El cielo gris, sin embargo, para Kakashi representaba algo más que una posible lluvia o una mañana de poesía y sentimientos. Solamente las personas más cercanas o quienes más a fondo le conocían sabían sobre ello. La mayoría de las personas le consideraban un hombre frío, serio, de carácter fuerte y de una mente totalmente analítica y lógica que le hacía ser casi de acero y sin sentimientos, al menos aparentemente. Pero esto era solo lo que la vida había hecho de su persona, todas las batallas que había librado en el pasado le hicieron así, perder a sus padres de pequeño le hizo caer en la realidad de una manera abrupta y dura, sin duda era solo el inicio de una vida llena de conflictos en todos los sentidos. La otra parte de él que muy pocos conocían era la de hombre sensible a quien le encantaba admirar el atardecer y sus impresionantes colores luego de un largo entrenamiento, alguien que disfrutaba cocinando en casa para luego preparar una cena elegante con vino tinto y velas incluso si era para sí mismo. Algo de lo que realmente disfrutaba era de beber café cargado y admirar la salida del sol a las 6 de la mañana, sobre todo si una noche antes aconteció una lluvia. Todo esto era debido a que generalmente estaba solo. Uno más de los placeres que le describían es contemplar el cielo nuboso con un chocolate caliente entre sus manos y una de sus revistas o un sencillo libro que hablase de cocina.

Y ahí estaba él, mirando fijamente el cielo a través de la ventana de su dormitorio desde donde se divisaba casi toda la ciudad, con su semblante de tranquilidad y seriedad que siempre le caracterizaba, con el torso desnudo y un calzoncillo que se ajustaba perfectamente su cuerpo, era tarde según su rutina diaria, la cama aún estaba distendida. Pasaba de las 7 am y aún no había salido a correr esa mañana, no tenía ánimos de preparar chocolate esa mañana, en realidad se sentía un poco nostálgico, algo melancólico, no sentía ganas si quiera de salir a correr, lo que ya era raro en él. Esa noche soñó algo perturbador, pero no uno de sangre y peleas en realidad eso era habitual en su vida, fue un sueño perturbador porque le hizo ver lo solo que siempre se había sentido. Desde la muerte se sus padres había ido por la vida sólo con la convicción de valerse por sí mismo y no necesitar a nadie, en el fondo estaba seguro de que lo mejor era no generar apegos con ningún ser humano por que el sentimiento de pérdida era muy fuerte para sopórtalo nuevamente. No entablaba relación de amistad con más de 2 personas, en toda su vida, nunca contempló seriamente la posibilidad de tener una familia porque su vida tenía otro propósito, según sus palabras. Normalmente se le veía a solas, siempre fue una persona solitaria, pero éste sentimiento le estaba sobrepasando, se sentía sólo, nunca había tenido el cariño de alguien cercano además de sus padres y algunos maestros que le mostraron su apoyo total desde lo acontecido, pero comenzaba a anhelar otro tipo de cariño, el de una mujer.

Ocasionalmente tenia compañía femenina por las noches, era bien sabido que Kakashi era muy atractivo y su personalidad ante las mujeres le hacía ver irresistible, siempre contó con la facilidad para conocer a mujeres aunque fuese sólo para pasar la noche con ellas, sin embargo era un hábito que con el tiempo fue dejando poco a poco, no porque que dejara de disfrutarlo, sino porque comenzaba a perderle sentido. Al fin de cuentas por la mañana su cama estaba nuevamente vacía y no tenía el placer de que alguien le hiciera el desayuno mientras aun dormía para ser despertado con un beso y una buena taza de café cargado. Eso sin duda era algo que no tenía y que comenzaba a desear muy en el fondo.

Esa mañana era una especialmente melancólica, su sueño no estaba muy claro, pero lo que sintió en el sí. Se quedó por más de 1 hora mirando fijamente por el vidrío de la ventana con miles de pensamientos hilados y sueltos sobre toda su vida y que realmente quería a futuro, nunca lo había hecho tan en serio. Un nudo en la garganta lo volvió a la realidad - no debo sentirme así, no puedo estar deprimido por una tontería como ésta - se dijo para sus adentros, y es que a pesar de parecer duro como el acero también tenía sentimientos, Y tantos años de soledad y batallas le estaban mermando emocional y mentalmente.

Luego de esto dio un golpe en la pared, cerró sus ojos, aspiró fuerte y se dirigió hacia la cocina, no podía quedarse en ese ese submundo emocional que cada vez lo inundaba más, necesitaba centrarse en el presente, en sus compromisos y pendientes, en sus obligaciones, necesitaba concentrarse en el entrenamiento. Preparó un poco de café cargado, miró fijamente una manzana que tenía en el centro de la mesa pero luego la desdeñó. Cuándo el café quedó listo, dio un pequeño sorbo y se encaminó a la ducha dejando la taza en el mueble junto a su cama que seguía distendida. Se bañó con agua fría para aclarar su mente y no caer en la fragilidad humana que aunque no reconociera también poseía.

Cuando salió del baño vislumbro los rayos de sol que se asomaban tímidamente entre las nubes grises. Se preparó para salir, esta vez no a correr, necesitaba caminar en silencio un poco, sin duda el sentimiento que le generó ese sueño perturbador le hizo pensaren qué quería a futuro y lo que es realmente importante a través del tiempo, el amor. Sabía que en el fondo quería una mujer que le preparara el desayuno por la mañana y le despertara con un beso y un café cargado, alguien con quien compartir todas las noches sus ricos guisos para luego ir a la cama no sólo para tener sexo, con quien ir a correr todos los días sin sentir que era su deber, sino más bien que lo hacía por compartir ese hobbies, quería sentirse amado, sentir ese cariño de otro ser humano y compartir todos sus sentimientos y gustos culposos también.

De pronto al fondo escucho una voz dulce y femenina que lo sacó de su ensimismamiento, no fue una voz muy clara, se detuvo un momento creyendo que era una paranoia generada por sus propios pensamientos, hasta que escuchó a alguien gritarle.

¡Kakashi sensei! - escucho al fondo y se giró en dirección a la voz para saber quién era, - ¡lo veré en el entrenamiento hoy! – gritó una ''mocosa'' con cierta alegría, una chica peli rosa a lo lejos mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja y alzaba su mano para hacer un saludo mientras salía a prisa en otra dirección a la de Kakashi.

Se quedó inmutado, quieto, le había tomado por sorpresa ver a esa chiquilla a esa hora de la mañana - ¿Sakura ira al entrenamiento hoy? - se preguntó a sí mismo en voz alta y con un gesto de extrañeza, era realmente extraño que ella asistiera al entrenamiento debido a que a esa hora, por lo general, estaba en el hospital. Continúo su andar seriamente, pero algo cambio su semblante, algo cambio la nostalgia, quizá el hecho de tener compañía en el entrenamiento le había alegrado un poquito, pero incluso él se preguntaba por qué.

Algo había cambiado y él aún no lo notaba.