daba muy bien, si bien se sacaba 9 no era su fuerte, prefería las letras, además era su oportunidad de aprobar fácilmente haciendo pareja con Phoebe, sentía que era un regalo de los dioses. Casi llorando, miro el techo agradeciendo a un dios imaginario.

El profesor al parar de reír, los miro seriamente de nuevo- ¿no creerán que será tan fácil?, si bien es en pareja, yo seré el responsable de elegir su compañero, el cual no podrán cambiarlo bajo ninguna circunstancia muajaja-

Todos se vieron horrorizados rezándoles a los dioses que les tocara con algún nerd o con alguien cercano.

El profesor miro la lista de curso y empezó armar las parejas, al escuchar el nombre de Phoebe junto con el de Gerald, Helga sintió que su mundo se venía abajo, además que sólo provoco que su nerviosismo aumentara, mirando al techo deseo que le tocara con su amigo Brainy, sin embargo eso tampoco sucedió, dado que lo asignaron junto a la señorita perfección como la llamaba ella.

Cuando nombraron a Helga ella puso una mueca horrible al escuchar al compañero que le escogieron, sus amigos le miraron con compasión y preocupación, debido a que le habían asignado a Lorenzo, no es que lo odiara, pero aún no entendida, porque la molestaba tanto aunque el dia de hoy había traspasado los límites, esperaba verlo a la salida para darle una buena golpiza, aunque le hubiera besado la comisura de los labios ella le molestaba de sobremanera, ya que estaba reservando su primer beso para su verdadero amor, a pesar de que tuviera 17 años nunca había besado a nadie, sentía que su beso debía ser como todas las novelas que había leído, es decir especial con la persona indicada, con toda la cursilería habida y por haber.

Miro a Lorenzo cuando lo nombraron y él le sonrió con superioridad, como si todo lo hubiera planeado, sólo le quedaba resignarse y tratar de dar lo mejor.

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En el descanso…

-Porqué Phoebe, porqué me suceden estas cosas a mí, es como si Dios me odiaría ¿Por qué de todos los idiotas del salón me tiene que tocar justamente con él? ¿Es que acaso es mi destino sufrir?- Helga empezó a llorar dramáticamente mientras gritaba llamando la atención de todo el mundo.

-Helga no exageres, sólo es mala suerte, además no creo que se sobrepasé en el trabajo, para eso Brainy y yo te protegeremos- Le dijo eso palmeando la espalda de su amiga con cariño, tratando de tranquilizarla.

-Si Helga, Phoebe tiene razón si él idiota intenta algo, le quitare esa boba sonrisa de un sólo golpe, no te preocupes siempre te protegeré- Brainy sonrió al decir esto último, ya que siempre estaría para ella.

Helga al escuchar el consuelo de sus amigos, se sintió tan agradecida de tenerlos, sabía que ella podía patearlo, aun así cuando se trataba de Lorenzo le costaba pensar, era como si se volviera idiota no pensaba estar enamorada de él o algo así, no obstante él idiota la colocaba nerviosa.

-Gracias chicos, los quiero mucho, son lo mejor- se abrazaron los tres con mucho cariño, hasta que alguien tosió.

Parado con los brazos cruzado se encontraba Gerald un poco nervioso, estaba harto de no poder expresar sus sentimientos a Phoebe, si bien se habían besado en el pasado, él nunca le había dicho que estaba locamente enamorado de ella, considerando que tenía terror que fuese rechazado, debido a que se sentía muy poca cosa comparado con ella, por eso en el pasado él se metió con otras intentando olvidarla, no obstante se percató que el sentimiento que tenía por Phoebe nunca cambiaria, por ende tomo la decisión que ese año la conquistaría como a dé lugar, aunque ella lo rechazara una y mil veces.

-Em.. Hola a todos-saludo torpemente al grupo.

Todos se le quedaron viendo extrañados, debido a que Gerald nunca se acercaba a ellos, porque él se juntaba con los pelmazos como llamaba Helga, todos se quedaron en un silencio incomodo que nadie se proponía a romper. Phoebe se quedó mirando detalladamente a Gerald, ya que le parecía el hombre más guapo del mundo, ya que él era alto, con un cuerpo fortachón, delgado debido al basquetbol que practicaba, tenía unos ojos pardos que la hacían soñar y su cabello rizado le parecía algo único, sin embargo aún estaba dolida con él, porque lo sorprendió metiéndose con Melani en la fiesta del año pasado, cuando ella había ido a dar el siguiente paso en su relación.

