Titulo: Amor Paternal
Autor: Vanessa (vane_chan6) e Ibrahil (evian_fork)
Fandom: CWRPS - Supernatural
Rating: NC-17
Parejas/Personajes: Jensen Ackles/Jared Padalecki. Mencion Jensen Ackles/Danneel Harris y Thomas Welling/Danneel Harris. Breve mencion de Christian Kane, Steve Carlson, Chad Michael Murray, Sophia Bush, Alexis Bledel.
Genero: AU – Incesto.
Advertencias: Incesto Vertical.
Categoría: Slash
Disclaimer: Nada Nada.
Resumen: El día que Jensen Ackles consigue un trabajo lejos de San Antonio, cambiara la vida de su hijo único Jared, quien sin saberlo, ha sentido algo mas que amor fraternal por su padre desde que era un niño, y que ahora, en vista de que este se marcha, asustado buscara hacer lo imposible por irse con el.
Nota de Ibrahil: Escrito para mi kink verse hace medio año, en vista de que no pude continuarlo, termine pidiendo la valiosa ayuda de Vanessa :D y terminamos alargando esto mas de lo previsto, como siempre sucede cuando escribimos juntas. Una placer trabajar contigo, amor.
CAPITULO 01
San Antonio siempre había sido su ciudad favorita, se conocía sus calles, avenidas, tiendas, en especial del sector donde vivía, conocía todo, y para el San Antonio era increíble. Lo más increíble que le había pasado, por eso había decidido hacer aquel Blog para la universidad, por eso era el capitán del equipo de futbol, por eso era el novio de Alexis Bledel, la capitana de las porristas, por eso estaba en el coro de la universidad y era el presidente del periódico, por eso los domingos cuando no había juego o entrenamiento, iba al asilo de ancianos a encargarse de la gente mayor que había dado su vida por esa ciudad.
Por eso Jared era el hijo perfecto.
Tenía una beca otorgada por el futbol, pero solo por la que había ido a la mejor universidad de San Antonio, ya que era bien conocido por todo aquel que supiera del nombre de Jared Padalecki, que este había recibido una beca a Harvard, pero su amor a su ciudad natal le había hecho quedarse, o eso decían.
Aunque todo eso era mierda ahora.
Pura y asquerosa mierda.
- Tu papá se muda a Dallas. Eso fue lo que dije. – la voz de su madre, repitiendo esas palabras le hicieron saltar en su silla, como si lo entendiera todo de golpe.
- ¿Por qué? – pregunto, sonando triste. - ¿Por qué tiene que mudarse?
La mujer pelirroja, con flamantes caderas y de ropa demasiado al descubierto para su edad, se voltea hacia él, no parece que tuviera treinta y nueve años, ni siquiera parece de más de veinte, pero Jared está seguro que es todo el botox que tiene por todos lados, incluidos los tobillos.
- No sabía que te interesaba tanto tu padre. – luce un poco desconfiada, pero Jared sabe que solo se siente celosa de él. – No por lo menos desde hace… diez años.
"Si no me importara, estoy seguro de que me hubiese largado de esta mierda de ciudad" es lo que piensa Jared, y si, es verdad, San Antonio no es su ciudad favorita, solo es la ciudad donde se ve obligado a vivir.
- Mama…escucha…papá me importa tanto como tú… y no quiero tenerlo lejos…porque…
- Ya no tienes diez años. – le corta mordazmente Danneel Harris. Ahora sí que está enfadada, y Jared lo sabe. – Sabes muy bien…
- ¡Lo sé, mama! – responde levantándose de la mesa. – Tengo clases.
Se marcha de la casa antes de que su madre se ponga a contarle la razón por la que ella y su padre terminaron divorciándose hace diez años, cuando Jared tenía esa misma edad, diez dulces y hermosos años, la noche en que él y su padre llegaron del parque de diversiones, al que su madre se había negado ir por que le dolía la espalda.
Cuando Jensen y un pequeño, Jared entraron en la recamara de ambos padres, solo para encontrarse a Danneel cabalgando al vecino, o al que ahora es el padrastro de Jared, Tom Welling, el supuesto mejor amigo de su padre.
