Nota de autor: Hola! Este es mi primer fic de The Legend of Zelda. Soy muy nuevo en esto de escribir, asi que las reviews podrían ayudarme mucho :3
Ghirahim y Link pertenecen a Nintendo, Zack y Jeremy son personajes míos.
Espero que les guste~
Los dos guerreros estaban dentro de sus fortalezas hechas de bloques de madera preparándose para la batalla, encintándose una almohada a uno de sus antebrazos y tomando sus espadas de peluche. Una vez listos, Zack gritó:
-¡Voy a destruirte esta vez!- alzando su espada y apuntándola hacia su enemigo.
-Ya vamos a ver.- contesto Jeremy, calmado y confiado.
Y entonces, comenzó la batalla, aunque no duro mucho: Un par de golpes luego del comienzo, Jeremy golpeó a Zack justo en la cara, haciendo que éste se caiga y destruya su propia fortaleza.
Mientras celebraba su rápida victoria, Papá entró con cara de preocupación.
-¡¿Qué fue ese sonido?!¿Están bien chicos?- escupió tan pronto como abrió la puerta. Entonces vio a Zack levantándose de una montaña de bloques de madera y reconoció la escena.
-¿Qué les dije sobre estas peleas? ¡¿No se dan cuenta de que se pueden lastimar?!- dijo enojado el elfo mayor de cabello rubio.
-Pero Papaaaa, ¡no podemos dormir!- se quejó Zack, todavía avergonzado de su derrota.
-Además, vos también sos un guerrero, ¿no?- pregunto el otro, -¿No es normal que los niños quieran ser como su genial padre?- agregó el niño tan dulcemente como pudo.
-Buen intento, Jeremy, pero todavía están en problemas.- apuntó a las fortalezas y dijo- Limpien este desorden y duérmanse, ¡ahora!- Cuando dio media vuelta para salir de la habitación, Zack tomó su manga y la haló un par de veces.
-¡Cuéntanos un cuento para dormir!
Link estaba cansado de su reciente viaje al mercado, ¿Por qué tenemos que vivir tan lejos? pensó mientras montaba a Epona. Pero su hijo de cabello blanco tenía una sonrisa tan amable que no se le podía negar nada. Así que admitió su derrota con un suspiro.
-Está bien, solo uno, y después a la cama.
-Sí, Papi.- respondieron los niños, metiéndose en sus camas, y listos para escuchar una historia, probablemente sobre las aventuras de su padre.
Link se sentó en el borde de la cama de Jeremy y comenzó:
Había una vez un Guerrero Verde, cuya misión era derrotar al malvado Monstruo que quería dominar el mundo.
El joven fue entrenado en la Escuela de Batalla local y sus armas fueron hechas por el mejor herrero de la ciudad. El Rey le dijo que, una vez que haya sellado al Monstruo, se casaría con la Hermosa Princesa- quien estaba enamorada de él- y se convertiría en el Príncipe de Skyloft. Dinero, amor, poder, honor…era el mayor premio que le podían dar para agradecer su coraje.
Aunque era todo lo que un hombre podría desear, él no peleaba por premios, sino por su gente. El protegería a la Princesa, no para ganar su corazón, sino para que esté a salvo. Fue elegido por las Diosas debido a su gran coraje, y por su humilde y honesto corazón.
Meses pasaron desde que el Guerrero dejó su casa y fue a la Superficie; conoció y salvo a varias criaturas de los secuaces del Monstruo. Estas criaturas enviaron mensajes a Skyloft informando sobre él y su misión. Las noticias alegraban a todos: estaba venciendo a todos los monstruos en su camino y devolviendo la paz a la región.
Todo era perfecto, hasta que se cruzó con el Mago Blanco, quien era lo suficientemente fuerte para ser un obstáculo en su camino. Él era el sirviente del Monstruo y el encargado de parar al Guerrero Verde. Así que peleaban cada vez que se encontraban, pero las peleas comenzaban después de escuchar hablar al Mago sobre lo poderoso que era, que no tendría piedad con él y definitivamente lo mataría esta vez, etc.
Hasta que un día el Mago parecía estar muy triste y sin ganas de pelear, ni siquiera se puso en guardia cuando vio al Guerrero apuntándolo con su espada. Simplemente comenzó a hablar sobre lo mal que lo trataba su Maestro porque las cosas se les estaban complicando y que empezaba a dudar sobre el asunto de dominar al mundo. Dijo que le gustaba el mundo tal como estaba porque al menos- si la gente lo viera como una persona normal en lugar de un villano- recibiría más cuidado y amor; eso era todo lo que quería, ser aceptado. El Guerrero estaba un poco confundido sobre lo que estaba escuchando, podría ser parte de un plan para atraparlo con la guardia baja, pero la mirada en los ojos de su enemigo era sinceramente triste. Su corazón le dijo que el Mago estaba arrepentido de lo que había hecho y que podía ser perdonado. Ver a un enemigo tan poderoso decaído y arrepentido simplemente derritió su corazón.
