Título: FATELESS

Disclaimer: Vampire Knight, no es de mi propiedad. Todos su bellos personajes pertenecen a Hino Matsuri-sensei, yo solo me dedico a escribir un fic mientras los secuestró un rato.

Advertencias: Yaoi, amor lento, Mpreg a futuro, alguno que otro Spoiler del manga, a lo mejor Ooc, lenguaje SOEZ.

Paring: KanamexZero

Nota de la autora: Este fic se ubica después de que la segunda temporada, también hay detalles del manga, asi que que si no haz leido el manga se vienen los spoilers.

Es mi primera incursión en este fandom, y este capítulo es meramente de introducción.

Aclaración: Odio el Bashing, asi que favor de no practicarlo en este fic.


Capítulo I: Un año después

Podría dormir por cientos y miles de años, y solo desearía una cosa… Morir.


Transcurrió un año desde el ataque de Rido Kuran a la academia Cross, muchas cosas cambiaron y otras por el contrario permanecieron casi iguales. Kiryuu Zero, con actualmente dieciocho años, cabello plateado y ojos de color amatista caminaba por la calles sin rumbo fijo, vestía una gabardina larga de color negro.

En su mente aun no podía aceptar que Yuuki, era un vampiro y no era solo eso. Era uno de los seres que más detestaba "una sangre pura", la clase de seres que él más odiaba en el mundo, recordaba siempre las palabras de su maestro "los vampiros no son más que asesinos", y él no lo ponía en duda, el era testigo de la clase de monstruo que eran aquellos bebedores de sangre. La primera vez que vio un vampiro, fue cuando su maestra enloqueció y trato de beber sangre de sus alumnos, "era un persona normal, común… Y sin embargo "era un vampiro"; al que su maestro Yagari asesino perdiendo en el proceso uno de sus ojos para poder protegerlos a Ichiru y a él cuando eran más jóvenes. Por primera vez comprendió el miedo que ocasiona un vampiro.

Después, su vida. En sí, todo había dado un brutal giro de trescientos sesenta grados. Inicio con ese fatídico día en el que sus padres murieron e incluso llegó a pensar que su hermano menor había tenido la misma suerte de sus progenitores, aquella vampiresa de sangre pura lo había mordido, lentamente se estaba transformando en lo que más odiaba en el mundo. Claro que luchó contra aquel destino, algunas veces despertaba con el miedo de convertirse en una bestia que no deseara otra cosa que no fuera beber sangre. Y cuando eso llegara a ocurrir, sería el momento en el que su parte humano muriera y recibiría a la muerte con los brazos abiertos. Durante cuatro años logró reprimir ese lado oscuro de él mismo, pensó que no podría caer más bajo si es que aquello era posible, y en aquel tiempo bebió la sangre de Yuuki. Y sin embargo se negaba a aceptar la muerte al pensar que ella lloraría.

Después con toda la amargura del mundo bebió de la sangre de Kaname Kuran… Sigo viviendo, pero ahora se sentía sin rumbo fijo, perdido… Ya no era humano, pero se negaba a aceptar que era un vampiro atrapado entre dos mundos y sin ser aceptado completamente en alguno.

La vida, se encargaba de hacerle saber que las cosas y los suceso que ocurrieran a su alrededor en torno a su persona no serían fáciles, al borde del abismo consumió la sangre y por si fuera poco el alma de Ichiru, su querido hermano menor. Sin duda alguna su destino estaba maldito. Es más la vida se encargaba de escupirle en la cara.

Incluso aunque Ichiru le hubiera dicho "después de todo soy tu otra mitad… la otra mitad de tu alma… Nuestra alma nunca debió ser separada", y siendo que el menor murió con una sonrisa en sus labios, eso terminó por devastar completamente.

Zero era capaz de beber tabletas de sangre, librándose así de momento de beber sangre humana, un pecado cometido por el mayor de los Kiryuu, había tomado consumido la sangre de su hermano, la fuerza que en un principio se suponía que debía ser solo para uno de los gemelos malditos ahora le pertenecía. Ichiru había muerto, y aun así era tan distinto la muerte de un humano, por lo menos había quedado un lugar donde residían los restos del menor de los gemelos, y cuando él muriera no quedaría nada, se convertiría en polvo y ese sería el fin; no quedaría si quiera un lugar donde descansan sus inexistentes restos.

Ahora simplemente se dedicaba a cazar a los vampiros, Kaien Cross actualmente era el nuevo líder de la asociación, mientras que su maestro se encargaba de la academia.