-Em sé que les sorprende que este aquí, sólo venia hablar con Pheobe sobre…- Piensa tonto no quedes como un pelmazo frente a ella. Se tocó la nuca nerviosamente mientras intentaba pensar en una excusa creíble para alejarla del grupo y así finalmente invitarla a una cita decente, además sabía de antemano que en ese grupo no era bien recibido, ya que las miradas de furia no se hicieron esperar.

-¿Hablar sobre qué? cabeza de escoba, no tenemos todo el día- lo miro Helga con los brazos cruzados hastiada.

-Sobre el trabajo de matemáticas, para saber cuándo reuniremos y todo eso- y como si fuera un milagro en el último instante se acordó del trabajo, miro al cielo agradeciendo a los dioses ,por esa grandiosa oportunidad que tenía para poder de una vez por todas enmendar las cosas con Phoebe.

Phoebe lo observo como si fuera un experimento científico, observo atentamente su expresión, con el objetivo de comprobar si él tenía malas intenciones al no detectar nada le indico que la siguiera para conversar privadamente. – Esta bien Gerald, vamos a la azotea para conversar, lo siento chicos esto tardara sólo un momento guárdenme un lugar-

Sus amigos la miraron preocupados, temían que ella volviera caer en los encantos de Gerald.

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Gerald sonrió internamente al conseguir su objetivo, mientras iban caminando Gerald examino detenidamente a Phoebe apreciando que era la mujer más hermosa que haya conocido, puesto que ella tenía un pequeño cuerpo de muñequita perfectamente moldeado, le gustaba que fuera baja porque calzaban perfectamente cuando se abrazaban, le gustaba que sus ojos fueran rasgados con abundantes pestañas, que su nariz fuera pequeñita y respingada, oh además le encantaba sus labios sabrosos, dulces y gruesos, eran totalmente adictivos lo supo la primera vez que la beso, solamente con ella podía estar besándose por horas sin aburrirse en ningún momento, solamente soltándose cuando necesitaban oxígeno y además le gustaba verla sonrojada como tomate exclusivamente por él, ahora mirándola nuevamente se lamentaba lo tonto que había sido.

-¿y bien Gerald podrías dejar de mirarme por un instante? Me pones incomoda, hagamos esto rápido me quiero ir deprisa- Phoebe volteo su rostro sutilmente sonrojado y se cruzó los brazos de una manera protectora, no quería volver a caer en sus encantos, sabía que no podía evitarlo, su cuerpo la traicionaba, su corazón latía a mil por horas, sus manos comenzaban a sudar y sus mejillas se encendían poderosamente.

Gerald capto las intenciones de Phoebe, aunque ella fuera la más lista de toda la clase en temas relacionados con el amor era totalmente nula, siempre su cuerpo la delata frente a él, al notar su sonrojo únicamente pensó en besarla hasta no poder más, sin embargo sabía que la asustaría, bufo frustrado desordenándose el pelo. – ¿Phoebe que tal si nos juntamos los martes y los jueves, para poder hacer el trabajo? ¿Esos días te viene bien?- la agarro los brazos y la miro fijamente a los ojos en un momento de osadía, sin embargo inmediatamente se arrepintió, puesto que no podía aguantar mucho tiempo más el impulso de besarla, por lo cual opto por soltarla.

Phoebe al sentir que la soltaba se sintió un poco decepcionada, quería que la besara, que le reclamara por ignorarlo, quería que le dijera que la amaba, no obstante sabía que ninguna de esas cosas pasarían, dado que siempre preferiría a mujeres de plástico y fáciles, es mejor que se dé así- Esta bien ese día entonces, si no necesitas nada más me retiro-

Phoebe se fue furiosa de lugar dando un portazo no sabía porque se sentía así, una lágrima traicionera empezaba a escaparse de su ojo ¿por qué soy tan tonta? ¿Por qué quiero que me bese? ¿Es que acaso soy masoquista?

-Espera Phoebe- Gerald pudo captar que Phoebe quería llorar y al verla así se sintió terriblemente mal por ser el culpable de su sufrimiento, quizá en el pasado era muy torpe para atender las acciones de Phoebe, pero con el tiempo la empezó a entender mejor que nadie, pudiendo notar el deseo de ella, se maldijo y se quedó mirando la nada.

