-Albus Severus-susurró Harry para que no los oyera nadie más que Ginny, y ellla fue lo bastante discreta para fingir que estaba diciendole adios a Rose, que ya había subido al tren-,te pusimos los nombres de dos directores de Hogwarts. Uno de ellos era de Slytherin, y seguramente era el hombre más valiente que jamás he conocido.
-Pero solo dime...
-En ese caso la casa de Slytherin ganaría un excelente alumno, ¿no? A nosotros no nos importa, Al. Pero si a ti te preocupa, podrás elegir entre Gryffindor y Slytherin. El Sombrero Seleccionador tiene en cuenta tus preferencias.
-¿En serio?
-Conmigo lo hizo -afirmó Harry.
Ese detalle nunca se lo había contado a sus hijos, y Albus puso cara de asombro. Pero las puertas del tren escarlata estaban cerrando, y las borrosas siluetas de los padres se acercaban a los vagones para darles los últimos besos y las últimas recomendaciones a sus hijos. Albus subió al fin, y Ginny cerró la puerta tras él. Los alumnos asomaban la cabeza por la ventanilla que tenían más cerca. Muchas caras, tanto en el tren como en el andén, se habían vuelto hacia harry.
-¿Por qué te miran todos así? -preguntó Albus, y Rose y él estiraron el cuello para observar a los otros alumnos.
-No le des importancia -dijo Ron a mí a quien miran, por que soy muy famoso.
Albus, Rose, Hugo y Lily rieron. El tren se puso en marcha y Harry caminó unos metros a su lado por el andén, contemplando el delgado rostro de su hijo, encendido ya de emoción. Harry siguió sonriendo y diciendo adios con la mano. Siguió con la mano levantada hasta que el vapor del tren le impidió ver nada. La mano de Ron se posó en su hombro y con una sonrisa consiguió que Harry bajara la vista del tren, pero al volverla hacia su amigo, vió una sombra, una sombra antigua y pálida que reconocía muy bien. Se paralizó, pero la sombra solo sonrió amargamente y desapareció entre la bruma.
Albus dirigió una última mirada a la estación, la cual ya no se diferenciaba por el cúmulo de vapor que soltaba el tren. Se giró sobre sí mismo e intentó relajarse, pero duró poco, pues, Teddy apareció en la puerta del vagón.
-Hola chicos ¿me puedo sentar aquí? -preguntó Teddy a James que era el lider de aquel pequeño grupo. James afirmó energicamente, pues Teddy era su idolo en la familia y quería ser como él.
-¿Qué te ha pasado en la cara?- Preguntó Rose al ver la cara roja y levemente inchada de Teddy. Pero Teddy no se refirió a ella cuando terminó de hablar sino a su primo James.
- ¿Recuerdas la chica con la que me estaba besando antes? -le preguntó y él afirmó. -Me pegó una torta...- dijo y no terminó la frase. Todos entendieron la situación y no preguntaron nada. -¿Entonces puedo sentarme?
-¡Claro!- Respondieron todos al unísono, pero él no cabía y todos miraron a Albus. James reflexionó que él es el que debería buscarse otro bagón por que era el nuevo y además de que eso le daría confianza. A Albus eso no le convenció, pero tras una larga discusión entre Rose y James al final decidió coger su maleta y buscar otro sitio. Todos miraron en silencio como se iba, y el silencio se volvió incómodo todo el camino, pero Albus no lo supo. Él solo estaba arrastrando su maleta por todo el vagón donde se solían sentar los pequeños de Gryffindor, donde sin duda no había sitio. Siguió avanzando hacia el vagón donde según su hermano se sentaban los pringados sin amigos, pero estaba más abarrotado aún. Se rindió y entró en uno en el que estaba una chica sentada.
-¿Puedo sentarme contigo? -preguntó Albus y ella asintió y cerró el libro que estaba leyendo. El muchacho entró la maleta y la colocó bajo sus pies y miró a la chica. Tenía unos rizos definidos pero no tenían mucho volumen. -Me llamo Albus ¿Y tú?
-Gabriela Nott.- Respondió ella. Se sonrieron mutuamente, pero antes de poder decir algo más un chico de pelo negro y con melena entró rapidamente, no llevaba puesta la túnica de Hogwarts, sino una camiseta a rayas negras y rojas. Se quedó un poco paralizado al ver al chico y se quedó en la puerta de pie. Gabriela puso los ojos en blanco.- Tranquilo no muerde. -Dijo ella riendo.
- Ho-hola.- Dijo el muchacho y le tendió la mano.- Me llamo lucas.
-¿Lucas? Nunca había escuchado ese nombre.
