¿Mi perfecta Shizuru?
Hola de nuevo soy yo, se que me dirán que diablos haces escribiendo otra historia si no he actualizado la de mi Kiyohime, pero por favor no me maten estuve algo sumergida en mis deberes y pues en estas fechas revise mi laptop y este es otro proyecto que tenia con Kiyohime y como hice de tin marin de don pingüe, pues empecé con Kiyohime hace tiempo atrás y deje este empolvado, sin embargo ya estoy por concluir esa historia y ando mirando los detalles para el final, mientras pues les traigo la introducción de la cual va a sustituir mis momentos de tiempo libre jaja. así que espero les guste esta otra loquera mía, bueno sin mas rollo que decir, les deseo de todo corazón un feliz año nuevo y las dejo leer, :)...
P.D. hay me dicen si se me fue la olla jaja y me mandan ya con el loquero...
"Una joven de aproximadamente veintiocho años está enfrente de una fuente de agua, su mirada esmeralda es cubierta por unos anteojos ovalados, no le pegaba mucho a su rostro fino, pero para la mente de Natsuki eran excepcionales los había comprado en una barata y le salieron casi regalados, como toda su ropa, mientras la joven hace la más difícil decisión de su vida, esta tira una moneda de mayor valor que posee en su monedero para espanto de su mejor amiga que conocía su tacañez extrema"
—Oye coda—pronuncia tartamuda Mai, ante el milagro de verla "derrochar dinero" como nunca antes lo había presenciado sus ojos violetas.
"Pero Natsuki no gira su rostro, esta impávida concentrada todo lo que puede, ignora a Mai con facilidad y acto seguido une sus manos y sé hinca enfrente de la fuente para vergüenza de la pelirroja al notar el espectáculo que estaba haciendo la joven, ya que todas las miradas se pegaron a ellas como el objeto de burla"
—¡Kami te lo imploro que en esta cita encuentre a la mujer perfecta y sobre todo que el restaurante tenga descuento, ya no quiero gastar más dinero!—grita con violencia la joven y se levanta para hacer varias reverencias, dándole entender el profundo deseo de su codo corazón.
—Natsuki—le reprocha la pelirroja por semejante cosa, mientras trata de persuadirla de que deje ya la babosada en el centro comercial.—esas peticiones se hacen en un templo no en el centro comercial—le reprende por hacer dicha acción tan importante en ese sitio nada romántico y significativo.
—Eso es muy costoso no voy a ir tan lejos si lo puedo hacer aquí, me ahorre el autobús y la comida—calcula en su mente de manera magistral—además, ya termine—dice satisfecha y con una sonrisa en sus labios.
—Entonces vámonos ya—murmuraba desesperada y con la cara roja, al notar que aún seguían las miradas sobre ellas.
—Espera—Pronuncia la joven con voz profunda.
—¿Qué demonios quieres esperar?—agudiza su voz en forma de regaño
—¿Cómo que, qué?—su ceño se frunce al percibir que su amiga no se daba cuenta de algo importante—debo recuperar mi moneda, después un ladrón asqueroso puede robarme mi dinero—al decir eso la joven sin avisar se mete a la fuente mojando sus zapatos y pantalón de oferta, tomando al fin su dinero antes arrojado.—listo, ya vámonos.
—¡Te pasas Nat!—dice molesta y avergonzada Mai, mientras la regaña caminando lo más rápido posible lejos de ese centro comercial, pensando seriamente jamás regresar.
"Las dos jóvenes llegan a una cafetería y Natsuki le dice a su amiga que pida por ella"
—No otra vez Natsuki Kuga—cruza sus manos en signo de no ceder a otra cosa vergonzosa por culpa de la tacaña de enfrente, ya que su amiga la usaba para no pagar un centavo en todos los establecimientos.
—Nadie te cobra porque eres una mujer con pechos gigantes—lo dice con cierta envidia al notar a su parecer una ventaja enorme y vuelve a calcular en su mente cifras a su favor.
