Este fanfic tuvo su origen en un rol que sostuve con una asombrosa amiga, quien posee talentos naturales para escribir. Por ello quiero agradecer a Lupita Vessalius Negrete, porque sin ella estos fics no habrían surgido. Así que ella es junto conmigo, autora intelectual de este proyecto.
También quiero agradecer a Eri, sin ella no habría aprendido a utilizar Fanfiction.
Y por supuesto a ustedes…
¡En fin! Aquí está la historia. Disfrútenla

Capítulo 1: Un libro para el Rey

Noruega: -El bosque era su lugar preferido, sobretodo en épocas de invierno donde el frío siempre arrasaba con todo. Había puesto una especie de picnic, y su café reposaba sobre el mantel mientras él leía un bestseller americano que cierto estadounidense había enviado a todos los países. Su aura emanaba concentración y su expresión tan helada se encontraba acorde con el ambiente que le rodeaba.- No comprendo. -Le decía a su troll, a quién solo él podía ver.- No comprendo esta tontería. Los vampiros no brillan, yo los he visto con mis propios ojos. -Soltó un suspiro de indignación, para después cerrar el libro violentamente y cruzarse de brazos. Realmente jamás podría llegar a comprender a los países que no entraban en el término de "Nórdico"... con dificultades podía lidiar con el ruidoso danés.

Dinamarca: -El rubio observaba desde lejos a su compañero nórdico, "¿Por qué Noruega se encontraba concentrado en ese peculiar libro que el también poseía, y que había obtenido como regalo del americano?". Dentro de sus pensamientos aleatorios obtuvo una acelerada conclusión: "¡Noru! A Noru, le gusta el mismo libro que a mí!" -Emocionado y ruidoso, se acercó anunciándose- ¡El rey ha llegado! ¡Debes sentirte afortunado! -sentándose al lado del noruego, mientras le quita el libro con descortesía- ¿Qué es esto? -fingiendo desconocer el libro-

Noruega: Repentinamente, cierta presencia comenzó a hacerse notar. "No es posible." Pensó, comenzando a sentir que tarde o temprano algo rompería el apacible silencio del bosque; en cuanto escuchó aquella inconfundible voz, todas sus expectativas de pasar una tarde tranquila se esfumaron como el humo que su troll emanaba.- Afortunado. -Dijo sarcástico, mientras observaba inexpresivamente al danés.- Se llama libro, no me sorprende que desconozcas la existencia de estos objetos. -Respondió como si el otro no supiera lo que era un libro, en parte molesto por la forma en la que se lo había arrebatado.- ¿Qué haces aquí?

Dinamarca: -Sonriendo de manera despreocupada, mientras se recargaba confiadamente en el hombro de su contrario- ¿No te sientes afortunado de tenerme a tu lado?. -Mientras ojeaba el libro- ¿Lo has terminado ya? ¡Porque yo, el rey de los Nórdicos ha leído toda la colección! Y como tu rey, es mi deber obligarte a terminar una lectura tan buena! –Hablaba manteniendo su característica expresión en el rostro-

Noruega: Arqueó una ceja al sentir al otro recargándose como si nada en él.- En este momento me siento todo, menos afortunado.- Dijo con franqueza, al tiempo que apartaba el brazo de Dinamarca.- No, y no lo haré. Habla mentiras sobre seres sobrenaturales. -Estaba claro que eso era una ofensa para él pues, como cierto inglés cejón, Noruega podía ver seres mágicos e incluso iba acompañado siempre por uno de ellos: su troll.- ¿Un vampiro que va a la preparatoria? Echo de menos la cultura que teníamos antes los nórdicos.

Dinamarca: ¡Exageras demasiado! -Con una mueca de burla- ¿Por qué siempre eres tan amargado? ¡No intentes ocultar esa felicidad por tenerme a tu lado! -Mirando con curiosidad el té del nórdico y con su acostumbrada descortesía bebió un poco de la taza- Ahgg.. -desaprobando el sabor de la bebida- Le falta azúcar... -Abrazando a su contrario, de manera juguetona- ¡Noru! ¡Noru! ¡Vamos a buscar a los demás Nórdicos! ¡Un rey no puede estar lejos de sus súbditos! -Molestando a su contrario, realizaba comentarios sin un sentido realmente importante-

Noruego: Sólo digo lo que pienso. -Respondió serenamente, pero sin quitar aquella expresión que delataba levemente su irritación.- ¿De qué estás hablando? -Preguntó inmediatamente después del comentario que el danés había hecho con respecto a su compañía.- El azúcar es para niños, el verdadero sabor siempre es el amargo.-Dijo y luego le quitó la taza- ¿Qué haces? -Aquel abrazo cálido contrastaba tanto con la frialdad del noruego, que por un instante lo hizo salirse de su mundo helado, pero pronto reaccionó y lo aparto con violencia.- Yo paso. Puedes ir a buscar a Suecia y molestarlo a él, pero si le haces algo a mi hermano, serás almuerzo de troll. -Comentó mientras se acomodaba su boina.