Jared nunca olvidara como su padre se tenso, como sus fuertes brazos apretaron su pequeño cuerpo contra el suyo, nunca olvidara la frialdad con la que se dirigió a su madre, que había corrido a vestirse, nunca olvidara cuando salió por la puerta marchándose sin decir adiós.
En fin, el nunca olvidara esa noche cuando el hombre que más admiraba se marcho.
No culpa a su madre, no sería capaz de eso, ella no tiene la culpa de todo. Su padre siempre fue un hombre muy serio, muy ocupado con su trabajo, Jared no le culpaba a él tampoco.
Aunque le ponía triste recordar lo difícil que habían sido los años siguientes, la forma en la que su madre se enfadaba cada vez que Jared le decía que quería ver a su padre, cada vez que Jared se ponía en un berrinche que duraba toda la noche y le dejaba cansado por unos días, porque su padre no había venido a besarle en la frente antes de dormir.
Lo extraño por tantos años, al menos hasta que cumplió quince años, cuando le vio de nuevo.
Su padre en ese entonces lucia mayor, pero sus rasgos y su presencia eran los mismos, lucia tan bien en ese traje negro con su corbata deshecha, lo vio mientras compraba unas cuerdas para la guitarra de Chad en la tienda de Chris, el mejor amigo de su padre.
- Papá… - susurro, incrédulo, cuando abrió la puerta de la tienda, Chad quedándose congelado detrás de él. Mientras las miradas casi aterradas de Chris, Steve y Mike se fijaban en el.
Pero Jensen no volteo la mirada, estaba demasiado "ocupado" revisando las partituras que tenía en la mano.
- Papi… - sollozo Jared de nuevo, haciendo que Jensen volteara la mirada para ver quien había entrado, su expresión entristeciéndose casi al borde de las lágrimas.
- Baby Jay… - le escucho Jared susurrar.
Jared no pudo resistir a correr a refugiarse en los brazos de su padre, fuertes brazos que le abrazaron tan fuerte que a Jared no le hubiese importado quedarse a vivir allí el resto de su vida. Se abrazaron por casi dos horas sin que nadie dijera nada mas, Chris atendiendo a Chad en silencio y Steve y Mike sin apartar sus ojos húmedos de la tierna escena.
Jensen susurrándole disculpas a su oído, y Jared demasiado sumido en su voz como para darse cuenta de lo que decía.
Desde ese día, Jared le pidió a su madre que retirara la negación de custodia de su padre, que negara la orden de alejamiento que con tanta frialdad su madre había impuesto.
Así que, Jared pasaba varios días en casa de su padre, aunque no se quedaba a dormir, solo se quedaba allí haciéndole compañía, a veces Jensen le llevaba a casa de Chris o a casa de Mike y pasaban allí la noche, bromeando con él. Siempre era divertido, al menos era mejor que vestirse de pingüino para ir a alguna de las fiestas de su madre con Tom.
- Hey, man. – Chad le saludo, palmeándole la espalda lo más fuerte que pudo, pero Jared ni se movió un centímetro.
- Hey… - saludo, no pudiendo ocultar lo triste que se sentía.
- Errr… ¿Qué te hicieron, tío? ¿Alexis te dejo? O no me digas… ¿tu madre quiere que te cases con ella? ¿Quiere que seas la prostituta del marica de su marido? ¿Te metiste los dedos por fin? Ah no,…espera…espera…eso te habría gustado… ¡Ya se! ¡Chace te los metió! Siempre supe que el cabrón te tenía ganas.
Y a todo su monologo, Jared solo puede largarse a reír, soltando una carcajada que hace que varias miradas se posen en el.
- ¿De qué coño hablas? – pregunta entre risas, doblándose por la mitad.
Chad solo le mira orgulloso de haberle hecho reír.
- Tío, tú lo sabes bien que Chace se la jala pensando en ti. – sonríe malicioso.
- ¡No! ¡No digas eso del hermano de mi novia! – se ríe Jared, no pudiendo evitar un estremecimiento al pensar que Chace, el hermano mayor de Alex se la jale pensando en el, por lo menos no después de que Chace le haya visto mientras se follaba a su hermana.
- Es cierto, JT, el cabrón es toda una putilla. – Chad dice, su mirada desviándose de Jay para mirar uno de los mejores culos de la universidad.
- ¿Y tu como sabes eso? – pregunto viendo a su amigo, siguiendo su mirada a lo que veía. – No entiendo porque carajo no le hablas a Sophia y ya. No te va a morder.