Phoebe al escucharlo se ilusiono, sin embargo no volteo a verlo, sólo se fue corriendo de ahí.

Al bajar las escaleras de la azotea al final de esta se encontró con Helga que la miraba preocupada, Helga sabía perfectamente que Gerald era su debilidad, agradeció al cielo tener a tan buena amiga y la abrazo aguantando las ganas de llorar.

-Shh pequeña, no sucede nada, espero que ese idiota del cabeza de cepillo no te haya hecho daño o ya se las verá con Betsy y los cinco vengadores-la abrazo más apretadamente casi asfixiándola en sus pechos, Helga aún no notaba que estos eran bastantes grandes.

- Helga, sueltamente un poco me asfixias jaja no te preocupes Helga no me hizo nada y eso fue lo que afecto, quizá me volví loca o soy masoquista, lo único en que podía pensar era que me besara, soy una tonta tonta-

- Te juro que lo mataría, si me dejaras no mereces llorar por ese tarado, tú eres la persona más maravillosa del mundo mereces un hombre que te quiera-

-Lo sé Helga lo he intentado, pero no te preocupes por mí, mejor vamos a clases de psicología, no quiero llegar tarde con el profesor Mario sabes cómo escupe al hablar hay que conseguir buenos lugares-

-Jaja parece Guanaco, está bien amiga, sólo avísame si necesitas algo, te juro que me dan ganas de nunca enamorarme, no quiero sufrir nunca en mi vida, el amor apesta, además soy feliz con ustedes-

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Al llegar al salón, vieron que Brainy les reservo un asiento y las miraba con preocupación, ellas le sonrieron para que se relajara, dado que Brainy siempre se preocupaba cuando veía que Gerald se acercaba a Phoebe.

-Gracias Brainy, nos sálvate de Guanaco te debemos un favor- Helga suspiro al saber que no les llegaría ese mar de baba.

-Está bien chicas, lo que sea por ustedes ¿Qué tal si me compran un helado?-

-Trato hecho-dijeron las dos al mismo tiempo y se rieron de la coincidencia.

Repentinamente llego el director golpeando la mesa- silencio estudiantes, están muy bulliciosos, parece que les afecto las vacaciones, bueno como verán todavía no llega el profesor Mario, eso se debe a que él se ganó una beca al extranjero, por su excelente doctorado, por esa razón él mando a uno de sus excelentes alumnos de San Lorenzo hacerles clases, según él es el mejor, así que espero que se porten bien con el profesor Shortmann que llegara en un breve momento-

-¿Qué clase de apellido aburrido es ese? Seguro es un anciano de mil años de aburrilandia-Helga se moría de la risa por su comentario, casi llegando ahogarse, Phoebe también se reía, pero más disimuladamente.

Justo en el instante que dijo ese chiste, llego el profesor un hombre joven, alto, musculoso, rubio, de una piel trigueña que contrastaba perfectamente con sus enigmáticos, deslumbrantes y maravillosos ojos verdes comparados con unas frágiles esmeraldas, con una peculiar cabeza de balón de futbol americano, estaba vestido en un traje caro de color negro que le quedaba a la perfección como si hubiera sido diseñado por los mismos dioses, además tenía la camisa desabotonada con la corbata un poco desordenada que le daba un aspecto jovial y rebelde.

Helga al mirarlo se quedó sin habla, empezó a toser de lo estupefacta que había quedado era el hombre más atractivo que nunca había visto, era como el hombre griego que siempre había soñado, al verlo su corazón empezó a latir apresuradamente, sus mejillas empezaron a calentarse y estaba endemoniadamente nerviosa, nunca le había pasado algo así, al terror Pataki ella siempre tenía bajo control todas las situaciones, en ese instante al chocar sus miradas sólo pudo imaginarse como protagonista de todas las novelas románticas que había leído, se imaginó como Julieta cuando besaba a romeo.

Arnold al llegar al salón, se puso un poco nervioso era la primera vez que daba clases como psicólogo, sin embargo su profesor le dio la suficiente confianza, además con el dinero que ganaría podría finalmente casarse con su bella novia Ruth, se sentía tan afortunado. Sin embargo, cuando iba entrando se encontró con una alumna que estaba burlándose de él sin conocerlo, le entro una furia desconocida y decidió darle una lección, al verla se dio cuenta que era de esas típicas mujeres mimadas y muy bellas, que obviamente por su atractivo los chicos le daban en el gusto.

