Apostando al amor.

Prologo

Las apuestas y el amor son lo mismo. Si los sabes manejar te pueden dar toda la felicidad que quieras, si no, te consumen hasta terminar completamente con tu vida.

Sus ojos castaños rojizos lo miraron fijamente, su sonrisa burlona era más que visible al ver al peliazul tan entretenido en su libro, ¿Cómo es que se podía pasar horas y horas detrás de uno? Es decir ¿Qué tenían de entretenido si no tenían dibujos? Sí. A Takuto le parecía algo totalmente idiota ver a alguien desperdiciando su hermoso día en algo estúpido como leer. Pero si eso era estúpido –a su forma de ver- ¿Qué hacia él a su lado? Suspiró, miró por la ventana y pudo observar como el sol tornaba tonos rojizos y naranjas, anunciando así la caída del atardecer.

– ¿Cuánto piensas seguir metido en esa cosa ratón?– Preguntó el castaño jugueteando con uno de las perforaciones de su oído, era la más reciente y tenía que moverla para que ésta cicatrizara correctamente y no se infectara. Kyosuke alzó la vista, observando indiferente al pelicafé. No pensaba dejar su libro sólo porque ese maldito pandillero se lo pedía. – ¿No escuchaste?–Preguntó de nuevo Takuto, levantándose de su lugar chasqueando los dientes– Ratón…

–Mientras me llames por ese nombre no responderé Shindou, ya te lo había dicho–mencionó el de cabello azul de mal humor, desde que estaba al lado del castaño rojizo no podía leer o hacer sus actividades como siempre lo hacía, era frustrante tener que soportarlo ¿Qué había hecho mal para que le tocara ese castigo? Era un buen hijo, iba bien en los estudios –de los mejores del colegio de hecho- se dedicaba fieramente al violín y nunca causaba problemas. ¿Por qué ahora Takuto Shindou estaba tan interesado en él? Suspiró imitando así el gesto de hace unos minutos de Takuto, tenía más de 3 semanas siendo asediado por ese pandillero, rebelde y busca pleitos del castaño y lo peor del asunto es que estaba atado de manos y pies para correrlo o alejarse de él, todo porque el profesor de historia había decidido que sería buena idea que él y Takuto hicieran equipo para el trabajo de medio curso de la asignatura.

–Kyousuke~– Canturreó de forma cínica el pelicafe, se le antojaba de sobremanera hacer algo en ese lugar, algo que para muchos sería perturbador especialmente en un lugar como ese. A pesar de estar en un cubículo privado de la biblioteca, para Shindou el simple hecho de poner nervioso al peliazul y hacer que dejara salir uno o dos gemidos de su boca lo excitaba de sobremanera, especialmente a sabiendas de lo mojigato que era Kyousuke. El de ojos ámbares acomodo sus anteojos, observando fijamente a Shindou quien lo había llamado al fin por su nombre.

– ¿Sí?– como era su costumbre contestó tranquilamente, dejando de lado el libro que tenía entre sus manos, mas lo que nunca esperó fue tener al castaño frente a él sonriendo burlón y sacando su lengua, jugueteando con el pircing que tenía en ésta. Kyosuke gruñó por lo bajo alejando el rostro del ojicafé con su mano, tratando de evitar que el sonrojo invadiera su rostro.

–Quiero jugar–Sentenció el mayor, haciendo al peliazul levantarse de la mesa y apegarse a la pared algo espantado. Kyosuke negó varias veces observando como el de cabellos rojizos se acercaba de forma tranquila, lamiendo sus labios, enmarcando una sonrisa en sus labios que Kyosuke conocía muy bien.

El Cuerpo del ojiambar tembló, su corazón comenzó a palpitar con fuerza y cerró sus ojos angustiado, él sabía y tenía más que claro que cuando Shindou quería algo lo conseguía, de alguna u otra manera pero lo hacía. Era uno de los alumnos más rebeldes de la escuela, sólo le bastaba ver su uniforme desarreglado, su cabello largo y media coleta, sus perforaciones y botas de caña media que era una persona peligrosa en todo el sentido de la palabra, un chantajista, idiota y aprovechado que desde el día que tuvo el infortunio de quedar a su lado no había parado de acosarlo.

Sintió la lengua del pelicafé recorrer su mejilla, sentía el fierro frío sobre su piel y sólo pudo tragar saliva nervioso, Shindou sonrió victorioso, amaba poner a Kyosuke así, torturar al ratón de biblioteca hasta lograr hacerlo suyo, después de todo debía ganar ese apuesta que había hecho con Kirino y Taiyou y debía admitir que la estaba disfrutando de sobremanera. Shindou sabía que detrás de esa nefasta apariencia, si nefasta por su pésimo gusto de usar suéteres holgados como si se tratase de un anciano, de traer el cabello cubriendo gran parte de sus ojos y los lentes que usaba no le ayudaban para nada. Se encontraba un cuerpo exquisito que él mismo había observado y palpado. Ahora iría más allá, había esperado demasiado tiempo después de haberle dado un casto roce que había sido el primer beso del peliazul pero ahora su meta era el disfrutar de sus labios, sus delgados labios que siempre brillaban debido a la mala manía de Kyosuke de humedecerlos con su saliva, el menor sólo lo tentaba…

Sólo hacía querer hacerlo suyo de una vez por todas.

