Ya era la hora de la salida y todos ya habian salido del salón, pero Bridgette prefirió quedarse a esperar a su amado Félix que aun seguía recogiendo los útiles.
— ¿Quieres volver juntos a casa? —Le pregunto entrecruzando sus manos en las espaldas y mirándolo con una gran sonrisa en su rostro.
—No —De forma cortante le contesto, ignorándola y cuando ya estuvo todo listo se puso la mochila en su hombro para marcharse.
— ¿Quieres ir al cine? —Le pregunto de nuevo observando su espalda, deteniéndose.
—No —De nuevo respondió continuando su marcha.
— ¿Al parque? —Otra vez pregunto.
—No...¿Quieres dejarme de molestarme? —Le cuestiono sin dirigirle la mirada y sin detener su camino.
— ¿Me odias? —Cuestiono en voz baja estando con la cabeza gacha y Félix ante esa interrogante se detuvo pero no volteo para observarla.
—Sí, te odio y sabes puedo enumerar las razones.
1-Odio que me persigas a todas partes.
2-Odio que me hables.
3-Odio que me invites a numerosos lugares.
4-Odio que me mires.
5-Te odio.
Al terminar de decir eso y ya al estar a punto de irse Bridgette paso a largo de él golpeando levemente su hombro. Félix lo noto y mentiría si no se le oprimió el corazón al verla llorar.
Se apoyó en el banco y su mente se preguntó si acaso se había pasado con lo que había dicho, pero luego de unos segundos dejo de darle importancia y se fue de ahí.
Mientras tanto Bridgette con las lágrimas aun deslizando por su mejilla iba corriendo hacia su casa. Cuando se lo pregunto a Félix nunca esperaba una respuesta así, no tan cruel.
Al llegar hasta su casa, ignoro a su madre quien se preocupó al verla en ese estado, pero ella solo se fue a su habitación a tirarse inmediatamente a su cama y empaparlas de lágrimas a su almohada.
Las únicas palabras que se repetía en ese momento eran...
"No me odies" "Por favor, no lo hagas"
