The Akwe
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Capitulo I
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The arrivalEstaba aburrida. Había soltado muchos suspiros, y abierto los ojos de ves en cuando para ver si ya habían arribado. Nada. Lo único dispuesto a su mirada era el azul del cielo, y el azul del mar a lo lejos.
Se irguió en su asiento abriendo lentamente sus ojos.
La habían maldecido. Una maldición terrible había caído sobre ella; ¡Agg!
Se aclaro los ojos.
"¡Por Merlín, Mercurio, por Saturno!".-Soltó desesperada.-"¡Que cabeza tan grande. Dios mió, que cabeza tan grande. Dime Potter¿Pediste a un demonio de cabezotas que hiciera así la tuya?".-Pregunto soltando una risa sincera.
"Yo no hice nada. Se hizo así solita".-Contesto. El igual estaba recostado, y sus ojos estaban cerrados. El aire jugaba brutalmente con sus cabellos.
James Potter era el chico mas afortunado del colegio. Se había criado en Francia, con las mejores institutrices personales, y había vivido en las mas lujosas residencias.
No era para nadie secreto que estaba podrido en dinero desde su nacimiento. Me refiero a "Una fortuna propia". Y eso lo hacia endemoniadamente atractivo.
Para mi, por el contrario, era una víbora ponzoñosa demasiado arrogante, una rata de dos patas, una alimaña, un tonto. Un James Potter.
Sin embargo, solamente yo era de aquella opinión; porque para cualquiera en Hogwarts, el era lo mas cercano a un Dios. ¡Que tontas eran todas!. Claro que es guapo, y... de buen cuerpo –ahora que lo veo- e igual inteligente, y tiene mucho dinero... y valla que juega bien Quidditch¡Pero siegue siendo un idiota!.
Un idiota que se había acostado ya con la mitad de Hogwarts, la mitad femenina. No había una chica en el colegio quien no haya estado con el para entonces. Era una leyenda.
Pero ahora –por desgracia para mi, que era la Única Gloriosa Chica que aun no se acostaba con el bien formado Potter- estaba maldecida, obligada, y denigrada, a pasar un verano en su casa.
Claro que los perros fieles de Potter irían, como todos los veranos. Y yo estaba condenada a desperdiciar preciado tiempo con aquellos, a menos que lo pudiera evitar. Y lo hice¡Oh si!. Me lleve a mis amigas.
Una de ellas, Mia de Lioncourt, y la otra Lyon Donatello. Lyon era una niña pequeña y rubia, regordeta y de gestos grotescos. Parecía un muchacho. Y su vocabulario era como uno. Mia era una chica normal, apasionada y ardiente. Amaba todo lo que hacia, y lo hacia con un candor inimaginable. De mirada lujuriosa y un antecedente de cama igual al de Potter. Era un caos.
Yo, que presumo de ser la mas normal, era, bueno... normal. Nunca fui una santa, claro. Y no era la mas recatada virgen, de echo, ya no soy virgen, pero ese no es el punto. Me distinguía por ser la que siempre estudiaba. Porque era Prefecta y en el año siguiente: Premio Anual.
Mi vida era aburrida, no voy a negarlo.
Al final, y llegando al punto, es que estoy de ida a la casa de Potter. Me acompañan Mia y Lyon, y están esos dos animalotes, Black y Lupin.
Siempre supe que Potter tenia dinero, mas ahora se que su casa es una isla entera. Y hacia allí vamos.
Era una penitencia, un infierno en vida al que nos dirigíamos. Dumbledore había sido bien claro: "Debíamos aprender a interactuar antes del séptimo curso para así asignarnos, como se debía, los Premios Anuales."
Además, nos había descubierto en un duelo clandestino a mitad de la noche, lo cual hizo decisivo y drástico este castigo. Tiempo juntos.
Se decidió en la casa de James, ya que la mía, en Italia, parecía aburrida para el. El Oh-pobre-de-mi-niño-tonto-Potter, dijo que no quería vacaciones de verano en un lugar con nieve. Y sin que yo pudiera hacer algo, me arrastro hasta su casa.
Una isla entera.
"Bote de mierda, me aburro. Vamos a jugar".-Dijeron de algún lado. Yo seguía deambulando en mi memoria, tratando de contar el inicio de esta aventura cuando un brazo me dio en la cara.
Nadie contesto.
"Oye, tu me traes aquí, y luego haces que me... ah olvídalo".- Mía miro con desden a los muchachos. Parecían muñecos en un aparador con ropa de playa.-"Me voy a fumar mi hachís".-
Mía de Lioncourt era una Francesa de familia numerosa. Tenia una buena fortuna, pero su familia era, según sus propias palabras, 'Una mierda'. Jamás la cuestionamos, y creímos todo cuanto decía. Al fin, no perdíamos nada. Conocía a James desde infantes, y según sospecho, fueron mas que vecinos alguna ves.
Tenia el cabello negro, y los ojos grises. Su piel era tan blanca que incluso llegaba a parecer inanimada. Lo único que siempre daban certeza de su vida, eran sus labios. Rojos, muy rojos. Tenia un cuerpo voluptuoso, y llamativo, pero nunca dejaba nada a la vista. Siempre bestia cubriendo todo su cuerpo.
Tenia unos mil hermanos, y era la 2 de tres niñas nacidas iguales. Sus hermanas eran unas víboras al igual que James. Y eran idénticas a ella. Con la diferencia de ser de Slytherin.
¡Iug!.
...§...
Bien, Lily solo sabia 3 cosas claras:
Sus vacaciones iban a ser un asco.
Potter era un idiota a quien se quería tirar.
Y seguro esto terminaría siendo una orgía masiva.
"Preparen sus cosas, ya llegaremos".-Dijo la vos de Potter a lo lejos. Muy Lejos, apagada por el ruido del agua chocando con el vote.
No le presto atención, pero pronto sintió que la velocidad disminuía. Y finalmente, se detuvieron.
"Hey, sangre sucia, te esperamos en la casa".-
"¡Te voy a matar algún día de estos, Potter".-
"Ya, y seguro yo terminare enamorado de ti".-
"¿Y porque no?".-
"Porque eres un intento de mujer malformado. Olvídalo".-
"Ya veremos. Terminaras en mi cama, Potter. Pidiendo una noche mas.".-
"¿Qué mierda hablas, Evans?. ¿Me vas a seducir?. ¿Tu a mi?".-
Lily asintió, sonriendo para sus adentros.
"Claro que si. Yo a ti".-
James soltó una risa estruendosa, señalándola con el índice.
"Esto es un reto, Evans. Yo no me negare. No are nada, nada en absoluto para detenerte o hacerte nada fácil. Será divertido ver como fracasas... una ves mas".-
"Si, será divertido...".-
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Hey gente. Comentarios de que tan malo es. Jejeje...