—Sabes eso me ofende—al decirlo ordena resignada a comprarle de nuevo el café y comida gratis a Natsuki como siempre desde que estaban en la escuela era así, mientras el mesero en cuestión se emboba con su escote de manera descarada para enojo de esta.
—Gracias Mai, hoy es mi cita y no debo gastar dinero por nada del mundo, ya que no quiso ir al parque—lamenta tal hecho, que su onceava cita a ciegas se rehusara como las demás ir a un parque, por más beneficios que le redactaba por el chat la mujer no acepto ni de broma tal ofrecimiento.
—Sabes si en verdad deseas que alguien en tu tacaña existencia te acepte, debes de dejar de pensar aunque sea un segundo en tu cartera—le dice exasperada, ya que en verdad ya anhelaba que sentara cabeza, todos los de su generación se habían casado o comprometido menos Natsuki y eso ya le estaba alarmando, ya que Kuga si deseaba hacerlo, pero su lado ahorrativo la estaba dejando sin opciones.
—Tú sabes que no voy a aceptar a cualquiera, mi madre me lo ha dicho que mi corazón sabrá escoger bien quien debe manejar nuestra economía.—asiente con su cabeza levemente con los ojos cerrados al recordar los consejos de su amada madre.
—Saeko está igual de loca que tu—se levanta de la mesa señalando lo obvio.
—No está loca—refunfuña enseguida defendiendo a su madrecita con mucho arrojo—sabes ella me ha pagado la mitad de las citas y eso lo hace para una inversión a su futura nuera.
—Locas—masculla por lo bajo la bella pelirroja, mira su celular y nota un mensaje de su jefa y suspira en el aire con anhelo al sentirse muy poca cosa delante de esa mujer.
—Olvídala—masculla con horror la joven de cabello cobalto al ver la foto por la que suspiraba su amiga—es una zorra, no te conviene.—termina su frase de manera cruda al observar el maquillaje estrafalario y su diminuta vestimenta dándole escalofrió semejante espectáculo.
—¡No es una zorra!—la defiende como una fiera, casi le salen chispas en sus ojos violetas, aunque conociera a su amiga le enervaba que sus prejuicios la cegaran mucho.—que sea una cantante no la convierte en una zorra—le recalca ese dato.
—Por favor Mai esa clase de mujeres se acuestan con cualquiera, debe de tener miles de amantes que ni se ha de acordar con quien se mete ¿y aun dices que no es una zorra?—le recrimina eso.—Yo no podría tomar alguien en serio si fuera de ese ambiente.
Mai me mira feo y hace algo horrendo me deja la cuenta a mi solita, demonios debo recordar hacerla enfurecer después de que pague, con todo el dolor de mi alma, llamo al mísero mesero.
—La cuenta—pronuncio como si me estuviera desgarrando por dentro, mi pecho duele tan horrible que podría morir en este momento.
—Son cinco dólares—pronuncia el mesero secamente, dándole la cuenta a la chica.
—¡Es un robo!—Se levanta indignada Natsuki.—te daré un dólar y di que te fue bien.—le dejo el dinero en la mesa con temblor, mientras el mocoso ese me agarra de la chaqueta y me impide irme.
—Son cinco, señorita—dice incomodo el joven ante tal cosa, por hacer escándalo por tan poco dinero.
—Mira porque ando apurada aceptaré tal robo y te daré un billete más, pero no abuses de mi buena fe—le deja lo que resta y se suelta del agarre del joven, que este solo suspira y ya mejor deja pasar tal cosa, que de todos modos no se le hacía mucho dinero.
¿Diablos ahora que debo hacer? me acaban de desfalcar por culpa de Mai, bueno supongo que le diré a mi cita a ciegas que pague la mitad, después de todo no hay que ser aprovechados, no creo que se enoje por ayudarme a pagar lo que ella también consumirá ¿verdad?…
