Ready To Start

Chokehold

Alguien nuevo


Ha comenzado la estación del año que más me gusta: El verano. De apoco, ha comenzado hacer calor; Lo siento en los pies, en las manos, en el cuerpo entero. Es una sensación que extrañaba demasiado. El invierno me parece una estación demasiado fría y solitaria, pero el verano es una invitación a sonreír, a chapotear en el agua, a disfrutar de un helado con una sonrisa en el rostro.

— ¿No es esta la mejor sensación del mundo? — Me pregunta Tomoyo, sonriéndole al sol con los ojos cerrados

Yo estoy en sus mismas condiciones, disfrutando de toda aquella radiación que me puede entregar el sol

Con un suspiro, le digo que está en lo cierto.

Ambas somos veranistas, supongo.

Sin embargo, esta vez, el verano tiene un dejo amargo. Abro los ojos y recuerdo que estos son los últimos días que pasare con Tomoyo antes de que ella tome un avión hacia Londres para comenzar la universidad. Ha dedicado estudiar Diseño de vestuario en la UCL, siendo esta la decisión más natural, a mi parecer. Al postular, envió los videos editados de los trajes que yo me modelé cuando capturaba las cartas Clow, y los profesores quedaron anonadados al ver el potencial que tenía Tomoyo con tan solo 10 años. A pesar de haber reunidos las cartas, ella nunca dejo de confeccionar diseños para mí ni para Kero, incluso cuando recolectamos todas las cartas y todo Tomoeda volvió a la paz y tranquilidad.

5 años han pasado de ello.

— No estés triste, Sakura — Me dice Tomoyo, tomando mi mano — Sabes que me puedo quedar una temporada más en este lugar para que…

Antes que Tomoyo concluya su idea, yo ya estoy negando con la cabeza.

— No Tomoyo — Le sonrío, lo más sinceramente que puedo — Es necesario que alcances tu sueño ¿No sabes lo feliz que soy al ver que quedaste en la universidad que tanto querías! ¿Cómo no vas a ir? Además, voy a estar bien, encontrare algo que hacer y nos podremos ver en las vacaciones…

— Pero Sakura…

— Ya hablamos de este tema, Tomoyo, necesitas ir a la universidad porque está en tu destino.

Me levanto inmediatamente para claudicar el tema, Tomoyo me mira sorprendida.

— ¿No quieres ir por un helado? — Le entrego mi mano para ayudarla a levantarse — Hace demasiado calor, ya comenzare a transpirar

— Lo siento, Sakura, pero le prometí a mi mamá que empacaríamos hoy en la tarde… — Se escusa, levantándose — ¿No quieres venir conmigo? Así podrías ver a mi mamá y ayudarme a empacar…

— No te preocupes, Tomoyo — Le sonrío — De todas formas, tengo que preparar la cena de hoy, Touya viene a visitarnos y mi papá llega justo hoy de su expedición…

Tomoyo asiente, no contenta con mi respuesta, pues, después de todos estos años de amistad, ella ya ha sabido leer muy bien mis expresiones, pero sonríe, y acepta. Yo no deseo quitarle tiempo con su madre, estas van a ser las últimas instancias que compartirá con ella porque Sonomi, al igual que yo, nos quedaremos en Tomoeda para observar como Tomoyo cumple sus sueños en el extranjero.

Tomoyo se despide y me abraza. Un torrente de pena me embarga el alma en saber que estos van a ser los últimos abrazos que nos daremos, pero cuando me mira, le otorgo mi mejor sonrisa.

Me quedo en el parque, mirando al señor Pingüino y recordando todos los momentos que pasamos aquí. Cuando capturamos la carta del poder y tuve que volver a colocar la figura del pingüino en su lugar, e hice voltear a Shaoran y a Kero para que no me vieran por que la vergüenza me embargaba.