Recientemente había tenido sueños, pensaba que tal vez estaba loco, recordaba cosas que nunca le había ocurrido, pero tenía la vaga idea de recordar algo, "El nombre de mi pueblo es Kaname", lo cual era bastante bizarro, y claro que se lo atribuía a su odio-rivalidad con el mayor de los Kuran. Aunque el no lo admitiera, ese sueño lo perturbaba, cada vez que soñaba con eso era claramente él quien pronunciaba esas palabras, de momento se sentía un tanto paranoico, si eso era solo la paranoia del momento.


Kaname se encontraba en su despacho, él sabía que tendría que hacer cosas desagradables y de momento él prefería no involucrar a Yuuki, se acercaba la fiesta para presentar a su hermana ante la sociedad vampírica y eso sin duda le ocasionaba estrés, tenía que hablar con su hermana, le daría uno que otro consejo, por ejemplo que durante la fiesta no lo llamara "Kaname Onii-sama" como acostumbraba hacerlo la menor, porque eso solo significaba debilidad ante los ojos de los demás vampiros. Sería un problema aquella fiesta.

Suspiro pesadamente, mientras cerraba los ojos.

En un año relativamente había cambiado la vida de su hermana, para él "Ser vampiro" era algo que no hubiera deseado para su hermana, y sin embargo ahora solo tenía un camino que seguir "eliminar a los sangre pura".

Ya había eliminado al consejo de vampiros, ahora solo quedaban —los sangre pura—, los cuales no estaban nada satisfechos con sus recientes acciones, y a regañadientes fingían que no sabían nada acerca del consejo de ancianos.

Sus decisiones, era algo que él no lamentaba, todas y cada una de sus acciones habían sido meditadas y tomadas a conciencia. Tal vez si algo podría morderle sería haber usurpado el lugar del primogénito de Haruka y Juuri.

Regresando al tema actual, por sugerencia del director, algunos cazadores vigilarían el lugar en donde se llevaría a cabo la fiesta.

"Tengo tanto frío", fue el murmullo que escucho.

Reconoció aquella cálida voz. Aquella voz, era uno de los principales motivos, de lo que hacía.

"Te daré un nombre, te llamarás como mi pueblo natal… El nombre de mi pueblo es Kaname"

Kaname, se llevó una mano a la frente… Claramente era la voz de aquella vampiresa a la que había conocido hace mucho tiempo. Recordaba su larga cabellera plateada, peinada con unas trenzas pequeñas. El primer destello de ternura y amor en su vida. Algunas veces se preguntaba cómo hubiera sido todo, si ella no se hubiera convertido en el matal madre.


El cazador se encontraba sumergido su lectura, busco un par de libros gruesos pensando que en ello podría encontrar algo, pero su búsqueda era infructífera, de pronto escucho unos pasos acercarse.

— ¿Con que aquí estás hijo? —dijo Kaien mientras miraba a Zero.

— ¿Qué quieres? —contestó cortante.

— Solo vengo para darte tu nueva misión —dijo el vampiro sin colmillos mientras miraba a su hijo fruncir el ceño—, como sabrás habrá un baile, para presentar a Yuuki ante la sociedad vampírica, como muestra de ello alguno cazadores asistirán para asegurarse de que no exista ningún contratiempo.

— ¿Crees que me interesa ser la niñera de un grupo de vampiros elitistas? —frunció el ceño—. Además para ¿para qué necesitan cazadores en una fiesta?

— Es algo así como…

— No me interesan tus ideales y sueños tontos. Los vampiros y los humanos no son capaces de coexistir juntos.

— ¡Pero Zero! —se exalto el mayor.

— Nada, no estoy interesado.

— Ni por Yuuki —rebatió el mayor.

— No. Ni por ella —la mirada lavanda de Zero se volvió severa y fría.

Kaien, no se daría tan fácilmente por vencido, y sonrió internamente, había que darle a su hijo un poco de motivación.

— Habrá algunos de los sangre puras como invitados, es una lástima que no puedas asistir.

Había soltado la carnada, Kaien sabía perfectamente qué Zero no podría negarse la oportunidad de conocer a sus enemigos.

— ¿Qué cazadores asistirán? —pregunto Zero.

— Yagari, mencionó algo sobre llevar a Kaito y a otros diez hombres con él, y por supuesto también iré yo. Veré a mi adorable hija Yuuki —dijo Kaien.

— Iré —dijo Zero—. Pero si algún vampiro causa estrago no me importa si es un sangre pura, lo asesinare sin chistar.


Se levantó como siempre, de manera mecánica, incluso se levantó antes de que sonara la alarma del despertador, algunas veces pensaba en tirar susodicho aparato, pero nunca lo hacía, lo seguía conservando. Miro la hora, eran las cinco de la mañana. Deseo volver a dormir, pero él sabía que no sería capaz de volver a conciliar el sueño, sin dudarlo se dirigió al baño, tal vez le sentará bien un baño matutino.

