Aclaro: Todo lo que podáis reconocer es obra de Stephenie Meyer.
Unos meses habían pasado ya desde que Jacob se imprimó de Renesmee. Mi Renesmee. Después de tantos años odiando a los hombres lobo, tendría que soportar el amor entre mi hija y uno de esos chuchos. Bueno, la verdad es que después de todo lo que Jacob hizo por mí y por mi familia durante el embarazo de Bella, empecé a cogerle cariño. No hubiéramos salido adelante sin él… Pero aún así me daba rabia. Es mi hija, es normal. No debo estar preocupado, eso lo sé: Jacob cuidará a Renesmee y la protegerá hasta el final.
El tiempo pasa, sobre todo para ella, que crece más rápido que cualquier humano. En poco tiempo Renesmee ya tendrá la misma edad que Jacob y ya podrán empezar a salir.
Ahora, Jacob pasa todo el día en la casa. Por el momento son sólo amigos, pero cuando la niña crezca… Tengo miedo. ¿Qué piensa hacer con mi hija cuando crezca? Maldito chucho pervertido…
-Edward – es Jacob.
Llevo un rato absorto en mis pensamientos y Jacob ha subido a la azotea para decirme algo.
-Dime, Jacob –mi voz suena fría, como si no quisiera que Jacob estuviera ahí, pero en realidad sólo lo hago para demostrarle que no le he cogido cariño.
-Voy a salir con Renesmee, ya sabes… Al cine.
-¿Al cine?
-Sí –le tiembla un poco la voz.
-¿Sabes que puedo leerte el pensamiento, chucho?
Creo que ha colado. Le he leído el pensamiento y se perfectamente que piensa llevarla al cine y que no pretende hacer "cosas malas" con mi ella. Sólo estaba divirtiéndome.
-No tiene gracia –me dice.
Rio. Al fin y al cabo, yo iba a ser su futuro suegro, tendríamos que llevarnos bien, ¿no?
-Anda, cuídala.
Jacob empieza a caminar hacia la puerta, pero se detiene cuando le digo:
-Oye, si alguna vez quieres casarte con ella… Tienes mi permiso.
Jacob sonrió.