La miro con una sonrisa galante, la cual hizo que Helga temblara por los nervios.- Bueno clase, les quiero darles la bienvenida a este curso, me llamo Arnold Shortmann, espero que disfruten esta maravillosa asignatura, cualquier consulta pueden encontrarme después de clases en mi oficina y con gusto los atenderé. Por ahora, les daré los por menores del curso.

Arnold hablo toda la clase de los porcentajes y la clase de evaluaciones que realizaría, Helga no pudo anotar nada, ya que solamente estaba viendo embobada al profesor, Pheobe al percatarse de eso, trato de sacudirla, sin embargo nada funciono. Helga estaba en su propio mundo imaginándose en diferentes escenarios con él.

-Ejem, ¿señorita puede despertar o está en aburrilandia?-Arnold pudo percatarse que esa chica no le estaba prestando nada de atención, sólo miraba la ventana y suspiraba de vez en cuando.

-¿Qué?- Helga no había podio prestar nada de atención por estar imaginándolo, ahora toda la clase se le quedo mirando y ella odiaba esa atención, quería gritar, sin embargo no quería quedar en ridículo frente al nuevo profesor.

- Yo…- Helga se sintió torpe al no poder responder y sus mejillas se fueron calentando más hasta quedar roja como un tomate.

- Esta bien clase, esto es todo por hoy veo que estoy dando la lata, disfruten su recreo ¿y usted señorita?..-la apunto con el dedo.

-Helga Pataki, ese es mi nombre-al verse apuntada más nerviosa se colocó.

-Bueno señorita Pataki quédese para conversar algunas cosas-

Helga se quería morir no podía quedarse a solas con él, estaba demasiado nerviosa, miro a sus amigos por un poco de ayuda, pero ellos sólo alzaron los hombros y susurraron un disculpa.

Helga miro a todos lados tratando de liberarse, no obstante sabía que era inútil.

Arnold la examino detenidamente, riéndose un poco de sus expresiones eran muy dramáticas y fáciles de leer.

-Bueno señorita Pataki, está aquí porque la voy a castigar por el comentario de hoy-

Helga abrió la boca muy sorprendida, debido a que ningún profesor nunca la había castigado, siempre había logrado salirse con la suya, además que tener buenas notas la ayudaba bastante, estaba bastante asombrada no sabía qué hacer.

-Bueno su castigo será escribir un ensayo al final de clases de 20 páginas sobre usted, su vida, sus sueños, sus expectativas y esas cosas, la esperare aquí para que realice el ensayo a mano y sin colaboración de nadie, porque créame que le ira peor- la miro seriamente atento a sus expresiones.

Helga estaba aún desconcertada ese castigo era más bien una tortura china, primero odiaba escribir sobre ella, segundo odiaba escribir a mano para eso estaba la computadora y tercero odiaba desperdiciar sus tardes de esa manera, prefería estar con sus amigos tomando un helado gigante chocolate,

- Profesor Shortmann, por favor se lo suplico, por favor déjeme hacer cualquier otra cosa un proyecto o una maqueta, por favor- Helga había empezado a desesperarse lo miraba con cara de cachorro abandonado.

Arnold la miro un instante, sopesando lo dicho, pero finalmente sonrió con autosuficiencia y su mirada tenía una pizca de maldad.-Está bien como es el primer día seré compasivo, tendrá que limpiar el salón y realizar 8 paginas del ensayo y eso es todo, ahora si me disculpa tengo otros asuntos que resolver y recuerde no insultar a sus profesores- y se fue dando un portazo y riendo con maldad tenía el presentimiento que se iba a divertir con esa niña.

Helga se quedó ahí sentada mirando la pizarra frustrada pensando que había empezado el año de la peor manera posible, ya se había ganado un enemigo y precisamente era el hombre más atractivo del mundo, sólo quería morirse, había empezado a odiarle.

Aclaraciones:

Los personajes no me pertenecen, sino que le pertenecen al genio de Craig Bartlett.

Espero que hayan disfrutado, este arranque de inspiración de esta loca cabeza y ojalá me dejen un review para tratar de mejorar cada día más. Los veo a la próxima