Mi querido Shaoran, ¿Cómo estará ahora? Las únicas cosas que he sabido de él ha sido a través de Meiling. Cuando Shaoran volvió a Honk Kong, me esperaba siempre en enviarle cartas contándole mis sentimientos y la calma que se respiraba en Tomoeda, y él solo al principio las respondía, comentándome también sus sentimientos con escasos monosílabos, firmando siempre con 'Te quiero, Shaoran'. Sin embargo, con el paso de los años las cartas fueron disminuyendo en número, y también en su calidad de respuesta, hasta quedar completamente distanciados, y a pesar de tener su número de teléfono, me daba una emoción incontrolable llamarlo y escuchar su voz, así que intentaba no hacerlo, porque no controlaba mi balbuceo ni el colorete de mi cara.

Meiling, sin embargo, es la única que me responde sagradamente cada carta que le envío. Nuestra relación a crecido exponencialmente mediante estos pequeños gestos, y a pesar de estar muy distanciadas, con ella comparto un vínculo muy especial. Me he enterado de cada acontecimiento de su vida así como ella de la mía. Su primer-segundo- novio, su primer corazón roto, sus ganas de dedicarse a ser profesora de artes marciales… sus comentarios de Shaoran.

Yo en verdad intentaba no colocar nada en nuestras cartas referente a mi mejor amigo, pero siempre se me escapaba esa pregunta: ¿Y qué me cuentas de Shaoran?,¿Cómo esta Li?, ¿Has sabido algo de Shaoran, Meiling?¿Sabes si le llegan mis cartas?

Al inicio de nuestra correspondencia, ella siempre mencionaba a Shaoran, colocando párrafos enteros de él, pero con el tiempo ya solo mencionaba un par de veces para retractarlo como un personaje secundario a un episodio que le ocurrió a Meiling.

Y ya últimamente no mencionaba nada de él en concentro. Yo tampoco influía mucho en el tópico de nuestras conversaciones, porque me daba la impresión que él había superado esta etapa o quería darle otro rumbo a su vida.

Sé que Shaoran no es el chico más comunicativo, pero aún le guardaba un gran aprecio y cada 13 de julio le enviaba una carta para felicitarlo por su cumpleaños con un pequeño presente. Meiling me comunicaba que si los recibía, pero nunca su reacción. Quizás nunca le gustó nada de lo que le regalaba, o quizás ya no sentía el mismo aprecio que me confeso cuando teníamos 12 años.

Suspire. Siempre que pensaba en Shaoran o en Meiling cierta nostalgia me embargaba. Siempre los iba a extrañar.

Camine lentamente hacia mi casa, con tiempo de sobra para llegar y poder cocinar. ¡Es verdad!, en el día de hoy mi padre llegaba de una expedición más larga de toda su carrera profesional. Había ido a Egipto durante un mes y medio a investigar pirámides y estudiar el embalsamiento de las momias. Fue una decisión difícil, sobre todo porque no quería ir sabiendo que me iba a dejar completamente sola dado que Touya se transfirió a Tokio para estudiar en la universidad, pero era una oportunidad que solo se obtiene una vez en la vida, y con mi tozudez me propuse hacerle la maleta y embarque a mi papa en un taxi antes que se diera cuenta que yo ya había decidido la opción por él.

Touya, por otro lado, ya estaba en su último año de periodismo en la universidad. Se fue con Yukito y entre los dos alquilaron un departamento cerca del campus, dado que ambos estudian en la universidad de Tokio. De hecho, ambos ya deberían venir en camino por que Yukito también estaba preocupado de que estuviese tan sola en mi último año de instituto.

Estaban todos preocupados por mi y esa sensación me acongojaba constantemente. Cuando mi padre me pregunto por mis planes a futuro, se sorprendió cuando le mencione el año sabático.

Aún no sabía que estudiar, en el instituto solo destacaba en deportes y a pesar de que con mi entusiasmo podría haber conseguido ser una excelente atleta, aquello no me llenaba el alma. Con el tiempo fui mejorando mi promedio en asignaturas muy complicadas para mí como aritmética o lingüística, obteniendo un promedio decente para postular a alguna universidad.

En los test vocacionales siempre mis resultados eran no concluyentes. Y eso me frustraba en cantidades industriales. Mi profesora guía me había dado opciones, por supuesto, pero eran opciones que no me atraían. Nunca sentí una vocación tan potente como sentía Tomoyo al confeccionar los vestidos, o como Rika cocinaba sus pastelillos, o como Naoko al escribir historias. Todos parecían tener un propósito ya destinado en sus vidas y yo parecía que en mi brújula el norte estaba borrado, y a pesar de ver las constelaciones, tampoco lo podía encontrar.

