Título: Todo depende del cristal con que se mire

Autora: chibineko chan (Miembro de la Orden Sirusiana)

Disclamer: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a Rurouni Kenshin son propiedad exclusiva de su autor Nobuhiro Watsuki. Este fic está hecho sin motivo de lucro, es solo con motivo de entretenimiento de parte de su linda autora felina

Capítulo I: Y se suponía que ver mejor te daba una vida mejor

Aoshi se removió incómodo en el asiento mientras el doctor acomodaba alguna cosa por aca y alguna otra por allá. Aún no sabía como había terminado en ese lugar... bueno, si sabía. Había tenido fuertes dolores de cabeza durante las últimas semanas y finalmente había tenido que aceptar para si mismo que lo suyo eran más que pequeñas jaquecas; y antes de que se diese cuenta alguien más, se obligó a si mismo a visitar a un doctor... el cual lo examinó y le hizo unas cuantas preguntas... el cual escribió en una libreta alguna que otra nota durante aquella charla... el cual sacó un resultado final de aquella visita tras unas pruebas... lo cual lo llevó a estar sentado en esos instantes en donde estaba, mirando a aquel hombrecito de cara bonachona acercarse a él con una bandeja llena de espejuelos y un armazón.

- "Muy bien Shinomori-san, ahora haremos una prueba de rutina ¿Ve el cartel enfrente nuestro con las letras de diferentes tamaños? Quiero que empiece a leer fila por fila hasta donde pueda. Ahora comencemos."

Aoshi tragó algo nervioso, asintió y comenzó a leer. La primera fila tenía una enorme "E", eso había sido fácil; la segunda fila tenia una "E", una "O" y una "S"; y así. Más llegó un momento en el que las letras se le comenzaron a hacer borrosas, y eso no estaba bien... ¡El era un ninja! dependía de su vista por todos los cielos.

- "Tranquilo Shinomori-san, no es tan grave... veamos."- el oculista dijo en tono conciliador mientras comenzaba a acomodar espejuelos en un armazón- "Colóquese estos y trate de focalizar de nuevo; avíseme cuando crea que ve claro de nuevo."

Aoshi hizo lo que se le pedía y lo intento, los espejuelos lo ayudaron un poco, pero de alguna manera se sentía aún incómodo, y al expresarlo de manera un... tanto tímida (para él), el doctor sonriente tomó el armazón, cambió espejuelos y volvió a preguntar. Lo hizo ver con el ojo derecho, con el izquierdo; volvió a preguntar... volvió a cambiar espejuelos y así. Por fin luego de 15 minutos Aoshi sintió que una vez más veía de manera decente, había logrado leer sin problemas hasta el final del cartel pero, pero... se sentía tan extraño con eso en la cara.

- "Bueno Shinomori-san; teniendo en cuenta los datos que me dio mi colega, el sensei Ishida, y lo que usted me ha referido hoy, diagnostico que su problema es de desgaste visual, ha esforzado demasiado su vista de un tiempo aquí y ésta necesita descanso. Estos anteojos lo ayudaran a corregir ese pequeño problema si los lleva de manera constante por espacio de un año y medio a dos años; entonces lo más probable sea que su vista vuelva a la normalidad... pero recuerde, la constancia es importante, además tendrá que venir cada 3 meses a hacerse un chequeo, y así podré aplicarle unas gotas que lo ayudaran con lo que ya le dije anteriormente... es más, le aplicare la primera dosis ahora mismo."- dijo el buen hombre sacando un frasco de vidrio con un gotero y pidiéndole a Aoshi que abriese grande los ojos.

Luego de eso, Aoshi se quedo a solas con sus pensamientos los cuales lo preocupaban dado la perspectiva del asunto; no era su idea terminar así tras armarse de valor para hacer su visita al doctor, él quería acabar con sus dolores de cabeza, eso había sido todo. Pero mientras él se hundía en sus pensamientos el oculista había estado haciendo lo suyo y había traído una enorme caja que puso en una mesita frente a Aoshi y abrió con aquella enorme sonrisa que nunca había abandonado su rostro.

- "Aquí tiene unos cuantos modelos para que elija el que más le guste, tómese su tiempo si lo desea, después de todo será el modelo que lleve por los próximos dos años aproximadamente."

Aoshi miró el interior de la caja como si estuviese siendo amenazado, pero se obligo a tranquilizarse y observó con detenimiento los modelos para finalmente optar por unos de marco negro, rectangulares y elegantes.

