Disclaimer: Captain Tsubasa no me pertenece. Todos los personajes son propiedad de Youichi Takahashi y Tsuchida Pro.
Aclaraciones: Historia creada hace más de 6 años, subida sólo por nostalgia y aprecio. Incursión de OC: Anne Taylor.
Destino: Inusual Unión.
Capítulo 1: Extraño encuentro.
Era una tarde como cualquier otra en la ciudad de Nankatsu. Todo iba a su acostumbrado ritmo de vida como según debía de ir.
A lo lejos, se ve a tres chicos caminando mientras platicaban animadamente. Uno de ellos era de cabello negro azulado, de mirada inocente y entusiasta. Vestía de una playera blanca con líneas color azul alrededor del cuello y en la orilla de las mangas. Una "N" color azul pastel adornaba esa blanca playera. Complemento a la playera era el short que el joven traía puesto, más no había diseño alguno.
Por lo que calzaba uno podía deducir que venía de una práctica de futbol. Las calcetas que llegaban hacia por debajo de las rodillas eran de color blanco con líneas azules. Sus tacos eran completamente negros con un poco de blanco.
El otro joven era un poco más alto que su amigo. Tenía una mirada seria pero amable. El joven por igual vestía unos tacos como zapatos. Lo que diferenciaba a este muchacho del otro era que él traía puesto unos pants negros cono líneas blancas a los costados. Vestía igual una sudadera color rojo, la cual era adornada por una "N" azul cielo, rodeada de color blanco. Sus cabellos negros eran claramente cubiertos por la gorra igualmente roja.
Y por último, quien venía acompañando a los chicos era una joven de su misma edad y de mirada amable. Una muchacha de cabello corto color café hasta los hombros; ella vestía un pants rosa y una playera blanca con líneas rosas en los bordes de la manga y el cuello.
— El entrenamiento de hoy fue bastante duro —expresó el joven de mirada entusiasta.
— Tienes razón Oliver, el día de hoy el entrenador se puso un poco más estricto —le responde el más alto—. Creo que formó este tipo de entrenamiento para que Bruce y los demás aumenten su nivel.
— ¿Tú crees que haya sido por eso Benji? —preguntó Oliver.
— Sí, estoy más que seguro —le contesta—. ¿Verdad que no me equivoco, "Anego"?
— ¡Ay, Benji ya no me llames así por favor! —replicó la joven de cabello corto—. Pero sí, tienes razón, esa fue la razón del cambio de entrenamiento.
— Ya veo —comenta Oliver—. Y tú ya sabías de este cambio, ¿verdad Patty? —dijo, viéndola con esa mirada que a ella le volvía loca.
— Sí, como soy la manager del equipo, el entrenador me comenta una que otra cosa que planea hacer —le responde, sonriéndole un tanto sonrojada.
— Comprendo —fue lo único que se escuchó salir de la boca del joven capitán.
Benji únicamente vio cómo es que Oliver y Patty no dejaban de verse. Era evidente que a Patty le gustaba mucho Oliver; lo que no tenían claro era, ¿cómo soportaba tanto? Es decir, Oliver no es un experto en lo que a amor se refiere, es demasiado inocente en el tema.
Más que fuera inocente no significaba que no le gustase alguien.
Oliver estaba loco por Patty, más claro que el agua no podía estar. Aquello se podía deducir por la forma en la que la miraba, cómo le hablaba o la trataba. En realidad, el joven capitán había dado infinidad de señales; pero por supuesto, todo había sido de manera inconsciente, pues ni él mismo se había dado cuenta de eso.
Daba risa tan sólo pensar que medio mundo sabía de los sentimientos que el capitán albergaba por su manager, excepto él mismo.
— Anego tiene mucha paciencia —pensó el portero del Niupi.
El silencio perduró un buen rato hasta que pasaron cerca de una cancha del futbol, en donde un grupo de chicas jugaban un partido. El grupo se detuvo y observó el juego.
— Vaya, no sabía que las chicas jugaban también —comentó Oliver, sorprendido de que las chicas gustaran de un deporte masculino.
— Hay muchas chicas a las que les gusta el deporte exigente Oliver —comenta Patty—. Estas chicas al parecer quieren demostrar que no sólo los hombres pueden jugar al futbol.
— Es sorprendente —dice emocionado el quinceañero—. Es una gran meta la que tienen estas muchachas. Espero que puedan cumplir su sueño.
— Sería genial que así fuera —le sigue Benji, quién no había dejado de ver a una chica en especial. La portera. La chica tenía coraje, no le daba miedo tirarse hacia el poste. No cualquier chica haría eso.