La única vez que me sentí con un propósito era cuando había aceptado la misión de recuperar todas las cartas Clow, y luego, cuando convertí aquellas cartas en cartas Sakura; en ese entonces todo parecía muy lógico. Contaba con la ayuda de mis amigos, contaba con el poder y la magia de mi estrella, y por sobre todo, estaba firmemente convencida de que ese propósito lo iba alcanzar.

Con lágrimas en los ojos le comenté a mi padre, le comenté todo lo que había pasado, y el escucho cada historia. Mostrando el libro de las cartas, saque cada una y con lágrimas en los ojos se las enseñé, le conté toda la historia hasta bien entrada la noche, le conté que este era mi único motivo y desde que las recupere completamente, nada llamaba mi atención como el cuidado de mis cartas y el aprecio a mis seres queridos, y que con aquello no podía postular a ninguna carrera, o a ninguna universidad con ese tipo de ambición.

Mi padre escucho pacientemente todo lo que le dije, me limpio el rostro y me dijo:

— No te preocupes, pequeña Sakura — Me abrazó, reconfortándome — Cada persona tiene su tiempo para reflexionar sobre su vida, tu solamente necesitas más tiempo. Que eso no te agobie, por favor — Su tono de voz era un bálsamo para mi ansiedad, y sus caricias en mi cabeza provocan un escudo contra el terror del futuro — Yo sé que encontrarás un motivo por el que luchar y seguir adelante, que eso no te desanime. Yo siempre te estaré apoyando.

Fue así como decidimos que este año lo pasaría en casa, observando que podría lograr con mi futuro. Kero secundo esta decisión, dado que el constantemente me orientaba y me daba clases sobre magia y como fortalecer mi poder. En ocasiones, peleábamos en forma de combate, con Yue de jurado, para que las cartas no se debilitarán y para fortalecer mi magia, y desde la perspectiva de Kero, si yo acudía a alguna clase que requiriera de toda mi disposición, esto jugaría en contra de las lecciones que Kero constantemente me ofrecía.

Giré en la última curva y pude observar mi casa. El sol ya comenzaba a esconderse y el aire fresco comenzaba hacerse notar. Aún me quedaba un mínimo de tres horas para que todo el mundo llegase. Al entrar a mi aposento, me quite los zapatos y me coloque las pantuflas de osito, llamando a kero.

— ¡Kero, estoy en casa!

Paso un momento para que Kero bajara volando con sus diminutas alas para saludarme. Desde hace 5 años, él había aumentado un poco de peso, y su cuerpo había ganado volumen y masa, demorándose un poco más de lo habitual en llegar a una parte.

— ¡Sakura! ¿Cómo te fue con Tomoyo? — Pregunto él, sentándose en la mesa de la cocina

— ¡Bien! Ahora mismo está haciendo la maleta con su madre, preparando todo para su viaje a Londres. De hecho, debe estar escogiendo ropa muy abrigada porque allá llueve más y hace más frio que acá

— Es una lástima que ella deba irse — Suspiro Kero, jugando con las flores del centro de mesa — ¿Cuánto tiempo debe estar allá?

Me quede pensando un rato mientras sacaba el arroz de la alacena, recordando lo que me había dicho

— Cada semestre dura seis meses, así que lo más probable es que ella vuelva para las fiestas de Navidad o año nuevo.

— ¡es mucho tiempo! — Se quejó Kero, golpeando el florero — ¿No podrá venir antes? ¿o tú ir a visitarla?

Me di media vuelta para ver a Kero, sonriéndole

— Veremos con el tiempo ¿sí?, Tomoyo debe habituarse primero allá. Es una cultura distinta, un idioma distinto y no queremos molestarla mientras está confeccionando sus diseños ¿entiendes?

— Esta bien, esperaremos a que ella nos los diga….

Suena el timbre. Yo miro la hora, el reloj marca las 19.34, y tanto Touya como papá le quedan al menos una hora de viaje. El timbre suena nuevamente.