Pasó su mano por la extrañamente pequeña cintura del peliazul, mientras sus labios al fin tocaban los contrarios, mordiéndolos suavemente, sintiendo la tensión y nerviosismo del peliazul, era adorable en todo el sentido de la palabra. Tan limpio, tan profanable. Su mano libre dio un golpe en la pared, previniendo de esa manera cualquier intento que el peliazul tratarse de realizar para escapar. Kyosuke por su lado sólo apretaba los labios y piernas lo más que podía, podría jurar que el oxígeno le faltada y sus piernas se habían convertido en gelatina, entreabrió sus ojos removiéndose ante el agarre del castaño, mas no pudo evitar jadear de dolor al sentir como Shindou pellizcaba su espalda con malicia. Y por supuesto el mayor aprovechó rápidamente la oportunidad profundizado el beso, tocando la utopía que había imaginando desde hace varios días. Exploró su boca, junto sus cuerpos y sintió la excitación crecer en su interior, Kyosuke era torpe apenas y movía los labios y debía admitir que eso le dificultaba el beso, mas no le importaba.

Tsurugi tembló y sintió el oxígeno faltarle, sintió nauseas recorriendo su estomago, en su vida había experimentado algo así, mucho menos aquel calor que se encontraba ahora en su vientre bajo sofocándolo. Mordió ligeramente el arete de la boca del contrario, queriendo separarse para poder respirar, no funcionó y se removió un poco más tratando de poner distancia hasta que un leve estremecimiento recorrió su espalda ¿Por qué mierda le estaba tocando el trasero?

–Idiot…–no puedo decir nada debido a que sintió como el arete del pelicafé se había atorado en sus frenillos que tenía detrás de sus dientes, jaló varias veces ocasionando que un leve quejido saliera de ambos. Shindou parpadeó varias veces, retirando un poco su cuerpo para deshacer el maldito enredo de sus bocas ¿Por qué no se había dado cuenta que el chico tenía frenillos detrás de sus dientes? Eso no podía estarle pasando a él.

Se miraban fijamente, ninguno podía hablar debido a como se encontraban sus bocas entrelazadas, no se podían mover de ahí y menos pedir ayuda porque no había nadie cerca para ayudarlos, Shindou cerró los ojos y sin más se acercó a su cuerpo de nuevo, mirándolo fijamente, dándole a entender que debía cooperar si querían salir de ese lio, volvió a introducir su lengua por completo en la cavidad contraria moviéndola suavemente, mientras su mano acariciaba sus caderas, bajando hasta el miembro del menor, palpándolo con fuerza, arrancándole gemidos que ayudaban a que el movimiento de bocas obtuviera más fuerza. Después de varios intentos su lengua quedó libre, siendo empujado rápidamente por el peliazul que tapó su rostro, tomó sus cosas y se fue corriendo rápidamente de la biblioteca.

–Estúpido ratón–Recitó para el mismo, sintiendo el sabor metálico de sangre en su boca, riendo sonoramente hasta salir detrás del ojiambar.

Sólo esperaría un poco más y estaba seguro que el pequeño ratón sería devorado por él, por un felino hambriento que disfrutaría cada parte de su cuerpo.

Fin del prologo

¡Hola! Tanto tiempo sin subir algo, bien muchas me miraran mal por que no he actualizado alas rotas, simples conocidos u otros fic que andan sin terminar, como se habrán dado cuanta baje algunos por que considere que puedo mejorarlos pero debo reestructurarlos, eso hare con alas rotas, la diferencia es que se quedara igual pero debo corregir cada capitulo y sus errores ortográficos pero igual tratare de tener el capitulo listo para el lunes.

Esta fue una probada de lo que será el fanfiction en general aquí verán a todos los semes de ukes y ukes de semes ¿Por qué? Bueno por que me gusta experimentar y me pareció interesante, respecto a la apariencia de Takuto es su miximax, Kyosuke se queda igual la diferencia aquí es que tanto Taiyou, kirino y Shindou será de la misma manera MixiMax o al menos una combinación de su apariencia con este, Espero sea de su agrada, es un prologo corto lo se y espero poder actualizarlo al menos una vez al mes eso si con capítulos de más de 4 mil palabras, se lo dedico a pau chan espita que me ha ayudado con varias cosas de este fic y por supuesto a mi amada Mitaili Ciz que funge actualmente como mi editora. Si les ha gustado dejen un comentario o sugerencia, después de todo los comentarios ayudan a un autor a seguir escribiendo.