Los muchachos se quedaron observando por un rato más cómo es que las chicas jugaban. Varias veces tanto Oliver como Benji hicieron comentarios sobre el nivel de las jóvenes; este era bueno, pero no era el que se requería para participar en un torneo.
Más sin embargo eso no les impedía que, pese a no tener entrenador, dieran su mejor esfuerzo y entrenaran diariamente. Eso fue otra de las cosas de las que tanto el portero como el medio campista se percataron.
— Bueno chicos —comenzó Patty—, me gustaría quedarme más tiempo con ustedes, pero ya es tarde y necesito regresar a casa —dijo la manager—. Así que nos vemos mañana. Que descansen —dicho esto, la joven comienza a irse por el camino que la llevaría a casa.
— ¡Espera Patty! —la joven colegiala se detiene y voltea hacia la dirección de donde venia, viendo cómo Oliver se acercaba a ella.
Impresionada, Patty se voltea completamente.
— ¿Qué sucede Oliver?
— Te acompaño a tu casa —la joven se sorprende por dicho comentario. ¿Oliver se ofrecía a acompañarla? Eso casi nunca ocurría—. Es solo que ya es muy tarde, y no me parece que vayas tu sola siendo ya la hora que es.
Ante tal declaración, Patty no puede evitar sonreír tiernamente. Ciertamente era un acontecimiento poco común, pero no renegaría de la amable y cálida actitud del muchacho para con ella.
— Muchas gracias Oliver —dice sonrojada—. Pero, ¿no te desvías mucho?
— No te preocupes por eso, mi mamá sabia que llegaría un poco más tarde el día de hoy —dijo sonriente—. ¿Nos vamos?
— Sí —contesta ilusionada.
— Entonces, andando —comienzan a caminar—. Nos vemos mañana Benji.
— Hasta mañana Oliver, Anego —lo único que Benji tuvo como respuesta fue otro reclamo por parte de Patty. El portero sólo atinó a sonreír levemente. Esa mujer siempre tan temperamental, llegó a pensar. Más aún así se queda observando cómo sus amigos se van alejando—. Disfruta tu tiempo con Oliver, Anego.
Benji continuó viendo el "entrenamiento" de las jóvenes un poco más de tiempo, no había mucho más que hacer en casa después de todo. Estuvo alrededor de unos diez minutos ahí de pie, cuando al fin se dijo a si mismo que ya era hora de retirarse.
Se giró sobre sus pies y comenzó a caminar lejos de la cancha donde se encontraban las jóvenes.
Cuando de pronto…
— ¡AH!
El grito de no sólo una, sino de varias chicas, estremeció al joven portero. Volteó rápidamente y lo que vio no le fue agradable a la vista. Una de las jugadoras estaba tendida en el suelo, totalmente inconsciente. Lo peor de la situación es que la cabeza de la muchacha estaba empezando a ser rodeada de sangre. Demasiada sangre.
Estático escuchó como una de las chicas gritaba por ayuda.
— ¡Alguien llame a una ambulancia! ¡Llamen a una ambulancia, rápido! —gritaba desesperada mientras veía como ninguna de sus compañeras se movía.
Y como si la petición de la que parecía ser la líder del grupo hubiera sido para él, no perdió el tiempo y comenzó a buscar un teléfono público. No se veía ninguno a la vista, pero estaba seguro de que había uno cerca.
Y en efecto, nada más cruzó unas cuantas calles y encontró uno. Entró rápidamente en la cabina y marcó al hospital.
— Hospital general de Nankatsu…
— ¡Señorita, necesito una ambulancia… y rápido!
— ¿Ya llamaste a una ambulancia? —preguntó la chica que se encontraba más cerca de la herida.
— Ya lo hice, pero me dijeron que la ultima ambulancia había salido hace unos minutos… —dijo afligida una chica de cabello castaño y ojos verdes.
— ¡¿QUÉ?! —la chica de cabello rubio estaba más que preocupada… Si esa herida no se atendía rápido…
¡Es por aquí, rápido! Escucharon las diez chicas que se encontraban alrededor de la muchacha. Todas giraron hacia el rumbo por donde provenía la voz y vieron cómo es que un chico venía corriendo hacia donde ellas se encontraban, junto con unos paramédicos.
— ¡Ahí está señores! —dijo el joven de gorra roja, yendo hacia el grupo.
— ¡Señoritas muévanse! —ordena uno de los paramédicos—. ¡Necesitamos llevarnos a la muchacha con urgencia! —asombradas, las chicas se hicieron a un lado y dejaron que el paramédico y su compañero se llevaran a la muchacha en una camilla.