Guardo su espada, extendió su mano hacia el Mago y dijo:
-Si me ayudas a sellar a tu Maestro y terminar esta batalla, podría darte la aceptación que estás buscando.
-No creo que sea posible, la gente pensaría que soy malvado por cómo me veo.- dijo desanimado.
-Puedo explicarles, ellos van a entender.- dijo el Guerrero con una sonrisa en su cara.
-¿Lo prometes?- pregunto el otro hombre con los ojos llenos de esperanza.
-Lo prometo.
El Mago tomo su mano y comenzaron su batalla en equipo contra la oscuridad. Con la ayuda de su nuevo compañero, sellar al Monstruo fue casi fácil.
Cuando llegaron a Skyloft, todos estaban sorprendidos de ver al Mago Blanco junto con el Guerrero Verde. Explicaron cómo se volvió contra el Monstruo y ayudo a pelear contra él, entonces la gente comenzó a aplaudirle y a agradecerle. El Rey declaro al Guerrero como el Héroe Verde y organizó una fiesta para celebrar su victoria.
La fiesta estaba muy animada: todos bailaban, tomaban y reían. Una noche maravillosa. El Héroe le dijo al Mago que lo acompañara un momento, así que fueron a un banco de madera, lejos de la celebración.
-¿No estas disfrutando la fiesta?- preguntó el Mago, un poco confundido.
-No es eso, solo quería tener un momento de calma, no estoy acostumbrado a hablarle a tanta gente.
-Entiendo, los fans se ponen un poco molestos, ¿no?- ambos rieron y se miraron por unos segundos.
-Quería agradecerte por darme otra chance.- dijo el Mago con una voz pacífica y amable.-Todo el amor que recibo aquí es muy cálido. Si no fuera por ti, aun estaría rodeado de odio, y el mundo estaría arruinado.- continuó, y abrazo al otro hombre.- Realmente tienes el corazón de un Héroe.
-¡Héroe Verde! Ahí estas. ¡Te estuve buscando por quince minutos!- el Rey salió de la nada y parecía no importarle interrumpir el momento. La persona a la que buscaba se sintió un poco mal por no poder seguir disfrutando del abrazo un poco más, pero se soltó y miro al Rey, sabiendo por qué lo buscaba.
-Estoy haciendo los arreglos para tu boda con la Princesa.
-¿Qué? ¿Vas a casarte?- preguntó el Mago con una mezcla de sentimientos feos en su voz.
-¡Sí! Con mi pequeña niña.- dijo el Rey muy feliz.
-No lo haré.- la respuesta del Héroe dejo al Rey con la boca abierta.
-¿Cómo que no te vas a casar con mi hija?
-Sé que ella me ama, pero yo a ella no, y merece estar con alguien que sea capaz de darle el amor que necesita.- dijo muy serio.-Me voy a mudar a la Superficie con él.- puso un brazo alrededor del hombre que amaba.- Hay personas que quieren empezar una nueva ciudad allá, y somos parte de ellos.
El Mago todavía estaba procesando lo que el Héroe dijo, al igual que el Rey, quien finalmente se marchó para cancelar todo y darle las tristes noticias a la Princesa.
-¿D-De verdad nos mudamos?- preguntó aún confundido.
-Sí, estoy seguro de que allá vamos a ser felices.
-Bueno, me gusta el paisaje.-dijo el otro, comenzando a acostumbrarse a la idea.
El Héroe lo abrazo una vez más y dijo:
-Empaquemos nuestras cosas esta noche, mañana nos vamos.
Finalmente se besaron por primera vez y, al día siguiente, comenzaron su nueva vida juntos.
El Fin.
-¡Eso fue genial!- dijo Jeremy. Ambos niños disfrutaron mucho la historia y estaban listos para dormir.
-¿Se supone que tenemos que aprender algo de esta historia?- preguntó Zack.
-Sí, siempre escuchen a sus corazones…..y no se peleen sin razón, o se van a terminar casando.
Los hermanos intercambiaron miradas- ¡Eso NO VA a pasar!
-Sólo bromeaba.- dijo Link luego de una buena carcajada.- Ahora duérmanse. Mañana tienen colegio.- les dio las buenas noches y fue a su habitación. Un hombre pálido y de cabello blanco lo esperaba en la cama.
-Qué historia tan tierna que les contaste a los niños hoy.- dijo con una sonrisa en su cara.- La pintaste un poco de rosa, ¿no te parece?
-Tuve que endulzarla un poco.- dijo el Héroe, levantando ambas manos.
-Omitiste la mejor parte, cuando el Rey se volvió loco por tu respuesta y lo mandaste al infierno.- Ghirahim se rió del recuerdo.
-Hombre, no esperaba que se enoje tanto.- el elfo rubio se metió en la cama y puso un brazo alrededor del pecho de su esposo,- Pero ahora ya no importa…de hecho, nunca importó, iba a mudarme con vos sin importar que pasara. Después de toda la ayuda que me diste, mereces ser feliz también.
-Realmente tenés el corazón de un Héroe.- le dio un beso de las buenas noches en la boca y se durmieron juntos.