Cuando salió del baño, ya vestido con el uniforme de la clase diurna, bueno eso no hacía mucha diferencia, ya que a los alumnos se le había borrado el recuerdo de la clase nocturna, solo algunos alumnos conservaban sus recuerdos, habían sido evaluados por los cazadores, tal era el caso de Wakaba, la mejor amiga de Yuuki.

Agarró un puñado de pastillas y lo tomó de un solo trago, ni siquiera había tomado la molestia de disolverlas en un vaso con agua. Volvió a mirar el reloj del despertador y no eran ni las seis de la mañana, no había logrado dormir de manera decente, pensaba en que haría cuando viera a aquellos vampiros, aunque él lo sabía, él mismo se engaña y se negaba a aceptar la realidad. —¿Qué haría en cuanto viera a Yuuki?—, sabía perfectamente lo que haría, actuaría frío, como si nada lo perturbara.

Salió de su cuarto y se dirigió a las caballerizas de la academia. Siempre le había tranquilizado visitar a Lirio Blanco. Tal vez lograra conciliar el sueño en compañía de aquella yegua blanca.


Mansión de la familia Kuran, viernes en la noche…

Los invitados comenzaron a juntarse en el salón de baile de la antigua mansión de la familia Kuran, algunos vampiros nobles fueron por la simple curiosidad de conocer a la princesa de los Kuran, otros con el deseo de obtener la amistad del primogénito de la familia organizadora, algunos con la idea de presentarle a sus hijas con la esperanza de que el sangre pura tomara aunque sea como amante a alguna joven vampiresa.

Ya era la hora de que los anfitriones bajaran, se escucharon algunos murmullos mientras bajaban por las escaleras los hermanos Kuran.

— Puedo apreciar que Yuuki-sama, se parece a Juuri-sama.

— Sin duda alguna, tiene los ojos de Haruka-sama.

Muchos de los murmullos trataban de ser halagadores, y sin embargo no les tomaron la menor importancia a ninguno. De pronto Yuuki se vio rodeada de algunos nobles ocasionando que perdiera de vista a Kaname.


Zero se encontraba patrullando los alrededores de la mansión, en verdad no le apetecía aquel ambiente tan pomposo, y mucho menos si se encontraba rodeado de vampiros. Hasta que algo había llamado su atención, más específicamente, vio a Wakaba entrando a la mansión en compañía de Kaito, de inmediato maldijo a Kaito por sus idioteces.

"¿En qué demonios pensaba Kaito al llevar a una humana a una fiesta para vampiros?"

Zero quería golpear al cazador, golpear a Wakaba, —¿en que diablos pensaban ese par de idiotas?—, era como ponerle un filete a un perro, definitivamente ese idiota pensaba causar problemas, y aún más maldecía que Wakaba podía ser realmente testaruda e idiota cuando se proponía algo, sin duda alguna ella había asistido con el único propósito de ver a la menor de los Kuran".

Y claro, él tendría que ir y lidiar con las pendejadas de los demás. Ya se veía a sí mismo interviniendo, pero antes de poder entrar a la mansión y evitar que ese dúo de idiotas, hiciera alguna estupidez, pero antes de que pudiera hacer algo se encontró su mayor enemigo, Kaname Kuran.

— Kuran —pronunció con odio el cazador.

— Kiryuu, que bueno verte por aquí. No pensé que asistieras a la fiesta —exclamó con falsa amabilidad el sangre pura.

— Ni yo, pero uno nunca obtiene lo que desea —dijo el joven de ojos lavanda.


Dentro de la mansión, los vampiros vieron como caminaba Sayori entre la multitud de vampiros, de pronto la menor fue detenida por una hermosa joven de cabellera larga y rizada.

— Querida, el olor de tu sangre es apetecible —dijo la desconocida mientras se acercaba a la menor— no te gustaría que te mordiera.

Sayori, estaba aterrada por las palabras de aquella mujer, al grado de no poder hablar, hace un par de minutos Kaito se había despedido de ella diciéndole que tenía que atender un par de asuntos, dejando a la menor totalmente desprotegida.

— Agradecería que no la mordieras, Sara-sama.

Sayori, reconoció de inmediato la voz de Yuuki. Un destello de alegría surgió en los ojos de Wakaba.

— Así, que es una invitada tuya. Yuuki-san —comentó la vampiresa sin perder ni un ápice de su porte estoico.

— Sí, es una preciada amiga —aseguró la castaña sin apartar la mirada de Sara—. Tambien agradeceria, que el resto de los invitados se comporten, y no exhiban sus malos hábitos.

Wakaba observó a Yuuki, —¡¿En verdad, es Yuuki?!—, en definitiva algo había cambiado en su preciada amiga.


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