Hola!
Bueno, he vuelto, y esta vez es algo...distinto. Son viñetas que participan en la comunidad LJ drabbles30min, muy recomendable .
Aparecerá cualquier personaje, en cualquier rating y/o situación, así que prevenidos quedáis.

Éste primero es sobre Mérope. Personaje interesante y poco investigado a la hora de escribir. así que aquí os lo dejo, espero que os guste.


MOSCA ATRAPADA

La mosca revoloteaba incesantemente, pegándose una y otra vez contra la ventana de cristal, demasiado sucia para dejar ver la realidad. Pobre insecto, abrumado por el interior, deseoso de salir al exterior, poniendo su vida en juego. Cansino sonido el de sus alas, hastiadas del dolor y la soledad.

Contemplaba día a día como sus ilusiones se resquebrajaban, rotas en mil pedazos, y aún así, día a día acudía a aquella ventana, como la mosca. Encerradas. A la merced de dos seres sin alma, sin más posesión que su propio odio.

Su padre, inmerso en viejas glorias de antaño, destiladas con el más irracional de los sentimientos. Su hermano, agónico de locura y demencia. Ella, consumida en el pozo de su desdicha. El orgullo de un loco.

Versos monótonos repetidos hasta la saciedad. Ambición y astucia. ¿De que le servían a ella?. Una vieja casa destartalada, aislada de la sociedad era su hogar. Un interior con muebles rotos, viejos y destartalados acogía a quienes día a día le anulaban todo sueño, todo atisbo de felicidad.

Por eso se sentaba en el banco, y oculta tras las cortinas, contemplaba el exterior desde la ventana. Le veía, en su carruaje, con sus ropas y sus modales. Su príncipe.

Mérope creció creyendo en los cuentos de hadas por necesidad. No se resignaba a creer que el mundo era como su familia. No todos podrían ser tan mezquinos, tan crueles. No todos llevarían la locura hasta ese extremo. Él no era así.

Pero de nuevo, como la mosca tropezaba con el cristal, Mérope sentía como la apartaban de la ventana, sin palabras zalameras, a golpes e insultos; sentía como era despreciada y humillada por su propio hermano. su padre, sentado en un sofá, lo consentía. Porque Mérope era débil, y el honor de la familia no dependía de ella, con su amor por aquel estúpido muggle y sus sueños románticos.

Si había de ser a golpes como lo aprendería, que así fuera.

Y mientras, la mosca continuaba invariablemente su trayecto hacia la ventana , tropezando de nuevo con el cristal, y cayendo mareada hasta el suelo.