La joven de rubia cabellera veía con preocupación cómo es que se llevaban a su amiga, quería moverse, pero sus piernas no le respondían. Después fijó su mirada en el muchacho que había llegado con los paramédicos, pero se percató de que este ya estaba yéndose hacia la ambulancia.
Intentando detenerlo, lo llama.
— ¡O-Oye, espera! —gritó la chica, haciendo que Benji se detuviese.
— Si quieres preguntar algo será mejor que lo hagas en el hospital —le responde, para después volver a dirigirse a la ambulancia.
— Sienna, ve —le dijo la chica de cabellos castaños—. Eres su mejor amiga, y quién mejor que tú para ver cómo está —le dijo mientras le empujaba.
Sienna la observó un momento para después asentir y comenzar a ir hacia el vehículo. Cuando subió, Benji ya estaba dentro respondiendo lo que podía.
— ¿Este joven fue quien llamó a la ambulancia? —pensó la chica para sí.
Sienna no dejó de observar a Benji, quien no dejaba de observar a la inconsciente chica. No lo conocía… Pero se veía que era un muchacho de buen corazón.
De pronto, un extraño sonido sacó Sienna de sus pensamientos.
— Agh… —susurró la herida, recobrando un poco la consciencia.
— ¡Amiga! —gritó Sienna, alegrándose de que recuperara un poco la consciencia.
— Sienna… —abrió levemente sus ojos color purpura, buscando a su mejor amiga.
La rubia de acercó y tomó una de las manos de la chica— Tranquila, todo estará bien… —le susurró.
— Sienna… Me duele… Todo me da vueltas… —susurró la joven con cansacio.
— Pronto llegaremos al hospital, no te preocupes —respondió el joven, llamando la atención de la chica de ojos morados. En su mirada se podía observar no sólo dolor, sino confusión.
Mil y un preguntas iban y venían de su cabeza, pero no le prestaba gran atención a eso, ya que ella se concentraba únicamente en concentrada en los ojos del muchacho.
Pasados los minutos, finalmente la ambulancia llegó al hospital. Los paramédicos bajaron con cuidado a la muchacha y se dirigieron de prisa a emergencias.
Tanto Benji como Sienna quisieron acompañarlos, pero una de las enfermeras les impidió el paso, diciéndoles que sólo el personal autorizado podía entrar a esa área.
— Lo siento muchachos, tendrán que esperar —dijo la enfermera con pena.
— Está bien, entendemos —respondió Benji, entendiendo las indicaciones de la enfermera.
Esta sonrió, feliz de que ambos fueran muchachos maduros y no exigieran estar al lado de su amiga como la mayoría tendía a hacer.
— Si quiere ayudar a su amiga, podrían hacerlo dándome los datos de la joven y llamando a sus padres —dijo la enfermera con una mirada dulce—. ¿Cree que puedas ayudarme jovencito? —le preguntó directamente a Benji.
— Eh, yo… —quiso decir el portero, pero fue interrumpido por la muchacha de cabellos rubios.
— Yo le daré los datos enfermera —dijo Sienna con una sonrisa, después se dirigió a Benji y le dijo—. No te preocupes, espera en la sala, ya te alcanzo —le dijo con naturalidad.
Benji no pudo más que asentir, al igual que la enfermera, al momento en que Sienna le preguntó si podían ir a llenar los datos.
Price estaba sorprendido, la muchacha le había hablado con mucha naturalidad, ¿sería una característica suya la de relacionarse así de rápido con extraños? Aunque bueno, lo que había hecho él por su amiga podía ser un factor para tal actitud. En fin. Prefirió no darle tanta importancia a ese tema y fue a la sala de espera.
Estuvo solo unos cuantos minutos, hasta que la muchacha rubia apareció en la sala. Lo ubicó y fue a sentarse a su lado. Se mantuvieron en silencio por un instante.
— ¿Todo bien? —preguntó Benji, rompiendo el hielo.
— Si, todo bien. He llamado a sus padres —comenzó ella—, no tardarán mucho en llegar.
— Me alegro —fue la única respuesta del portero.
En un inicio pensaba quedarse hasta que dieran noticias sobre la chica, pero ahora que sus padres iban en camino y que su compañera de equipo estaba allí, no había razón para quedarse.
— Bueno, me voy —dijo este, levantándose.
— ¿Eh? ¿Ya te vas? —le preguntó Sienna sorprendida—. ¿No esperarás a sus padres?
— No hay necesidad, aquí estás tú —le respondió Benji, viéndola con seriedad.
Sienna se levantó de prisa nada más vió cómo se iba acercando cada vez más a la salida de la habitación.
— Pero sus padres me pidieron que no te dejara ir —dijo ella—. Quieren agradecerte personalmente por haber llamado a la ambulancia y ayudar a su hija.