— ¿Esperas visitas, Sakura? — Me pregunta Kero, tan extrañado como yo.

— Touya y mi papà, pero ellos deberían llegar más tarde.

Me lavo las manos antes de dirigirme al recibidor para abrir la puerta. ¿Quién puede ser?

— ¡Monstro!

— ¡Hermano! — Sonrió, abalanzándome para abrazarlo — ¿No es que llegaban más tarde?

— ¿Esta es la forma de recibir a tu hermano? — Me dice Touya, correspondiendo mi abrazo — Yukito tenía mucha hambre así que no hicimos ninguna parada en el camino, manejamos derecho desde Tokio hasta aquí.

A la mención de Yukito, me doy cuenta que efectivamente él está detrás de mi hermano, soportando el equipaje de los dos.

— ¡Yukito, bienvenido! — Me abalanzo también a èl, dándole un abrazo.

— Hola Sakura, tanto tiempo — Me abraza él, entre medio de los bolsos que sostiene con ambas manos — Cada día estás más grande, ¡Hasta tienes el cabello más largo! — Me despeina el pelo, cariñosamente.

— ¡Por favor, pasen!

Ambos entran, Touya inspeccionando el lugar y Yukito dejando las maletas en el recibidor. Después que todo el tema de las cartas Clow se aclarara en mi familia y dejara de ser secreto, la revelación del 'monito amarillo de mi cuarto con alas diminutas' también había sido revelado como Kero, por ende, mi amigo andaba con libertad… quizás demasiada libertad en mi casa, saludando a mi padre, a Yukito y a Touya, comiéndose los postres que había en el refrigerador… entre otros desmanes.

— ¡Yukito, Touya, Hola! — Saluda Kero, impulsándose al vuelo para flotar entre ambos invitados

Escucho de fondo que se forma una conversación entre los tres mientras me voy a la cocina para servir el té, y un aperitivo antes de servir la comida. La verdad es que estoy muy atrasada con la comida ahora que mi hermano llego antes de lo presupuestado, y Yukito sigue teniendo esa hambre insaciable, por lo que tengo que cocinar aún más de lo que presuponía, pero me alegra en demasía que ellos vuelvan a casa. La verdad es que cuando Touya se fue a estudiar a Tokio, extrañaba tanto sus bromas que debía llamarlo para hablar, la casa se sentía muy vacía a pesar que mi hermano no era un ser tan hogareño y siempre su tiempo libre buscaba nuevos trabajos que hacer, pero siempre lo extrañaba y aún lo sigo haciendo.

— Sakura, ¿necesitas ayuda? — Me dice mi hermano, desde atrás.

Yo lo miro, cada vez que me encuentro con el siento que está más alto, más imponente. Su semblante serio no ha cambiado en nada, y su piel morena está un poco más blanquecina, pero veo que esboza una pequeña sonrisa al verme, y sé que con ese pequeño gesto, quiere decir que me ha extrañado.

— ¡No te preocupes! — Giro rápidamente la cabeza — En un momento tendré todo listo, por favor, siéntate y ya llevaré el té para que podamos conversar más tranquilamente.

Él me mira un rato más y se da media vuelta, para unirse a Kero y a Yukito, siempre molestando al primero, por supuesto, aquellas conversaciones nunca cambian. "¿y tú, cuando vas a comenzar a pagar por todos los dulces que te comes, peluche gordete?" "¡Deja de hablarme así! Soy un guardián mágico" "El mago que te creo debe haber tenido muy poca magia, ¿Cómo pudo haber creado algo tan diminuto como tu" "¡Que te calles!"

Y así continuaban por el resto del tiempo

Con el tiempo logro cocinar un banquete para mi familia: Bolas de arroz y alga, camarones fritos - ¡Mis favoritos! -, sopa de verduras y una tarta de fresas que ya había horneado la noche anterior.

Mi padre llega, yo lo abrazo y me ahogo en su ropa arenosa. Su piel está aún más morena de cuando se fue de Tomoeda. Trae una gran sonrisa en el rostro, pero en sus ojos se ve el cansancio. El pobre no debe haber conciliado mucho el sueño, y cuando lo pudo lograr, debe haber sido muy incómodo dormir durante mes y medio en una tienda de campaña con 11 arqueólogos más. Por suerte, ahora podrá descansar por que ha pedido una semana de vacaciones, para aprovecharla conmigo.