- Somos españoles.- Dijo Gabriela. Albus no sabía de donde provenían los españoles, pero se les notaba en el acento, parecía italiano, era gracioso y no podía contener una risa a la cual se unieron todos. Al final Lucas acabó sentandose al lado de Albus.
-Si sois españoles ¿por que no habeis ido a la academia de Francia borsbatons o algo así?
-Por que es solo para chicas remilgadas y yo no soy remilgada y lucas no es una chica. Además mi padre quería que fuera a Hogwarts donde creció el.
- ¿Como t-te llamas? Por que du-dudo que te llam-es solo Albus...- Tartamudeó otra vez Lucas.
- Albus Severus Potter.- Dijo él orgulloso.
-¡Vaya! ¡Eres el hijo de Harry Potter!- Exclamó Lucas sin tartamudear.- ¡Qué suerte!
-¿Por qué?- Preguntó él curioso y se questionó como es que sabían el nombre de su padre.
-¿No lo sabes?- Preguntó Gabriela con el ceño fruncido. El chico negó con la cabeza y esperó a que ellos se lo contaran. Lucas y Gabriela se miraron y se pelearon por ver quien empezaba aquella historia.
El tren se estaba parando Gabriela observaba pegada al cristal y maravillada por Hogwarts.
-¡Vamos, Gabi! ¡Qué nos quedamos aquí!- Gritó Albus eufórico.
- Ya voy, ya voy...- Dijo ella pero no pudo terminear la frase por que Albus ya la sacaba a rastras de allí.
Cogieron las maletas y se encaminaron rapidamente hacia los botes. Rose esperaba a Albus impaciente allí. Al ver a los otros dos niños se sintió incómoda, Albus lo notó y se los presentó. Al rato llegó el conserje y no tenía la ropa podrida ni le acompañaba la gata así que supuso que sería otro nuevo. Miró a los niños y con dulzura les habló. Seguro, aquel no era Flich o por lo menos no era como su padre lo describía. Cuando montó en los botes le siguieron sus tres amigos y se preguntó donde estaría su hermano. Durante el camino les explicó su indecisión sobre en que casa caer y cuando desembarcaron Gabriela y Albus seguían hablando de lo mismo.
- A mí seguro que me ponen en Slytherin- Dijo Gabriela y sorprendió a su amigo. Ella era graciosa y lista no podía caer en esa casa.- Y sea cual sea la casa en la que me pongan lo aceptaré.
-¿Qué? ¿No te gustaría estar conmigo en Gryffindor? Tu ya sabes cual es mi truco...
-Sí lo sé, me lo dijistes, pero eso no cambia nada. Si lo haces seras un cobarde y no encajaras en Gryffindor.- Al escuchar aquello Albus se preguntó como es que pensaban ponerla en Slytherin si ella era más valiente que él. Sabía que la generación anterior a ella, es decir su padre había sido mortífago, por eso seguro que la elegirían en esa casa.
Rose se acercó y dejaron de hablar de aquello, no quería que nadie más se enterara. La profesora que les había dirigido estaba ahora dentro haciendolos esperar fuera, la verdad no le había prestado mucha atención a la profesora estaba escuchando a sus pensamientos.
-¡Ay!- Chilló Gabriela y se rascó el cuello, alguien le había dado una colleja y aún le picaba. Buscó entre los presentes al culpable.-¡Malfoy!- Gritó esta y él se rió y desde su sitio empezó a picar a la niña.
-Me han dicho que posiblemente caigas en Gryffindor.- Le gritó dandose aires de grandeza y se acercó a ella, pero Albus se puso en medio para defenderla.- ¿Y tu quien eres?
- Me llamo Albus, -dijo- Albus Potter.- Terminó y mirando a Gabriela declaró.- Nadie puede elegir su casa pero si ella cae en Gryffindor ¿qué más da?
- Solo digo que a su padre no le gustaría- dijo él levantando los hombros y se dirigió a él de nuevo y le tendió la mano.- Quizas aunque caigamos en casas distintas podríamos se amigos ¿no, Potter?
Él miró la mano de Malfoy y dudando acabó estrechandosela y luego Rose hizo lo mismo. Una profesora alta y con el pelo gris canoso, posiblemente la que los dirigió hasta allí se dirigió a ellos pero no antes sin ordenarle a Scorpius que se pusiera en su sitio de la fila.
- Todos los Malfoys igual...- Susurró ella lamentandose en silencio y prosiguió,- vamos entrad os estan esperando.
Y con esto se abrieron las puertas y tuvieron que pasar por medio de dos mesas las de Slytherin y las de Ravenclaw. Andaron hasta detenerse en medio del pasillo frente a una silla donde se hallaba postrado un sombrero. Gabriela miraba al cielo encantada y le hablaba a Albus a la vez, pero este sintió como alguien le llamaba, su hermano James.
