El misterio del ojo perdido
~ Cerebros, cerebros, mis favoritos! ~
Prologo
-No fui yo! Te lo juro!- grito estérico aquel hombre. Su usual voz habría sido ronca y precisa, como ya lo habían escuchado sus viejos colegas de la agencia de bienes en la que trabajaba. Por como su situación le obligaba a despedir naturalidad por los poros, su aterrado chillido sonaba tan grave como el estrepitoso grito de un ama de casa al ver una rata paseándose por la cocina. Aquel personaje era bajo, moreno y valiente, o era así como el mismo se había considerado todos esos años. Más no faltara decir, que en este escenario se encontraba hecho un manojo de nervios, cagandose del miedo por la figura que tenia al frente.
El desconocido se encontraba algo distorsionado por la poca luz que se colaba por el callejón donde estaban. Pero aun así, su brillante sonrisa se distinguía de entre la oscuridad, mandándole torrentadas de escalofríos por la espalda al moreno.
-No me importa.¿ Acaso crees que hago esto por lo que sea que hallas hecho?- Le respondió la amorfa figura, mientras ensanchaba aun mas su malvada sonrisa.
-No! Por favor! No eh hecho nada para merecer esto!- Volvía a insistir la víctima, a lo que le respondieron con una carcajada.
-¿Que no te lo eh dicho ya? No hago esto por ti, sino por mí. Lo hago por placer, por emoción, por diversión…- Término su frase acercándose aun más al sujeto, sujetándolo suavemente desde el hombro y enterrando su fría y oxidada cuchara en la garganta del moreno.
Teniendo que valerse por varias estocadas para acabar con el tipo, volvió para limpiarse las manos con la toalla que había traído en su mochila. Agradeció a su experiencia el aprender por fin como terminar el trabajo sucio sin manchas desagradables en la ropa. Y tomando un largo y alegre suspiro, se encamino a la salida del callejón, donde un no muy eficaz poste de luz le ilumino el rostro, dejando ver su rojo ojo derecho mirando al camino por donde andaba y su travieso ojo verde, perdido en la profundidad de aquel callejón oscuro.