— ¡Gracias por la comida! — Decimos todos la unísono, incluso Kero, quien ya es miembro oficial de los Kinomoto

— Monstro, en verdad te luciste esta vez, veo que has progresado con la comida — Me dice Touya, tomando con sus palillos un camarón apanado y metiéndoselo a la boca.

En otro tiempo, el calificativo de monstro me hubiese enojado mucho, pero la verdad es que he extrañado tanto a mi hermano que su apoyo ya no logra enojarme. Es más, le sonrío y le doy las gracias.

— ¡En verdad intente hacer esta cena lo más rica posible! Seguramente tú comes mucha comida instantánea por tus estudios y papá no debe haber comido una comida sustancialmente rica en proteínas mientras acampabas, ¿verdad papá?

Él me sonríe antes de contestar

— La verdad es que me serví muchas bebidas energéticas y barritas de cereales. Cocinar en esos terrenos es un lujo que muy pocas veces nos dimos. Se agradece mucho tu gesto, hija.

Yukito, con la boca llena de arroz, me mira con una sonrisa

— De casualidad, Sakura, ¿habrá más arroz?

Como siempre me anticipo a la situación, y abro la arrocera para mostrarle a Yukito que aún queda una olla completa de arroz. Él sonríe y me mira con devoción. Todos nos reímos por su gesto.

.

.

Me acuesto en mi cama como un saco de papas. Estoy tan cansada después de cocinar toda esa comida que bostezo y me estiro antes de ponerme el pijama. Kero vuela hacia su cama, que está en mi escritorio, y luce tan cansado como yo.

— ¡Se me había olvidado! — Grita Kero, antes de entrar a su cajón. El vuela hacia el escritorio y saca un papel, una carta específicamente, y me la tiende volando hacia mí — Esto llego del correo el día de hoy. Viene de Inglaterra.

— ¿De Inglaterra? — Pregunto, extrañada. A las únicas personas que le escribía de Inglaterra era la Profesora Misuki, pero desde hace muchos años ella entró a un convento para prepararse como sacerdotisita de una congregación y tenía prohibido todo contacto con el mundo exterior hasta luego de 7 años, cuando se cumplía su rito de iniciación.

La otra persona que le escribía muy ocasionalmente era Eriol, pero al igual que Shaoran, sus cartas eran escuetas y sus temas de conversaciones constantemente era de magia o bien enviaba libros sobre magia para que pudiera aprender más. Me llevaba excelente con él, pero al igual que todos, el tiempo supo distanciarnos.

Doy vuelta el sobre y me sorprendo de que sea una carta de Eriol. La abro y me sorprendo aún más al darme cuenta que son varias páginas las que ha escrito con su letra tan elegante.

Mi querida Card Captor: Sé que ha pasado el tiempo y que no te escribo hace muchos años, pero de igual forma te quería comunicar que siempre he sabido de tus avances y de alguna forma, he estado en contacto contigo, y en verdad me alegra mucho los avances que has logrado y como has fortalecido tu magia.

Te he extrañado Sakura, y espero que alguna parte de tu corazón me haya extrañado también. El propósito de esta carta no es más que para decirte un adiós momentáneo, dado que tendré que realizar distintos viajes por todo el mundo por ciertas circunstancias. Nada de lo que preocuparse en consideración.

Lamentablemente, cuando ya estés leyendo esta carta, no podrás responderme porque ya habré comenzado mi travesía, así como mi número de teléfono tampoco estará activo por que tanto Spinel como Ruby me acompañaran en este viaje. Por ende, te pido encarecidamente, que si llegases a presentar algún problema, cuentes con la ayuda de Kerveros, Yue e incluso Shaoran dado que estaré momentáneamente ausente.

Espero que con el tiempo volvamos a vernos Sakura, sé que el destino tiene grandes planes a futuro para ti, te repito, y lamento que sea tan majadero con el tema, pero en verdad te pido que no te preocupes. Ha avanzado tanto en tu magia y con tu poder que incluso Clow estaría muy orgulloso de la joven en que te has convertido.