- ¡Suerte, serpiente!- Dijo él riendose por lo bajo y Albus puso lo ojos en blanco.
La profesora empezó a llamar a gente:
-¡Rose Weasley!- Clamó la profesora y Rose subió nerviosa y se sentó en la silla. La profesora la puso el sombrero en la cabeza y este se sorprendió: ¡Otra Weasley, dime que no tienes muchos hermanos! Ella negó y el Sombrero Seleccionador chillo Gryffindor.
- ¡Scorpious Malfoy!- Clamó la profesora y antes de subir las escaleras que subían al trono le dió un codazo a Albus y este asintió tranquilizandole. Nadie se dió cuenta de eso. Ni siquiera hizo falta ponerle el Sombrero, al igual que ha su padre este chilló Slytherin.
-¡Albus Potter!- Clamó la profesora la cual lo miró con cariño y el nuevo director de Hogwarts tambien miró con atención. Al postrarse en la silla, Albus olvidó lo que le había prometido a Gabriela de dejarse llevar y el miedo lo invadió, por lo que empezó a pensar en Gryffindor. El Sombrero resopló: ¿Otro igual? Puff...Albus supo a lo que se refería recordando a su padre y pensó con fuerza en la casa que quería caer: Creeme lo lamentarás ¡Gryffindor! Bramó el Sombrero y todo el mundo aplaudió. Se dirigió a su mesa y tras hablar y burlarse de su hermano, miró a su amigo Scorpius, el cual tambien lo miraba y sonreía. No importaba en que casa estuvieramos, se dijo, seguirían siendo amigos. De pronto el Sombrero dijo otro nombre
- ¿Lucas Zabini?- Preguntó y tras sonreir a Gabriela se dirigió con seguridad al estrado, se sentó en la silla y Mcgonagall le puso el sombrero sobre su revoltoso pelo: Mmm...¡Slytherin!. El muchacho sonrió y se dirigió a los asientos de Slytherin y le guardó un sitio a Gabriela. Ese gesto no le gusto nada a Albus. ¿Como podía ser que tuviera el sitio asegurado? ¿Es que pensaba hacer lo mismo que él había echo para entrar en Gryffindor?
- ¡Gabriela Nott!- Espetó la profesora Mcgonnagal y la muchacha con el pelo rizado subio al estrado y le colocó el sombrero sobre sus rizos. El sombrero se inclinó para ver a la chica y gruñó. Gabriela frunció el ceño y el sombreró empezó a decir: ¡Pegarías en todas las casas! Eres buena persona e inteligente podrías entrar en Huffelpuff o Ravenclaw sin esfuerzo. Podrias entrar en Gryffindor pues eres muy valiente, posiblemente más valiente que algunos que estan allí.- Albus supo que el sombrero se refería a él pero se decepcionó al oirle decir que ella, su nueva amiga tenía una aura negra y que tras tener un padre mortífago estaría mejor en Slytherin. Ella corrió a sentarse un poco avergonzada a su sitio, el de las banderas plata y verde rodeadas de serpientes.
Triste miró a su plato y vió que la comida aparecia de la nada en ellos. Rose le estaba mirando como queriendo averiguar que le pasaba pero seguramente no lo iba a conseguir, Albus podría encerrarse en si mismo si quisiera y sin dificultad alguna. Empezó a comer de todo y se aseguró a si mismo que ese año si seguian dando festines como aquel se pondría gordo e inflado y su madre se alegraría mucho. Miró a ver si había un plato mítico que Hermione siempre hacía para cena de navidad. Pavo asado con caramelo por fuera y rellleno baicon, pasas y sirope. Le encantaba aquel plato pero no lo encontró y siguió comiendo. Luego pasado un rato se dió cuenta que Lucas, Gabriela y Scorpius se levantaban de sus asientos y se dirigían a la salida. Albus no dudo en hacer lo mismo, sino que no pasó desapercibido por nadie ni por sus hermanos, ni por sus profesores.
¡Hola a todos! Supongo que os habreis dado cuenta de que la sombra que Harry Potter vió en el andén 9 y 3/4 era Voldemort. Sí, sí.., no acabó con él o por lo menos no en mi historia. Y si alguno se leyó el libro original tambien (espero) que se alla dado cuenta de que el principio es igual que el prólogo del libro y que por cierto me encanta. Dejadme review pooor fa que me encantan aunque sean para criticar o para corregirme en alguna falta garrafal que haya tenido. 3 No os aburrais, seguiré subiendo historias (algún año de estos) jaja.