- "Excelente elección Shinomori-san. Ahora tendré para mañana su pedido, ya sabe el precio; puede pagarlo mañana mismo. Por ahora eso es todo, que tenga un buen día."

Y antes de que Aoshi supiese lo que pasaba, estaba de nuevo en las calles camino al Aoiya... aquello simplemente se le había salido de las manos.

- "¡Aoshi-sama! Que bueno que ya regresó, justo estamos por servir el almuerzo."- fueron de pronto las palabras que lo recibieron al entrar al recinto principal, cuando a su encuentro había salido una alegre Misao con una carga de ropa limpia en los brazos, presumiblemente acababa de recogerla de la tendera.

- "Hn... muchas gracias Misao."- Aoshi dijo aún medio metido en sus pensamientos- "Iré al comedor en un momento."- y tras aquello se dirigió a su habitación y se encerró en esta aún pensando.

No sabía como hacer para que el resto pasara por alto el uso de los nuevos anteojos que usaría a partir del día siguiente, y es que debía de admitir que le daba pena dar a conocer su condición actual... entonces luego de meditarlo más tiempo del que hubiese deseado llegó a una única conclusión; solo usaría los anteojos cuando estuviese solo, y como estaba solo la mayoría del tiempo entonces no habría problemas.

Con estos pensamientos decidió ya más tranquilo ir al comedor a tomar sus alimentos con el resto de la familia.

A la tarde siguiente, Aoshi regresaba de nuevo al Aoiya, pero ahora con una preciada carga en uno de los bolsillos de su gabardina... un par de anteojos que casi y podía sentir que lo desafiaban desde el pequeño estuche que sostenía con una mano en el interior de aquel bolsillo. Al llegar a casa se movió lo más rápido y sigilosamente que pudo hasta refugiarse en la protección que le ofrecía su habitación y luego de sentarse contra una de las esquinas en el suelo, sacó el estuche y lo miró con los labios apretados y una gran aprehensión; para finalmente luego de 5 largos minutos sacar el susodicho par de anteojos y con más lentitud de la que por lo general ya bastaba para sacarlo de quicio, se colocó los anteojos y se quedó allí... estático... viendo un punto en la habitación. Trató de evaluar el asunto y la verdad era que se sentía raro, muy raro; un tanto incómodo y definitivamente raro.

Por fin suspirando cansinamente decidió probar el asunto en sí y se arriesgó a enfocar su mirada en la ventana o más bien dicho en el paisaje a través de esta. Se mordió inconscientemente el labio por unos segundos tras hacer aquello... de pronto todo se veía claro y brillante, bien delineado y alcanzaba a ver a una distancia mucho mayor a la que sin querer se había acostumbrado. Tras esto solo le quedó reconocer, derrotado, que necesitaba los dichosos lentes... lo cual quería decir que de ahora en adelante pasaría mucho, mucho... pero mucho tiempo a solas.

Durante los próximos días, todos y cada uno de los integrantes del Aoiya notaron a Aoshi un tanto más retraído de lo usual y es que a duras penas habían logrado soltar un poco el carácter del serio muchacho, por lo que aquella preocupación no era para menos; en especial para Misao quien era la que más se había esforzado.

- "Tal vez tenga algún problema personal, nada de cuidado Misao. Ya no te mortifiques tanto."- fueron las palabras de Okon una tarde en la que todo el resto de los Oniwabanshuu estaban reunidos tomando el té y discutiendo el nuevo 'problema'.

- "¡Pero de ser así EL YA TENDRIA QUE SABER QUE PUEDE Y DEBE CONFIAR EN NOSOTROS!."- estalló la joven de la larga trenza- "Somos su familia por todos los cielos."- exclamó finalmente un tanto más calmada pero con igual desazón.

El resto intercambió miradas, algún que otro suspiro de resignación se escuchó y el silencio se hizo por unos minutos.

- "Tal vez hemos estado hostigando demasiado al chico para que se abra al resto, quizás lo que necesite es espacio para si mismo... después de todo debe estar cansado de vernos seguirle de arriba para abajo alguna que otra vez."- opinó Okina antes de darle un sorbo al té.

Una vez más se hizo el silencio mientras todos digerían esas palabras y evaluaban, hasta que un brillo en la mirada de Misao y una sonrisa en su rostro dieron el presagio de que a la joven Oni se le había ocurrido una de sus ideas.