Pero acepta esta carta como una advertencia: Después de la calma, siempre viene la tormenta, y estos últimos años ha habido demasiada calma. Ten los ojos abiertos para que desastres no ocurran ni se propaguen en grandes cantidades.

Confió que lograras salir de cualquier percance, si es que se llega a presentar, airosa de toda aquella situación.

Finalmente, me gustaría que entregaras mis más sinceras felicitaciones a Tomoyo, dado que me he enterado que ha conseguido una beca en la UCL. Y espero también, que no te desanimes por no querer recurrir a una carrera universitaria, por que como dije anteriormente, sé que el futuro tiene grandes planes para ti.

Te quiere mucho

Eriol

Cuando terminé la carta de Eriol, no pude dejar de pensar que tenía un mensaje de advertencia. Su carta era cuando menos, criptica, y muy elaborada para solamente mencionar que se iría de viaje por el mundo para cubrir ciertos 'asuntos'.

Eriol, ¿Cuál es el verdadero motivo de la carta? ¿Por qué me la entregas ahora, cuando ya sé que no me puedo contactar contigo? ¿Es acaso una nueva prueba, como aquella vez?

— Sakura, Sakura — Me llama Kero, jugando con mi brazo para traerme a la realidad — ¿Qué dice Eriol?

Leo por segunda vez la carta en voz alta, y Kero permanece flotando al lado mío con un gruñido y con los brazos cruzados, escuchando atentamente. Al finalizar, el no cambia su expresión y parece rondarle las mismas preguntas que yo tenía hace un rato.

—¿Qué se propone Clow con esto?

Yo niego con la cabeza. Esa misma pregunta invade mi cabeza.

— No estoy segura. Pero creo que con el tiempo lo averiguaremos. Vamos acostarnos, y lo consultamos con la almohada, ¿sí?

Kero no parece convencido, en vez de eso, se sienta encima del escritorio y sigue con su mueca de pocos amigos.

— Sé que has tenido problemas para dormir, Sakura — Me comenta él — Has tenido esos sueños en los que despiertas gritando y no puedes dormir. El insomnio te ataca.

Me sorprendo. He intentado mantener mis problemas para dormir en silencio, intentado no llamar la atención de Kero, pero al parecer, mis escapadas en la noche no han sido tan secretas como planeaba, porque Kero ha sabido de mis problemas.

— Vamos a pasear — Me dice Kero, mientras sale por la ventana volando, transformándose en Kerverus.

Yo tomo la carta de vuelo y salgo con él por la ventana.

.

.

Volar siempre ha sido lo más placentero para mí. Desde que comencé con estas pesadillas tan trágicas, salía de noche y sobrevolaba la ciudad de Tomoeda para calmarme, para evaluar si todo estaba bien, y para distanciarme del sentimiento de ansiedad que me invadía por las noches. Pero la vista era tan bonita, que no me daba cuenta cuanto rato pasaba volando cuando ya salía el sol entre las montañas y había pasado otra noche despierta soñando despierta.

Kero, quizás, vino por que quería asegurarse de que volviera a una hora decente, o quizás porque quería pensar al igual que yo.

Llegamos al templo Tsukimine, sentándonos encima del cartel. Son las tres de la madrugada de un miércoles, y es muy poco probable que alguien pase por aquí, por lo que podemos permitirnos hacer estas idas extravagantes y sentarnos donde nos plazca, cuando en el día ya no lo hacemos.

— Que es lo que te perturba, Sakura — Murmura Kero, de manera telepática, dado que ya hemos alcanzado este nivel de confianza y de fuerza para poder comunicarnos de esta forma.

— No soy capaz de recordar las pesadillas — Lo miro, preocupada — Tu siempre me has dicho que tengo la capacidad de aventurar las cosas que pasaran mediante los sueños, pero generalmente esos sueños los recuerdo, sin embargo, últimamente solo puedo recordar la sensación de vacío y de desesperación cuando los tengo, pero no puedo recordar la historia o los hechos que ocurrieron en el sueño en sí. ¿Qué crees que será?

