—¿Estas segura?

—Completamente.

—Una vez que pierdas el cristal del alma ya no podrás hacer magia nunca más. Serás una chica normal sin ningún talento especial ¿El lo vale?

—El vale más que eso.

Entonces la muerte se acerca a ella y le introduce bruscamente su mano en el pecho de la chica para después sacarla lentamente dejando ver una esfera de cristal transparente rodeada de llamas azules y un liquido blanco brillante adentro de el. Era el alma del propio don de la magia. Entonces la muerte a cambio le da una piedra de color azul llamativo y curioso.

—Susurra el nombre de la persona fallecida, después sumerge la piedra en el agua de un lago. La persona que murió regresará—Entonces la muerte desaparece sin decir nada más.

La chica de ojos perlados aun húmedos por las lágrimas sostenía la piedra en sus manos. La piedra filosofal era la puerta misma de la muerte a la vida. Sus utilidades eran múltiples y una de ellas es poder regresar los muertos a la vida y un objeto tan poderoso solo podía ser dado por la misma muerte.

El tiempo había llegado. Susurro el nombre y sumergió la piedra en el lago. Llamas empezaron a salir del agua. Las llamas blancas se esfumaron y del agua salió un hombre desnudo, de cabello color azabache y piel blanca como la nueve. La chica corre y lo abraza, mientras que este aun con los ojos cerrados se deja caer haciendo que la chica también callera con el aun en brazos. Ella empieza a llorar.


Una chica de ojos perlados gritaba el nombre de sus padres, estos al entrar a la habitación quedaron asombrados por la escena que se les presentaba.

—¡Mama, me estoy quemando!—grita la chica asustada mientras de su cuerpo salen llamas azules quemando su cama y las telas que estuvieran a su alcance.

—¡BAYON!—grita su padre. Entonces las llamas se apagaron instantáneamente. La madre de la chica se acerca a ella y le da un fuerte abrazo.

—¡Que milagro! Tienes el don Hinata, estoy tan feliz—dice mientras sonríe y la abraza aun más fuerte.

—Estoy orgulloso de ti hija—dice su padre mientras se hacerca a ella mientras que Hinata temblando aun sin entender que estaba pasando y por como su padre apago las llamas—Tienes el don de la magia.

Su cuerpo se tranquilizo un poco, mientras su madre le serbia te. Entonces mira a su padre y este le sonríe sabiendo que es lo que le quería preguntar—No cualquiera tiene el don de la magia: Es hereditaria. Solo el hijo de un padre o madre con el mismo don lo puede tener. Tu madre no lo tiene, pero yo sí.

—¿Mama sabe que puedes hacer magia?

—Sí y me acepto con ella.

—Entonces… ¿Mi hermana también tendrá el don verdad?

—Eso no lo sabemos.

—¿Qué quieres decir padre?

—Cuando se es hijo de una persona sin el don y otra con él, normalmente, solo el hijo mayor lo desarrolla. No es imposible solo es tremendamente inusual. Pero cuando los dos padres lo poseen mutuamente, es más seguro que desarrolle en todos los descendientes.

—¿Y qué haré ahora? Casi incendio mi habitación. ¡No puedo controlarme, puedo lastimas a alguien!

—Lo sé, por eso te llevaremos a una escuela especial. Te enseñaran a controlarte ah subir el nivel de tu poder y desarrolles habilidades que creías imposibles. Pero mientras tanto intenta controlarte.

—Pero… ¿Cómo?

—No dejes que te controle.


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