Prólogo
Hubo un aullido del viento afuera, al abrir los ojos Hermione observó su reloj y se percató que la alarma estaba a punto de sonar así que decidió dar marcha a su rutina diaria para ir a la escuela, después de tomar su desayuno decidió que ese día sería un buen día.
Camino a la escuela escuchó su soundtrack favorito, mientras tarareaba las canciones vio que el cielo estaba hermoso y se llenó de positivismo. Al llegar a la escuela escogió el asiento usual y observó detenidamente a su alrededor, mientras paseaba la mirada por sus compañeros se detuvo al ver a un chico que hacía lo mismo que ella, lo cual era raro pues parecía que todos se conocían entre sí, y el parecía no encajar en el entorno; tanto como ella.
Por un instante cruzaron miradas y antes de que le pudiera ofrecer una sonrisa, el chico desvío la mirada pero pudo notar el azul de sus ojos, su cabello era rojo y brillaba por los rayos de luz solar que se colaba por la ventana. Cuando decidió ir a presentarse entró el profesor, así que volvió a sentarse y decidió que una vez que terminara la clase se presentaría y lo saludaría, ya que, ella entendía lo difícil que era hacer nuevos amigos.