Kerverus acomoda su cabeza, abajándola hasta que tocan sus patas, acostándose encima del letrero.

— Quizás es algo tan horrible que cuando despiertas, tu mente no quiere volver a ver esa realidad y la bloquea. Sin embargo, esta es solo una suposición, porque lo más probable es que sea por otro motivo mucho más complejo del que pienso.

Asiento y nos quedamos ambos en silencio.

Un silencio interrumpido por una presencia.

— ¿Sentiste? — Pregunta Kero, levantándose inmediatamente

Asiento, con el báculo fuertemente agarrado de las manos. El corazón me late a mil por hora. Hace muchos años que no sentía ninguna presencia, y aquello me electriza y me paraliza, al mismo tiempo.

Todo este tiempo de entrenamiento me ha servido para controlar mis sentimientos a la hora del combate, agudizar mis sentidos para estar atenta a presencias y descubrir, sin mirar, que es a lo que me estoy enfrentando. Mas solo puedo notar que está escondido/a entre los matorrales, aguardando.

No es una carta. No es Clow. No lo distingo como una presencia maligna.

¿Qué es?

— ¡Sal ahora mismo, seas quien seas, muéstrate ante mi! — Grito, apuntando con el báculo hacia adelante y con la mano izquierda en el bolsillo sacando las cartas.

— Sakura Kinomoto, un placer conocerte

Agudizo la mirada y puedo observar que, entre la oscuridad, un hombre alto se acerca. Camina lentamente, con gracia. Tiene el cabello de color negro azabache y unos ojos grises, que me observan con una sonrisa. Sus vestimentas se parecen a las que utilizaba Shaoran cuando cazábamos las cartas, pero son de tonalidades negras y grises, y definitivamente no tiene el semblante del Shaoran.

— ¿Quién eres?

— Impresionante cómo pudiste detectarme a tanta distancia, pequeña Sakura, en verdad estoy sorprendido de tus poderes — Comenta, sin dejar de caminar — ES verdad lo que dicen de ti, en verdad eres poderosa.

— ¿Quién eres? — Repito, un poco más fuerte — ¿Qué quieres?

Él sonríe y deja de caminar. Está a tan solo un par de metros de mí, y su mirada me recorre de pies a cabeza, sin dejar de sonreír.

— Y eres mucho más bonita de lo que decían, también. — Continúa hablando, sin responder a ninguna de mis preguntas — Quería saber qué es lo que haces aquí, en compañía de Kerverus, tan solita.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — Pregunta Kero, en pose de ataque

— Eres el guardián de las cartas Clow, ¿Cómo no saber tu nombre? — Refuta el hombre, con ironía — Gracias a ti pude encontrar a Sakura — Luego, se dirige a mí — Tienes un don para escaparte con facilidad, o sabes esconderte muy bien, porque estuve mucho tiempo buscándote.

Aquello llama mi atención, pero no bajo la guardia.

— ¡Pero que torpe soy, aún no me presento! — Ríe, luego, desaparece en menos de un segundo y está frente a mí, rozando la punta del báculo con su dedo índice, acariciándolo — Mi nombre Taiyo Usui, y soy el próximo dueño de las cartas Clow

Y con esa presentación desaparece.


Chaaaan, chan chaaaaaaaaaan

Hola a todos y todas! He aquì mi primer Fic de SCC!, estoy muy emocionada por comenzar este nuevo reto pero es que me picaban los dedos por escribir que había sucedido después de hacer una maratòn de la serie y terminarmela en una semana. Quede TAN pero TAN enojada con el final que apenas termine, abri Word y escribi 4 capitulos sin parar... y en verdad me gustarìa que esto fuera chiste, pero no, es verdad.

Esta historia narrara lo que me gustarìa que pasara despues del final de Sakura. Como mi pareja favorita es Shaoran y Sakura, obviamente va haber de ello, y si, lo mas probable es que alla cochinadas entre los dos tortolos... dependiendo de la calse de publico que lea esta historia.

Ya saben chiquillas, mientras màs reviews, màs rapido ire actualizando, pero por mientras puedo hacer la promesa de un capitulo por semana.

¡Espero les haya gustado! Cualquier cosa COMENTENME PARFAVAR.

Saludos!