[Estos son los personajes (iré modificando la lista si voy añadiendo más):

Tierras Celtas: Ossian
Britania: Erwana
Imperio Romano: Julius Vargas
Inglaterra: Arthur Kirkland
Gales: Dylan Kirkland
Escocia: Allistor Kirkland
Irlanda del norte: Niall Kirkland
República de Irlanda: Angus Kirkland.

Excepto los personajes de Inglaterra, Escocia e Imperio Romano, los personajes son fanmade. De ahí que me inventara los nombres :3
Entre los hermanos se llevan 2 años: Allistor(29)-Dylan(27)-Niall y Angus(25)-Arthur(23)

Espero que lo disfruten ^^]

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La noche del 30 de Noviembre las cosas habían cambiado para la joven Erwana. Acaba de dar a luz a su primogénito: un hermoso bebé de ojos verdes, y con el cabello tan rojo como el fuego. Ossian, su padre, lo tomó entre sus brazos, sonriendo ante lo que a sus ojos era un regalo del cielo.

-Bienvenido al mundo…-musitó con dulzura el celta, cubriendo al pequeño con una suave manta de lana.

-Se parece mucho a ti, querido Ossian. Tan solo necesitamos un nombre para él –dijo la madre, aún recostada sobre la cama de paja.

-Se llamará Allistor -agregó el padre del niño, sin necesitar meditación alguna.

Britania sonrió al oír ese nombre.

-Allistor significa "protector de los hombres".

-Por supuesto. Será tan fuerte como las murallas de Caterthun, y defenderá a los débiles, ¿verdad, pequeño? –dijo el de desordenados cabellos castaños, mientras daba un toquecito en la nariz del recién nacido- Haz que nos sintamos orgullosos de ti, Allistor.

Ossian le entregó el bebé a la mujer, pero solo para rodear a ambos con sus brazos. Después del cálido abrazo, él se puso de rodillas, y tomó la mano derecha de la muchacha.

-Querida Erwana, hay algo que deseo pedirte. No quiero morir sabiendo que no te tengo como esposa. No quiero derramar más sangre enemiga si no lo hago por defender a la mujer amada y a la familia. No quiero que este hijo fruto de nuestro amor crezca fuera del vínculo del matrimonio. Sé que tu dote no es grande, y que tampoco yo puedo ofrecerte grandes riquezas. Pero prometo colmarte de todos los caprichos, y que cada batalla que gane será para ti. Ya tengo los anillos de Claddagh, y la bendición del druida. Ahora tan solo queda que tú des tu consentimiento, bella Erwana. ¿Quieres ser mi esposa?

La de rubios cabellos, aún sorprendida por la petición, formó una sonrisa en sus labios.

-Que así sea. Hazme tu esposa y déjame así compartir una vida contigo.

El joven celta tomó su mano de nuevo, para colocarle uno de los brillantes anillos, mientras ella repetía la acción y le colocaba el anillo restante.

-Entonces que nuestros juramentos se sellen con un beso.

Ossian la tomó de las mejillas y ambos juntaron sus labios en tiernos besos. La noche estaba muy tranquila, por lo que tan solo se escuchaban las pequeñas caladas al aire que los dos tomaban entre cada beso. Pero tuvieron que detenerse, ya que el pequeño comenzaba a llorar en brazos de su madre, y no pudieron evitar reír.