- "Puede que sea cierto lo que dices Okina."- comenzó misado dejando a más de uno con la boca abierta- "Puede que Aoshi-sama esté algo cansado de ver siempre los mismos rostros."- continuó, y en ese momento a más de uno comenzaba a salirle una gotita en la sien- "Así que creo que debemos recrearle la visa a Aoshi-sama con rostros nuevos ¡OKINA!"- llamó la joven haciendo casi brincar sobre su sitio al pobre anciano- "Propongo que invitemos a nuestros amigos del dojo Kamiya a pasar una temporada con nosotros."

Y en ese punto Misao sonrió más que feliz por su idea.

Ahora bien, en cuanto a Aoshi... las cosas para él se pusieron un tanto extrañas en los últimos días, o tal vez sería más acertado decir que el mundo se le puso de cabeza.

Primero que nada se había hecho a la idea de usar sus preciados antojos para acostumbrarse a ellos, y se repitió mil y un veces que no debía de olvidarlos en ningún lugar, mucho menos si eso implicaba dejarlos a la vista de otros.

Bien, hasta allí las cosas salieron bien; al día siguiente de llevar los anteojos a casa con él recordó ponerlos en el bolsillo de su yukata y cuando estuvo por fin solo en su templo de meditación se los colocó, si, definitivamente todo bien hasta allí. Más por la tarde, luego de el primer día en su vida que se diese el lujo de meditar, o más bien de dejar su mente volar con la mirada atenta y los ojos bien abiertos, observando el paisaje y las nubes pasar en el cielo mientras el Oniwabanshuu pensaba como nunca que hacer de su vida y todo sin una maldita jaqueca que le interrumpiese el hilo de sus pensamientos, algo llamó su atención a lo lejos viniendo por el camino. Era simplemente la chica más bonita que hubiese visto en su vida; era bajita pero de alguna manera eso la hacía algo así como más adorable, aún desde lo lejos que se encontraba pudo notar la naricita respingada y la sonrisa traviesa en su rostro, unos ojos azules vivaces y todo eso enmarcado por una suave cascada azabache que caía por sus hombros y se extendía hasta mucho más abajo de su cintura pequeña; y estaba ataviada... ataviada... mmmm, como que las ropas de la joven se le hacían conocidas, pero ¿de donde?.

Estaba Aoshi pensando en esas cuestiones filosóficas de la vida mientras por primera vez en sus veintisiete años de vida espiaba desde una pequeña ventana a una linda chica cuando de pronto sintió la sangre helarse en sus venas. Ya sabía por que le parecía conocido el traje... era un traje Oni, uno un tanto desarreglado. Y justo cuando su ingeniosa mente estaba a punto de preguntarle a su dueño el como era posible que aquella linda chica llevase un traje Oni, ésta se llevo una mano al laaaargo cabello haciéndolo todo hacia un lado, tras lo cual... comenzó a trenzarlo; trenzarlo durante un muy buen rato, dando como resultado una laaaaarga trenza azabache.

- "¡¿MISAO!."- Aoshi exclamó con voz ahogada, apartándose justo a tiempo de la ventanita pues el ruido que causó hizo que la pequeña comadreja levantase el rostro y mirase la ventana confundida, para luego levantar ligeramente los hombros y continuar su camino.

Aoshi por su parte estaba MUY alterado, y casi lo pillan con los lentes puestos por andar pensando en lo sucedido. Suerte que se los quitó, los guardó y logró serenarse un poco mientras Misao terminaba de llegar a su lado.

- "Buen día Aoshi-sama."- saludó jovial la muchacha y el aludido apenas y le contestó con un suspiro, a lo que Misao lo miró un tanto extrañada pero recordando que era Aoshi tan solo se encogió de hombros y continuó con lo que la había llevado allí- "Vine a traerle su almuerzo como siempre, espero lo disfrute. Hoy le tocó cocinar a Okon y creo que realmente le ha salido bueno. Regresaré más tarde para levantarlo todo, buen provecho Aoshi-sama."

- "Gracias Misao..."- Aoshi quiso decir algo más pero no encontró que, en su lugar fijó la vista en la chica notando de pronto allí tan cerca la misma naricita respingada, los mismos ojos vivaces y aquella sonrisa alegre y traviesa por primera vez en su vida estando conciente que de aquella era Misao...

- "Entonces hasta luego, recuerde no volver muy tarde a casa."- y dicho aquello Misao se levantó con gracia y salió del templo tan alegre como había llegado.

