No le gusta ver sus ojos (Que se volvieron rojo sangre)

No le gusta escuchar su voz (Que ahora es tan aguda, falsa y cinica)

No le gusta verla con Sal (Y que siga corrompiendo su cuerpo como su alma)

Ella no es la Wadanohara que conoció, no es la bruja que ama y con el pasar del tiempo no sabe si aún queda algo de ella. Algo (Lo que sea) Anhelaba que hubiera algo... puro, pero nunca percibe nada, parece que todo lo que había, que todo lo que quedaba fue corrompido.

Su mente fue manipulada. Parecía una marioneta en la que habitaba un alma oscura. El amor que tenía con Sal, era completamente torcido, como su mente había quedado.

— ¿Por qué no comes? —Preguntó.

Su voz -carece de sentimiento- pero parece preocupada. Ella ladea la cabeza, como si le estuviera hablando a una mascota. Samekichi se siente así, desde que por petición de Wadanohara lo encerró en una celda. Las cadenas en su muñeca duelen, pero no más, de lo que provoca verla así a la bruja.

Deja escapar un suspiro, cansino.

Si fuera por Sal, este, ya lo hubiera matado y por una vez en su vida, estaba de acuerdo con él. Deseaba morir. Sin embargo Wadanohara no pensaba de esa manera.

Ella lo quería con ella. Para siempre. Así lo había dicho, así lo estaba manteniendo.

(Siempre)

Porque ella lo amaba, pero ese amor lo estaba matando.

— Come.

Y él lo hace (Y no sabe porque) Tal vez porque anhela que algún día vuelva a ser como era. Tal vez porque no puede negarse a una petición de ella.

Pero siempre se termina arrepintiendo cuando Sal aparece detrás de ella y la manosea sin consideración enfrente de él. Gemidos, jadeos que no desea oír. Cierra los ojos porque se niega en ver.

No obstante sabe lo que sucede, ella se sigue entregando en alma y cuerpo a Sal. Sin oponer resistencia, sin llorar, sin pedir ser salvada por él. (Ya es tarde, ella ya no es Wadanohara)

Él llora por ella porque la bruja ya no lo hace. La única persona, que en ese lugar quiere que viva. (La única persona, por la que en este momento quiere morir) No quiere seguir viendo esta Wadanohara.

(Siempre)

Esas palabras vuelven a repetirse. Siempre, es bastante tiempo. Samekichi quería morir ahora.

Pero... Wadanohara jamás lo deja.