Las rosas en Lakewood amanecían en todo su esplendor. La antigua casa de verano no podía verse más bonita. Luego del fatídico accidente en el que Anthony había perdido la movilidad de las piernas, Candy no se separaba de él y la tía abuela había acabado por aceptarla para pesar de Elisa que cada día la odiaba más por robar lo que para ella era suyo. Las rosas eran su consuelo.
Las trataba como su bien más preciado luego de Candy y cuidaba de ellas cada día con gran esmero, logrando que el jardín de Lakewood fuera fotografiado en revistas de jardinería y a él se le pagara muy buen dinero por la variedad de Dulces Candy's…no era para alardear, pero ya se había hecho de una pequeña fortuna por el mismo. Le ofrecieron una plaza en la Real Academia de Ciencias de la Biología, e iba a aceptar, pero le pedían primero titulo de escuela intermedia en el Real Colegio San Pablo. Dudaba en ir. Bajo ninguna circunstancia iba a separarse de Candy, y menos ahora que la tía abuela estaba considerando en serio casarlos en un futuro, ya que dudaba que otra chica aguantara a un discapacitado como marido y Anthony no aceptaría casarse con nadie más que no fuera Candy y eso ya lo había dejado más que claro. Comenzaron a tomar las pretensiones de los chicos más en serio cuando descubrieron a Anthony y Candy entre los arbustos dándose un beso nada casto. Erloy no quería pensar que hubiera pasado de llegar minutos después. Eran jóvenes. Estaban locamente enamorados y estaban solos la mayoría del tiempo…todo eso junto no era más que una bomba de tiempo y ella lo sabía, así que le declaró a William con el pesar de su alma no ser capaz de continuar con la crianza de los chicos y que debía enviarlos a todos al San Pablo para que estuvieran vigilados todo el día.
Anthony recibió la noticia con gran alegría. No tendría que separase de Candy y podría estudiar para cumplir su meta. Pero antes de eso sorprendió a todos con su petición…
-quiero que Candy sea mi prometida formalmente, si ella acepta, claro está…
-Por supuesto que sí Anthony- le dijo Candy con una sonrisa que no le cabía en el rostro.
Y Erloy estuvo al borde de un desmayo…- ¡Pero niños! ¿No les parece que es demasiado pronto?
-¡Tía! Yo la amo, además llevamos ya un año de noviazgo y piénselo bien, así consolidaría el imperio Andely…Ella y yo somos los herederos después de todo.
Y ante ese argumento, la anciana no tuvo más que aceptar, después de todo eso pasaría en algún momento.
Así zarparon hacía Inglaterra; con un montón de sueños en el corazón al lado del fiel George. Los camarotes de Anthony y Candy estaban uno al lado del otro ya que George insistió en que sería demasiado escandaloso que estuvieran en el mismo camerino como una pareja de casados. La sola palabra los hizo sonrojar hasta las orejas, ninguno de los dos lo había pensado de esa forma; pero más sabía un viejo lobo que aquel de suave pelaje y no les permito semejante cosa a ninguno de los dos por más que fueran los favoritos de Erloy y los herederos de todo el Clan.
Stear y Archie comenzaron a gastarles bromas al respecto a las que Anthony quería irse a los puños con ellos y Candy se sonrojaba entera.
Era la fiesta de fin de año nuevo. No había nadie vigilando. Candy se escapó a cubierta, con Anthony en su silla y dieron un paseo. Se detuvieron un momento. No había moros en la costa. Candy se arrodilló para estar a la misma altura y comenzó a besarlo. Pero el beso se les fue de las manos, se iba saliendo poco a poco del control. Tan encimados estaban que ni siquiera se dieron cuenta de que un muchacho de su misma edad entraba al mismo sitio que ellos.
Terry estaba anonadado, cuando quiso escapar del bullicio no se espero semejante escena. Era una rubia preciosa de pestañas tupidas y cabello rizado recogido en dos coletas…Pero como ese sujeto en silla de ruedas la estaba besando…el solo verlo lo incomodaba. Para él no era posible que semejante belleza estuviera con él. Al abrir la boca, los celos hablaron por él.
Veo que están muy entretenidos, pero deberían buscarse un cuarto, no quieren que ese viejo cacatúa los encuentre.
La antipatía fue inmediata. Mientras Candy se volvía un tomate ambulante, Anthony fue osado en responder…
-Disculpe usted…Pero no creo que este mal besar a mi prometida, joven Granchéster.
Allí los reconoció. Anthony Brown Andely y Candice White Andely. El antiguo clan escocés había dado mucho que hablar en la temporada por la decisión de comprometer a dos miembros tan jóvenes y encima primos. La situación quedó explicada al ver los orígenes de ambos. Era costumbre de la realeza comprometer familiares.
Y así volvió por donde vino, con un nudo en el estomago y sin saber que esos dos le marcarían la vida.
N/A: No pude con mi trauma de infancia. Este fanfic salió porque la loca sentimental que escribe esto no aguantó que Anthony muriera por un caballo y nunca se caló el numerito de Terry. Si esperan verlo con Candy, dear este no es tu fic. Aquí Eliza manipula aún más, Neal no es tan malo Y Candy no es tan inocente. Me canse de ver besos de Candy y Anthony en el manga así que…si, Terruce no fue el primero. Si les gustó espero un comentario, así sea " "