No fue hasta que la joven salió por completo de la estructura que Aoshi se permitió volver a respirar tranquilo, y con algo de pena se colocó los lentes y muy despacito se acercó a la ventana y observo a Misao irse... porque esa chica era Misao... una Misao que de pronto ya no era Misao... la pequeña Misao; sino Misao la joven bonita que había hecho su corazón palpitar más rápido y sus mejillas arder ligeramente. Se alejó de la ventana y se quitó los lentes, los cuales se quedó mirando con desconcierto.

- "¿Qué demonios son ustedes? ¡No se supone que deban hacerme ver las cosas de esa manera!."- exigió en un sin sentido el Okashira al pequeño par de gafas, el cual obviamente ni le iba ni le venía el reclamo.

El hombre suspiró en derrota y destapo la caja del almuerzo, el cual comenzó a comer con lentitud, pensando sin pensar que de pronto su día se había tornado al revés.

Pero lo peor no fue eso... no que va; lo peor vino en los días siguientes, días en los cuales Aoshi se descubrió a si mismo esperando casi rayando en la impaciencia, la diaria visión de Misao viniendo a traerle el almuerzo por el camino; y es que verla tan claramente y así de lejos, de cuerpo completo y rodeada como por una extraña luz, estaba causándole estragos a su pobre ser... y se sorprendió incluso maldiciendo por lo bajo si no era ella quien traía el almuerzo.

No... eso no estaba bien; decidió el okashira unos días después. Misao era como una hermana menor ¡El mismo había estado involucrado en su crianza! ¿Acaso no la había cuidado de niña cuando no había algún adulto disponible? ¿Acaso no jugó con ella siendo casi una bebé? ¿No la vio dar sus primeros pasos, decir sus primeras palabras? ¿No la vio crecer hasta convertirse en una...? ¡WOW! esos pensamientos iban por donde no debían, porque era imposible que el pensase lo que estuvo a punto de pensar... ¿o si?. El simple pensamiento dentro del ya bastante confuso mar de pensamientos en su mente lo asusto... y no fue sin miedo que por fin terminó la frase en su mente. Misao se había convertido en una mujer. No que ella no se lo hubiese dicho antes, porque extrañamente se lo había dicho muchas veces, como si necesitara insistir en ello... Pero aquella fue la primera vez que él aceptase eso, y aquello lo desarmó por completo.

- "¡Todo es culpa suya!."- dijo de manera acusadora entonces, un par de días despues durante el ocaso mientras se encontraba refugiado en su cuarto, mirando el par de anteojos que de nuevo parecían desafiarlo casi a punto de lanzar una carcajada.

Entonces Aoshi decidió alejarse por su propio bien de todo y de todos hasta que sus pensamientos se esclarecieran porque la verdad que andaba muy confundido, y así lo hizo, simplemente un día comenzó a alejarse de todos perdido en si mismo y todo hubiese ido bien de no ser porque unos días después de pronto le cambiaron los planes, cuando la culpable de sus tormentos apareciese de pronto y muy alegre le informase...

- "¡Adivine que Aoshi-sama! Okina, los chicos y yo hemos invitado a nuestros amigos del Dojo Kamiya a pasar una temporada con nosotros ¿No es genial?."

Y Aoshi se quedo allí estático, con la mirada perdida en la alegre sonrisa mientras de sus labios solo salía una frase.

- "Por supuesto..."- ¡Maldición!... allí se iba su búsqueda de paz interior.

Fin del primer capítulo Notas de la autora

WIIIIIIIIIIII! chibineko chan ¡Ha vuelto a sus inicios!... . nada más y nada menos que con una comedia de Rurouni Kenshin, la serie y el género que me vieron nacer como ficwriter. Aish, hacia mucho que queria hacer este fic... y ahora lo estoy haciendo, prometo tratar de sacar el segundo cap para dentro de poco.

Desde ya estoy avisando que este fic sera cortito, tres capítulos, cinco a lo mucho. Quien sabe. Como sea . estoy volviendo a hacer sufrir a Aoshi luego de tanto que es casi un sueño xD, que mala que soy.

Bueno, como siempre sus comentarios, críticas y demás son más que bien recibidas, recuerden que me hacen felish y me dan ganas de seguir escribiendo muchas tonterías D, así que ¡Dejen un review, mi musa y yo se los agradeceremos... y reforzaran las cadenas con las que la ato evitando que vaya en pos de Jhonny Deep.

Un beshito felino para todos y ¡Gracias por leer este primer cap!.

Con miaulove

chibineko chan

(Miembro de la Orden Sirusiana)