Por Segunda Vez

¿Quién dijo que el destino estaba escrito en piedra y que está más allá de nuestras propias decisiones? ¿Quién dice el destino no nos da segundas oportunidades? Vlad/Anna y Velkan/OC

Capítulo 1:

Vlad Vladimirescu se despertó de la cama que compartía con su "novia" de un mes, Alera y sonrió lascivamente al observar su cuerpo desnudo sobre el suyo. Se levantó con cuidado. No quería despertarla y que le estuviera rogando que se quedara unos minutos más con ella, antes de que fuera a trabajar a la Universidad.

Odiaba que le diera todas esas cursilerías que le venía repitiendo hace dos semanas, pero prefiera aguantarla así y decirle que más tarde, saldrían a una cita. Después de todo era una buena compañía en la cama… eso sí, hasta que se consiguiera otra.

Alera se movió un poco en la cama, pero no despertó.

Vlad por su parte, escribió un rápido mensaje para cuando Alera despertara.

"Hermosa, me fui al trabajo llego tarde, estoy sobre la hora"

Por supuesto era mentira eso de que estaba llegando tarde. A él se le daba muy bien eso de mentir y engañar a personas que en realidad no le importaban.

Dejo el recado en la mesa de luz y fue a darse una ducha en el baño principal.

En cuanto abrió la ducha, Vlad se soltó la cola de caballo y dejo que su cabello largo y azabache le llegara hasta los hombros.

Fue una ducha rápida, unos cinco minutos. Durante ese tiempo, tarareo vagamente una canción que su madre le cantaba de pequeño.

Cuanto la extrañaba a ella, sus partituras en el piano, ellos tocando el piano o solo riendo.

A su padre nunca lo extrañaba, ni lo echaba de menos.

¿Y por qué extrañarlo y echarlo de menos, ni nunca estuvo con él?

Habían pasado 30 años desde que murieron en un accidente de tráfico. Vlad estaba por cumplir 10.

Jamás pudo escuchar la voz de su madre y de su tía, las dos mujeres que junto con su prima Carol realmente apreciaba y querría.

Su padre y su tío, obsesionados con su trabajo en la empresa familiar les habían pedido a sus respectivas esposas, no, mejor dicho obligado a que fueran con ellos a una reunión, cerca de la medianoche.

Vlad estaba por cumplir años. Por supuesto que lloro, junto con Carol, dijo a su madre y a sus tías que se quedaran. Hubo pataleos, berrinches, hasta que la voz autoritaria de su padre lo hizo callar.

Su madre lo abrazo con fuerza

Estaré aquí a la una, Vlad – dijo reconfortándolo, acariciando su cabellos negros y ya largos. Le dio un beso en la frente.

"Sus últimas palabras" pensó, mientras el agua caliente corría por su cuerpo

Se estremeció recordando también que estaba tratando de jugar con Carol en el piso alfombrado de su cuarto de juegos en la mansión. Su prima estaba igual que él. No había querido dejar a su madre ni a su tía marchar.

Había pasada una hora y pequeña de un año no dejaba de temblar.

La puerta se abrió de golpe. Vlad se levantó, sonriendo.

"¡Mamá volvió!" pensó

Sin embargo no era eso. Un mayordomo venía a darle la noticia de que era todo lo contrario.

Dejo esos pensamientos de lado por un rato. Se puso un traje negro.

De seguro ya de seguro no tenía casi tiempo de desayunar, debido a que se la paso recordando la muerte de su madre.

"No importa que no pueda desayunar aquí" pensó, mientras tomaba las llaves de su automóvil.

"Comeré algo por ahí"