— Lo siento, pero tengo que irme a casa —reiteró Benji, viendo nuevamente a la joven—. Tenía planeado quedarme a esperar noticias de ella, pero eso era sólo si nadie más venía. Pero aquí estás tú y sus padres vienen en camino, así que mi presencia está de más.
— Oh, vamos… —continuó la joven.
Benji no hizo más caso a la petición de la joven y salió de la habitación en un lento caminar. Sabía que la muchacha lo había seguido hasta la entrada, pero también estaba seguro de que no se movería de allí ya que no quería dejar sola a su compañera de grupo. Era leal, eso tenía que reconocérselo.
Cuando finalmente estaba por llegar a la entrada principal del hospital, dos personas entraron presurosas al edificio; y como no desaceleraron el paso, lo único que esto provocó fue que los dos hombres cayeran al suelo.
— Ah, lo siento jovencito —dijo el hombre de cabellos cafés y mirada chocolate.
— No se preocupe —dijo el portero. Se levantó y le tendió la mano la mano al adulto, el cual la aceptó con gusto—. Disculpe si lo retrasé, seguro viene a ver a alguien. Con permiso.
— Hasta luego —dijo la pareja de esposos, estaban a punto de continuar con su camino, cuando de pronto alguien habla.
— ¡Tío, él es el muchacho que te decía! —gritó desde la sala. Benji no pudo que sentirse un poco apenado por tal comportamiento, pero aún así continuó su camino. Un "Shh" por parte de varias enfermeras se hizo presente, haciendo que Sienna se fuera a sentar de nuevo, un poco avergonzada.
Tal comentario sorprendió a la pareja; se vieron el uno al otro, y la mujer se dirigió hacia la recepción, para después irse a la sala de espera con la jovencita que recién acababa de tener una llamada de atención. Mientras que el hombre se dedicó a seguir al joven con el que recién se había topado.
— ¡Oye muchacho, espera! —gritó el mayor ya fuera del hospital.
Al escuchar al adulto, el jugador se detiene y gira el rostro— ¿Qué sucede señor?
Cuando el de cabellos cafés llega a él, se detiene y hace una leve reverencia, lo cual sorprende a Benji.
— Muchas gracias —dijo el adulto, aún haciendo la reverencia—. De verdad, muchas gracias, jovencito.
— Señor por favor levántese —pidió Price—. No hay necesidad de agradecerme, esto lo hubiera hecho cualquier persona.
— Aún así hijo, esa persona has sido tú —respondió el mayor, enderezándose por fin—. Y es por eso que te agradezco el haber ayudado a mi hija.
— No se preocupe señor —respondió él—. Espero que su hija se recupere pronto —le dijo con sinceridad, mostrándole una leve sonrisa—. Si me disculpa, me retiro. Tengo que llegar a casa.
Comenzó a caminar sin esperar a que el padre de familia dijera algo siquiera.
El adulto se quedó callado un momento, viendo cómo el muchacho se iba así sin más. Estuvo a punto de volver hacia el edificio, cuando recordó algo importante. Dirigió su mirada hacia el joven y volvió a gritarle.
— ¡Hijo, ¿cómo te llamas?! —le preguntó a lo lejos.
Benji, sin detenerse ni un sólo momento, le respondió a lo lejos— ¡Benji Price! ¡Hasta luego, señor!
Y finalmente, Benji Price se perdió entre la obscuridad de la noche mientras se alejaba del Hospital General de Nankatsu, dejando completamente solo al padre de la joven, viendo con una sonrisa el camino por el cual el portero había desaparecido.
— Así que, Benji Price —susurró él—. Lo recordaremos —dijo, antes de volver hacia el interior del hospital.
Continuará…
Suki: Bueno, primero que nada, ¿cómo están? Espero que muy bien. Este es el primer aporte que hago a esta sección desde hace mucho tiempo; hace como unos 5-6 años había publicado una historia, pero me pareció tan mal escrita que decidí borrarla de la página.
Pero, bueno, aquí está de nuevo. Esta historia ha sido re-editada, como ya dije, por cuestión de nostalgia y porque era un desperdicio no usarla si me esforcé tanto en escribirla aquella vez. Anterior mente su título era "Gracias" pero decidí cambiarlo al que ahora es el título actual.
Naturalmente el personaje principal aquí es Benji Price, junto con el OC que inventé allá por el 2006; aunque claro, también daré un leve sazón de Oliver x Patty, una de mis parejas favoritas de todo anime.
Espero que les guste, aunque la historia sea sencilla.
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Suki90, presentó.
El balón de futbol es nuestro mejor amigo