- ¿Qué? A mí no me gusta Sophia, solo la quiero poner viendo al cielo mientras me la follo contra lo primero que encuentre. – responde con voz aguda, empujando a Jay.
- Eres un marica… Hey, amor.
- Oh diablos… - Chad hace una mueca de asco, cuando ve como Jared se pega a la boca de Alexis, comiéndose el uno al otro por la boca.
En la clase de algebra avanzada, Jared vuelve a caer en su pozo de depresión, mientras escucha como Singer habla hasta el cansancio de lo que sea que el cabrón de Nebel haya dicho sobre no se qué cosa de ecuación.
Está pensando en su padre de nuevo, mientras su mirada se pierde en el gran ventanal a su izquierda, puede ver las aves volando libremente, y eso le hace sentirse tan encerrado, como si hubiera vivido toda su vida en una jaula.
Se levanta de su asiento bruscamente, atrayendo todas las miradas hacia él, pero está demasiado perdido en sus pensamientos como para notarlo mientras recoge todo de su mesa y se marcha del salón, siendo seguido por Chad que corre detrás de él.
- ¡Hey! ¡Hey! ¡Jared! – escucha vagamente que le llaman. - ¿Qué pasa contigo? – pregunto Chad viéndole preocupado.
- Papá se muda a Dallas. – dice, con un nudo en su garanta que le está impidiendo respirar. – No puedo dejarle irse.
Chad le deja ir sin decir nada, el mejor que nadie sabe acerca del amor enfermizo de Jared por su padre. Así que solo le ve partir, con los hombros bajos y su mochila colgándole de ellos, casi corriendo a donde sea que vaya.
Llega a la casa de su padre en tiempo record, considerando que vino corriendo desde el campo de la universidad. Esta desesperado por verle, por sentirle, cuando abre la reja de la casa Sadie y Harley le saludan efusivamente lamiéndole las mejillas de los alto que saltan, Jared se ríe, su metro noventa no evita que ellos le quieran besar todo.
- Babe… ¿Qué haces aquí? – la voz de su padre le hace levantar la mirada un poco sonrojado y agitado.
- Papá… - sonríe, levantándose a abrazarle, apretándole su cuerpo fuertemente contra el suyo. – No quiero que te vayas…- susurra contra el cuello de un sorprendido Jensen.
- Ella te dijo… - suspiro, sus brazos apretando los hombros de su hijo.
- No te vayas… - suplica Jared con voz aguda, casi al borde del llanto.
- Jared…Jared…no puedo…voy a comenzar a...
- ¡No! ¡No quiero! ¡No te vayas! ¡No me dejes de nuevo! – suplica, su rostro lleno de lagrimas que arruinan la camisa costosa de su padre, sus brazos apretando el cuerpo de su padre casi dolorosamente, pero Jensen no se queja, solo se queda en silencio, sus manos acariciando los hombros de Jared que son casi tan anchos como los de él, incluso más fuertes. – No te vayas… - susurra de nuevo. – Papá…no te vayas…
Esto era la razón por la cual quería mantenerlo en secreto, no quería que su amado pequeño se enterara, porque no quería que intentara detenerle. Pero claro, Mike no pudo mantener su boca cerrada y tuvo que decirle a Tom, que por lo que veía le había dicho a Dannel que no había podido evitar restregar su felicidad de tener a Jensen más lejos.
- Necesito irme, Jared…y tengo que terminar de empacar… - suspiro, sus manos acaricio la espalda de Jared, trayéndole confort, que sabia su hijo necesitaría.
- Papi…no te vayas… - volvió a pedir su nada pequeño hijo. – Te necesito aquí…aquí conmigo…te quiero conmigo…
- No sigas pidiéndomelo, Jared, no puedo quedarme…no puedo y lo sabes. – se separo del fuerte agarre de su hijo, mirándole con expresión cansada detrás de sus ojos verdes, lo único que no había cambiado desde que era un niño.
- Papá…
- No puedo. – susurro antes de darse la vuelta, acercándose a la puerta de su casa.
- Entonces me iré contigo.
Suena como una afirmación, como una orden, que termina con las dudas y el dolor que ambos sienten, aunque uno de ellos no lo admita, y el otro lo desborde.