Dinamarca: -Bufando, para retomar el abrazo- ¡Noru! ¡Noru!... -Insistiendo divertido- ¡Tú eres mi súbdito favorito! Y como soy tu rey, puedes pedirme lo que quieras! –Sonriendo impetuosamente- Mientras no sea dinero y no tenga nada que ver con ese enano! -Refiriéndose al hermano del noruego- ¡Oye! ¡Oye! ¡Noru!¿ Y si me lees un capítulo del libro?.. -rogando como un niño para volver a abrazarle, demostrando que ese día en particular se encontraba bastante entusiasta, y sus energías se encontraban canalizadas únicamente para atraer la atención del inexpresivo noruego-

Noruega: Aquellos abrazos ya empezaban a ponerlo demasiado incómodo.- Estás invadiendo mi espacio personal, idiota.- Pero ya no hizo nada más para resistirse, y simplemente se quedó inmóvil y con la misma expresión neutra, pues cuando el danés se ponía así, era más molesto apartarlo que dejarlo hacer lo que quisiera, además... -...Es una lástima, porque yo no soy súbdito de nadie. -Y luego, le dio una especie de zape en la cabeza.- Y no le digas enano a Einar, menos en frente de mí.- Estaba claro que él sentía que era el único que podía molestar al islandés por ser su hermano mayor.- Su majestad ya leyó toda la colección, no veo la necesidad de leerlo yo en voz alta. -Se refirió al otro con sarcasmo, volviendo la mirada inexpresiva hacia su taza y bebiendo delicadamente de ella.- Dime ahora, ¿cuál es la verdadera razón por la que estás aquí? -Aunque no quisiera admitirlo, le gustaba llevarle la contraria a Dinamarca, a pesar de que su presencia fuera de lo más ruidosa, y lo molestara hasta las venas, después de todo era de sangre nórdica como él.

Dinamarca:-Con un aire despectivo pero triunfante porque el noruego le había permitido abrazarle, y aunque el golpe en la cabeza le había dolido un poco. Ignoró la sensación y retomó su discurso acerca de lo que el profería como correcto- Es por eso que quiero leerla de nuevo. Podrías iniciar.. -Buscando entre las páginas del libro, sin deshacer el abrazo- ¡En el Capítulo 4! Este es mi favorito. ¡¿A quién le importa la literatura aburrida cuando puede tener algo como esto?! -Riendo emocionado, como si sus palabras fuesen la última voluntad- Soy tu rey, no te atrevas a desobedecerme... O podría castigarte… -Riendo mientras cambiaba la expresión de su rostro, a una un poco más extravagante- ¡Y cuando los reyes como yo nos enojamos! Siempre molestamos a alguien, y como Suecia no está aquí... el indicado serás tú. ¡Ahora lee! –Apretujando aquél abrazo, para estrechar el contacto un poco más-

Noruega: En verdad que aquel hombre era demasiado arrogante, de una manera bastante extraña y enérgica, pero arrogante al final. Aquello comenzaba a molestarlo, pero estaba tan familiarizado con la enorme sonrisa que el otro le mostraba, que no era capaz de verlo como vería a Rusia o a América, si lo amenazaran de aquella manera.- Sólo eres un niñato en cuerpo de hombre. -Le dijo, luego de soltar un suspiro de resignación. -Si me lo dices así, menos accederé. Y no es como si fuera hacerlo de cualquier forma. -Aun así, el danés continuó hablando y hablando, hasta que el noruego no tuvo otra opción más que hacerlo, pues tampoco gastaría su energía en golpes para Dinamarca. Tomó el libro de las manos del rubio, y comenzó a leer con aquella apacible y misteriosa voz que lo caracterizaba. Aunque eso sí, el contacto que tenía con él era cada vez menos respetable, y eso volvió a despistarlo un poco.- "Capítulo 4: Jane se enamora de un vampiro." -Carraspeó, y continuó.- Jane se enamora del maldito vampiro. Fin. - Dejó el libro en el suelo, y prosiguió a tomar otro sorbo de su taza, aún sin dejar escapar expresión alguna en su rostro, a pesar de que siguiera siendo estrujado.

Dinamarca: -Ladeando la cabeza- ¡Noru! -Haciendo una rabieta enorme, como si se tratará de un niño al que no se ha complacido- ¡Noru! –Insistente, suspiró con autoridad autoproclamada- No.. Has entendido ¿verdad? –Sonriendo al contener una risita, continuó hablando- Lo que tienes que hacer es leer las palabras que están escritas, no inventarlas! ¿O acaso no sabes leer? ¡Mi Noru, ha olvidado como leer! -Estrechándolo en un nuevo abrazo, y besando su mejilla- No te preocupes por nada, tu rey va a enseñarte como leer de nuevo.. -mientras tomaba el libro y comenzaba a leer afablemente el capítulo 4 del libro- Ves, es sencillo. Ahora tú continúa. -Riendo escandalosamente, se negaba a deshacer la cercanía- No querrás que tu hermano descubra que ya no sabes leer!...

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¡Hasta aquí el primer capítulo! ¿Cómo creen que reaccionará Noruega? Jajaja
Realmente esperamos que lo disfruten mucho. Es muy amable y apreciable el tiempo que dedican a leer y seguir esta historia.

Les tenemos muchas más sorpresas, y fanfics sobre otras parejas hetalianas.
Escriban sus reviews, nos ayudarían muchísimo.